*** Lecturas de Hoy ***
- Génesis 28:1-29:35
- Mateo 9:18-38
- Salmos 11:1-7
- Proverbios 3:11-12
Génesis 28:1-29:35
Capítulo 28
28:1 Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán.
28:2 Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre.
28:3 Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos;
28:4 y te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham.
28:5 Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca madre de Jacob y de Esaú.
28:6 Y vio Esaú cómo Isaac había bendecido a Jacob, y le había enviado a Padan-aram, para tomar para sí mujer de allí; y que cuando le bendijo, le había mandado diciendo: No tomarás mujer de las hijas de Canaán;
28:7 y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram.
28:8 Vio asimismo Esaú que las hijas de Canaán parecían mal a Isaac su padre;
28:9 y se fue Esaú a Ismael, y tomó para sí por mujer a Mahalat, hija de Ismael hijo de Abraham, hermana de Nebaiot, además de sus otras mujeres.
Dios se aparece a Jacob en Bet-el
28:10 Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán.
28:11 Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.
28:12 Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.
28:13 Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.
28:14 Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.
28:15 He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.
28:16 Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía.
28:17 Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.
28:18 Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella.
28:19 Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero.
28:20 E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir,
28:21 y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios.
28:22 Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.
Capítulo 29
Jacob sirve a Labán por Raquel y Lea
29:1 Siguió luego Jacob su camino, y fue a la tierra de los orientales.
29:2 Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo.
29:3 Y juntaban allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de la boca del pozo, y abrevaban las ovejas, y volvían la piedra sobre la boca del pozo a su lugar.
29:4 Y les dijo Jacob: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos respondieron: De Harán somos.
29:5 El les dijo: ¿Conocéis a Labán hijo de Nacor? Y ellos dijeron: Sí, le conocemos.
29:6 Y él les dijo: ¿Está bien? Y ellos dijeron: Bien, y he aquí Raquel su hija viene con las ovejas.
29:7 Y él dijo: He aquí es aún muy de día; no es tiempo todavía de recoger el ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas.
29:8 Y ellos respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los rebaños, y remuevan la piedra de la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas.
29:9 Mientras él aún hablaba con ellos, Raquel vino con el rebaño de su padre, porque ella era la pastora.
29:10 Y sucedió que cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán hermano de su madre, y las ovejas de Labán el hermano de su madre, se acercó Jacob y removió la piedra de la boca del pozo, y abrevó el rebaño de Labán hermano de su madre.
29:11 Y Jacob besó a Raquel, y alzó su voz y lloró.
29:12 Y Jacob dijo a Raquel que él era hermano de su padre, y que era hijo de Rebeca; y ella corrió, y dio las nuevas a su padre.
29:13 Así que oyó Labán las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó, lo besó, y lo trajo a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas.
29:14 Y Labán le dijo: Ciertamente hueso mío y carne mía eres. Y estuvo con él durante un mes.
29:15 Entonces dijo Labán a Jacob: ¿Por ser tú mi hermano, me servirás de balde? Dime cuál será tu salario.
29:16 Y Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel.
29:17 Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer.
29:18 Y Jacob amó a Raquel, y dijo: Yo te serviré siete años por Raquel tu hija menor.
29:19 Y Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti, y no que la dé a otro hombre; quédate conmigo.
29:20 Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba.
29:21 Entonces dijo Jacob a Labán: Dame mi mujer, porque mi tiempo se ha cumplido, para unirme a ella.
29:22 Entonces Labán juntó a todos los varones de aquel lugar, e hizo banquete.
29:23 Y sucedió que a la noche tomó a Lea su hija, y se la trajo; y él se llegó a ella.
29:24 Y dio Labán su sierva Zilpa a su hija Lea por criada.
29:25 Venida la mañana, he aquí que era Lea; y Jacob dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado?
29:26 Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor.
29:27 Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hagas conmigo otros siete años.
29:28 E hizo Jacob así, y cumplió la semana de aquélla; y él le dio a Raquel su hija por mujer.
29:29 Y dio Labán a Raquel su hija su sierva Bilha por criada.
29:30 Y se llegó también a Raquel, y la amó también más que a Lea; y sirvió a Labán aún otros siete años.
Los hijos de Jacob
29:31 Y vio Jehová que Lea era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril.
29:32 Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Ha mirado Jehová mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido.
29:33 Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó Jehová que yo era menospreciada, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón.
29:34 Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirá mi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos; por tanto, llamó su nombre Leví.
29:35 Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré a Jehová; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz.
Mateo 9:18-38
La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús
(Mr. 5. 21-43; Lc. 8. 40-56)
9:18 Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
9:19 Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos.
9:20 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;
9:21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.
9:22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.
9:23 Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto,
9:24 les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él.
9:25 Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó.
9:26 Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra.
Dos ciegos reciben la vista
( Mr. 2. 13-17; Lc. 5. 27-32)
9:27 Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!
9:28 Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor.
9:29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.
9:30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.
9:31 Pero salidos ellos, divulgaron la fama de él por toda aquella tierra.
Un mudo habla
9:32 Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado.
9:33 Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.
9:34 Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.
La mies es mucha
9:35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
9:36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
9:37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.
9:38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.
Salmos 11:1-7
Capítulo 11
El refugio del justo
Al músico principal. Salmo de David.
11:1 En Jehová he confiado;¿Cómo decís a mi alma,
Que escape al monte cual ave?
11:2 Porque he aquí, los malos tienden el arco,
Disponen sus saetas sobre la cuerda,
Para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
11:3 Si fueren destruidos los fundamentos,
¿Qué ha de hacer el justo?
11:4 Jehová está en su santo templo;
Jehová tiene en el cielo su trono;
Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
11:5 Jehová prueba al justo;
Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.
11:6 Sobre los malos hará llover calamidades;
Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos.
11:7 Porque Jehová es justo, y ama la justicia;
El hombre recto mirará su rostro.
Proverbios 3:11-12
3:11 No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová,
Ni te fatigues de su corrección;
3:12 Porque Jehová al que ama castiga,
Como el padre al hijo a quien quiere.
Ni te fatigues de su corrección;
3:12 Porque Jehová al que ama castiga,
Como el padre al hijo a quien quiere.
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