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domingo, 25 de abril de 2010

Lectura Bíblica - Marzo 15

*** Lecturas de Hoy ***
  • Números 22:21-23:30
  • Lucas 1:57-80
  • Salmos 58:1-11
  • Proverbios 11:12-13

Números 22:21-23:30
El ángel y el asna de Balaam
22:21 Así Balaam se levantó por la mañana, y enalbardó su asna y fue con los príncipes de Moab. 22:22 Y la ira de Dios se encendió porque él iba; y el ángel de Jehová se puso en el camino por adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él dos criados suyos. 22:23 Y el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino. 22:24 Pero el ángel de Jehová se puso en una senda de viñas que tenía pared a un lado y pared al otro. 22:25 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se pegó a la pared, y apretó contra la pared el pie de Balaam; y él volvió a azotarla. 22:26 Y el ángel de Jehová pasó más allá, y se puso en una angostura donde no había camino para apartarse ni a derecha ni a izquierda. 22:27 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se echó debajo de Balaam; y Balaam se enojó y azotó al asna con un palo. 22:28 Entonces Jehová abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has azotado estas tres veces? 22:29 Y Balaam respondió al asna: Porque te has burlado de mí. ¡Ojalá tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría! 22:30 Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna? Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado hacerlo así contigo? Y él respondió: No. 22:31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro. 22:32 Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí. 22:33 El asna me ha visto, y se ha apartado luego de delante de mí estas tres veces; y si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría a ti, y a ella dejaría viva. 22:34 Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He pecado, porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece mal, yo me volveré. 22:35 Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: Ve con esos hombres; pero la palabra que yo te diga, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac. 22:36 Oyendo Balac que Balaam venía, salió a recibirlo a la ciudad de Moab, que está junto al límite de Arnón, que está al extremo de su territorio. 22:37 Y Balac dijo a Balaam: ¿No envié yo a llamarte? ¿Por qué no has venido a mí? ¿No puedo yo honrarte? 22:38 Balaam respondió a Balac: He aquí yo he venido a ti; mas ¿podré ahora hablar alguna cosa? La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa hablaré. 22:39 Y fue Balaam con Balac, y vinieron a Quiriat-huzot. 22:40 Y Balac hizo matar bueyes y ovejas, y envió a Balaam, y a los príncipes que estaban con él.

Balaam bendice a Israel
22:41 El día siguiente, Balac tomó a Balaam y lo hizo subir a Bamot-baal, y desde allí vio a los más cercanos del pueblo.

Capítulo 23
23:1 Y Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros. 23:2 Balac hizo como le dijo Balaam; y ofrecieron Balac y Balaam un becerro y un carnero en cada altar. 23:3 Y Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, y yo iré; quizá Jehová me vendrá al encuentro, y cualquiera cosa que me mostrare, te avisaré. Y se fue a un monte descubierto. 23:4 Y vino Dios al encuentro de Balaam, y éste le dijo: Siete altares he ordenado, y en cada altar he ofrecido un becerro y un carnero. 23:5 Y Jehová puso palabra en la boca de Balaam, y le dijo: Vuelve a Balac, y dile así. 23:6 Y volvió a él, y he aquí estaba él junto a su holocausto, él y todos los príncipes de Moab. 23:7 Y él tomó su parábola, y dijo: De Aram me trajo Balac, Rey de Moab, de los montes del oriente; Ven, maldíceme a Jacob, Y ven, execra a Israel. 23:8 ¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado? 23:9 Porque de la cumbre de las peñas lo veré, Y desde los collados lo miraré; He aquí un pueblo que habitará confiado, Y no será contado entre las naciones. 23:10 ¿Quién contará el polvo de Jacob, O el número de la cuarta parte de Israel? Muera yo la muerte de los rectos, Y mi postrimería sea como la suya. 23:11 Entonces Balac dijo a Balaam: ¿Qué me has hecho? Te he traído para que maldigas a mis enemigos, y he aquí has proferido bendiciones. 23:12 El respondió y dijo: ¿No cuidaré de decir lo que Jehová ponga en mi boca? 23:13 Y dijo Balac: Te ruego que vengas conmigo a otro lugar desde el cual los veas; solamente los más cercanos verás, y no los verás todos; y desde allí me los maldecirás. 23:14 Y lo llevó al campo de Zofim, a la cumbre de Pisga, y edificó siete altares, y ofreció un becerro y un carnero en cada altar. 23:15 Entonces él dijo a Balac: Ponte aquí junto a tu holocausto, y yo iré a encontrar a Dios allí. 23:16 Y Jehová salió al encuentro de Balaam, y puso palabra en su boca, y le dijo: Vuelve a Balac, y dile así. 23:17 Y vino a él, y he aquí que él estaba junto a su holocausto, y con él los príncipes de Moab; y le dijo Balac: ¿Qué ha dicho Jehová? 23:18 Entonces él tomó su parábola, y dijo: Balac, levántate y oye; Escucha mis palabras, hijo de Zipor: 23:19 Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? 23:20 He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición, y no podré revocarla. 23:21 No ha notado iniquidad en Jacob, Ni ha visto perversidad en Israel. Jehová su Dios está con él, Y júbilo de rey en él. 23:22 Dios los ha sacado de Egipto; Tiene fuerzas como de búfalo. 23:23 Porque contra Jacob no hay agüero, Ni adivinación contra Israel. Como ahora, será dicho de Jacob y de Israel: ¡Lo que ha hecho Dios! 23:24 He aquí el pueblo que como león se levantará, Y como león se erguirá; No se echará hasta que devore la presa, Y beba la sangre de los muertos. 23:25 Entonces Balac dijo a Balaam: Ya que no lo maldices, tampoco lo bendigas. 23:26 Balaam respondió y dijo a Balac: ¿No te he dicho que todo lo que Jehová me diga, eso tengo que hacer? 23:27 Y dijo Balac a Balaam: Te ruego que vengas, te llevaré a otro lugar; por ventura parecerá bien a Dios que desde allí me lo maldigas. 23:28 Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Peor, que mira hacia el desierto. 23:29 Entonces Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros. 23:30 Y Balac hizo como Balaam le dijo; y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.

Lucas 1:57-80
Nacimiento de Juan el Bautista
1:57 Cuando a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo. 1:58 Y cuando oyeron los vecinos y los parientes que Dios había engrandecido para con ella su misericordia, se regocijaron con ella. 1:59 Aconteció que al octavo día vinieron para circuncidar al niño; y le llamaban con el nombre de su padre, Zacarías; 1:60 pero respondiendo su madre, dijo: No; se llamará Juan. 1:61 Le dijeron: ¿Por qué? No hay nadie en tu parentela que se llame con ese nombre. 1:62 Entonces preguntaron por señas a su padre, cómo le quería llamar. 1:63 Y pidiendo una tablilla, escribió, diciendo: Juan es su nombre. Y todos se maravillaron. 1:64 Al momento fue abierta su boca y suelta su lengua, y habló bendiciendo a Dios. 1:65 Y se llenaron de temor todos sus vecinos; y en todas las montañas de Judea se divulgaron todas estas cosas. 1:66 Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo: ¿Quién, pues, será este niño? Y la mano del Señor estaba con él.

Profecía de Zacarías
1:67 Y Zacarías su padre fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó, diciendo: 1:68 Bendito el Señor Dios de Israel, Que ha visitado y redimido a su pueblo, 1:69 Y nos levantó un poderoso Salvador En la casa de David su siervo, 1:70 Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio; 1:71 Salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos aborrecieron; 1:72 Para hacer misericordia con nuestros padres, Y acordarse de su santo pacto; 1:73 Del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, Que nos había de conceder 1:74 Que, librados de nuestros enemigos, Sin temor le serviríamos 1:75 En santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días. 1:76 Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos; 1:77 Para dar conocimiento de salvación a su pueblo, Para perdón de sus pecados, 1:78 Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Con que nos visitó desde lo alto la aurora, 1:79 Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; Para encaminar nuestros pies por camino de paz. 1:80 Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.

Salmos 58:1-11
Capítulo 58
Plegaria pidiendo el castigo de los malos
Al músico principal; sobre No destruyas. Mictam de David.
58:1 Oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia?
¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?
58:2 Antes en el corazón maquináis iniquidades;
Hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra.
58:3 Se apartaron los impíos desde la matriz;
Se descarriaron hablando mentira desde que nacieron.
58:4 Veneno tienen como veneno de serpiente;
Son como el áspid sordo que cierra su oído,
58:5 Que no oye la voz de los que encantan,
Por más hábil que el encantador sea.

58:6 Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas;
Quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos.
58:7 Sean disipados como aguas que corren;
Cuando disparen sus saetas, sean hechas pedazos.
58:8 Pasen ellos como el caracol que se deslíe;
Como el que nace muerto, no vean el sol.
58:9 Antes que vuestras ollas sientan la llama de los espinos,
Así vivos, así airados, los arrebatará él con tempestad.

58:10 Se alegrará el justo cuando viere la venganza;
Sus pies lavará en la sangre del impío.
58:11 Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay galardón para el justo;
Ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.


Proverbios 11:12-13
11:12 El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo;
Mas el hombre prudente calla.
11:13 El que anda en chismes descubre el secreto;
Mas el de espíritu fiel lo guarda todo.

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