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lunes, 21 de junio de 2010

Lectura Bíblica - Mayo 06

*** Lecturas de Hoy ***
  • Rut 2:1-4:22
  • Juan 4:43-54
  • Salmos 105:1-36
  • Proverbios 14:26-27

Rut 2:1-4:22
Capítulo 2
Rut recoge espigas en el campo de Booz
2:1 Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz. 2:2 Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Vé, hija mía. 2:3 Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec. 2:4 Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehová te bendiga. 2:5 Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De quién es esta joven? 2:6 Y el criado, mayordomo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab; 2:7 y ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento. 2:8 Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas. 2:9 Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados. 2:10 Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera? 2:11 Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. 2:12 Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte. 2:13 Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas. 2:14 Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y ella se sentó junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació, y le sobró. 2:15 Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis; 2:16 y dejaréis también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la reprendáis. 2:17 Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa de cebada. 2:18 Y lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que había recogido. Sacó también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio. 2:19 Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido. Y contó ella a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz. 2:20 Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos. 2:21 Y Rut la moabita dijo: Además de esto me ha dicho: Júntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi siega. 2:22 Y Noemí respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija mía, que salgas con sus criadas, y que no te encuentren en otro campo. 2:23 Estuvo, pues, junto con las criadas de Booz espigando, hasta que se acabó la siega de la cebada y la del trigo; y vivía con su suegra.

Capítulo 3
Rut y Booz en la era
3:1 Después le dijo su suegra Noemí: Hija mía, ¿no he de buscar hogar para ti, para que te vaya bien? 3:2 ¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú has estado? He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas. 3:3 Te lavarás, pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber. 3:4 Y cuando él se acueste, notarás el lugar donde se acuesta, e irás y descubrirás sus pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer. 3:5 Y ella respondió: Haré todo lo que tú me mandes. 3:6 Descendió, pues, a la era, e hizo todo lo que su suegra le había mandado. 3:7 Y cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón. Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó. 3:8 Y aconteció que a la medianoche se estremeció aquel hombre, y se volvió; y he aquí, una mujer estaba acostada a sus pies. 3:9 Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano. 3:10 Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos. 3:11 Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa. 3:12 Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más cercano que yo. 3:13 Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive Jehová. Descansa, pues, hasta la mañana. 3:14 Y después que durmió a sus pies hasta la mañana, se levantó antes que los hombres pudieran reconocerse unos a otros; porque él dijo: No se sepa que vino mujer a la era. 3:15 Después le dijo: Quítate el manto que traes sobre ti, y tenlo. Y teniéndolo ella, él midió seis medidas de cebada, y se las puso encima; y ella se fue a la ciudad. 3:16 Y cuando llegó a donde estaba su suegra, ésta le dijo: ¿Qué hay, hija mía? Y le contó ella todo lo que con aquel varón le había acontecido. 3:17 Y dijo: Estas seis medidas de cebada me dio, diciéndome: A fin de que no vayas a tu suegra con las manos vacías. 3:18 Entonces Noemí dijo: Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy.

Capítulo 4
Booz se casa con Rut
4:1 Booz subió a la puerta y se sentó allí; y he aquí pasaba aquel pariente de quien Booz había hablado, y le dijo: Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino y se sentó. 4:2 Entonces él tomó a diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron. 4:3 Luego dijo al pariente: Noemí, que ha vuelto del campo de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro hermano Elimelec. 4:4 Y yo decidí hacértelo saber, y decirte que la compres en presencia de los que están aquí sentados, y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres redimir, redime; y si no quieres redimir, decláramelo para que yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo después de ti. Y él respondió: Yo redimiré. 4:5 Entonces replicó Booz: El mismo día que compres las tierras de mano de Noemí, debes tomar también a Rut la moabita, mujer del difunto, para que restaures el nombre del muerto sobre su posesión. 4:6 Y respondió el pariente: No puedo redimir para mí, no sea que dañe mi heredad. Redime tú, usando de mi derecho, porque yo no podré redimir. 4:7 Había ya desde hacía tiempo esta costumbre en Israel tocante a la redención y al contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba a su compañero; y esto servía de testimonio en Israel. 4:8 Entonces el pariente dijo a Booz: Tómalo tú. Y se quitó el zapato. 4:9 Y Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois testigos hoy, de que he adquirido de mano de Noemí todo lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón. 4:10 Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos hoy. 4:11 Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén. 4:12 Y sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá, por la descendencia que de esa joven te dé Jehová. 4:13 Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo. 4:14 Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; 4:15 el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos. 4:16 Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya. 4:17 Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es padre de Isaí, padre de David. 4:18 Estas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón, 4:19 Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab, 4:20 Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón, 4:21 Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed, 4:22 Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.

