-->

martes, 10 de noviembre de 2009

Andando en una vida nueva como hijos de Dios

Hoy, somos nuevas criaturas en Cristo Jesús.  El Señor nos reconcilió con él, pero su misericordia es mayor que eso, él nos ha hecho parte de su familia.

Sabemos bien que Dios tiene el poder sobre todas las cosas y todas por él fueron creadas: "Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho" (Juan 1:3).  Dios es soberano, Él hace lo que quiere, cuando él quiera y dónde él quiera "Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos" (Salmo 135:6).

Entonces, Dios podría vernos a nosotros simplemente como criaturas o bien como esclavos, pero Él ha escogido que nuestra relación con Él, sea de hijos, Él nos ha adoptado como sus hijos por medio de Jesucristo: "Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo" (Gálatas 4:4-7).

¿Qué efecto tiene esta adopción en nosotros?

La adopción nos da una posición en la familia de Dios y nos confiere, por lo tanto, derechos familiares y nos hace partícipes de su herencia, pero no solamente esto, sino que también, como con todo lo que nos da Dios, tendremos beneficios adicionales.

1. La hermandad con Cristo.

Según nos dice la Biblia, Jesús es nuestro hermano mayor e intercede por nosotros, ya que él vive con nuestro Padre.  Él no se avergüenza de llamarnos hermanos. Hebreos 2:11b "…por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos".

2. La cobertura de la familia.

Esta cobertura nos ayuda a entender que no estamos luchando solos, que nosotros enfrentamos realidades que otros también están experimentando, o han experimentado y vencido.  De esta forma podemos entonces comprendernos mejor, y estimularnos, entre nosotros, al amor y a hacer buenas obras (Hebreos 10:24).

3. El acceso confiado y seguro al Padre.

Como hijo, ya no tenemos temor de acercarnos y entrar a la presencia de Dios, de pedirle lo que necesitamos, sabiendo que Él tiene cuidado de nosotros.  Ahora podemos hablar con Él por medio de la oración, le podemos expresar nuestra gratitud por medio de las alabanzas y conocer mejor su voluntad, y el Señor se complacerá en darnos todas las cosas que necesitemos.

Este acceso es una relación íntima y constante con Dios que crece día con día, por medio de su amor, Él se encargará de que nada, ni nadie nos separe de su amor.  Romanos 8:32,37-39 dice: "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?".  "...Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro".

¿Cuáles son nuestras obligaciones en esta nueva vida?

Nosotros entregamos nuestra vida a Jesucristo y ahora vivimos una vida totalmente distinta. Sabemos que lo vivido anteriormente quedó atrás y que el presente y el futuro lo podemos enfrentar con certeza y confianza.  "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17).

Recordemos sí, que como hijos de Dios disfrutamos de estos y otros beneficios, pero que también debemos cumplir con ciertas obligaciones. Pero Él ha prometido ayudarnos para cumplir con estas obligaciones.

1. Debemos mantenernos alejados de todo aquello que no nos conduzca a los ideales de una vida de consagración o santidad. Romanos 6:22 "Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna".

2. Debemos diariamente tener espacios de tiempo valioso, destinados a la oración y la lectura de la Biblia, para que podamos crecer en fe, conocimiento y gracia.  1 Tesalonicenses 5:17 "Orad sin cesar".

3. Debemos asistir y participar de manera activa en la vida de nuestra congregación, ya que es dentro del cuerpo de Cristo donde somos edificados. Hebreos 10:25a "no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre".

4. Debemos compartir con nuestros familiares, amigos, compañeros y con todas las personas que interactuamos, la maravillosa noticia de salvación, contando nuestra propia experiencia como referencia.  El Señor nos guiará y nos ayudará para hacerlo adecuada y oportunamente.  2 Corintios 5:20 "Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios".

ORACIÓN
Señor Jesús alabo tu nombre y me regocijo en tu amor.  Te doy gracias por tu fidelidad y tu misericordia, gracias Señor porque por tu amor me has adoptado como tu hijo y por esto gozo de tu cobertura especial, gracias porque sé que puedo venir a ti confiadamente y exponerte mis necesidades y mi gratitud. Danos fuerzas Señor para mantenernos alejados de todo aquello que nos separe de ti, danos deseos de escudriñar tu palabra, deseos de congregarnos para nuestro crecimiento espiritual y la sabiduría para compartir la maravillosa noticia de salvación, AMÉN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario