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miércoles, 4 de noviembre de 2009

¡Qué maravilloso es el Amor de Dios!

¿Cuántas veces hemos tenido la necesidad de sentirnos amados?

Todos nosotros necesitamos amor, necesitamos sentir que nos aman, que somos importantes para alguien, que se preocupan por nosotros y que le interesamos a quienes nos rodean.

A veces sin querer y otras provocándolo, buscamos amor solamente porque nos sentimos solos, desamparados, afligidos, tristes...

¿Qué es Dios para nosotros?

Nosotros describimos a Dios como "El Gran Yo Soy", "El Ser Supremo", "Al Altísimo", "El Señor de Señores" y todas estas concepciones, que no están equivocadas, hacen ver en Dios hasta cierto punto, un ser inalcanzable para nosotros. Sin embargo la Palabra de Dios nos dice "…porque Dios es Amor" (1 Juan 4:8b), ésta sola aseveración deberá cambiar nuestra relación con Dios.

¿Quién nos ama y a quién amamos?

Las personas que están más cerca de nosotros, nuestros hijos, nuestros padres, nuestros hermanos… Es así como sabiendo que Dios es Amor, él está mucho más cerca de lo que nosotros pensamos, aún más, el Amor de Dios sobrepasa la condición de pecadores en que nos encontramos todos los seres humanos.

Romanos 5:8 nos dice: "mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros".

El Amor de Dios es un amor real, un amor que no espera nada a cambio, un amor incondicional, un amor sufrido, un amor de bendición, un amor para quienes no merecemos ser amados, un amor para quienes no le amamos y ni siquiera le buscamos, un amor que no traiciona. ¿Podemos amar nosotros a nuestro esposo(a), cuando hacemos todo lo que está a nuestro alcance por quedar bien con él o ella y no es posible, cuándo queremos estar a su lado y no tiene tiempo para nosotros, cuando es primero el trabajo o los amigos que nosotros, cuando nos ofende con sus hechos o palabras, cuando nos reclama constantemente porque no recibe lo que merece?...

Dios sí lo hace, él nos ama a nosotros aún cuando nosotros hacemos todo lo mencionado anteriormente y mucho más hacia él; "pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aún estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)" (Efesios 2:4-5).  Es más, él ha tomado la iniciativa de amarnos, tal y como lo dice 1 Juan 4:19 "… nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero".

El amor de Dios es tan especial que él desea que todos tengamos una oportunidad real de conocerle, de ser salvos y de tener una vida eterna.  Su amor es único y no escatima costo alguno, ya que su único hijo Jesús ha sido dado para tomar nuestro lugar y pagar por nuestra maldad (Juan 3:16) "… porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna".

¿Cómo experimentar el amor de Dios en nuestras vidas?

Por medio de la oración.  Si buscamos a Dios en oración podemos verle cara a cara y experimentar su presencia inefable, que llena nuestra vida con amor, paz, armonía y gozo. Esto es lo que nos dice la Palabra de Dios (Isaías 56:7) "yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos".

Cuando nosotros vamos a la presencia de Dios, el santo monte del Señor, allí no hay aburrimiento sino recreación. Dios quiere que nosotros tengamos diversión y que nos recreemos en nuestro tiempo de oración.

Por esto, el diablo nos ha hecho creer que orar es pérdida de tiempo y que podemos "ganar tiempo" haciendo otras cosas. El que se aburre en la oración todavía no ha tomado contacto íntimo con el Dios verdadero, manifestado en la persona de Cristo y obrando por medio de la presencia del Espíritu Santo.

Es tiempo de romper todo aquello que frene nuestro deleite en la oración en el Nombre de Jesús, recordemos que el cristiano que ora a su Señor es un arma poderosa contra las fuerzas del mal.

Busquemos a Dios como nunca antes en oración, en tiempo y calidad, y vendrá de su hermosa presencia la recreación del Espíritu Santo.

ORACION:
Rechazo en este momento de mi vida, todo pensamiento de las tinieblas que me dice que orar es aburrido y monótono. Te pido que cambies los aires espirituales de mi tiempo de oración, para recrearme en ti y experimentar tu Amor, Amén.

Mi Cristo...

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