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martes, 10 de noviembre de 2009

La meta en la vida del cristiano

Después de nuestra conversión y aceptación de nuestro Señor Jesucristo, seguimos un proceso espiritual de crecimiento, por los medios de Gracia que Dios nos ha provisto.

Haber recibido a Jesús como nuestro Señor y Salvador, no es el fin o la meta de nuestra vida, por el contrario es el principio de una rica y hermosa experiencia de avance y desarrollo cristiano.

Dios nos rescató del reino de las tinieblas, cuando nos convertimos a Cristo, para crecer, madurar en la fe y tener vida eterna; por esto nuestra vida cristiana debe caracterizarse por el crecimiento y desarrollo espiritual. Leamos Efesios 4:13-14 en la Biblia Dios Habla Hoy: "Hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, y alcancemos la edad adulta, que corresponde a la plena madurez de Cristo. Ya no seremos como niños, que cambian fácilmente de parecer y que son arrastrados por el viento de cualquier nueva enseñanza hasta dejarse engañar por gente astuta que anda por caminos equivocados".

¿Cuáles son las etapas de la vida espiritual?

Nuestra vida cristiana tiene tres etapas y cada una de ellas necesita ser vivida para luego avanzar a la siguiente.

Niñez

1 Corintios 3:1
"De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo".

La niñez espiritual es definida en la Biblia como "carnalidad" y ha sido diseñada por Dios para que sólo sea un escalón hacia la madurez y el crecimiento espiritual.

Si nos quedamos mucho tiempo en la niñez, sin corregir todas aquellas cosas que al Señor no le agradan, nos perderemos la bendición del crecimiento.  Si no dejamos la etapa de la niñez espiritual seremos presa fácil de la manipulación en el terreno de la fe, ya que no contamos con criterios o valores acertados para discernir con claridad el bien y el mal.

Juventud

2 Corintios 3:18
"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor".

La vida cristiana es una carrera de perseverancia más que de velocidad.  Es una carrera ascendente donde el crecimiento cristiano debe ser continuo, paso a paso y no a la ligera.  Debemos tener la meta de crecer, avanzar un paso a la vez y perseverar a ritmo sostenido hasta el final.

Dios nos ha llamado a madurar, a que dejemos el lenguaje de niños espirituales contaminado con el chisme, la queja, la mentira, la calumnia, iras y peleas, y lo cambiemos por un lenguaje lleno del Espíritu Santo.  Él nos llama a que dejemos las actitudes de niños de guardar rencor y no perdonar, sustituyéndolas por un corazón perdonador que bendice aún a sus enemigos.

Madurez

Colosenses 1:28b
"…enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre".

Para el apóstol Pablo el objetivo de su ministerio era la perfección, no la perfección de quien llega al nivel en el cual es inmejorable o nunca falla, sino la perfección que conlleva la idea de plenitud, de estado de madurez, de firmeza y de estabilidad.

En esta etapa Dios hará grandes cambios en nuestras vidas por medio del poder del Espíritu Santo, y estos cambios que nos sucederán siempre serán para nuestro bien y para la gloria del Señor. ¡Vale la pena ser transformado en una mejor persona por el poder de Dios!

¿Cómo sabemos que estamos alcanzando y desarrollando madurez cristiana?

Las siguientes, son algunas señales que indican que vamos por buen camino.

1. Un mayor deseo de estudiar las Escrituras, con la motivación de conocer y obedecer la voluntad del Padre Celestial.

"y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra".
1 Juan 5:14

2. Una actitud constante en la oración que refleje una dependencia permanente del Padre Eterno.

"Orad sin cesar".
1 Tesalonicenses 5:17

3. Un interés en la salvación de los demás, que necesitan oír, ver, creer y recibir la buena noticia de la salvación en Jesucristo.

"…y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra".
Hechos 1:8b

4. Un deseo de vivir cada instante de nuestra existencia mostrando en nuestra forma de ser, hablar y actuar, el anhelo de darle la gloria a Dios y de nutrirnos con las cosas espirituales.

"Que el mensaje de Cristo permanezca siempre en ustedes con todas sus riquezas. Instrúyanse y amonéstense unos a otros con toda sabiduría. Con corazón agradecido canten a Dios salmos, himnos y cantos espirituales.  Y todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él".
Colosenses 3:16-17 – versión Dios Habla Hoy

Dios no hace nada sin sentido.  Todo lo que Él hace tiene un propósito: Hacernos crecer y madurar en nuestra vida cristiana.

Quizás pensábamos que éramos gigantes espirituales y ahora nos damos cuenta que en realidad somos niños espirituales; pensábamos que éramos más maduros que los demás, pero ahora nos damos cuenta de nuestra pequeña realidad espiritual.

Si hasta la fecha no nos conocíamos tal cual somos, debemos prestar atención a las reacciones que estamos teniendo en medio de este tiempo.  Dios nos está mostrando quien realmente somos para que entreguemos cada área de nuestra vida desarreglada en sus manos.  ¡El desarrollará en nuestra vida un nuevo carácter, semejante al de Cristo!

Nosotros siendo cristianos que caminamos tomados de la mano del Señor, debemos estar dispuestos a esforzarnos y actuar para alcanzar la victoria, aún cuando estemos agotados.  Recordemos que nuestro Dios es el único que provee, por el poder de su Santo Espíritu, esfuerzo al cansado.

ORACION:
Perdóname Señor, por haberme quedado estacionado más de la cuenta en la niñez espiritual.  Ayúdame a crecer en tu camino para que pueda alcanzar nuevos niveles de fe y madurez. Haz en mi vida Señor, el milagro de Isaías 40:29, donde tú dices que das esfuerzo al cansado, para que así no desmaye en mi vida cristiana y persevere en la oración y la lectura de tu palabra.
¡Qué maravilloso es experimentar los cambios que has hecho en mi vida Señor!, aunque sé que me falta mucho por cambiar.  Por esto te pido que sigas trabajando en mí para ser transformado de gloria en gloria a tu preciosa imagen.
Gracias, por todo lo que me has cambiado, y porque sé que seguirás trabajando en mí para transformarme en una persona espiritualmente plena, madura, firme y estable, AMÉN.

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