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miércoles, 28 de julio de 2010

Lectura Bíblica - Julio 28

*** Lecturas de Hoy ***
  • 2 Crónicas 21:1-23:21
  • Romanos 11:11-36
  • Salmos 22:1-18
  • Proverbios 20:7

2 Crónicas 21:1-23:21
Capítulo 21
Reinado de Joram de Judá
(2 R. 8. 16-24)
21:1 Durmió Josafat con sus padres, y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David. Y reinó en su lugar Joram su hijo, 21:2 quien tuvo por hermanos, hijos de Josafat, a Azarías, Jehiel, Zacarías, Azarías, Micael, y Sefatías. Todos estos fueron hijos de Josafat rey de Judá. 21:3 Y su padre les había dado muchos regalos de oro y de plata, y cosas preciosas, y ciudades fortificadas en Judá; pero había dado el reino a Joram, porque él era el primogénito. 21:4 Fue elevado, pues, Joram al reino de su padre; y luego que se hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos, y también a algunos de los príncipes de Israel. 21:5 Cuando comenzó a reinar era de treinta y dos años, y reinó ocho años en Jerusalén . 21:6 Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab; porque tenía por mujer a la hija de Acab, e hizo lo malo ante los ojos de Jehová. 21:7 Mas Jehová no quiso destruir la casa de David, a causa del pacto que había hecho con David, y porque le había dicho que le daría lámpara a él y a sus hijos perpetuamente. 21:8 En los días de éste se rebeló Edom contra el dominio de Judá, y pusieron rey sobre sí. 21:9 Entonces pasó Joram con sus príncipes, y todos sus carros; y se levantó de noche, y derrotó a los edomitas que le habían sitiado, y a todos los comandantes de sus carros. 21:10 No obstante, Edom se libertó del dominio de Judá, hasta hoy. También en el mismo tiempo Libna se libertó de su dominio, por cuanto él había dejado a Jehová el Dios de sus padres. 21:11 Además de esto hizo lugares altos en los montes de Judá, e hizo que los moradores de Jerusalén fornicasen, y a ello impelió a Judá. 21:12 Y le llegó una carta del profeta Elías, que decía: Jehová, el Dios de David tu padre, ha dicho así: Por cuanto no has andado en los caminos de Josafat tu padre, ni en los caminos de Asa rey de Judá, 21:13 sino que has andado en el camino de los reyes de Israel, y has hecho que fornicase Judá, y los moradores de Jerusalén , como fornicó la casa de Acab; y además has dado muerte a tus hermanos, a la familia de tu padre, los cuales eran mejores que tú: 21:14 he aquí Jehová herirá a tu pueblo de una gran plaga, y a tus hijos y a tus mujeres, y a todo cuanto tienes; 21:15 Y a ti con muchas enfermedades, con enfermedad de tus intestinos, hasta que se te salgan a causa de tu persistente enfermedad. 21:16 Entonces Jehová despertó contra Joram la ira de los filisteos, y de los árabes que estaban junto a los etíopes; 21:17 Y subieron contra Judá, e invadieron la tierra, y tomaron todos los bienes que hallaron en la casa del rey, y a sus hijos y a sus mujeres; y no le quedó más hijo, sino solamente Joacaz el menor de sus hijos. 21:18 Después de todo esto, Jehová lo hirió con una enfermedad incurable en los intestinos. 21:19 Y aconteció que al pasar muchos días, al fin, al cabo de dos años, los intestinos se le salieron por la enfermedad, muriendo así de enfermedad muy penosa. Y no encendieron fuego en su honor, como las habían hecho con sus padres. 21:20 Cuando comenzó a reinar era de treinta y dos años, y reinó en Jerusalén ocho años; y murió sin que lo desearan más. Y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes.

Capítulo 22
Reinado de Ocozías de Judá
(2 R. 8.25-29)
22:1 Los habitantes de Jerusalén hicieron rey en lugar de Joram a Ocozías su hijo menor; porque una banda armada que había venido con los árabes al campamento, había matado a todos los mayores; por lo cual reinó Ocozías, hijo de Joram rey de Judá. 22:2 Cuando Ocozías comenzó a reinar era de cuarenta y dos años, y reinó un año en Jerusalén . El nombre de su madre fue Atalía, hija de Omri. 22:3 También él anduvo en los caminos de la casa de Acab: pues su madre le aconsejaba a que actuase impíamente. 22:4 Hizo pues lo malo ante los ojos de Jehová, como la casa de Acab; porque después de la muerte de su padre, ellos le aconsejaron para su perdición. 22:5 Y él anduvo en los consejos de ellos, y fue a la guerra con Joram hijo de Acab, rey de Israel, contra Hazael rey de Siria, a Ramot de Galaad, donde los Siros hirieron a Joram. 22:6 Y volvió para curarse en Jezreel de las heridas que le habían hecho en Ramot, peleando contra Hazael rey de Siria. Y descendió Ocozías hijo de Joram, rey de Judá, para visitar a Joram hijo de Acab, en Jezreel, porque allí estaba enfermo.

