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lunes, 9 de agosto de 2010

Lectura Bíblica - Agosto 29

*** Lecturas de Hoy ***
  • Job 31:1-33:33
  • 2 Corintios 3:1-18
  • Salmos 43:1-5
  • Proverbios 22:8-9

Job 31:1-33:33
Capítulo 31
Job afirma su integridad
31:1 Hice pacto con mis ojos; ¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen? 31:2 Porque ¿qué galardón me daría de arriba Dios, Y qué heredad el Omnipotente desde las alturas? 31:3 ¿No hay quebrantamiento para el impío, Y extrañamiento para los que hacen iniquidad? 31:4 ¿No ve él mis caminos, Y cuenta todos mis pasos? 31:5 Si anduve con mentira, Y si mi pie se apresuró a engaño, 31:6 Péseme Dios en balanzas de justicia, Y conocerá mi integridad. 31:7 Si mis pasos se apartaron del camino, Si mi corazón se fue tras mis ojos, Y si algo se pegó a mis manos, 31:8 Siembre yo, y otro coma, Y sea arrancada mi siembra. 31:9 Si fue mi corazón engañado acerca de mujer, Y si estuve acechando a la puerta de mi prójimo, 31:10 Muela para otro mi mujer, Y sobre ella otros se encorven. 31:11 Porque es maldad e iniquidad Que han de castigar los jueces. 31:12 Porque es fuego que devoraría hasta el Abadón, Y consumiría toda mi hacienda. 31:13 Si hubiera tenido en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva, Cuando ellos contendían conmigo, 31:14 ¿Qué haría yo cuando Dios se levantase? Y cuando él preguntara, ¿qué le respondería yo? 31:15 El que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él? ¿Y no nos dispuso uno mismo en la matriz? 31:16 Si estorbé el contento de los pobres, E hice desfallecer los ojos de la viuda; 31:17 Si comí mi bocado solo, Y no comió de él el huérfano 31:18 (Porque desde mi juventud creció conmigo como con un padre, Y desde el vientre de mi madre fui guía de la viuda); 31:19 Si he visto que pereciera alguno sin vestido, Y al menesteroso sin abrigo; 31:20 Si no me bendijeron sus lomos, Y del vellón de mis ovejas se calentaron; 31:21 Si alcé contra el huérfano mi mano, Aunque viese que me ayudaran en la puerta; 31:22 Mi espalda se caiga de mi hombro, Y el hueso de mi brazo sea quebrado. 31:23 Porque temí el castigo de Dios, Contra cuya majestad yo no tendría poder. 31:24 Si puse en el oro mi esperanza, Y dije al oro: Mi confianza eres tú; 31:25 Si me alegré de que mis riquezas se multiplicasen, Y de que mi mano hallase mucho; 31:26 Si he mirado al sol cuando resplandecía, O a la luna cuando iba hermosa, 31:27 Y mi corazón se engañó en secreto, Y mi boca besó mi mano; 31:28 Esto también sería maldad juzgada; Porque habría negado al Dios soberano. 31:29 Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, Y me regocijé cuando le halló el mal 31:30 (Ni aun entregué al pecado mi lengua, Pidiendo maldición para su alma); 31:31 Si mis siervos no decían: ¿Quién no se ha saciado de su carne? 31:32 (El forastero no pasaba fuera la noche; Mis puertas abría al caminante); 31:33 Si encubrí como hombre mis transgresiones, Escondiendo en mi seno mi iniquidad, 31:34 Porque tuve temor de la gran multitud, Y el menosprecio de las familias me atemorizó, Y callé, y no salí de mi puerta; 31:35 ¡Quién me diera quien me oyese! He aquí mi confianza es que el Omnipotente testificará por mí, Aunque mi adversario me forme proceso. 31:36 Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, Y me lo ceñiría como una corona. 31:37 Yo le contaría el número de mis pasos, Y como príncipe me presentaría ante él. 31:38 Si mi tierra clama contra mí, Y lloran todos sus surcos; 31:39 Si comí su sustancia sin dinero, O afligí el alma de sus dueños, 31:40 En lugar de trigo me nazcan abrojos, Y espinos en lugar de cebada. Aquí terminan las palabras de Job.

