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lunes, 1 de noviembre de 2010

Enfrentando la tentación


Al pensar en el tema de la tentación, debemos reconocer que esta es una experiencia que todos los seres humanos enfrentamos; aunque no todos seamos tentados por las mismas cosas o de la misma forma.

Anteriormente hemos mencionado que somos tentados por los deseos de la carne, los deseos de ojos y la vanagloria de la vida, tal y como nos dice la Palabra de Dios en 1 Juan 2:16: "Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo."

Es importante mencionar que estas tentaciones provienen de alguna de estas tres fuentes:

• El mundo.
• Los deseos de la naturaleza pecaminosa.
• Satanás.

Sin embargo, como hijos de Dios nosotros podemos resistir las tentaciones y salir victoriosos ante ellas.

¿Cómo podemos superar las tentaciones que enfrentamos?

Hay siete pasos que, entendiéndolos y poniéndolos en práctica, nos ayudarán a vencer las tentaciones:

1. La tentación en sí misma no es un pecado.
La tentación no es un pecado, pero el ceder a ella sí lo es.  Recordemos que Jesús mismo fue tentado, sin embargo el venció la tentación: "sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado."  (Hebreos 4:15b)

No debemos sentirnos culpables o perversos por tener ideas que no son adecuadas, pero inmediatamente esto ocurra, debemos dirigir nuestra mente a lo bueno y honesto.

"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad." (Filipenses 4:8)

2. Dios no provoca la tentación.
Debemos recordar que Dios, aunque pueda permitir la tentación, no es el provocador de la tentación, según Santiago 1:13: "Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie."

3. Somos tentados por nuestros propios deseos.
"Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen.  Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte."
Santiago 1:14-15

Si la tentación es alimentada por nuestros malos deseos debemos trabajar para que estos deseos sean anulados o reducidos al máximo, ya que puede ser que la fuente externa de la tentación no desaparezca.

4. Dios nos provee la forma de salir de la tentación.
La voluntad de Dios es que todos nosotros superemos todas las tentaciones o pruebas que enfrentemos.  1 Corintios 10:13, nos dice: "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar."

Cuando Dios nos provee la forma de salir de la tentación, debemos hacerlo rápidamente, sin vacilaciones.

5. No debemos darle ninguna oportunidad al tentador.
"ni deis lugar al diablo."
Efesios 4:27

Jesús nos advierte sobre la tentación.  El nos pide estar alertas y orar, es así como nuestro espíritu y nuestra carne, estarán fuertes para resistir toda tentación: "Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil."  (Mateo 26:41)

6. Debemos seguir el ejemplo de nuestro Señor Jesús.
"Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo.  Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.  Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.  Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra.  Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.  Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.  Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; y, en las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.  Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.  Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo."

Jesús fue tentado en el desierto y enfrentó las tentaciones venciendo a Satanás mismo, haciendo tres cosas.

a. Citó las Sagradas Escrituras de manera apropiada para rechazar los dichos del enemigo.
Debemos entonces continuamente leer la Palabra de Dios para tener armas para luchar contra el enemigo.

b. Ante cada tentación que se le presentó, no se quedó cavilando.  De inmediato presentó su rechazo.
No debemos vacilar ante las tentaciones, es decir, siempre debemos enfrentarlas y vencerlas de forma inmediata.

c. Jesús estaba lleno del Espíritu Santo, por lo que estaba preparado espiritualmente para enfrentar al tentador.
Si queremos vencer la tentación debemos estar espiritualmente llenos.

7. Nuestra vida debe ser agradable delante de Dios.
Si deseamos agradar a Dios, no podemos complacer o ceder ante los deseos humanos.

"Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios."
1 Pedro 4:1-2

ORACION
Señor Dios, Grande, Bueno, Fiel y Poderoso, como humano que soy, muchas veces he caído en la tentación y he pecado.  Me ha faltado entregarme a ti, para entender, que he sido tentado por mis propios malos deseos.  Hoy Señor, estoy dispuesto a trabajar arduamente para que estos deseos sean anulados de mi vida, no dejando ninguna oportunidad al enemigo de hacerme caer en el pecado.

Ayúdame oh Dios, a seguir el ejemplo de tu Hijo Jesús y a vivir una vida agradable delante de ti, viviendo conforme a tu voluntad; te lo pido en el nombre de tu Hijo Amado Jesús, Amén.

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