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martes, 13 de abril de 2010

Lectura Bíblica - Marzo 09

*** Lecturas de Hoy ***
  • Números 11:24-13:33
  • Marcos 14:22-52
  • Salmos 52:1-9
  • Proverbios 11:1-3

Números 11:24-13:33
11:24 Y salió Moisés y dijo al pueblo las palabras de Jehová; y reunió a los setenta varones de los ancianos del pueblo, y los hizo estar alrededor del tabernáculo. 11:25 Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron. 11:26 Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban éstos entre los inscritos, pero no habían venido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento. 11:27 Y corrió un joven y dio aviso a Moisés, y dijo: Eldad y Medad profetizan en el campamento. 11:28 Entonces respondió Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, uno de sus jóvenes, y dijo: Señor mío Moisés, impídelos. 11:29 Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos. 11:30 Y Moisés volvió al campamento, él y los ancianos de Israel. 11:31 Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al otro, alrededor del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la tierra. 11:32 Entonces el pueblo estuvo levantado todo aquel día y toda la noche, y todo el día siguiente, y recogieron codornices; el que menos, recogió diez montones; y las tendieron para sí a lo largo alrededor del campamento. 11:33 Aún estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese masticada, cuando la ira de Jehová se encendió en el pueblo, e hirió Jehová al pueblo con una plaga muy grande. 11:34 Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso. 11:35 De Kibrot-hataava partió el pueblo a Hazerot, y se quedó en Hazerot.

Capítulo 12
María y Aarón murmuran contra Moisés
12:1 María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita. 12:2 Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová. 12:3 Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra. 12:4 Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María: Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. 12:5 Entonces Jehová descendió en la columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María; y salieron ambos. 12:6 Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. 12:7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. 12:8 Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés? 12:9 Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue. 12:10 Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa. 12:11 Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado. 12:12 No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne. 12:13 Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora. 12:14 Respondió Jehová a Moisés: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría por siete días? Sea echada fuera del campamento por siete días, y después volverá a la congregación. 12:15 Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó adelante hasta que se reunió María con ellos. 12:16 Después el pueblo partió de Hazerot, y acamparon en el desierto de Parán.

Capítulo 13
Misión de los doce espías
(Dt. 1.19-33)
13:1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 13:2 Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos. 13:3 Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel. 13:4 Estos son sus nombres: De la tribu de Rubén, Samúa hijo de Zacur. 13:5 De la tribu de Simeón, Safat hijo de Horí. 13:6 De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone. 13:7 De la tribu de Isacar, Igal hijo de José. 13:8 De la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nun. 13:9 De la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú. 13:10 De la tribu de Zabulón, Gadiel hijo de Sodi. 13:11 De la tribu de José: de la tribu de Manasés, Gadi hijo de Susi. 13:12 De la tribu de Dan, Amiel hijo de Gemali. 13:13 De la tribu de Aser, Setur hijo de Micael. 13:14 De la tribu de Neftalí, Nahbi hijo de Vapsi. 13:15 De la tribu de Gad, Geuel hijo de Maqui. 13:16 Estos son los nombres de los varones que Moisés envió a reconocer la tierra; y a Oseas hijo de Nun le puso Moisés el nombre de Josué. 13:17 Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Neguev, y subid al monte, 13:18 y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso; 13:19 cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas; 13:20 y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas. 13:21 Y ellos subieron, y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, entrando en Hamat. 13:22 Y subieron al Neguev y vinieron hasta Hebrón; y allí estaban Ahimán, Sesai y Talmai, hijos de Anac. Hebrón fue edificada siete años antes de Zoán en Egipto. 13:23 Y llegaron hasta el arroyo de Escol, y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un palo, y de las granadas y de los higos. 13:24 Y se llamó aquel lugar el Valle de Escol, por el racimo que cortaron de allí los hijos de Israel. 13:25 Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. 13:26 Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra. 13:27 Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. 13:28 Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. 13:29 Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán. 13:30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. 13:31 Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. 13:32 Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. 13:33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.

Marcos 14:22-52
14:22 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo. 14:23 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. 14:24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada. 14:25 De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.

Jesús anuncia la negación de Pedro
(Mt. 26. 30-35; Lc. 22. 31-34; Jn. 13. 36-38)
14:26 Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. 14:27 Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas. 14:28 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. 14:29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no. 14:30 Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces. 14:31 Mas él con mayor insistencia decía: Si me fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo.

Jesús ora en Getsemaní
(Mt. 26. 36-46; Lc. 22. 39-46)
14:32 Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. 14:33 Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. 14:34 Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. 14:35 Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. 14:36 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. 14:37 Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? 14:38 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 14:39 Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras. 14:40 Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle. 14:41 Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. 14:42 Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega.

Arresto de Jesús
(Mt. 26. 47-56; Lc. 22. 47-53; Jn. 18. 2-11)
14:43 Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos. 14:44 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle, y llevadle con seguridad. 14:45 Y cuando vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó. 14:46 Entonces ellos le echaron mano, y le prendieron. 14:47 Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja. 14:48 Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? 14:49 Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras. 14:50 Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.

El joven que huyó
14:51 Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una sábana; y le prendieron; 14:52 mas él, dejando la sábana, huyó desnudo.

Salmos 52:1-9
Capítulo 52
Futilidad de la jactancia del malo
Al músico principal. Masquil de David, cuando vino Doeg edomita y dio cuenta a Saúl diciéndole: David ha venido a casa de Ahimelec.
52:1 ¿Por qué te jactas de maldad, oh poderoso?
La misericordia de Dios es continua.
52:2 Agravios maquina tu lengua;
Como navaja afilada hace engaño.
52:3 Amaste el mal más que el bien,
La mentira más que la verdad. Selah
52:4 Has amado toda suerte de palabras perniciosas,
Engañosa lengua.

52:5 Por tanto, Dios te destruirá para siempre;
Te asolará y te arrancará de tu morada,
Y te desarraigará de la tierra de los vivientes. Selah
52:6 Verán los justos, y temerán;
Se reirán de él, diciendo:
52:7 He aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza,
Sino que confió en la multitud de sus riquezas,
Y se mantuvo en su maldad.

52:8 Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios;
En la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre.
52:9 Te alabaré para siempre, porque lo has hecho así;
Y esperaré en tu nombre, porque es bueno, delante de tus santos.


Proverbios 11:1-3
11:1 El peso falso es abominación a Jehová;
Mas la pesa cabal le agrada.
11:2 Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra;
Mas con los humildes está la sabiduría.
11:3 La integridad de los rectos los encaminará;
Pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos.

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