Jehú mata a Ocozías
(2 R. 9. 27-29)
22:7 Pero esto venía de Dios, para que Ocozías fuese destruído viniendo a Joram: porque habiendo venido, salió con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, al cual Jehová había ungido para que exterminara la familia de Acab. 22:8 Y haciendo juicio Jehú contra la casa de Acab, halló a los príncipes de Judá, y a los hijos de los hermanos de Ocozías, que servían a Ocozías, y los mató. 22:9 Y buscando a Ocozías, el cual se había escondido en Samaria, lo hallaron, y lo trajéron a Jehú, y le mataron; y le dieron sepultura, porque dijeron: Es hijo de Josafat, quien de todo su corazón buscó a Jehová. Y la casa de Ocozías no tenía fuerzas para poder retener el reino.

Atalía usurpa el trono
(2 R. 11. 1-21)
22:10 Entonces Atalía madre de Ocozías, viendo que su hijo era muerto, se levantó y destruyó toda la descendencia real de la casa de Judá. 22:11 Pero Josabet, hija del rey, tomó a Joás hijo de Ocozías, y escondiéndolo de entre los demás hijos del rey, a los cuales mataban, y le guardó a él y a su ama en uno de los aposentos. Así lo escondió Josabet, hija del rey Joram, mujer del sacerdote Joiada, (porque ella era hermana de Ocozías), de delante de Atalía, y no lo mataron. 22:12 Y estuvo con ellos escondido en la casa de Dios seis años. Entre tanto Atalía reinaba en el país.

Capítulo 23
23:1 En el séptimo año se animó Joiada, y tomó consigo en alianza a los jefes de centenas Azarías hijo de Jeroham, Ismael hijo de Johanán, Azarías hijo de Obed, Maasías hijo de Adaía, y a Elisafat hijo de Zicri, 23:2 Los cuales recorrieron el país de Judá, y reunieron a los levitas de todas las ciudades de Judá, y a los príncipes de las familias de Israel, y vinieron a Jerusalén . 23:3 Y toda la multitud hizo pacto con el rey en la casa de Dios. Y Joiada les dijo: He aquí el hijo del rey, el cual reinará, como Jehová ha dicho a los hijos de David. 23:4 Ahora haced esto: la tercera parte de vosotros, los que entran el día de reposo, estarán de porteros con los sacerdotes y los levitas; 23:5 Otra tercera parte, a la casa del rey; y la otra tercera parte, a la puerta del Cimiento: y todo el pueblo estará en los patios de la casa de Jehová. 23:6 Y ninguno entre en la casa de Jehová, sino los sacerdotes y levitas que ministran: éstos entrarán, porque están consagrados; y todo el pueblo hará guardia delante de Jehová. 23:7 Y los levitas rodearán al rey por todas partes, y cada uno tendrá sus armas en la mano; cualquiera que entre en la casa, que muera: y estaréis con el rey cuando entre, y cuando salga. 23:8 Y los levitas y todo Judá lo hicieron todo como lo había mandado el sacerdote Joiada: y tomó cada jefe a los suyos, los que entraban el día de reposo, y los que salían el día de reposo: porque el sacerdote Joiada no dio licencia a las compañías. 23:9 Dio también el sacerdote Joiada a los jefes de las centenas las lanzas, los paveses y los escudos que habían sido del rey David, y que estaban en la casa de Dios; 23:10 Y puso en orden a todo el pueblo, teniendo cada uno su espada en la mano, desde el rincón derecho del templo hasta el izquierdo, hacia el altar y la casa, alrededor del rey por todas partes. 23:11 Entonces sacaron al hijo del rey, y le pusieron la corona y el testimonio, y lo proclamaron rey; y Joiada y sus hijos lo ungieron, diciendo luego: ¡Viva el rey! 23:12 Cuando Atalía oyó el estruendo de la gente que corría, y de los que aclamaban al rey, vino al pueblo a la casa de Jehová; 23:13 Y mirando, vió al rey que estaba junto a su columna a la entrada, y los príncipes y los trompeteros junto al rey, y que todo el pueblo de la tierra mostraba alegría, y sonaban bocinas, y los cantores con instrumentos de música dirigían la alabanza. Entonces Atalía rasgó sus vestidos, y dijo: ¡Traición! ¡Traición! 23:14 Pero el sacerdote Joiada mandó que salieran los jefes de centenas del ejército, y les dijo: Sacadla fuera del recinto; y al que la siguiere, matadlo a filo de espada: porque el sacerdote había mandado que no la matasen en la casa de Jehová. 23:15 Ellos pues le echaron mano, y luego que ella hubo pasado la entrada de la puerta de los caballos de la casa del rey, allí la mataron. 23:16 Y Joiada hizo pacto entre sí y todo el pueblo y el rey, que serían pueblo de Jehová. 23:17 Después de esto entró todo el pueblo en el templo de Baal, y lo derribaron, y también sus altares; e hicieron pedazos sus imágenes, y mataron delante de los altares a Matán, sacerdote de Baal. 23:18 Luego ordenó Joiada los oficios en la casa de Jehová, bajo la mano de los sacerdotes y levitas, según David los había distribuido en la casa de Jehová, para ofrecer a Jehová los holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés, con gozo y con cánticos, conforme a la disposición de David. 23:19 Puso también porteros a las puertas de la casa de Jehová, para que por ninguna vía entrase ningún inmundo. 23:20 Llamó después a los jefes de centenas, y a los principales, a los que gobernaban el pueblo y a todo el pueblo de la tierra, para conducir al rey desde la casa de Jehová; y cuando llegaron a la mitad de la puerta mayor de la casa del rey, sentaron al rey sobre el trono del reino. 23:21 Y se regocijó todo el pueblo del país; y la ciudad estuvo tranquila, después que mataron a Atalia a filo de espada.

