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lunes, 26 de julio de 2010

Lectura Bíblica - Julio 21

*** Lecturas de Hoy ***
  • 2 Crónicas 4:1-6:11
  • Romanos 7:1-13
  • Salmos 17:1-15
  • Proverbios 19:22-23

2 Crónicas 4:1-6:11
Capítulo 4
Mobiliario del templo
(1 R. 7. 23-51)
4:1 Hizo además un altar de bronce de veinte codos de longitud, veinte codos de anchura, y diez codos de altura. 4:2 También hizo un mar de fundición, el cual tenía diez codos de un borde al otro, enteramente redondo: su altura era de cinco codos, y un cordón de treinta codos lo ceñía alrededor. 4:3 Y debajo del mar había figuras de calabazas que lo circundaban, diez en cada codo alrededor; eran dos hileras de calabazas fundidas juntamente con el mar. 4:4 Estaba asentado sobre doce bueyes, tres de los cuales miraban al norte, tres al occidente, y tres al sur, y tres al oriente: y el mar descansaba sobre ellos, y las anclas de ellos estaban hacia adentro. 4:5 Y tenía de grueso un palmo menor, y el borde tenía la forma del borde de un cáliz, o de una flor de lis. Y le cabían tres mil batos. 4:6 Hizo también diez fuentes, y puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar y limpiar en ellas lo que se ofrecía en holocausto; pero el mar era para que los sacerdotes se lavaran en él. 4:7 Hizo asimismo diez candeleros de oro según su forma, los cuales puso en el templo, cinco a la derecha, y cinco a la izquierda. 4:8 Además hizo diez mesas y las puso en el templo, cinco a la derecha, y cinco a la izquierda: igualmente hizo cien tazones de oro. 4:9 También hizo el atrio de los sacerdotes, y el gran atrio, y las portadas del atrio, y cubrió de bronce las puertas de ellas. 4:10 Y colocó el mar al lado derecho, hacia el sureste de la casa. 4:11 Hiram hizo también calderos, y palas, y tazones; y acabó Hiram la obra que hacía al rey Salomón para la casa de Dios; 4:12 Dos columnas, y los cordones, los capiteles sobre las cabezas de las dos columnas, y dos redes para cubrir las dos esferas de los capiteles que estaban encima de las columnas; 4:13 Cuatrocientas granadas en las dos redes, dos hileras de granadas en cada red, para que cubriesen las dos esferas de los capiteles que estaban encima de las columnas. 4:14 Hizo también las basas, sobre las cuales colocó las fuentes; 4:15 Un mar, y los doce bueyes debajo de él: 4:16 Y calderos, palas, y garfios; de bronce muy fino hizo todos sus enseres Hiram-abi al rey Salomón para la casa de Jehová. 4:17 Y los fundió el rey en los llanos del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y Seredata. 4:18 Y Salomón hizo todos estos enseres en número tan grande, que no pudo saberse el peso del bronce. 4:19 Así hizo Salomón todos los utensilios para la casa de Dios, y el altar de oro, y las mesas sobre las cuales se ponían los panes de la proposición; 4:20 Asimismo los candeleros y sus lámparas, de oro puro, para que las encendiesen delante del lugar santísimo conforme a la ordenanza. 4:21 Las flores, lamparillas, y tenazas se hicieron de oro, de oro finísimo; 4:22 También las despabiladeras, los lebrillos, las cucharas y los incensarios eran de oro puro. Y de oro también la entrada de la casa, sus puertas interiores para el lugar santísimo, y las puertas de la casa del templo.

Capítulo 5
5:1 Acabada toda la obra que hizo Salomón para la casa de Jehová, metió Salomón las cosas que David su padre había dedicado; y puso la plata, y el oro, y todos los utensilios, en los tesoros de la casa de Dios.

Salomón traslada el arca al templo
(1 R. 8. 1-11)
5:2 Entonces Salomón reunió en Jerusalem a los ancianos de Israel, y todos los príncipes de las tribus, los jefes de las familias de los hijos de Israel, para que trajesen el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David, que es Sión. 5:3 Y se congregaron con el rey todos los varones de Israel, para la fiesta solemne del mes séptimo. 5:4 Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel, y los Levitas tomaron el arca: 5:5 Y llevaron el arca, y el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios del santuario que estaban en el tabernáculo: los sacerdotes y los Levitas los llevaron. 5:6 Y el rey Salomón, y toda la congregación de Israel que se había reunido con él delante del arca, sacrificaron ovejas y bueyes, que por ser tantos no se pudieron contar ni numerar. 5:7 Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su lugar, en el santuario de la casa, en el lugar santísimo, bajo las alas de los querubines: 5:8 Pues los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, y los querubines cubrían por encima así el arca como sus barras. 5:9 E hicieron salir las barras, de modo que se viesen las cabezas de las barras del arca delante del lugar santísimo, mas no se veían desde fuera: y allí están hasta hoy. 5:10 En el arca no había más que las dos tablas que Moisés había puesto en Horeb, con las cuales Jehová había hecho pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto. 5:11 Y cuando los sacerdotes salieron del santuario, (porque todos los sacerdotes que se hallaron habían sido santificados, y no guardaban sus turnos; 5:12 y los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán, y los de Jedutún, juntamente con sus hijos y sus hermanos, vestidos de lino fino, estaban con címbalos y salterios y arpas al oriente del altar; y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas:) 5:13 Cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una, para alabar y dar gracias a Jehová: y a medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos y otros instrumentos de música, y alababan a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre: entonces la casa se llenó de una nube, la casa de Jehová. 5:14 Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.

Capítulo 6
Dedicación del templo
(1 R. 8. 12-66)
6:1 Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad. 6:2 Yo pues he edificado una casa de morada para ti, y una habitación en que mores para siempre. 6:3 Y volviendo el rey su rostro, bendijo a toda la congregación de Israel: y toda la congregación de Israel estaba en pie. 6:4 Y él dijo: Bendito sea Jehová Dios de Israel, quien con su mano ha cumplido lo que prometió con su boca a David mi padre, diciendo: 6:5 Desde el día que saqué a mi pueblo de la tierra de Egipto, ninguna ciudad he elegido de todas las tribus de Israel para edificar casa donde estuviese mi nombre, ni he escogido varón que fuese príncipe sobre mi pueblo Israel. 6:6 Mas a Jerusalen he elegido para que en ella esté mi nombre, y a David he elegido para que esté sobre mi pueblo Israel. 6:7 Y David mi padre tuvo en su corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel. 6:8 Mas Jehová dijo a David mi padre: Respecto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien has hecho en haber tenido esto en tu corazón. 6:9 Pero tú no edificarás la casa, sino tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará casa a mi nombre. 6:10 Y Jehová ha cumplido su palabra que había dicho, pues me levanté yo en lugar de David mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado casa al nombre de Jehová Dios de Israel. 6:11 Y en ella he puesto el arca, en la cual está el pacto de Jehová que celebró con los hijos de Israel.

Romanos 7:1-13
Capítulo 7
Analogía tomada del matrimonio
7:1 ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? 7:2 Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. 7:3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera. 7:4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 7:5 Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. 7:6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.

El pecado que mora en mí
7:7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. 7:8 Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. 7:9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. 7:10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; 7:11 porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató. 7:12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. 7:13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.

Salmos 17:1-15
Plegaria pidiendo protección contra los opresores
Oración de David.
17:1 Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor.
Escucha mi oración hecha de labios sin engaño.
17:2 De tu presencia proceda mi vindicación;
Vean tus ojos la rectitud.

17:3 Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche;
Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste;
He resuelto que mi boca no haga transgresión.
17:4 En cuanto a las obras humanas, por la palabra de tus labios
Yo me he guardado de las sendas de los violentos.
17:5 Sustenta mis pasos en tus caminos,
Para que mis pies no resbalen.

17:6 Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios;
Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
17:7 Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra,
De los que se levantan contra ellos.

17:8 Guárdame como a la niña de tus ojos;
Escóndeme bajo la sombra de tus alas,
17:9 De la vista de los malos que me oprimen,
De mis enemigos que buscan mi vida.

17:10 Envueltos están con su grosura;
Con su boca hablan arrogantemente.
17:11 Han cercado ahora nuestros pasos;
Tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra.
17:12 Son como león que desea hacer presa,
Y como leoncillo que está en su escondite.

17:13 Levántate, oh Jehová;
Sal a su encuentro, póstrales;
Libra mi alma de los malos con tu espada,
17:14 De los hombres con tu mano, oh Jehová,
De los hombres mundanos, cuya porción la tienen en esta vida, Y cuyo vientre está lleno de tu tesoro.
Sacian a sus hijos,
Y aun sobra para sus pequeñuelos.

17:15 En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia;
Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.


Proverbios 19:22-23
19:22 Contentamiento es a los hombres hacer misericordia; Pero mejor es el pobre que el mentiroso.
19:23 El temor de Jehová es para vida,
Y con él vivirá lleno de reposo el hombre;
No será visitado de mal.

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