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martes, 27 de julio de 2010

Lectura Bíblica - Julio 26

*** Lecturas de Hoy ***
  • 2 Crónicas 17:1-18:34
  • Romanos 9:25-10:13
  • Salmos 20:1-9
  • Proverbios 20:2-3

2 Crónicas 17:1-18:34
Capítulo 17
Reinado de Josafat
17:1 Reinó en su lugar Josafat su hijo, el cual se hizo fuerte contra Israel. 17:2 Puso ejército en todas las ciudades fortificadas de Judá, y colocó gente de guarnición, en tierra de Judá, y asimismo en las ciudades de Efraín que su padre Asa había tomado. 17:3 Y Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales; 17:4 Sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel. 17:5 Jehová por tanto confirmó el reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo riquezas y gloria en abundancia. 17:6 Y se animó su corazón en los caminos de Jehová, y quitó los lugares altos y las imágenes de Asera de en medio de Judá. 17:7 Al tercer año de su reinado envió sus príncipes Ben-hail, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías, para que enseñasen en las ciudades de Judá; 17:8 Y con ellos a los levitas, Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías, y Tobadonías; y con ellos a los sacerdotes Elisama y Joram. 17:9 Y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la ley de Jehová, y recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo. 17:10 Y cayó el pavor de Jehová sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá; y no osaron hacer guerra contra Josafat. 17:11 Y traían de los Filisteos presentes a Josafat, y tributos de plata. Los Arabes también le trajeron ganados, siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos cabrío. 17:12 Iba, pues, Josafat engrandeciéndose mucho; y edificó en Judá fortalezas y ciudades de aprovisionamiento. 17:13 Tuvo muchas provisiones en las ciudades de Judá, y hombres de guerra muy valientes en Jerusalén. 17:14 Y este es el número de ellos según sus casas paternas: de los jefes de los millares de Judá, el general Adna, y con él trescientos mil hombres muy esforzados; 17:15 Después de él, el jefe Johanán, y con él doscientos ochenta mil; 17:16 Tras éste, Amasías hijo de Zicri, el cual se había ofrecido voluntariamente a Jehová, y con él doscientos mil hombres valientes; 17:17 De Benjamín, Eliada, hombre muy valeroso, y con él doscientos mil armados de arco y escudo; 17:18 Tras éste, Jozabad, y con él ciento ochenta mil dispuestos para la guerra. 17:19 Estos eran siervos del rey, sin los que el rey había puesto en las ciudades de fortificadas en todo Judá.