Romanos 11:11-36
La salvación de los gentiles
11:11 Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. 11:12 Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración? 11:13 Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio, 11:14 por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos. 11:15 Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos? 11:16 Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas. 11:17 Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, 11:18 no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. 11:19 Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. 11:20 Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. 11:21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. 11:22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. 11:23 Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. 11:24 Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?

La restauración de Israel
11:25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; 11:26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad. 11:27 Y este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados. 11:28 Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. 11:29 Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios. 11:30 Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, 11:31 así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia. 11:32 Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos. 11:33 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! 11:34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? 11:35 ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? 11:36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

Salmos 22:1-18
Un grito de angustia y un canto de alabanza
Al músico principal; sobre Ajelet-sahar. Salmo de David.
22:1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
22:2 Dios mío, clamo de día, y no respondes;
Y de noche, y no hay para mí reposo.

22:3 Pero tú eres santo,
Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
22:4 En ti esperaron nuestros padres;
Esperaron, y tú los libraste.
22:5 Clamaron a ti, y fueron librados;
Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.

22:6 Mas yo soy gusano, y no hombre;
Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
22:7 Todos los que me ven me escarnecen;
Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo:
22:8 Se encomendó a Jehová; líbrele él;
Sálvele, puesto que en él se complacía.

22:9 Pero tú eres el que me sacó del vientre;
El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
22:10 Sobre ti fui echado desde antes de nacer;
Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.
22:11 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca;
Porque no hay quien ayude.

22:12 Me han rodeado muchos toros;
Fuertes toros de Basán me han cercado.
22:13 Abrieron sobre mí su boca
Como león rapaz y rugiente.
22:14 He sido derramado como aguas,
Y todos mis huesos se descoyuntaron;
Mi corazón fue como cera,
Derritiéndose en medio de mis entrañas.
22:15 Como un tiesto se secó mi vigor,
Y mi lengua se pegó a mi paladar,
Y me has puesto en el polvo de la muerte.

22:16 Porque perros me han rodeado;
Me ha cercado cuadrilla de malignos;
Horadaron mis manos y mis pies.
22:17 Contar puedo todos mis huesos;
Entre tanto, ellos me miran y me observan.
22:18 Repartieron entre sí mis vestidos,
Y sobre mi ropa echaron suertes.


Proverbios 20:7
20:7 Camina en su integridad el justo;
Sus hijos son dichosos después de él.

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