Juan 4:43-54
Jesús sana al hijo de un noble
4:43 Dos días después, salió de allí y fue a Galilea. 4:44 Porque Jesús mismo dio testimonio de que el profeta no tiene honra en su propia tierra. 4:45 Cuando vino a Galilea, los galileos le recibieron, habiendo visto todas las cosas que había hecho en Jerusalén, en la fiesta; porque también ellos habían ido a la fiesta. 4:46 Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo. 4:47 Este, cuando oyó que Jesús había llegado de Judea a Galilea, vino a él y le rogó que descendiese y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir. 4:48 Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis. 4:49 El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera. 4:50 Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue. 4:51 Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive. 4:52 Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre. 4:53 El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa. 4:54 Esta segunda señal hizo Jesús, cuando fue de Judea a Galilea.

Salmos 105:1-36
Capítulo 105
Maravillas de Jehová a favor de Israel
(1 Cr. 16. 7-22)
105:1 Alabad a Jehová, invocad su nombre;
Dad a conocer sus obras en los pueblos.
105:2 Cantadle, cantadle salmos;
Hablad de todas sus maravillas.
105:3 Gloriaos en su santo nombre;
Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová.
105:4 Buscad a Jehová y su poder;
Buscad siempre su rostro.
105:5 Acordaos de las maravillas que él ha hecho,
De sus prodigios y de los juicios de su boca,
105:6 Oh vosotros, descendencia de Abraham su siervo,
Hijos de Jacob, sus escogidos.

105:7 El es Jehová nuestro Dios;
En toda la tierra están sus juicios.
105:8 Se acordó para siempre de su pacto;
De la palabra que mandó para mil generaciones,
105:9 La cual concertó con Abraham,
Y de su juramento a Isaac.
105:10 La estableció a Jacob por decreto,
A Israel por pacto sempiterno,
105:11 Diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán
Como porción de vuestra heredad.
105:12 Cuando ellos eran pocos en número,
Y forasteros en ella,
105:13 Y andaban de nación en nación,
De un reino a otro pueblo,
105:14 No consintió que nadie los agraviase,
Y por causa de ellos castigó a los reyes.
105:15 No toquéis, dijo, a mis ungidos,
Ni hagáis mal a mis profetas.

105:16 Trajo hambre sobre la tierra,
Y quebrantó todo sustento de pan.
105:17 Envió un varón delante de ellos;
A José, que fue vendido por siervo.
105:18 Afligieron sus pies con grillos;
En cárcel fue puesta su persona.
105:19 Hasta la hora que se cumplió su palabra,
El dicho de Jehová le probó.
105:20 Envió el rey, y le soltó;
El señor de los pueblos, y le dejó ir libre.
105:21 Lo puso por señor de su casa,
Y por gobernador de todas sus posesiones,
105:22 Para que reprimiera a sus grandes como él quisiese,
Y a sus ancianos enseñara sabiduría.

105:23 Después entró Israel en Egipto,
Y Jacob moró en la tierra de Cam.
105:24 Y multiplicó su pueblo en gran manera,
Y lo hizo más fuerte que sus enemigos.
105:25 Cambió el corazón de ellos para que aborreciesen a su pueblo,
Para que contra sus siervos pensasen mal.

105:26 Envió a su siervo Moisés,
Y a Aarón, al cual escogió.
105:27 Puso en ellos las palabras de sus señales,
Y sus prodigios en la tierra de Cam.
105:28 Envió tinieblas que lo oscurecieron todo;
No fueron rebeldes a su palabra.
105:29 Volvió sus aguas en sangre,
Y mató sus peces.
105:30 Su tierra produjo ranas
Hasta en las cámaras de sus reyes.
105:31 Habló, y vinieron enjambres de moscas,
Y piojos en todos sus términos.
105:32 Les dio granizo por lluvia,
Y llamas de fuego en su tierra.
105:33 Destrozó sus viñas y sus higueras,
Y quebró los árboles de su territorio.
105:34 Habló, y vinieron langostas,
Y pulgón sin número;
105:35 Y comieron toda la hierba de su país,
Y devoraron el fruto de su tierra.
105:36 Hirió de muerte a todos los primogénitos en su tierra,
Las primicias de toda su fuerza.


Proverbios 14:26-27
14:26 En el temor de Jehová está la fuerte confianza;
Y esperanza tendrán sus hijos.
14:27 El temor de Jehová es manantial de vida
Para apartarse de los lazos de la muerte.

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