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domingo, 4 de abril de 2010

Lectura Bíblica - Febrero 19

*** Lecturas de Hoy ***
  • Levítico 7:28-9:6
  • Marcos 3:31-4:25
  • Salmos 37:12-29
  • Proverbios 10:5

Levítico 7:28-9:6
7:28 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 7:29 Habla a los hijos de Israel y diles: El que ofreciere sacrificio de paz a Jehová, traerá su ofrenda del sacrificio de paz ante Jehová. 7:30 Sus manos traerán las ofrendas que se han de quemar ante Jehová; traerá la grosura con el pecho; el pecho para que sea mecido como sacrificio mecido delante de Jehová. 7:31 Y la grosura la hará arder el sacerdote en el altar, mas el pecho será de Aarón y de sus hijos. 7:32 Y daréis al sacerdote para ser elevada en ofrenda, la espaldilla derecha de vuestros sacrificios de paz. 7:33 El que de los hijos de Aarón ofreciere la sangre de los sacrificios de paz, y la grosura, recibirá la espaldilla derecha como porción suya. 7:34 Porque he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho que se mece y la espaldilla elevada en ofrenda, y lo he dado a Aarón el sacerdote y a sus hijos, como estatuto perpetuo para los hijos de Israel. 7:35 Esta es la porción de Aarón y la porción de sus hijos, de las ofrendas encendidas a Jehová, desde el día que él los consagró para ser sacerdotes de Jehová, 7:36 la cual mandó Jehová que les diesen, desde el día que él los ungió de entre los hijos de Israel, como estatuto perpetuo en sus generaciones. 7:37 Esta es la ley del holocausto, de la ofrenda, del sacrificio por el pecado, del sacrificio por la culpa, de las consagraciones y del sacrificio de paz, 7:38 la cual mandó Jehová a Moisés en el monte de Sinaí, el día que mandó a los hijos de Israel que ofreciesen sus ofrendas a Jehová, en el desierto de Sinaí.

Capítulo 8
Consagración de Aarón y de sus hijos
(Ex. 29.1-37)
8:1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 8:2 Toma a Aarón y a sus hijos con él, y las vestiduras, el aceite de la unción, el becerro de la expiación, los dos carneros, y el canastillo de los panes sin levadura; 8:3 y reúne toda la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión. 8:4 Hizo, pues, Moisés como Jehová le mandó, y se reunió la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión. 8:5 Y dijo Moisés a la congregación: Esto es lo que Jehová ha mandado hacer. 8:6 Entonces Moisés hizo acercarse a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua. 8:7 Y puso sobre él la túnica, y le ciñó con el cinto; le vistió después el manto, y puso sobre él el efod, y lo ciñó con el cinto del efod, y lo ajustó con él. 8:8 Luego le puso encima el pectoral, y puso dentro del mismo los Urim y Tumim. 8:9 Después puso la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra, en frente, puso la lámina de oro, la diadema santa, como Jehová había mandado a Moisés. 8:10 Y tomó Moisés el aceite de la unción y ungió el tabernáculo y todas las cosas que estaban en él, y las santificó. 8:11 Y roció de él sobre el altar siete veces, y ungió el altar y todos sus utensilios, y la fuente y su base, para santificarlos. 8:12 Y derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo. 8:13 Después Moisés hizo acercarse los hijos de Aarón, y les vistió las túnicas, les ciñó con cintos, y les ajustó las tiaras, como Jehová lo había mandado a Moisés. 8:14 Luego hizo traer el becerro de la expiación, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del becerro de la expiación, 8:15 y lo degolló; y Moisés tomó la sangre, y puso con su dedo sobre los cuernos del altar alrededor, y purificó el altar; y echó la demás sangre al pie del altar, y lo santificó para reconciliar sobre él. 8:16 Después tomó toda la grosura que estaba sobre los intestinos, y la grosura del hígado, y los dos riñones, y la grosura de ellos, y lo hizo arder Moisés sobre el altar. 8:17 Mas el becerro, su piel, su carne y su estiércol, lo quemó al fuego fuera del campamento, como Jehová lo había mandado a Moisés. 8:18 Después hizo que trajeran el carnero del holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero; 8:19 y lo degolló; y roció Moisés la sangre sobre el altar alrededor, 8:20 y cortó el carnero en trozos; y Moisés hizo arder la cabeza, y los trozos, y la grosura. 8:21 Lavó luego con agua los intestinos y las piernas, y quemó Moisés todo el carnero sobre el altar; holocausto de olor grato, ofrenda encendida para Jehová, como Jehová lo había mandado a Moisés. 8:22 Después hizo que trajeran el otro carnero, el carnero de las consagraciones, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero. 8:23 Y lo degolló; y tomó Moisés de la sangre, y la puso sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el dedo pulgar de su mano derecha, y sobre el dedo pulgar de su pie derecho. 8:24 Hizo acercarse luego los hijos de Aarón, y puso Moisés de la sangre sobre el lóbulo de sus orejas derechas, sobre los pulgares de sus manos derechas, y sobre los pulgares de sus pies derechos; y roció Moisés la sangre sobre el altar alrededor. 8:25 Después tomó la grosura, la cola, toda la grosura que estaba sobre los intestinos, la grosura del hígado, los dos riñones y la grosura de ellos, y la espaldilla derecha. 8:26 Y del canastillo de los panes sin levadura, que estaba delante de Jehová, tomó una torta sin levadura, y una torta de pan de aceite, y una hojaldre, y lo puso con la grosura y con la espaldilla derecha. 8:27 Y lo puso todo en las manos de Aarón, y en las manos de sus hijos, e hizo mecerlo como ofrenda mecida delante de Jehová. 8:28 Después tomó aquellas cosas Moisés de las manos de ellos, y las hizo arder en el altar sobre el holocausto; eran las consagraciones en olor grato, ofrenda encendida a Jehová. 8:29 Y tomó Moisés el pecho, y lo meció, ofrenda mecida delante de Jehová; del carnero de las consagraciones aquella fue la parte de Moisés, como Jehová lo había mandado a Moisés. 8:30 Luego tomó Moisés del aceite de la unción, y de la sangre que estaba sobre el altar, y roció sobre Aarón, y sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de sus hijos con él; y santificó a Aarón y sus vestiduras, y a sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él. 8:31 Y dijo Moisés a Aarón y a sus hijos: Hervid la carne a la puerta del tabernáculo de reunión; y comedla allí con el pan que está en el canastillo de las consagraciones, según yo he mandado, diciendo: Aarón y sus hijos la comerán. 8:32 Y lo que sobre de la carne y del pan, lo quemaréis al fuego. 8:33 De la puerta del tabernáculo de reunión no saldréis en siete días, hasta el día que se cumplan los días de vuestras consagraciones; porque por siete días seréis consagrados. 8:34 De la manera que hoy se ha hecho, mandó hacer Jehová para expiaros. 8:35 A la puerta, pues, del tabernáculo de reunión estaréis día y noche por siete días, y guardaréis la ordenanza delante de Jehová, para que no muráis; porque así me ha sido mandado. 8:36 Y Aarón y sus hijos hicieron todas las cosas que mandó Jehová por medio de Moisés.

Capítulo 9
Los sacrificios de Aarón
9:1 En el día octavo, Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel; 9:2 y dijo a Aarón: Toma de la vacada un becerro para expiación, y un carnero para holocausto, sin defecto, y ofrécelos delante de Jehová. 9:3 Y a los hijos de Israel hablarás diciendo: Tomad un macho cabrío para expiación, y un becerro y un cordero de un año, sin defecto, para holocausto. 9:4 Asimismo un buey y un carnero para sacrificio de paz, que inmoléis delante de Jehová, y una ofrenda amasada con aceite; porque Jehová se aparecerá hoy a vosotros. 9:5 Y llevaron lo que mandó Moisés delante del tabernáculo de reunión, y vino toda la congregación y se puso delante de Jehová. 9:6 Entonces Moisés dijo: Esto es lo que mandó Jehová; hacedlo, y la gloria de Jehová se os aparecerá.

Marcos 3:31-4:25
La madre y los hermanos de Jesús
(Mt. 12. 46-50; Lc. 8. 19-21)
3:31 Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle. 3:32 Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan. 3:33 El les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? 3:34 Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. 3:35 Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.

Capítulo 4
Parábola del sembrador
(Mt. 13. 1-23; Lc. 8. 4-15)
4:1 Otra vez comenzó Jesús a enseñar junto al mar, y se reunió alrededor de él mucha gente, tanto que entrando en una barca, se sentó en ella en el mar; y toda la gente estaba en tierra junto al mar. 4:2 Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina: 4:3 Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; 4:4 y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. 4:5 Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. 4:6 Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 4:7 Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. 4:8 Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. 4:9 Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga. 4:10 Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola. 4:11 Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; 4:12 para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados. 4:13 Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? 4:14 El sembrador es el que siembra la palabra. 4:15 Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones. 4:16 Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; 4:17 pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan. 4:18 Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, 4:19 pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 4:20 Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.

Nada oculto que no haya de ser manifestado
(Lc. 8. 16-18)
4:21 También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? 4:22 Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz. 4:23 Si alguno tiene oídos para oír, oiga. 4:24 Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís. 4:25 Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.

Salmos 37:12-29
37:12 Maquina el impío contra el justo,
Y cruje contra él sus dientes;
37:13 El Señor se reirá de él;
Porque ve que viene su día.

37:14 Los impíos desenvainan espada y entesan su arco,
Para derribar al pobre y al menesteroso,
Para matar a los de recto proceder.
37:15 Su espada entrará en su mismo corazón,
Y su arco será quebrado.

37:16 Mejor es lo poco del justo,
Que las riquezas de muchos pecadores.
37:17 Porque los brazos de los impíos serán quebrados;
Mas el que sostiene a los justos es Jehová.

37:18 Conoce Jehová los días de los perfectos,
Y la heredad de ellos será para siempre.
37:19 No serán avergonzados en el mal tiempo,
Y en los días de hambre serán saciados.

37:20 Mas los impíos perecerán,
Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros
Serán consumidos; se disiparán como el humo.

37:21 El impío toma prestado, y no paga;
Mas el justo tiene misericordia, y da.
37:22 Porque los benditos de él heredarán la tierra;
Y los malditos de él serán destruidos.

37:23 Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,
Y él aprueba su camino.
37:24 Cuando el hombre cayere, no quedará postrado,
Porque Jehová sostiene su mano.

37:25 Joven fui, y he envejecido,
Y no he visto justo desamparado,
Ni su descendencia que mendigue pan.
37:26 En todo tiempo tiene misericordia, y presta;
Y su descendencia es para bendición.

37:27 Apártate del mal, y haz el bien,
Y vivirás para siempre.
37:28 Porque Jehová ama la rectitud,
Y no desampara a sus santos.
Para siempre serán guardados;
Mas la descendencia de los impíos será destruida.
37:29 Los justos heredarán la tierra,
Y vivirán para siempre sobre ella.


Proverbios 10:5
10:5 El que recoge en el verano es hombre entendido;
El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza.

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