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martes, 31 de agosto de 2010

Lectura Bíblica - Octubre 03

*** Lecturas de Hoy ***
  • Jeremías 1:1-2:30
  • Filipenses 4:1-23
  • Salmos 75:1-10
  • Proverbios 24:17-20

Jeremías 1:1-2:30
Capítulo 1
Llamamiento y misión de Jeremías
1:1 Las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes que estuvieron en Anatot, en tierra de Benjamín. 1:2 Palabra de Jehová que le vino en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá, en el año decimotercero de su reinado. 1:3 Le vino también en días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del año undécimo de Sedequías hijo de Josías, rey de Judá, hasta la cautividad de Jerusalén en el mes quinto. 1:4 Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: 1:5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. 1:6 Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. 1:7 Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. 1:8 No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. 1:9 Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. 1:10 Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar. 1:11 La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro. 1:12 Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra. 1:13 Vino a mí la palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Veo una olla que hierve; y su faz está hacia el norte. 1:14 Me dijo Jehová: Del norte se soltará el mal sobre todos los moradores de esta tierra. 1:15 Porque he aquí que yo convoco a todas las familias de los reinos del norte, dice Jehová; y vendrán, y pondrá cada uno su campamento a la entrada de las puertas de Jerusalén, y junto a todos sus muros en derredor, y contra todas las ciudades de Judá. 1:16 Y a causa de toda su maldad, proferiré mis juicios contra los que me dejaron, e incensaron a dioses extraños, y la obra de sus manos adoraron. 1:17 Tú, pues, ciñe tus lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos. 1:18 Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra. 1:19 Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte.

Capítulo 2
Jehová y la apostasía de Israel
2:1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2:2 Anda y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada. 2:3 Santo era Israel a Jehová, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que le devoraban eran culpables; mal venía sobre ellos, dice Jehová. 2:4 Oíd la palabra de Jehová, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel. 2:5 Así dijo Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad y se hicieron vanos? 2:6 Y no dijeron: ¿Dónde está Jehová, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, por una tierra desierta y despoblada, por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre? 2:7 Y os introduje en tierra de abundancia, para que comieseis su fruto y su bien; pero entrasteis y contaminasteis mi tierra, e hicisteis abominable mi heredad. 2:8 Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha. 2:9 Por tanto, contenderé aún con vosotros, dijo Jehová, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé. 2:10 Porque pasad a las costas de Quitim y mirad; y enviad a Cedar, y considerad cuidadosamente, y ved si se ha hecho cosa semejante a esta. 2:11 ¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha. 2:12 Espantaos, cielos, sobre esto, y horrorizaos; desolaos en gran manera, dijo Jehová. 2:13 Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua. 2:14 ¿Es Israel siervo? ¿es esclavo? ¿Por qué ha venido a ser presa? 2:15 Los cachorros del león rugieron contra él, alzaron su voz, y asolaron su tierra; quemadas están sus ciudades, sin morador. 2:16 Aun los hijos de Menfis y de Tafnes te quebrantaron la coronilla. 2:17 ¿No te acarreó esto el haber dejado a Jehová tu Dios, cuando te conducía por el camino? 2:18 Ahora, pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto, para que bebas agua del Nilo? ¿Y qué tienes tú en el camino de Asiria, para que bebas agua del Eufrates? 2:19 Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos. 2:20 Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera. 2:21 Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña? 2:22 Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jehová el Señor. 2:23 ¿Cómo puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales? Mira tu proceder en el valle, conoce lo que has hecho, dromedaria ligera que tuerce su camino, 2:24 asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se fatigarán, porque en el tiempo de su celo la hallarán. 2:25 Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir. 2:26 Como se avergüenza el ladrón cuando es descubierto, así se avergonzará la casa de Israel, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, 2:27 que dicen a un leño: Mi padre eres tú; y a una piedra: Tú me has engendrado. Porque me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su calamidad dicen: Levántate, y líbranos. 2:28 ¿Y dónde están tus dioses que hiciste para ti? Levántense ellos, a ver si te podrán librar en el tiempo de tu aflicción; porque según el número de tus ciudades, oh Judá, fueron tus dioses. 2:29 ¿Por qué porfías conmigo? Todos vosotros prevaricasteis contra mí, dice Jehová. 2:30 En vano he azotado a vuestros hijos; no han recibido corrección. Vuestra espada devoró a vuestros profetas como león destrozador.

Filipenses 4:1-23
Capítulo 4
Regocijaos en el Señor siempre
4:1 Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados. 4:2 Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor. 4:3 Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida. 4:4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! 4:5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 4:6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 4:7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

En esto pensad
4:8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. 4:9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

Dádivas de los filipenses
4:10 En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. 4:11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. 4:12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. 4:14 Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. 4:15 Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; 4:16 pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades. 4:17 No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. 4:18 Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. 4:19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. 4:20 Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Salutaciones finales
4:21 Saludad a todos los santos en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo os saludan. 4:22 Todos los santos os saludan, y especialmente los de la casa de César. 4:23 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

Salmos 75:1-10
Dios abate al malo y exalta al justo
Al músico principal; sobre No destruyas. Salmo de Asaf. Cántico.
75:1 Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos,
Pues cercano está tu nombre;
Los hombres cuentan tus maravillas.

75:2 Al tiempo que señalaré
Yo juzgaré rectamente.
75:3 Se arruinaban la tierra y sus moradores;
Yo sostengo sus columnas. Selah
75:4 Dije a los insensatos: No os infatuéis;
Y a los impíos: No os enorgullezcáis;
75:5 No hagáis alarde de vuestro poder;
No habléis con cerviz erguida.
75:6 Porque ni de oriente ni de occidente,
Ni del desierto viene el enaltecimiento.
75:7 Mas Dios es el juez;
A éste humilla, y a aquél enaltece.
75:8 Porque el cáliz está en la mano de Jehová, y el vino está fermentado,
Lleno de mistura; y él derrama del mismo;
Hasta el fondo lo apurarán, y lo beberán todos los impíos de la tierra.

75:9 Pero yo siempre anunciaré
Y cantaré alabanzas al Dios de Jacob.
75:10 Quebrantaré todo el poderío de los pecadores,
Pero el poder del justo será exaltado.


Proverbios 24:17-20
24:17 Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes,
Y cuando tropezare, no se alegre tu corazón;
24:18 No sea que Jehová lo mire, y le desagrade,
Y aparte de sobre él su enojo.
24:19 No te entremetas con los malignos,
Ni tengas envidia de los impíos;
24:20 Porque para el malo no habrá buen fin,
Y la lámpara de los impíos será apagada.

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