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miércoles, 4 de noviembre de 2009

Buscando el Camino de la Vida

¿De qué forma buscan las personas a Dios?

Durante siglos el hombre ha tratado de buscar por sí mismos un camino hacia Dios, un camino que le permitirá acercarse al Ser Supremo y entenderlo mejor. Sin embargo, este camino ha sido elaborado por el propio ser humano, por lo que se han creado complicadas formas (así somos los hombres y las mujeres, complicados) religiosas y filosóficas que fundamentan que el camino a Dios se da:

1. Por buenas acciones.
2. Por lograr niveles superiores de conocimiento.
3. Por encontrarnos con nosotros mismos.

Leamos Romanos 1:21-22
"Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.  Profesando ser sabios, se hicieron necios"

Cualquiera de estas acciones (la filosofía, la religiosidad y hasta las buenas obras) nos alejan de Dios, ya que ponemos más atención a estas prácticas que a Dios mismo (Proverbios 14:12) "Hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es muerte".

¿Por qué muchas personas no buscan a Dios?

Dos cosas principalmente impiden que busquemos a Dios.

1. El Orgullo.
2. La Vergüenza.

Podríamos decir que el orgullo y la vergüenza son hermanos, aún cuando nos parezcan tan diferentes. Las emociones que ambos producen en nosotros causan el mismo impacto en nuestras vidas. Veamos cómo ambos nos alejan de Nuestro Padre.


Si el orgullo es lo que hay antes de una caída, la vergüenza es lo que nos impide levantarnos después.

¡El Camino de Vida, Jesús!

Todos tomamos decisiones. Algunas sabias, otras no. Cuantas veces nos hemos equivocado al escoger a nuestros amigos, quizás nuestra profesión e incluso nuestro esposo(a), y miramos hacia atrás y decimos: «Si pudiera… si pudiera librarme de esas malas decisiones».

Dios nos pide tomar decisiones eternas que tienen consecuencias eternas.  Una buena decisión para la eternidad compensa miles de malas decisiones hechas en la tierra.

Desde que Jesús vino a la tierra, esta decisión ha estado disponible para nosotros. Y sin embargo nos admiramos de cómo algunos pueden decidirse por la vida eterna y algunos rechazarla. Nos admiramos de cómo dos hombres pueden ver al mismo Jesús, y uno de ellos burlarse de Él y el otro orar a Él.

Leamos Lucas 23:39-43
"Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.  Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?  Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.  Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.  Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso".

Estas dos cruces nos recuerdan uno de los más grandes dones de Dios: El don de la decisión.
Jesús nos dice: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí". (Juan 14:6). Escojamos este camino y alcancemos el destino que Dios tiene para nuestras vidas, "la salvación".

Nuestro destino propuesto es el cielo. Dios nos ama tanto que quiere que estemos con Él para siempre. "Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él". (I Tesalonicenses 5:9-10).

ORACION:
Apártame Señor de todo mal camino y quita de mí oh Dios, todo orgullo y vergüenza que a nada bueno conducen y que me alejan de ti. Ayúdame a caminar con humildad para que yo tome la decisión de seguirte a ti, sabiendo que lo que tú tienes para mi es vida eterna.
¡Señor, dame esa clase de vida abundante y victoriosa que sólo tú sabes dar!, Amén.

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