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miércoles, 10 de marzo de 2010

Lectura Bíblica - Enero 26

*** Lecturas de Hoy ***
  • Éxodo 2:11-3:22
  • Mateo 17:14-27
  • Salmos 22:1-18
  • Proverbios 5:7-14

Éxodo 2:11-3:22
Moisés huye de Egipto
2:11 En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos. 2:12 Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. 2:13 Al día siguiente salió y vio a dos hebreos que reñían; entonces dijo al que maltrataba al otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo? 2:14 Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esto ha sido descubierto. 2:15 Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián. 2:16 Y estando sentado junto al pozo, siete hijas que tenía el sacerdote de Madián vinieron a sacar agua para llenar las pilas y dar de beber a las ovejas de su padre. 2:17 Mas los pastores vinieron y las echaron de allí; entonces Moisés se levantó y las defendió, y dio de beber a sus ovejas. 2:18 Y volviendo ellas a Reuel su padre, él les dijo: ¿Por qué habéis venido hoy tan pronto? 2:19 Ellas respondieron: Un varón egipcio nos defendió de mano de los pastores, y también nos sacó el agua, y dio de beber a las ovejas. 2:20 Y dijo a sus hijas: ¿Dónde está? ¿Por qué habéis dejado a ese hombre? Llamadle para que coma. 2:21 Y Moisés convino en morar con aquel varón; y él dio su hija Séfora por mujer a Moisés. 2:22 Y ella le dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Gersón, porque dijo: Forastero soy en tierra ajena. 2:23 Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. 2:24 Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. 2:25 Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios.

Capítulo 3
Llamamiento de Moisés
3:1 Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. 3:2 Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. 3:3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. 3:4 Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. 3:5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. 3:6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. 3:7 Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, 3:8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. 3:9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. 3:10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. 3:11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? 3:12 Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. 3:13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? 3:14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. 3:15 Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos. 3:16 Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto; 3:17 y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel. 3:18 Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová el Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehová nuestro Dios. 3:19 Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte. 3:20 Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir. 3:21 Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías; 3:22 sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojaréis a Egipto.

Mateo 17:14-27
Jesús sana a un muchacho lunático
(Mr. 9. 14-29; Lc. 9. 37-43)
17:14 Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo: 17:15 Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. 17:16 Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar. 17:17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá. 17:18 Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. 17:19 Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 17:20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. 17:21 Pero este género no sale sino con oración y ayuno.

Jesús anuncia otra vez su muerte
(Mr. 9. 30-32; Lc. 9. 43-45)
17:22 Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, 17:23 y le matarán; mas al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran manera.

Pago del impuesto del templo
17:24 Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas,y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? 17:25 El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? 17:26 Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. 17:27 Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti.

Salmos 22:1-18
Capítulo 22
Un grito de angustia y un canto de alabanza
Al músico principal; sobre Ajelet-sahar. Salmo de David.
22:1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
22:2 Dios mío, clamo de día, y no respondes;
Y de noche, y no hay para mí reposo.

22:3 Pero tú eres santo,
Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
22:4 En ti esperaron nuestros padres;
Esperaron, y tú los libraste.
22:5 Clamaron a ti, y fueron librados;
Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.

22:6 Mas yo soy gusano, y no hombre;
Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
22:7 Todos los que me ven me escarnecen;
Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo:
22:8 Se encomendó a Jehová; líbrele él;
Sálvele, puesto que en él se complacía.

22:9 Pero tú eres el que me sacó del vientre;
El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
22:10 Sobre ti fui echado desde antes de nacer;
Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.
22:11 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca;
Porque no hay quien ayude.

22:12 Me han rodeado muchos toros;
Fuertes toros de Basán me han cercado.
22:13 Abrieron sobre mí su boca
Como león rapaz y rugiente.
22:14 He sido derramado como aguas,
Y todos mis huesos se descoyuntaron;
Mi corazón fue como cera,
Derritiéndose en medio de mis entrañas.
22:15 Como un tiesto se secó mi vigor,
Y mi lengua se pegó a mi paladar,
Y me has puesto en el polvo de la muerte.

22:16 Porque perros me han rodeado;
Me ha cercado cuadrilla de malignos;
Horadaron mis manos y mis pies.
22:17 Contar puedo todos mis huesos;
Entre tanto, ellos me miran y me observan.
22:18 Repartieron entre sí mis vestidos,
Y sobre mi ropa echaron suertes.


Proverbios 5:7-14
5:7 Ahora pues, hijos, oídme,
Y no os apartéis de las razones de mi boca.
5:8 Aleja de ella tu camino,
Y no te acerques a la puerta de su casa;
5:9 Para que no des a los extraños tu honor,
Y tus años al cruel;
5:10 No sea que extraños se sacien de tu fuerza,
Y tus trabajos estén en casa del extraño;
5:11 Y gimas al final,
Cuando se consuma tu carne y tu cuerpo,
5:12 Y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo,
Y mi corazón menospreció la reprensión;
5:13 No oí la voz de los que me instruían,
Y a los que me enseñaban no incliné mi oído!
5:14 Casi en todo mal he estado,
En medio de la sociedad y de la congregación.

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