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lunes, 9 de noviembre de 2009

El poder de la oración – Parte 3

Bien sabemos que la oración es un arma poderosa que mueve al cielo, que es respondida y que tiene poder (Santiago 5:15, 16b).  Sin embargo, ser exitosos y perseverantes en la oración es una de las cosas más difíciles de alcanzar para nosotros los cristianos.  Una y otra vez empezamos a intentar ser regulares y fervientes en la oración, pero poco a poco el ímpetu y la perseverancia se esfuman.

No obstante, sí podemos tener éxito en la oración, reconociendo que estamos mal en esta área.  Cuando nos humillemos ante el Señor y reconozcamos nuestra necesidad de Su ayuda para orar sin cesar, su poderosa presencia se derramará sobre nosotros y seremos transformados en poderosos guerreros de oración.

Los discípulos le pedían a Jesús que les enseñara a orar: "Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar y, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: --Señor, enséñanos a orar" (Lucas 11:1a), y esto porque Jesús entendía el poder de la oración, manifiesto en sus milagros y prodigios; él vivía una vida de oración. Marcos 1:35 nos dice: "Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba".

Si aprendemos a orar nos llenaremos de gozo en la oración.  En la presencia de Dios, en su santo monte, no hay aburrimiento, si no recreación.  Isaías 56:7a dice: "yo los llevaré a mi santo monte y los recrearé en mi casa de oración".  Dios quiere que nos divirtamos y nos recreemos en nuestro tiempo de oración.

Ahora podemos ver la oración aún más allá de lo que la conocemos.  Vemos la oración como el actuar de Dios en nuestras vidas.

¿Cuál debe ser nuestra actitud y qué debemos entender en la oración?

1. Cuando nos acercamos a Dios en oración debemos creer que Él nos escucha.

"Esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye".
1 Juan 5:14

No debe haber duda en el Señor.  La Biblia nos dice qué el cumple sus promesas: "porque todas las promesas de Dios son en él 'sí', y en él 'Amén'" (2 Corintios 1:20).

2. Que oremos no garantiza la respuesta inmediata de Dios.

Dios siempre responderá la oración de aquellos que tienen una relación con Él, de quienes han recibido perdón de Dios por sus pecados, de aquellos que permanecen en él.

"Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho".
Juan 15:7

Claro está, que el Señor nos responde en el momento en que lo considere oportuno.  Es posible que su respuesta no sea inmediata; es posible que esté preparando algo grande para nuestras vidas.

3. Debemos creer y aceptar como cierta la palabra de Dios.

La Biblia nos enseña que la oración activa el Reino de los Cielos en nuestras vidas, por lo que cosas grandes y únicas vendrán por medio de la oración, es por esto que el apóstol Pablo nos insta a que oremos sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17).

Si así lo dice la palabra de Dios debemos creerlo.  Jesús dijo que "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mateo 24:35).

También nos dice la Biblia en Números 23:19a: "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta".

4. Cuando oramos y permitimos a Dios que actúe, nosotros debemos cambiar.

Si nos entregamos en oración, nuestra vida no puede seguir siendo la misma, Dios nos responderá y cambiará nuestra vida: "cambiaré su llanto en gozo, los consolaré y los alegraré de su dolor" (Jeremías 31:13b).

Dios nos cambia, pero nosotros debemos cambiar también, y ese cambio debe verse reflejado en nuestra forma de sentir, hablar, pensar y actuar.

5. Orar hace que Dios actúe.

La oración es peligrosa porque Dios actuará en nuestras vidas y al actuar hará lo que Él quiera (Salmo 135:6).  Debemos estar preparados y recibir las cosas que Dios tiene en su accionar en nuestras vidas.

En Hebreos 1:14 la Biblia dice que los ángeles de Dios están al servicio de los herederos de la salvación: "¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?".

Para entender más sobre el accionar de Dios en nuestras vidas, leamos Hechos 12:4-16.

"Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua.
Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.
Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel.
Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.
Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias.  Y lo hizo así.  Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme.
Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión.
Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él.
Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba.
Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.
Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rode, la cual, cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta.
Y ellos le dijeron: Estás loca.  Pero ella aseguraba que así era. Entonces ellos decían: ¡Es su ángel!
Mas Pedro persistía en llamar; y cuando abrieron y le vieron, se quedaron atónitos".

Hoy, es posible que nosotros estemos durmiendo, pero otros están orando por nosotros.  Hoy, es posible que nuestro matrimonio duerma en el dolor, la amargura, el rencor y la falta de comunicación, pero nosotros estamos orando.

Hoy es posible que nuestras finanzas estén durmiendo, que nuestros hijos estén durmiendo en las drogas, los vicios y la pereza; que nuestros pensamientos estén durmiendo en la pornografía, el adulterio, la fornicación y el pecado en general, es posible que todo en nosotros esté durmiendo, pero estaremos orando, y el Señor enviará ángeles que nos liberten, no importa cuántas trabas, cuántos escollos, cuántos temores, cuántos guardianes y cuántas cadenas estén sujetando nuestra vidas, Dios nos dará la libertad.

ORACION:
Señor Dios, hoy sé que la oración es una cita divina, que al orar tú actuarás en nuestras vidas. Sé Señor que cuando busco tu presencia tú escuchas mi oración y mi clamor y sé también que tú me respondes.
Enséñame Señor a orar, a buscar tu santo monte, a gozarme en la oración, a sentir tu presencia, a tocar tu mano, a llenarme de tu Santo Espíritu, a permitir que tú actúes en mi vida y recibir los ángeles que tú envías a mi favor, para darme la libertad en todas aquellas áreas en que estoy fallando. En el nombre de Cristo Jesús, AMÉN.

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