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domingo, 30 de mayo de 2010

Lectura Bíblica - Abril 25

*** Lecturas de Hoy ***
  • Jueces 4:1-5:31
  • Lucas 22:35-53
  • Salmos 94:1-23
  • Proverbios 14:3-4

Jueces 4:1-5:31
Capítulo 4
Débora y Barac derrotan a Sísara
4:1 Después de la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová. 4:2 Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de Canaán, el cual reinó en Hazor; y el capitán de su ejército se llamaba Sísara, el cual habitaba en Haroset-goim. 4:3 Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquél tenía novecientos carros herrados, y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte años. 4:4 Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot; 4:5 y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio. 4:6 Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón; 4:7 y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos? 4:8 Barac le respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré. 4:9 Ella dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes. 4:10 Y juntó Barac a Zabulón y a Neftalí en Cedes, y subió con diez mil hombres a su mando; y Débora subió con él. 4:11 Y Heber ceneo, de los hijos de Hobab suegro de Moisés, se había apartado de los ceneos, y había plantado sus tiendas en el valle de Zaanaim, que está junto a Cedes. 4:12 Vinieron, pues, a Sísara las nuevas de que Barac hijo de Abinoam había subido al monte de Tabor. 4:13 Y reunió Sísara todos sus carros, novecientos carros herrados, con todo el pueblo que con él estaba, desde Haroset- goim hasta el arroyo de Cisón. 4:14 Entonces Débora dijo a Barac: Levántate, porque este es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha salido Jehová delante de ti? Y Barac descendió del monte de Tabor, y diez mil hombres en pos de él. 4:15 Y Jehová quebrantó a Sísara, a todos sus carros y a todo su ejército, a filo de espada delante de Barac; y Sísara descendió del carro, y huyó a pie. 4:16 Mas Barac siguió los carros y el ejército hasta Haroset- goim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada, hasta no quedar ni uno. 4:17 Y Sísara huyó a pie a la tienda de Jael mujer de Heber ceneo; porque había paz entre Jabín rey de Hazor y la casa de Heber ceneo. 4:18 Y saliendo Jael a recibir a Sísara, le dijo: Ven, señor mío, ven a mí, no tengas temor. Y él vino a ella a la tienda, y ella le cubrió con una manta. 4:19 Y él le dijo: Te ruego me des de beber un poco de agua, pues tengo sed. Y ella abrió un odre de leche y le dio de beber, y le volvió a cubrir. 4:20 Y él le dijo: Estate a la puerta de la tienda; y si alguien viniere, y te preguntare, diciendo: ¿Hay aquí alguno? tú responderás que no. 4:21 Pero Jael mujer de Heber tomó una estaca de la tienda, y poniendo un mazo en su mano, se le acercó calladamente y le metió la estaca por las sienes, y la enclavó en la tierra, pues él estaba cargado de sueño y cansado; y así murió. 4:22 Y siguiendo Barac a Sísara, Jael salió a recibirlo, y le dijo: Ven, y te mostraré al varón que tú buscas. Y él entró donde ella estaba, y he aquí Sísara yacía muerto con la estaca por la sien. 4:23 Así abatió Dios aquel día a Jabín, rey de Canaán, delante de los hijos de Israel. 4:24 Y la mano de los hijos de Israel fue endureciéndose más y más contra Jabín rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.

