-->

martes, 10 de agosto de 2010

Lectura Bíblica - Setiembre 03

*** Lecturas de Hoy ***
  • Eclesiastés 4:1-6:12
  • 2 Corintios 6:14-7:7
  • Salmos 47:1-10
  • Proverbios 22:16

Eclesiastés 4:1-6:12
Capítulo 4
4:1 Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador. 4:2 Y alabé yo a los finados, los que ya murieron, más que a los vivientes, los que viven todavía. 4:3 Y tuve por más feliz que unos y otros al que no ha sido aún, que no ha visto las malas obras que debajo del sol se hacen. 4:4 He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu. 4:5 El necio cruza sus manos y come su misma carne. 4:6 Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu. 4:7 Yo me volví otra vez, y vi vanidad debajo del sol. 4:8 Está un hombre solo y sin sucesor, que no tiene hijo ni hermano; pero nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y defraudo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo. 4:9 Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. 4:10 Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. 4:11 También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? 4:12 Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto. 4:13 Mejor es el muchacho pobre y sabio, que el rey viejo y necio que no admite consejos; 4:14 porque de la cárcel salió para reinar, aunque en su reino nació pobre. 4:15 Vi a todos los que viven debajo del sol caminando con el muchacho sucesor, que estará en lugar de aquél. 4:16 No tenía fin la muchedumbre del pueblo que le seguía; sin embargo, los que vengan después tampoco estarán contentos de él. Y esto es también vanidad y aflicción de espíritu.

Capítulo 5
La insensatez de hacer votos a la ligera
5:1 Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal. 5:2 No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras. 5:3 Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio. 5:4 Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. 5:5 Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. 5:6 No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos? 5:7 Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme a Dios.

La vanidad de la vida
5:8 Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos. 5:9 Además, el provecho de la tierra es para todos; el rey mismo está sujeto a los campos. 5:10 El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad. 5:11 Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos? 5:12 Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia. 5:13 Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal; 5:14 las cuales se pierden en malas ocupaciones, y a los hijos que engendraron, nada les queda en la mano. 5:15 Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en su mano. 5:16 Este también es un gran mal, que como vino, así haya de volver. ¿Y de qué le aprovechó trabajar en vano? 5:17 Además de esto, todos los días de su vida comerá en tinieblas, con mucho afán y dolor y miseria. 5:18 He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte. 5:19 Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios. 5:20 Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón.

Capítulo 6
6:1 Hay un mal que he visto debajo del cielo, y muy común entre los hombres: 6:2 El del hombre a quien Dios da riquezas y bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello, sino que lo disfrutan los extraños. Esto es vanidad, y mal doloroso. 6:3 Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él. 6:4 Porque éste en vano viene, y a las tinieblas va, y con tinieblas su nombre es cubierto. 6:5 Además, no ha visto el sol, ni lo ha conocido; más reposo tiene éste que aquél. 6:6 Porque si aquél viviere mil años dos veces, sin gustar del bien, ¿no van todos al mismo lugar? 6:7 Todo el trabajo del hombre es para su boca, y con todo eso su deseo no se sacia. 6:8 Porque ¿qué más tiene el sabio que el necio? ¿Qué más tiene el pobre que supo caminar entre los vivos? 6:9 Más vale vista de ojos que deseo que pasa. Y también esto es vanidad y aflicción de espíritu. 6:10 Respecto de lo que es, ya ha mucho que tiene nombre, y se sabe que es hombre y que no puede contender con Aquel que es más poderoso que él. 6:11 Ciertamente las muchas palabras multiplican la vanidad. ¿Qué más tiene el hombre? 6:12 Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?

2 Corintios 6:14-7:7
Somos templo del Dios viviente
6:14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 6:15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 6:16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. 6:17 Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, 6:18 Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.

Capítulo 7
7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

Regocijo de Pablo al arrepentirse los corintios
7:2 Admitidnos: a nadie hemos agraviado, a nadie hemos corrompido, a nadie hemos engañado. 7:3 No lo digo para condenaros; pues ya he dicho antes que estáis en nuestro corazón, para morir y para vivir juntamente. 7:4 Mucha franqueza tengo con vosotros; mucho me glorío con respecto de vosotros; lleno estoy de consolación; sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones. 7:5 Porque de cierto, cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestro cuerpo, sino que en todo fuimos atribulados; de fuera, conflictos; de dentro, temores. 7:6 Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito; 7:7 y no sólo con su venida, sino también con la consolación con que él había sido consolado en cuanto a vosotros, haciéndonos saber vuestro gran afecto, vuestro llanto, vuestra solicitud por mí, de manera que me regocijé aun más.

Salmos 47:1-10
Dios, el Rey de toda la tierra
Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré.
47:1 Pueblos todos, batid las manos;
Aclamad a Dios con voz de júbilo.
47:2 Porque Jehová el Altísimo es temible;
Rey grande sobre toda la tierra.
47:3 El someterá a los pueblos debajo de nosotros,
Y a las naciones debajo de nuestros pies.
47:4 El nos elegirá nuestras heredades;
La hermosura de Jacob, al cual amó. Selah

47:5 Subió Dios con júbilo,
Jehová con sonido de trompeta.
47:6 Cantad a Dios, cantad;
Cantad a nuestro Rey, cantad;
47:7 Porque Dios es el Rey de toda la tierra;
Cantad con inteligencia.

47:8 Reinó Dios sobre las naciones;
Se sentó Dios sobre su santo trono.
47:9 Los príncipes de los pueblos se reunieron
Como pueblo del Dios de Abraham;
47:10 Porque de Dios son los escudos de la tierra;
El es muy exaltado.


Proverbios 22:16
22:16 El que oprime al pobre para aumentar sus ganancias,
O que da al rico, ciertamente se empobrecerá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario