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domingo, 4 de abril de 2010

Lectura Bíblica - Febrero 20

*** Lecturas de Hoy ***
  • Levítico 9:7-10:20
  • Marcos 4:26-5:20
  • Salmos 37:30-40
  • Proverbios 10:6-7

Levítico 9:7-10:20
9:7 Y dijo Moisés a Aarón: Acércate al altar, y haz tu expiación y tu holocausto, y haz la reconciliación por ti y por el pueblo; haz también la ofrenda del pueblo, y haz la reconciliación por ellos, como ha mandado Jehová. 9:8 Entonces se acercó Aarón al altar y degolló el becerro de la expiación que era por él. 9:9 Y los hijos de Aarón le trajeron la sangre; y él mojó su dedo en la sangre, y puso de ella sobre los cuernos del altar, y derramó el resto de la sangre al pie del altar. 9:10 E hizo arder sobre el altar la grosura con los riñones y la grosura del hígado de la expiación, como Jehová lo había mandado a Moisés. 9:11 Mas la carne y la piel las quemó al fuego fuera del campamento. 9:12 Degolló asimismo el holocausto, y los hijos de Aarón le presentaron la sangre, la cual roció él alrededor sobre el altar. 9:13 Después le presentaron el holocausto pieza por pieza, y la cabeza; y lo hizo quemar sobre el altar. 9:14 Luego lavó los intestinos y las piernas, y los quemó sobre el holocausto en el altar. 9:15 Ofreció también la ofrenda del pueblo, y tomó el macho cabrío que era para la expiación del pueblo, y lo degolló, y lo ofreció por el pecado como el primero. 9:16 Y ofreció el holocausto, e hizo según el rito. 9:17 Ofreció asimismo la ofrenda, y llenó de ella su mano, y la hizo quemar sobre el altar, además del holocausto de la mañana. 9:18 Degolló también el buey y el carnero en sacrificio de paz, que era del pueblo; y los hijos de Aarón le presentaron la sangre, la cual roció él sobre el altar alrededor; 9:19 y las grosuras del buey y del carnero, la cola, la grosura que cubre los intestinos, los riñones, y la grosura del hígado; 9:20 y pusieron las grosuras sobre los pechos, y él las quemó sobre el altar. 9:21 Pero los pechos, con la espaldilla derecha, los meció Aarón como ofrenda mecida delante de Jehová, como Jehová lo había mandado a Moisés. 9:22 Después alzó Aarón sus manos hacia el pueblo y lo bendijo; y después de hacer la expiación, el holocausto y el sacrificio de paz, descendió. 9:23 Y entraron Moisés y Aarón en el tabernáculo de reunión, y salieron y bendijeron al pueblo; y la gloria de Jehová se apareció a todo el pueblo. 9:24 Y salió fuego de delante de Jehová, y consumió el holocausto con las grosuras sobre el altar; y viéndolo todo el pueblo, alabaron, y se postraron sobre sus rostros.

Capítulo 10
El pecado de Nadab y Abiú
10:1 Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. 10:2 Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová. 10:3 Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló. 10:4 Y llamó Moisés a Misael y a Elzafán, hijos de Uziel tío de Aarón, y les dijo: Acercaos y sacad a vuestros hermanos de delante del santuario, fuera del campamento. 10:5 Y ellos se acercaron y los sacaron con sus túnicas fuera del campamento, como dijo Moisés. 10:6 Entonces Moisés dijo a Aarón, y a Eleazar e Itamar sus hijos: No descubráis vuestras cabezas, ni rasguéis vuestros vestidos en señal de duelo, para que no muráis, ni se levante la ira sobre toda la congregación; pero vuestros hermanos, toda la casa de Israel, sí lamentarán por el incendio que Jehová ha hecho. 10:7 Ni saldréis de la puerta del tabernáculo de reunión, porque moriréis; por cuanto el aceite de la unción de Jehová está sobre vosotros. Y ellos hicieron conforme al dicho de Moisés. 10:8 Y Jehová habló a Aarón, diciendo: 10:9 Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones, 10:10 para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio, 10:11 y para enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de Moisés. 10:12 Y Moisés dijo a Aarón, y a Eleazar y a Itamar sus hijos que habían quedado: Tomad la ofrenda que queda de las ofrendas encendidas a Jehová, y comedla sin levadura junto al altar, porque es cosa muy santa. 10:13 La comeréis, pues, en lugar santo; porque esto es para ti y para tus hijos, de las ofrendas encendidas a Jehová, pues que así me ha sido mandado. 10:14 Comeréis asimismo en lugar limpio, tú y tus hijos y tus hijas contigo, el pecho mecido y la espaldilla elevada, porque por derecho son tuyos y de tus hijos, dados de los sacrificios de paz de los hijos de Israel. 10:15 Con las ofrendas de las grosuras que se han de quemar, traerán la espaldilla que se ha de elevar y el pecho que será mecido como ofrenda mecida delante de Jehová; y será por derecho perpetuo tuyo y de tus hijos, como Jehová lo ha mandado. 10:16 Y Moisés preguntó por el macho cabrío de la expiación, y se halló que había sido quemado; y se enojó contra Eleazar e Itamar, los hijos que habían quedado de Aarón, diciendo: 10:17 ¿Por qué no comisteis la expiación en lugar santo? Pues es muy santa, y la dio él a vosotros para llevar la iniquidad de la congregación, para que sean reconciliados delante de Jehová. 10:18 Ved que la sangre no fue llevada dentro del santuario; y vosotros debíais comer la ofrenda en el lugar santo, como yo mandé. 10:19 Y respondió Aarón a Moisés: He aquí hoy han ofrecido su expiación y su holocausto delante de Jehová; pero a mí me han sucedido estas cosas, y si hubiera yo comido hoy del sacrificio de expiación, ¿sería esto grato a Jehová? 10:20 Y cuando Moisés oyó esto, se dio por satisfecho.

Marcos 4:26-5:20
Parábola del crecimiento de la semilla
4:26 Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; 4:27 y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. 4:28 Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; 4:29 y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.

Parábola de la semilla de mostaza
(Mt. 13. 31-32; Lc. 13. 18-19)
4:30 Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? 4:31 Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; 4:32 pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra.

El uso que Jesús hace de las parábolas
(Mt. 13. 34-35)
4:33 Con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír. 4:34 Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo.

Jesús calma la tempestad
(Mt. 8. 23-27; Lc. 8. 22-25)
4:35 Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 4:36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 4:37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 4:38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 4:39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 4:40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 4:41 Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?

Capítulo 5
El endemoniado gadareno
(Mt. 8. 28-34; Lc. 8. 26-39)
5:1 Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. 5:2 Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, 5:3 que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. 5:4 Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. 5:5 Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. 5:6 Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. 5:7 Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. 5:8 Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. 5:9 Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. 5:10 Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región. 5:11 Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. 5:12 Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. 5:13 Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron. 5:14 Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido. 5:15 Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. 5:16 Y les contaron los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos. 5:17 Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos. 5:18 Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. 5:19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. 5:20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.

Salmos 37:30-40
37:30 La boca del justo habla sabiduría,
Y su lengua habla justicia.
37:31 La ley de su Dios está en su corazón;
Por tanto, sus pies no resbalarán.

37:32 Acecha el impío al justo,
Y procura matarlo.
37:33 Jehová no lo dejará en sus manos,
Ni lo condenará cuando le juzgaren.
37:34 Espera en Jehová, y guarda su camino,
Y él te exaltará para heredar la tierra;
Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.

37:35 Vi yo al impío sumamente enaltecido,
Y que se extendía como laurel verde.
37:36 Pero él pasó, y he aquí ya no estaba;
Lo busqué, y no fue hallado.

37:37 Considera al íntegro, y mira al justo;
Porque hay un final dichoso para el hombre de paz.
37:38 Mas los transgresores serán todos a una destruidos;
La posteridad de los impíos será extinguida.

37:39 Pero la salvación de los justos es de Jehová,
Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.
37:40 Jehová los ayudará y los librará;
Los libertará de los impíos, y los salvará,
Por cuanto en él esperaron.


Proverbios 10:6-7
10:6 Hay bendiciones sobre la cabeza del justo;
Pero violencia cubrirá la boca de los impíos.
10:7 La memoria del justo será bendita;
Mas el nombre de los impíos se pudrirá.

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