Capítulo 32
Eliú justifica su derecho de contestar a Job
32:1 Cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto él era justo a sus propios ojos. 32:2 Entonces Eliú hijo de Baraquel buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job; se encendió en ira, por cuanto se justificaba a sí mismo más que a Dios. 32:3 Asimismo se encendió en ira contra sus tres amigos, porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado a Job. 32:4 Y Eliú había esperado a Job en la disputa, porque los otros eran más viejos que él. 32:5 Pero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquellos tres varones, se encendió en ira. 32:6 Y respondió Eliú hijo de Baraquel buzita, y dijo: Yo soy joven, y vosotros ancianos; Por tanto, he tenido miedo, y he temido declararos mi opinión. 32:7 Yo decía: Los días hablarán, Y la muchedumbre de años declarará sabiduría. 32:8 Ciertamente espíritu hay en el hombre, Y el soplo del Omnipotente le hace que entienda. 32:9 No son los sabios los de mucha edad, Ni los ancianos entienden el derecho. 32:10 Por tanto, yo dije: Escuchadme; Declararé yo también mi sabiduría. 32:11 He aquí yo he esperado a vuestras razones, He escuchado vuestros argumentos, En tanto que buscabais palabras. 32:12 Os he prestado atención, Y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya a Job, Y responda a sus razones. 32:13 Para que no digáis: Nosotros hemos hallado sabiduría; Lo vence Dios, no el hombre. 32:14 Ahora bien, Job no dirigió contra mí sus palabras, Ni yo le responderé con vuestras razones. 32:15 Se espantaron, no respondieron más; Se les fueron los razonamientos. 32:16 Yo, pues, he esperado, pero no hablaban; Más bien callaron y no respondieron más. 32:17 Por eso yo también responderé mi parte; También yo declararé mi juicio. 32:18 Porque lleno estoy de palabras, Y me apremia el espíritu dentro de mí. 32:19 De cierto mi corazón está como el vino que no tiene respiradero, Y se rompe como odres nuevos. 32:20 Hablaré, pues, y respiraré; Abriré mis labios, y responderé. 32:21 No haré ahora acepción de personas, Ni usaré con nadie de títulos lisonjeros. 32:22 Porque no sé hablar lisonjas; De otra manera, en breve mi Hacedor me consumiría.

Capítulo 33
Eliú censura a Job
33:1 Por tanto, Job, oye ahora mis razones, Y escucha todas mis palabras. 33:2 He aquí yo abriré ahora mi boca, Y mi lengua hablará en mi garganta. 33:3 Mis razones declararán la rectitud de mi corazón, Y lo que saben mis labios, lo hablarán con sinceridad. 33:4 El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida. 33:5 Respóndeme si puedes; Ordena tus palabras, ponte en pie. 33:6 Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho; De barro fui yo también formado. 33:7 He aquí, mi terror no te espantará, Ni mi mano se agravará sobre ti. 33:8 De cierto tú dijiste a oídos míos, Y yo oí la voz de tus palabras que decían: 33:9 Yo soy limpio y sin defecto; Soy inocente, y no hay maldad en mí. 33:10 He aquí que él buscó reproches contra mí, Y me tiene por su enemigo; 33:11 Puso mis pies en el cepo, Y vigiló todas mis sendas. 33:12 He aquí, en esto no has hablado justamente; Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre. 33:13 ¿Por qué contiendes contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones. 33:14 Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende. 33:15 Por sueño, en visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho, 33:16 Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo, 33:17 Para quitar al hombre de su obra, Y apartar del varón la soberbia. 33:18 Detendrá su alma del sepulcro, Y su vida de que perezca a espada. 33:19 También sobre su cama es castigado Con dolor fuerte en todos sus huesos, 33:20 Que le hace que su vida aborrezca el pan, Y su alma la comida suave. 33:21 Su carne desfallece, de manera que no se ve, Y sus huesos, que antes no se veían, aparecen. 33:22 Su alma se acerca al sepulcro, Y su vida a los que causan la muerte. 33:23 Si tuviese cerca de él Algún elocuente mediador muy escogido, Que anuncie al hombre su deber; 33:24 Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, Que lo libró de descender al sepulcro, Que halló redención; 33:25 Su carne será más tierna que la del niño, Volverá a los días de su juventud. 33:26 Orará a Dios, y éste le amará, Y verá su faz con júbilo; Y restaurará al hombre su justicia. 33:27 El mira sobre los hombres; y al que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, Y no me ha aprovechado, 33:28 Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro, Y su vida se verá en luz. 33:29 He aquí, todas estas cosas hace Dios Dos y tres veces con el hombre, 33:30 Para apartar su alma del sepulcro, Y para iluminarlo con la luz de los vivientes. 33:31 Escucha, Job, y óyeme; Calla, y yo hablaré. 33:32 Si tienes razones, respóndeme; Habla, porque yo te quiero justificar. 33:33 Y si no, óyeme tú a mí; Calla, y te enseñaré sabiduría.

2 Corintios 3:1-18
Capítulo 3
Ministros del nuevo pacto
3:1 ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? 3:2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; 3:3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. 3:4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 3:5 no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, 3:6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. 3:7 Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, 3:8 ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? 3:9 Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. 3:10 Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. 3:11 Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece. 3:12 Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 3:13 y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. 3:14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. 3:15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 3:16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

Salmos 43:1-5
Plegaria pidiendo vindicación y liberación
43:1 Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa;
Líbrame de gente impía, y del hombre engañoso e inicuo.
43:2 Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado?
¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?

43:3 Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán;
Me conducirán a tu santo monte,
Y a tus moradas.
43:4 Entraré al altar de Dios,
Al Dios de mi alegría y de mi gozo;
Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
43:5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.


Proverbios 22:8-9
22:8 El que sembrare iniquidad, iniquidad segará,
Y la vara de su insolencia se quebrará.
22:9 El ojo misericordioso será bendito,
Porque dio de su pan al indigente.

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