Capítulo 5
Cántico de Débora y de Barac
5:1 Aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo: 5:2 Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel, Por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, Load a Jehová. 5:3 Oíd, reyes; escuchad, oh príncipes; Yo cantaré a Jehová, Cantaré salmos a Jehová, el Dios de Israel. 5:4 Cuando saliste de Seir, oh Jehová, Cuando te marchaste de los campos de Edom, La tierra tembló, y los cielos destilaron, Y las nubes gotearon aguas. 5:5 Los montes temblaron delante de Jehová, Aquel Sinaí, delante de Jehová Dios de Israel. 5:6 En los días de Samgar hijo de Anat, En los días de Jael, quedaron abandonados los caminos, Y los que andaban por las sendas se apartaban por senderos torcidos. 5:7 Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, Hasta que yo Débora me levanté, Me levanté como madre en Israel. 5:8 Cuando escogían nuevos dioses, La guerra estaba a las puertas; ¿Se veía escudo o lanza Entre cuarenta mil en Israel? 5:9 Mi corazón es para vosotros, jefes de Israel, Para los que voluntariamente os ofrecisteis entre el pueblo. Load a Jehová. 5:10 Vosotros los que cabalgáis en asnas blancas, Los que presidís en juicio, Y vosotros los que viajáis, hablad. 5:11 Lejos del ruido de los arqueros, en los abrevaderos, Allí repetirán los triunfos de Jehová, Los triunfos de sus aldeas en Israel; Entonces marchará hacia las puertas el pueblo de Jehová. 5:12 Despierta, despierta, Débora; Despierta, despierta, entona cántico. Levántate, Barac, y lleva tus cautivos, hijo de Abinoam. 5:13 Entonces marchó el resto de los nobles; El pueblo de Jehová marchó por él en contra de los poderosos. 5:14 De Efraín vinieron los radicados en Amalec, En pos de ti, Benjamín, entre tus pueblos; De Maquir descendieron príncipes, Y de Zabulón los que tenían vara de mando. 5:15 Caudillos también de Isacar fueron con Débora; Y como Barac, también Isacar Se precipitó a pie en el valle. Entre las familias de Rubén Hubo grandes resoluciones del corazón. 5:16 ¿Por qué te quedaste entre los rediles, Para oír los balidos de los rebaños? Entre las familias de Rubén Hubo grandes propósitos del corazón. 5:17 Galaad se quedó al otro lado del Jordán; Y Dan, ¿por qué se estuvo junto a las naves? Se mantuvo Aser a la ribera del mar, Y se quedó en sus puertos. 5:18 El pueblo de Zabulón expuso su vida a la muerte, Y Neftalí en las alturas del campo. 5:19 Vinieron reyes y pelearon; Entonces pelearon los reyes de Canaán, En Taanac, junto a las aguas de Meguido, Mas no llevaron ganancia alguna de dinero. 5:20 Desde los cielos pelearon las estrellas; Desde sus órbitas pelearon contra Sísara. 5:21 Los barrió el torrente de Cisón, El antiguo torrente, el torrente de Cisón. Marcha, oh alma mía, con poder. 5:22 Entonces resonaron los cascos de los caballos Por el galopar, por el galopar de sus valientes. 5:23 Maldecid a Meroz, dijo el ángel de Jehová; Maldecid severamente a sus moradores, Porque no vinieron al socorro de Jehová, Al socorro de Jehová contra los fuertes. 5:24 Bendita sea entre las mujeres Jael, Mujer de Heber ceneo; Sobre las mujeres bendita sea en la tienda. 5:25 El pidió agua, y ella le dio leche; En tazón de nobles le presentó crema. 5:26 Tendió su mano a la estaca, Y su diestra al mazo de trabajadores, Y golpeó a Sísara; hirió su cabeza, Y le horadó, y atravesó sus sienes. 5:27 Cayó encorvado entre sus pies, quedó tendido; Entre sus pies cayó encorvado; Donde se encorvó, allí cayó muerto. 5:28 La madre de Sísara se asoma a la ventana, Y por entre las celosías a voces dice: ¿Por qué tarda su carro en venir? ¿Por qué las ruedas de sus carros se detienen? 5:29 Las más avisadas de sus damas le respondían, Y aun ella se respondía a sí misma: 5:30 ¿No han hallado botín, y lo están repartiendo? A cada uno una doncella, o dos; Las vestiduras de colores para Sísara, Las vestiduras bordadas de colores; La ropa de color bordada de ambos lados, para los jefes de los que tomaron el botín. 5:31 Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová; Mas los que te aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza. Y la tierra reposó cuarenta años.

Lucas 22:35-53
Bolsa, alforja y espada
22:35 Y a ellos dijo: Cuando os envié sin bolsa, sin alforja, y sin calzado, ¿os faltó algo? Ellos dijeron: Nada. 22:36 Y les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no tiene espada, venda su capa y compre una. 22:37 Porque os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los inicuos; porque lo que está escrito de mí, tiene cumplimiento. 22:38 Entonces ellos dijeron: Señor, aquí hay dos espadas. Y él les dijo: Basta.

Jesús ora en Getsemaní
(Mt. 26.36-46; Mr. 14.32-42)
22:39 Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. 22:40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. 22:41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, 22:42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 22:43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. 22:44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. 22:45 Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza; 22:46 y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.

Arresto de Jesús
(Mt. 26.47-56; Mr. 14.43-50; Jn. 18.2-11)
22:47 Mientras él aún hablaba, se presentó una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle. 22:48 Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre? 22:49 Viendo los que estaban con él lo que había de acontecer, le dijeron: Señor, ¿heriremos a espada? 22:50 Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. 22:51 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Basta ya; dejad. Y tocando su oreja, le sanó. 22:52 Y Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos, que habían venido contra él: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? 22:53 Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de la tinieblas.

Salmos 94:1-23
Capítulo 94
Oración clamando por venganza
94:1 Jehová, Dios de las venganzas,
Dios de las venganzas, muéstrate.
94:2 Engrandécete, oh Juez de la tierra;
Da el pago a los soberbios.
94:3 ¿Hasta cuándo los impíos,
Hasta cuándo, oh Jehová, se gozarán los impíos?

94:4 ¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras,
Y se vanagloriarán todos los que hacen iniquidad?
94:5 A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan,
Y a tu heredad afligen.
94:6 A la viuda y al extranjero matan,
Y a los huérfanos quitan la vida.
94:7 Y dijeron: No verá JAH,
Ni entenderá el Dios de Jacob.

94:8 Entended, necios del pueblo;
Y vosotros, fatuos, ¿cuándo seréis sabios?
94:9 El que hizo el oído, ¿no oirá?
El que formó el ojo, ¿no verá?
94:10 El que castiga a las naciones, ¿no reprenderá?
¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia?
94:11 Jehová conoce los pensamientos de los hombres,
Que son vanidad.

94:12 Bienaventurado el hombre a quien tú, JAH, corriges,
Y en tu ley lo instruyes,
94:13 Para hacerle descansar en los días de aflicción,
En tanto que para el impío se cava el hoyo.
94:14 Porque no abandonará Jehová a su pueblo,
Ni desamparará su heredad,
94:15 Sino que el juicio será vuelto a la justicia,
Y en pos de ella irán todos los rectos de corazón.
94:16 ¿Quién se levantará por mí contra los malignos?
¿Quién estará por mí contra los que hacen iniquidad?
94:17 Si no me ayudara Jehová,
Pronto moraría mi alma en el silencio.
94:18 Cuando yo decía: Mi pie resbala,
Tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba.
94:19 En la multitud de mis pensamientos dentro de mí,
Tus consolaciones alegraban mi alma.
94:20 ¿Se juntará contigo el trono de iniquidades
Que hace agravio bajo forma de ley?
94:21 Se juntan contra la vida del justo,
Y condenan la sangre inocente.
94:22 Mas Jehová me ha sido por refugio,
Y mi Dios por roca de mi confianza.
94:23 Y él hará volver sobre ellos su iniquidad,
Y los destruirá en su propia maldad;
Los destruirá Jehová nuestro Dios.


Proverbios 14:3-4
14:3 En la boca del necio está la vara de la soberbia;
Mas los labios de los sabios los guardarán.
14:4 Sin bueyes el granero está vacío;
Mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.

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