*** Lecturas de Hoy ***
- Génesis 24:52-26:16
- Mateo 8:18-34
- Salmos 10:1-15
- Proverbios 3:7-8
Génesis 24:52-26:16
24:52 Cuando el criado de Abraham oyó sus palabras, se inclinó en tierra ante Jehová.
24:53 Y sacó el criado alhajas de plata y alhajas de oro, y vestidos, y dio a Rebeca; también dio cosas preciosas a su hermano y a su madre.
24:54 Y comieron y bebieron él y los varones que venían con él, y durmieron; y levantándose de mañana, dijo: Enviadme a mi señor.
24:55 Entonces respondieron su hermano y su madre: Espere la doncella con nosotros a lo menos diez días, y después irá.
24:56 Y él les dijo: No me detengáis, ya que Jehová ha prosperado mi camino; despachadme para que me vaya a mi señor.
24:57 Ellos respondieron entonces: Llamemos a la doncella y preguntémosle.
24:58 Y llamaron a Rebeca, y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí, iré.
24:59 Entonces dejaron ir a Rebeca su hermana, y a su nodriza, y al criado de Abraham y a sus hombres.
24:60 Y bendijeron a Rebeca, y le dijeron: Hermana nuestra, sé madre de millares de millares, y posean tus descendientes la puerta de sus enemigos.
24:61 Entonces se levantó Rebeca y sus doncellas, y montaron en los camellos, y siguieron al hombre; y el criado tomó a Rebeca, y se fue.
24:62 Y venía Isaac del pozo del Viviente-que-me-ve; porque él habitaba en el Neguev.
24:63 Y había salido Isaac a meditar al campo, a la hora de la tarde; y alzando sus ojos miró, y he aquí los camellos que venían.
24:64 Rebeca también alzó sus ojos, y vio a Isaac, y descendió del camello;
24:65 porque había preguntado al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros? Y el criado había respondido: Este es mi señor. Ella entonces tomó el velo, y se cubrió.
24:66 Entonces el criado contó a Isaac todo lo que había hecho.
24:67 Y la trajo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer, y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre.
Capítulo 25
Los descendientes de Abraham y Cetura
(1 Cr. 1.32-33)
25:1 Abraham tomó otra mujer, cuyo nombre era Cetura,
25:2 la cual le dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa.
25:3 Y Jocsán engendró a Seba y a Dedán; e hijos de Dedán fueron Asurim, Letusim y Leumim.
25:4 E hijos de Madián: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda. Todos estos fueron hijos de Cetura.
25:5 Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac.
25:6 Pero a los hijos de sus concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac su hijo, mientras él vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental.
Muerte y sepultura de Abraham
25:7 Y estos fueron los días que vivió Abraham: ciento setenta y cinco años.
25:8 Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo.
25:9 Y lo sepultaron Isaac e Ismael sus hijos en la cueva de Macpela, en la heredad de Efrón hijo de Zohar heteo, que está enfrente de Mamre,
25:10 heredad que compró Abraham de los hijos de Het; allí fue sepultado Abraham, y Sara su mujer.
25:11 Y sucedió, después de muerto Abraham, que Dios bendijo a Isaac su hijo; y habitó Isaac junto al pozo del Viviente-que-me- ve.
Los descendientes de Ismael
(1 Cr. 1.28-31)
25:12 Estos son los descendientes de Ismael hijo de Abraham, a quien le dio a luz Agar egipcia, sierva de Sara;
25:13 estos, pues, son los nombres de los hijos de Ismael, nombrados en el orden de su nacimiento: El primogénito de Ismael, Nebaiot; luego Cedar, Adbeel, Mibsam,
25:14 Misma, Duma, Massa,
25:15 Hadar, Tema, Jetur, Nafis y Cedema.
25:16 Estos son los hijos de Ismael, y estos sus nombres, por sus villas y por sus campamentos; doce príncipes por sus familias.
25:17 Y estos fueron los años de la vida de Ismael, ciento treinta y siete años; y exhaló el espíritu Ismael, y murió, y fue unido a su pueblo.
25:18 Y habitaron desde Havila hasta Shur, que está enfrente de Egipto viniendo a Asiria; y murió en presencia de todos sus hermanos.
Nacimiento de Jacob y Esaú
25:19 Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac,
25:20 y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-aram, hermana de Labán arameo.
25:21 Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer.
25:22 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová;
25:23 y le respondió Jehová:
Dos naciones hay en tu seno,
Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas;
El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo,
Y el mayor servirá al menor.
25:24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre.
25:25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú.
25:26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.