Capítulo 18
Micaías profetiza la derrota de Acab
(1 R. 22. 1-40)
18:1 Tenía, pues, Josafat riquezas y gloria en abundancia, y contrajo parentesco con Acab. 18:2 Y después de algunos años descendió a Samaria para visitar a Acab; por lo que mató Acab muchas ovejas y bueyes para él, y para la gente que con él venía: y le persuadió que fuese con él contra Ramot de Galaad. 18:3 Y dijo Acab rey de Israel a Josafat rey de Judá: ¿Quieres venir conmigo contra Ramot de Galaad? Y él respondió: Yo soy como tú; y mi pueblo como tu pueblo; iremos contigo a la guerra. 18:4 Además dijo Josafat al rey de Israel: te Ruégo que consultes hoy la palabra de Jehová. 18:5 Entonces el rey de Israel reunió a cuatrocientos profetas, y les preguntó: ¿Iremos a la guerra contra Ramot de Galaad, o me estaré quieto? Y ellos dijeron: Sube, porque Dios los entregará en mano del rey. 18:6 Pero Josafat dijo: ¿Hay aún aquí algun profeta de Jehová, para que por medio de él preguntemos? 18:7 Y el rey de Israel respondio a Josafat: Aun hay aquí un hombre por el cual podemos preguntar a Jehová: mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino siempre mal. Este es Micaías, hijo de Imla. Y respondio Josafat: No hable así el rey. 18:8 Entonces el rey de Israel llamo a un oficial, y le dijo: Haz venir luego a Micaías hijo de Imla. 18:9 Y el rey de Israel y Josafat rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos con sus ropas reales; en la plaza junto a la entrada de la puerta de Samaria, y todos los profetas profetizaban delante de ellos. 18:10 Y Sedequías hijo de Quenaana se había hecho cuernos de hierro, y decía: Así ha dicho Jehová: Con estos acornearás a los Siros hasta destruirlos por completo. 18:11 De esta manera profetizaban también todos los profetas, diciendo: Sube contra Ramot de Galaad, y serás prosperado; porque Jehová la entregará en mano del rey. 18:12 Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías, le hablo, diciendo: He aquí las palabras de los profetas a una voz anuncian al rey cosas buenas; yo, pues, te ruego que tu palabra sea como la de uno de ellos, que hables bien. 18:13 Dijo Micaías: Vive Jehová, que lo que mi Dios me dijere, eso hablaré. Y vino al rey. 18:14 Y el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o me estaré quieto? El respondió: Subid, y seréis prosperados, pues serán entregados en vuestras manos. 18:15 El rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces te conjuraré por el nombre de Jehová que no me hables sino la verdad? 18:16 Entonces Micaías dijo: He visto a todo Israel derramado por los montes como ovejas sin pastor; y dijo Jehová: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno en paz a su casa. 18:17 Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te había yo dicho que no me profetizaría bien, sino mal? 18:18 Entonces él dijo: Oid pues palabra de Jehová: Yo he visto a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su mano derecha y a su izquierda. 18:19 Y Jehová preguntó: ¿Quién inducirá a Acab rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía así, y otro decía de otra manera. 18:20 Entonces salió un espíritu, que se puso delante de Jehová, y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué modo? 18:21 Y él dijo: Saldré y seré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas. Y Jehová dijo: Tu le inducirás, y lo lograrás; anda y hazlo así. 18:22 Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de estos tus profetas; pues Jehová ha hablado el mal contra ti. 18:23 Entonces Sedequías hijo de Quenaana se le acercó, y golpeó a Micaías en la mejilla, y dijo: ¿Por qué camino se fue de mí el Espíritu de Jehová para hablarte a ti? 18:24 Y Micaías respondio: He aquí tú lo verás aquel día, cuando entres de cámara en cámara para esconderte. 18:25 Entonces el rey de Israel dijo: Tomad a Micaías, y llevadlo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joás hijo del rey. 18:26 Y decidles: El rey ha dicho así: Poned a éste en la cárcel, y sustentadle con pan de afliccion y agua de angustia, hasta que yo vuelva en paz. 18:27 Y Micaías dijo: Si tú volvieres en paz, Jehová no ha hablado por mí. Dijo además: Oid, pueblos todos. 18:28 Subieron, pues, el rey de Israel, y Josafat rey de Judá, a Ramot de Galaad. 18:29 Y dijo el rey de Israel a Josafat: Yo me disfrazaré para entrar en la batalla, pero tú vístete tus ropas reales. Y se disfrazó el rey de Israel, y entro en la batalla. 18:30 Había el rey de Siria mandado a los capitanes de los carros que tenía consigo, diciendo: No peleéis con chico ni con grande, sino sólo con el rey de Israel. 18:31 Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Este es el rey de Israel. Y lo rodearon para pelear; mas Josafat clamó, y Jehová lo ayudó, y los apartó Dios de él; 18:32 Pues viendo los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, desistieron de acosarle. 18:33 Mas disparando uno el arco a la ventura, hirió al rey de Israel entre las junturas y el coselete. El entonces dijo al cochero: Vuelve las riendas, y sácame del campo, porque estoy mal herido. 18:34 Y arreció la batalla aquel día, por lo que estuvo el rey de Israel en pie en el carro enfrente de los sirios hasta la tarde; y murió al ponerse el sol.

Romanos 9:25-10:13
9:25 Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, Y a la no amada, amada. 9:26 Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios viviente. 9:27 También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo; 9:28 porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con prontitud. 9:29 Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia, Como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra seríamos semejantes.

La justicia que es por fe
9:30 ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe; 9:31 mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. 9:32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo, 9:33 como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado.

Capítulo 10
10:1 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. 10:2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. 10:3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; 10:4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. 10:5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas. 10:6 Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); 10:7 o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). 10:8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: 10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10:10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. 10:11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. 10:12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 10:13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Salmos 20:1-9
Oración pidiendo la victoria
Al músico principal. Salmo de David.
20:1 Jehová te oiga en el día de conflicto;
El nombre del Dios de Jacob te defienda.
20:2 Te envíe ayuda desde el santuario,
Y desde Sion te sostenga.
20:3 Haga memoria de todas tus ofrendas,
Y acepte tu holocausto. Selah
20:4 Te dé conforme al deseo de tu corazón,
Y cumpla todo tu consejo.
20:5 Nosotros nos alegraremos en tu salvación,
Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios;
Conceda Jehová todas tus peticiones.

20:6 Ahora conozco que Jehová salva a su ungido;
Lo oirá desde sus santos cielos
Con la potencia salvadora de su diestra.
20:7 Estos confían en carros, y aquéllos en caballos;
Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.
20:8 Ellos flaquean y caen,
Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.

20:9 Salva, Jehová;
Que el Rey nos oiga en el día que lo invoquemos.


Proverbios 20:2-3
20:2 Como rugido de cachorro de león es el terror del rey;
El que lo enfurece peca contra sí mismo.
20:3 Honra es del hombre dejar la contienda;
Mas todo insensato se envolverá en ella.

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