-->

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Jesús, ¡el camino hacia Dios!

Como hemos mencionado anteriormente, la Biblia nos enseña que el ser humano por naturaleza es pecador y posee una inclinación natural por hacer lo malo, afectando a quienes están cerca de ellos - esposo(a), hijos, padres, amigos, vecinos, clientes...

También hemos visto, que independientemente de nuestra forma de ser.  Dios nos ama y que su amor sobrepasa nuestra condición de pecadores. (Romanos 5:8, Efesios 2:4-5).

Por este amor, es que Dios nos ha provisto de un camino perfecto, un camino de perdón.  Este camino nos permite solucionar de una vez y para siempre, el problema del pecado y perdición en nuestras vidas.

El camino que Dios nos ha dado, es el único medio para llegar a Él. Si nosotros escogemos este camino nos libraremos de nuestras malas decisiones y alcanzaremos el destino que Dios tiene para nuestras vidas "la salvación".

Nuestro Señor Jesucristo es este camino que nos lleva al Padre, este camino que conduce al cielo, donde Dios quiere que estemos con Él para siempre (I Tesalonicenses 5:9).

En Hechos 4:12, Pedro hablando de Jesucristo nos dice: "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos".

La Biblia enseña que Jesucristo, obedeciendo a su Padre, se hizo hombre, para ofrecer a Dios el único pago aceptable por nuestros pecados.  El ocupó nuestro lugar en la cruz y pagó el precio por nuestra maldad (Juan 3:16).  Pero Jesús no permaneció en la tumba, ya que el Padre le resucitó al tercer día con Poder y Gloria. Su resurrección nos confirma que el camino para llegar al Padre ha sido abierto "por el camino nuevo y vivo que él nos abrió…". (Hebreos 10:20a).

¿Cómo podemos andar por el camino de salvación?

A todos los que tomamos este camino por primera vez, nos preocupa saber ¿cómo debemos andar por él, qué pasa si tropezamos o si avanzamos lento?, sin embargo no tenemos de qué preocuparnos, porque hay una promesa de Dios para nuestro andar espiritual con Él, y es que si estamos en el Camino verdadero que es Cristo, nunca nos vamos a extraviar: "Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará". (Isaías 35:8).

Entonces, de acuerdo a lo que el Señor Dios nos dice, en este camino no sólo los expertos no se extravían, sino que aún los torpes caminan seguros. Esta es una promesa aliviadora, ya que en nuestro andar con Dios muchas veces caminaremos con torpeza y a tumbos, y no por esto el Señor nos desechará o nos dejará de amar. Dios nos ama, no importa lo torpes que seamos y quiere ayudarnos, por el poder del Espíritu Santo, a caminar firmemente.

¿Qué sucede en nuestras vidas cuando decidimos andar por el verdadero camino?

Aquellos que nos atrevemos a caminar con Dios cada día de nuestras vidas vivimos rodeados del favor del Señor. Es decir, hay una atmósfera espiritual que nos rodea y nos cubre y que nos asegura la bendición de Dios y el cumplimiento de su precioso plan para nuestras vidas, sin importar todas las situaciones adversas que tengamos que pasar.

Leamos Salmo 5:12.
"Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor".

Esto es una obra misericordiosa y sobrenatural de parte del Señor y está reservada para el justo (aquella persona que impone la justicia que ha recibido de Dios al recibir a Cristo en su corazón).  El justo se mide por cómo se acopla a los parámetros de la Palabra de Dios.

No debemos avergonzarnos de caminar como un justo fiel y obediente, pues los valientes que se atreven a caminar de esta manera gozan del privilegio de vivir bajo el favor de Dios: "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan". (Mateo 7:13-14)

ORACION:
Señor Dios, hoy decidimos caminar por el camino de salvación, dejando atrás todo aquello que nos aleja de ti. Ayúdanos Señor a hacer nuestra parte, obedeciéndote fielmente.
Gracias Señor porque amas y guardas a los que son torpes como yo. ¡Gracias, porque en medio de mi torpeza se glorificará tu poder para guardar mi caminar y bendecirme grandemente!, Amén.


No hay comentarios:

Publicar un comentario