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lunes, 19 de julio de 2010

Lectura Bíblica - Junio 27

*** Lecturas de Hoy ***
  • 2 Reyes 11:1-12:21
  • Hechos 18:1-23
  • Salmos 145:1-21
  • Proverbios 18:1

2 Reyes 11:1-12:21
Capítulo 11
Atalía usurpa el trono
(2 Cr. 22.10-23.21)
11:1 Cuando Atalía madre de Ocozías vio que su hijo era muerto, se levantó y destruyó toda la descendencia real. 11:2 Pero Josaba hija del rey Joram, hermana de Ocozías, tomó a Joás hijo de Ocozías y lo sacó furtivamente de entre los hijos del rey a quienes estaban matando, y lo ocultó de Atalía, a él y a su ama, en la cámara de dormir, y en esta forma no lo mataron. 11:3 Y estuvo con ella escondido en la casa de Jehová seis años; y Atalía fue reina sobre el país. 11:4 Mas al séptimo año envió Joiada y tomó jefes de centenas, capitanes, y gente de la guardia, y los metió consigo en la casa de Jehová, e hizo con ellos alianza, juramentándolos en la casa de Jehová; y les mostró el hijo del rey. 11:5 Y les mandó diciendo: Esto es lo que habéis de hacer: la tercera parte de vosotros tendrá la guardia de la casa del rey el día de reposo. 11:6 Otra tercera parte estará a la puerta de Shur, y la otra tercera parte a la puerta del postigo de la guardia; así guardaréis la casa, para que no sea allanada. 11:7 Mas las dos partes de vosotros que salen el día de reposo tendréis la guardia de la casa de Jehová junto al rey. 11:8 Y estaréis alrededor del rey por todos lados, teniendo cada uno sus armas en las manos; y cualquiera que entrare en las filas, sea muerto. Y estaréis con el rey cuando salga, y cuando entre. 11:9 Los jefes de centenas, pues, hicieron todo como el sacerdote Joiada les mandó; y tomando cada uno a los suyos, esto es, los que entraban el día de reposo y los que salían el día de reposo, vinieron al sacerdote Joiada. 11:10 Y el sacerdote dio a los jefes de centenas las lanzas y los escudos que habían sido del rey David, que estaban en la casa de Jehová. 11:11 Y los de la guardia se pusieron en fila, teniendo cada uno sus armas en sus manos, desde el lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo, junto al altar y el templo, en derredor del rey. 11:12 Sacando luego Joiada al hijo del rey, le puso la corona y el testimonio, y le hicieron rey ungiéndole; y batiendo las manos dijeron: ¡Viva el rey! 11:13 Oyendo Atalía el estruendo del pueblo que corría, entró al pueblo en el templo de Jehová. 11:14 Y cuando miró, he aquí que el rey estaba junto a la columna, conforme a la costumbre, y los príncipes y los trompeteros junto al rey; y todo el pueblo del país se regocijaba, y tocaban las trompetas. Entonces Atalía, rasgando sus vestidos, clamó a voz en cuello: ¡Traición, traición! 11:15 Mas el sacerdote Joiada mandó a los jefes de centenas que gobernaban el ejército, y les dijo: Sacadla fuera del recinto del templo, y al que la siguiere, matadlo a espada. (Porque el sacerdote dijo que no la matasen en el templo de Jehová.) 11:16 Le abrieron, pues, paso; y en el camino por donde entran los de a caballo a la casa del rey, allí la mataron. 11:17 Entonces Joiada hizo pacto entre Jehová y el rey y el pueblo, que serían pueblo de Jehová; y asimismo entre el rey y el pueblo. 11:18 Y todo el pueblo de la tierra entró en el templo de Baal, y lo derribaron; asimismo despedazaron enteramente sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán sacerdote de Baal delante de los altares. Y el sacerdote puso guarnición sobre la casa de Jehová. 11:19 Después tomó a los jefes de centenas, los capitanes, la guardia y todo el pueblo de la tierra, y llevaron al rey desde la casa de Jehová, y vinieron por el camino de la puerta de la guardia a la casa del rey; y se sentó el rey en el trono de los reyes. 11:20 Y todo el pueblo de la tierra se regocijó, y la ciudad estuvo en reposo, habiendo sido Atalía muerta a espada junto a la casa del rey. 11:21 Era Joás de siete años cuando comenzó a reinar.

Capítulo 12
Reinado de Joás de Judá
(2 Cr. 24.1-27)
12:1 En el séptimo año de Jehú comenzó a reinar Joás, y reinó cuarenta años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Sibia, de Beerseba. 12:2 Y Joás hizo lo recto ante los ojos de Jehová todo el tiempo que le dirigió el sacerdote Joiada. 12:3 Con todo eso, los lugares altos no se quitaron, porque el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. 12:4 Y Joás dijo a los sacerdotes: Todo el dinero consagrado que se suele traer a la casa de Jehová, el dinero del rescate de cada persona según está estipulado, y todo el dinero que cada uno de su propia voluntad trae a la casa de Jehová, 12:5 recíbanlo los sacerdotes, cada uno de mano de sus familiares, y reparen los portillos del templo dondequiera que se hallen grietas. 12:6 Pero en el año veintitrés del rey Joás aún no habían reparado los sacerdotes las grietas del templo. 12:7 Llamó entonces el rey Joás al sumo sacerdote Joiada y a los sacerdotes, y les dijo: ¿Por qué no reparáis las grietas del templo? Ahora, pues, no toméis más el dinero de vuestros familiares, sino dadlo para reparar las grietas del templo. 12:8 Y los sacerdotes consintieron en no tomar más dinero del pueblo, ni tener el cargo de reparar las grietas del templo. 12:9 Mas el sumo sacerdote Joiada tomó un arca e hizo en la tapa un agujero, y la puso junto al altar, a la mano derecha así que se entra en el templo de Jehová; y los sacerdotes que guardaban la puerta ponían allí todo el dinero que se traía a la casa de Jehová. 12:10 Y cuando veían que había mucho dinero en el arca, venía el secretario del rey y el sumo sacerdote, y contaban el dinero que hallaban en el templo de Jehová, y lo guardaban. 12:11 Y daban el dinero suficiente a los que hacían la obra, y a los que tenían a su cargo la casa de Jehová; y ellos lo gastaban en pagar a los carpinteros y maestros que reparaban la casa de Jehová, 12:12 y a los albañiles y canteros; y en comprar la madera y piedra de cantería para reparar las grietas de la casa de Jehová, y en todo lo que se gastaba en la casa para repararla. 12:13 Mas de aquel dinero que se traía a la casa de Jehová, no se hacían tazas de plata, ni despabiladeras, ni jofainas, ni trompetas; ni ningún otro utensilio de oro ni de plata se hacía para el templo de Jehová; 12:14 porque lo daban a los que hacían la obra, y con él reparaban la casa de Jehová. 12:15 Y no se tomaba cuenta a los hombres en cuyas manos el dinero era entregado, para que ellos lo diesen a los que hacían la obra; porque lo hacían ellos fielmente. 12:16 El dinero por el pecado, y el dinero por la culpa, no se llevaba a la casa de Jehová; porque era de los sacerdotes. 12:17 Entonces subió Hazael rey de Siria, y peleó contra Gat, y la tomó. Y se propuso Hazael subir contra Jerusalén; 12:18 por lo cual tomó Joás rey de Judá todas las ofrendas que habían dedicado Josafat y Joram y Ocozías sus padres, reyes de Judá, y las que él había dedicado, y todo el oro que se halló en los tesoros de la casa de Jehová y en la casa del rey, y lo envió a Hazael rey de Siria; y él se retiró de Jerusalén. 12:19 Los demás hechos de Joás, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 12:20 Y se levantaron sus siervos, y conspiraron en conjuración, y mataron a Joás en la casa de Milo, cuando descendía él a Sila; 12:21 pues Josacar hijo de Simeat y Jozabad hijo de Somer, sus siervos, le hirieron, y murió. Y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David, y reinó en su lugar Amasías su hijo.

Hechos 18:1-23
Capítulo 18
Pablo en Corinto
18:1 Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. 18:2 Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos, 18:3 y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. 18:4 Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos. 18:5 Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo. 18:6 Pero oponiéndose y blasfemando éstos, les dijo, sacudiéndose los vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio; desde ahora me iré a los gentiles. 18:7 Y saliendo de allí, se fue a la casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la cual estaba junto a la sinagoga. 18:8 Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados. 18:9 Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; 18:10 porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. 18:11 Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios. 18:12 Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal, 18:13 diciendo: Este persuade a los hombres a honrar a Dios contra la ley. 18:14 Y al comenzar Pablo a hablar, Galión dijo a los judíos: Si fuera algún agravio o algún crimen enorme, oh judíos, conforme a derecho yo os toleraría. 18:15 Pero si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas. 18:16 Y los echó del tribunal. 18:17 Entonces todos los griegos, apoderándose de Sóstenes, principal de la sinagoga, le golpeaban delante del tribunal; pero a Galión nada se le daba de ello. 18:18 Mas Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, después se despidió de los hermanos y navegó a Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose rapado la cabeza en Cencrea, porque tenía hecho voto. 18:19 Y llegó a Efeso, y los dejó allí; y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos, 18:20 los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo; mas no accedió, 18:21 sino que se despidió de ellos, diciendo: Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene; pero otra vez volveré a vosotros, si Dios quiere. Y zarpó de Efeso.

Pablo regresa a Antioquía y comienza su tercer viaje misionero
18:22 Habiendo arribado a Cesarea, subió para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía. 18:23 Y después de estar allí algún tiempo, salió, recorriendo por orden la región de Galacia y de Frigia, confirmando a todos los discípulos.

Salmos 145:1-21
Alabanza por la bondad y el poder de Dios
Salmo de alabanza; de David.
145:1 Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,
Y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.
145:2 Cada día te bendeciré,
Y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.
145:3 Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza;
Y su grandeza es inescrutable.

145:4 Generación a generación celebrará tus obras,
Y anunciará tus poderosos hechos.
145:5 En la hermosura de la gloria de tu magnificencia,
Y en tus hechos maravillosos meditaré.
145:6 Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres,
Y yo publicaré tu grandeza.
145:7 Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,
Y cantarán tu justicia.

145:8 Clemente y misericordioso es Jehová,
Lento para la ira, y grande en misericordia.
145:9 Bueno es Jehová para con todos,
Y sus misericordias sobre todas sus obras.

145:10 Te alaben, oh Jehová, todas tus obras,
Y tus santos te bendigan.
145:11 La gloria de tu reino digan,
Y hablen de tu poder,
145:12 Para hacer saber a los hijos de los hombres sus poderosos hechos,
Y la gloria de la magnificencia de su reino.
145:13 Tu reino es reino de todos los siglos,
Y tu señorío en todas las generaciones.

145:14 Sostiene Jehová a todos los que caen,
Y levanta a todos los oprimidos.
145:15 Los ojos de todos esperan en ti,
Y tú les das su comida a su tiempo.
145:16 Abres tu mano,
Y colmas de bendición a todo ser viviente.
145:17 Justo es Jehová en todos sus caminos,
Y misericordioso en todas sus obras.
145:18 Cercano está Jehová a todos los que le invocan,
A todos los que le invocan de veras.
145:19 Cumplirá el deseo de los que le temen;
Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará.
145:20 Jehová guarda a todos los que le aman,
Mas destruirá a todos los impíos.

145:21 La alabanza de Jehová proclamará mi boca;
Y todos bendigan su santo nombre eternamente y para siempre.


Proverbios 18:1
Capítulo 18
18:1 Su deseo busca el que se desvía,
Y se entremete en todo negocio.

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