Esaú vende su primogenitura
25:27 Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas.
25:28 Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.
25:29 Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado,
25:30 dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom.
25:31 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura.
25:32 Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?
25:33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.
25:34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.
Capítulo 26
Isaac en Gerar
26:1 Después hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar.
26:2 Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré.
26:3 Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre.
26:4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente,
26:5 por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.
26:6 Habitó, pues, Isaac en Gerar.
26:7 Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer; y él respondió: Es mi hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi mujer; pensando que tal vez los hombres del lugar lo matarían por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto.
26:8 Sucedió que después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer.
26:9 Y llamó Abimelec a Isaac, y dijo: He aquí ella es de cierto tu mujer. ¿Cómo, pues, dijiste: Es mi hermana? E Isaac le respondió: Porque dije: Quizá moriré por causa de ella.
26:10 Y Abimelec dijo: ¿Por qué nos has hecho esto? Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros el pecado.
26:11 Entonces Abimelec mandó a todo el pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre o a su mujer, de cierto morirá.
26:12 Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová.
26:13 El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso.
26:14 Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia.
26:15 Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra.
26:16 Entonces dijo Abimelec a Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho.
Mateo 8:18-34
Los que querían seguir a Jesús
(Lc. 9. 57-62)
(Lc. 9. 57-62)
8:18
Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado. 8:19 Y vino un
escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. 8:20 Jesús le
dijo: Las zorras tienen guaridas,
y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su
cabeza. 8:21 Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero
y entierre a mi padre. 8:22 Jesús le dijo: Sígueme; deja
que los muertos entierren a sus muertos.
Jesús calma la tempestad
(Mr. 4. 35-41; Lc. 8. 22-25)
(Mr. 4. 35-41; Lc. 8. 22-25)
8:23
Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. 8:24 Y he aquí que se
levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero
él dormía. 8:25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor,
sálvanos, que perecemos! 8:26 El les dijo: ¿Por
qué teméis, hombres de poca fe? Entonces,
levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. 8:27
Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los
vientos y el mar le obedecen?
Los endemoniados gadarenos
(Mr. 5. 1-20; Lc. 8. 26-39)
(Mr. 5. 1-20; Lc. 8. 26-39)
8:28
Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su
encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera,
tanto que nadie podía pasar por aquel camino. 8:29 Y clamaron diciendo: ¿Qué
tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos
antes de tiempo? 8:30 Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos. 8:31
Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel
hato de cerdos. 8:32 El les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel
hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un
despeñadero, y perecieron en las aguas. 8:33 Y los que los apacentaban huyeron,
y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los
endemoniados. 8:34 Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le
vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos.
Salmos 10:1-15
Capítulo 10
Plegaria pidiendo la destrucción de los malvados
10:1 ¿Por qué estás lejos, oh Jehová,Y te escondes en el tiempo de la tribulación?
10:2 Con arrogancia el malo persigue al pobre;
Será atrapado en los artificios que ha ideado.
10:3 Porque el malo se jacta del deseo de su alma,
Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová.
10:4 El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios;
No hay Dios en ninguno de sus pensamientos.
10:5 Sus caminos son torcidos en todo tiempo;
Tus juicios los tiene muy lejos de su vista;
A todos sus adversarios desprecia.
10:6 Dice en su corazón: No seré movido jamás;
Nunca me alcanzará el infortunio.
10:7 Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude;
Debajo de su lengua hay vejación y maldad.
10:8 Se sienta en acecho cerca de las aldeas;
En escondrijos mata al inocente.
Sus ojos están acechando al desvalido;
10:9 Acecha en oculto, como el león desde su cueva;
Acecha para arrebatar al pobre;
Arrebata al pobre trayéndolo a su red.
10:10 Se encoge, se agacha,
Y caen en sus fuertes garras muchos desdichados.
10:11 Dice en su corazón: Dios ha olvidado;
Ha encubierto su rostro; nunca lo verá.
10:12 Levántate, oh Jehová Dios, alza tu mano;
No te olvides de los pobres.
10:13 ¿Por qué desprecia el malo a Dios?
En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás.
10:14 Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano;
A ti se acoge el desvalido;
Tú eres el amparo del huérfano.
10:15 Quebranta tú el brazo del inicuo,
Y persigue la maldad del malo hasta que no halles ninguna.
Proverbios 3:7-8
3:7 No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Jehová, y apártate del mal;
3:8 Porque será medicina a tu cuerpo,
Y refrigerio para tus huesos.
Teme a Jehová, y apártate del mal;
3:8 Porque será medicina a tu cuerpo,
Y refrigerio para tus huesos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario