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domingo, 7 de marzo de 2010

Lectura Bíblica - Enero 13

*** Lecturas de Hoy ***
  • Génesis 28:1-29:35
  • Mateo 9:18-38
  • Salmos 11:1-7
  • Proverbios 3:11-12

Génesis 28:1-29:35
Capítulo 28
28:1 Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán. 28:2 Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre. 28:3 Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos; 28:4 y te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham. 28:5 Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca madre de Jacob y de Esaú. 28:6 Y vio Esaú cómo Isaac había bendecido a Jacob, y le había enviado a Padan-aram, para tomar para sí mujer de allí; y que cuando le bendijo, le había mandado diciendo: No tomarás mujer de las hijas de Canaán; 28:7 y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram. 28:8 Vio asimismo Esaú que las hijas de Canaán parecían mal a Isaac su padre; 28:9 y se fue Esaú a Ismael, y tomó para sí por mujer a Mahalat, hija de Ismael hijo de Abraham, hermana de Nebaiot, además de sus otras mujeres.

Dios se aparece a Jacob en Bet-el
28:10 Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán. 28:11 Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar. 28:12 Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. 28:13 Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. 28:14 Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. 28:15 He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho. 28:16 Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. 28:17 Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo. 28:18 Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella. 28:19 Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero. 28:20 E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, 28:21 y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. 28:22 Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.

Capítulo 29
Jacob sirve a Labán por Raquel y Lea
29:1 Siguió luego Jacob su camino, y fue a la tierra de los orientales. 29:2 Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo. 29:3 Y juntaban allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de la boca del pozo, y abrevaban las ovejas, y volvían la piedra sobre la boca del pozo a su lugar. 29:4 Y les dijo Jacob: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos respondieron: De Harán somos. 29:5 El les dijo: ¿Conocéis a Labán hijo de Nacor? Y ellos dijeron: Sí, le conocemos. 29:6 Y él les dijo: ¿Está bien? Y ellos dijeron: Bien, y he aquí Raquel su hija viene con las ovejas. 29:7 Y él dijo: He aquí es aún muy de día; no es tiempo todavía de recoger el ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas. 29:8 Y ellos respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los rebaños, y remuevan la piedra de la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas. 29:9 Mientras él aún hablaba con ellos, Raquel vino con el rebaño de su padre, porque ella era la pastora. 29:10 Y sucedió que cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán hermano de su madre, y las ovejas de Labán el hermano de su madre, se acercó Jacob y removió la piedra de la boca del pozo, y abrevó el rebaño de Labán hermano de su madre. 29:11 Y Jacob besó a Raquel, y alzó su voz y lloró. 29:12 Y Jacob dijo a Raquel que él era hermano de su padre, y que era hijo de Rebeca; y ella corrió, y dio las nuevas a su padre. 29:13 Así que oyó Labán las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó, lo besó, y lo trajo a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas. 29:14 Y Labán le dijo: Ciertamente hueso mío y carne mía eres. Y estuvo con él durante un mes. 29:15 Entonces dijo Labán a Jacob: ¿Por ser tú mi hermano, me servirás de balde? Dime cuál será tu salario. 29:16 Y Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel. 29:17 Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer. 29:18 Y Jacob amó a Raquel, y dijo: Yo te serviré siete años por Raquel tu hija menor. 29:19 Y Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti, y no que la dé a otro hombre; quédate conmigo. 29:20 Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba. 29:21 Entonces dijo Jacob a Labán: Dame mi mujer, porque mi tiempo se ha cumplido, para unirme a ella. 29:22 Entonces Labán juntó a todos los varones de aquel lugar, e hizo banquete. 29:23 Y sucedió que a la noche tomó a Lea su hija, y se la trajo; y él se llegó a ella. 29:24 Y dio Labán su sierva Zilpa a su hija Lea por criada. 29:25 Venida la mañana, he aquí que era Lea; y Jacob dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado? 29:26 Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor. 29:27 Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hagas conmigo otros siete años. 29:28 E hizo Jacob así, y cumplió la semana de aquélla; y él le dio a Raquel su hija por mujer. 29:29 Y dio Labán a Raquel su hija su sierva Bilha por criada. 29:30 Y se llegó también a Raquel, y la amó también más que a Lea; y sirvió a Labán aún otros siete años.

Los hijos de Jacob
29:31 Y vio Jehová que Lea era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril. 29:32 Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Ha mirado Jehová mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido. 29:33 Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó Jehová que yo era menospreciada, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón. 29:34 Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirá mi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos; por tanto, llamó su nombre Leví. 29:35 Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré a Jehová; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz.

Mateo 9:18-38
La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús
(Mr. 5. 21-43; Lc. 8. 40-56)
9:18 Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. 9:19 Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos. 9:20 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 9:21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva. 9:22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora. 9:23 Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto, 9:24 les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. 9:25 Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó. 9:26 Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra.
Dos ciegos reciben la vista
( Mr. 2. 13-17; Lc. 5. 27-32)
9:27 Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David! 9:28 Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. 9:29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. 9:30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. 9:31 Pero salidos ellos, divulgaron la fama de él por toda aquella tierra.

Un mudo habla
9:32 Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado. 9:33 Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel. 9:34 Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.

La mies es mucha
9:35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 9:36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. 9:37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. 9:38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

Salmos 11:1-7
Capítulo 11
El refugio del justo
Al músico principal. Salmo de David.
11:1 En Jehová he confiado;
¿Cómo decís a mi alma,
Que escape al monte cual ave?
11:2 Porque he aquí, los malos tienden el arco,
Disponen sus saetas sobre la cuerda,
Para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
11:3 Si fueren destruidos los fundamentos,
¿Qué ha de hacer el justo?

11:4 Jehová está en su santo templo;
Jehová tiene en el cielo su trono;
Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
11:5 Jehová prueba al justo;
Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.
11:6 Sobre los malos hará llover calamidades;
Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos.
11:7 Porque Jehová es justo, y ama la justicia;
El hombre recto mirará su rostro.


Proverbios 3:11-12
3:11 No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová,
Ni te fatigues de su corrección;
3:12 Porque Jehová al que ama castiga,
Como el padre al hijo a quien quiere.

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