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miércoles, 11 de agosto de 2010

Lectura Bíblica - Setiembre 08

*** Lecturas de Hoy ***
  • Isaías 1:1-2:22
  • 2 Corintios 10:1-18
  • Salmos 52:1-9
  • Proverbios 22:26-27

Isaías 1:1-2:22
Capítulo 1
Una nación pecadora
1:1 Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá. 1:2 Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. 1:3 El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. 1:4 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. 1:5 ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. 1:6 Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. 1:7 Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños. 1:8 Y queda la hija de Sion como enramada en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada. 1:9 Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra.

Llamamiento al arrepentimiento verdadero
1:10 Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra. 1:11 ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. 1:12 ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? 1:13 No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. 1:14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. 1:15 Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. 1:16 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; 1:17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. 1:18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. 1:19 Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; 1:20 si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.

Juicio y redención de Jerusalén
1:21 ¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas. 1:22 Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua. 1:23 Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda. 1:24 Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios; 1:25 y volveré mi mano contra ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré toda tu impureza. 1:26 Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel. 1:27 Sion será rescatada con juicio, y los convertidos de ella con justicia. 1:28 Pero los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados, y los que dejan a Jehová serán consumidos. 1:29 Entonces os avergonzarán las encinas que amasteis, y os afrentarán los huertos que escogisteis. 1:30 Porque seréis como encina a la que se le cae la hoja, y como huerto al que le faltan las aguas. 1:31 Y el fuerte será como estopa, y lo que hizo como centella; y ambos serán encendidos juntamente, y no habrá quien apague.

Capítulo 2
Reinado universal de Jehová
(Mi. 4. 1-3)
2:1 Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén. 2:2 Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. 2:3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. 2:4 Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.

Juicio de Jehová contra los soberbios
2:5 Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová. 2:6 Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque están llenos de costumbres traídas del oriente, y de agoreros, como los filisteos; y pactan con hijos de extranjeros. 2:7 Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen fin. También está su tierra llena de caballos, y sus carros son innumerables. 2:8 Además su tierra está llena de ídolos, y se han arrodillado ante la obra de sus manos y ante lo que fabricaron sus dedos. 2:9 Y se ha inclinado el hombre, y el varón se ha humillado; por tanto, no los perdones. 2:10 Métete en la peña, escóndete en el polvo, de la presencia temible de Jehová, y del resplandor de su majestad. 2:11 La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día. 2:12 Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido; 2:13 sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán; 2:14 sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados elevados; 2:15 sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte; 2:16 sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas. 2:17 La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y solo Jehová será exaltado en aquel día. 2:18 Y quitará totalmente los ídolos. 2:19 Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra. 2:20 Aquel día arrojará el hombre a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase, 2:21 y se meterá en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levante para castigar la tierra. 2:22 Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?

2 Corintios 10:1-18
Capítulo 10
Pablo defiende su ministerio
10:1 Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros; 10:2 ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne. 10:3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 10:4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 10:5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, 10:6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta. 10:7 Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo. 10:8 Porque aunque me gloríe algo más todavía de nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré; 10:9 para que no parezca como que os quiero amedrentar por cartas. 10:10 Porque a la verdad, dicen, las cartas son duras y fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable. 10:11 Esto tenga en cuenta tal persona, que así como somos en la palabra por cartas, estando ausentes, lo seremos también en hechos, estando presentes. 10:12 Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos. 10:13 Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la regla que Dios nos ha dado por medida, para llegar también hasta vosotros. 10:14 Porque no nos hemos extralimitado, como si no llegásemos hasta vosotros, pues fuimos los primeros en llegar hasta vosotros con el evangelio de Cristo. 10:15 No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos, sino que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos entre vosotros, conforme a nuestra regla; 10:16 y que anunciaremos el evangelio en los lugares más allá de vosotros, sin entrar en la obra de otro para gloriarnos en lo que ya estaba preparado. 10:17 Mas el que se gloría, gloríese en el Señor; 10:18 porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.

Salmos 52:1-9
Futilidad de la jactancia del malo
Al músico principal. Masquil de David, cuando vino Doeg edomita y dio cuenta a Saúl diciéndole: David ha venido a casa de Ahimelec.
52:1 ¿Por qué te jactas de maldad, oh poderoso?
La misericordia de Dios es continua.
52:2 Agravios maquina tu lengua;
Como navaja afilada hace engaño.
52:3 Amaste el mal más que el bien,
La mentira más que la verdad. Selah
52:4 Has amado toda suerte de palabras perniciosas,
Engañosa lengua.

52:5 Por tanto, Dios te destruirá para siempre;
Te asolará y te arrancará de tu morada,
Y te desarraigará de la tierra de los vivientes. Selah
52:6 Verán los justos, y temerán;
Se reirán de él, diciendo:
52:7 He aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza,
Sino que confió en la multitud de sus riquezas,
Y se mantuvo en su maldad.

52:8 Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios;
En la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre.
52:9 Te alabaré para siempre, porque lo has hecho así;
Y esperaré en tu nombre, porque es bueno, delante de tus santos.


Proverbios 22:26-27
22:26 No seas de aquellos que se comprometen,
Ni de los que salen por fiadores de deudas.
22:27 Si no tuvieres para pagar,
¿Por qué han de quitar tu cama de debajo de ti?

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