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domingo, 19 de septiembre de 2010

Lectura Bíblica - Octubre 22

*** Lecturas de Hoy ***
  • Jeremías 39:1-41:18
  • 2 Timoteo 1:1-18
  • Salmos 92:1-15
  • Proverbios 26:1-2

Jeremías 39:1-41:18
Capítulo 39
Caída de Jerusalén
(2 R. 24.20E5.21; 2 Cr. 36.17-21; Jer. 52.3-30)
39:1 En el noveno año de Sedequías rey de Judá, en el mes décimo, vino Nabucodonosor rey de Babilonia con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. 39:2 Y en el undécimo año de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes se abrió brecha en el muro de la ciudad. 39:3 Y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, y acamparon a la puerta de en medio: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los demás príncipes del rey de Babilonia. 39:4 Y viéndolos Sedequías rey de Judá y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros; y salió el rey por el camino del Arabá. 39:5 Pero el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y le tomaron, y le hicieron subir a Ribla en tierra de Hamat, donde estaba Nabucodonosor rey de Babilonia, y le sentenció. 39:6 Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de éste en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá. 39:7 Y sacó los ojos del rey Sedequías, y le aprisionó con grillos para llevarle a Babilonia. 39:8 Y los caldeos pusieron a fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén. 39:9 Y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y a los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, Nabuzaradán capitán de la guardia los transportó a Babilonia. 39:10 Pero Nabuzaradán capitán de la guardia hizo quedar en tierra de Judá a los pobres del pueblo que no tenían nada, y les dio viñas y heredades.

Nabucodonosor cuida de Jeremías
39:11 Y Nabucodonosor había ordenado a Nabuzaradán capitán de la guardia acerca de Jeremías, diciendo: 39:12 Tómale y vela por él, y no le hagas mal alguno, sino que harás con él como él te dijere. 39:13 Envió, por tanto, Nabuzaradán capitán de la guardia, y Nabusazbán el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los príncipes del rey de Babilonia; 39:14 enviaron entonces y tomaron a Jeremías del patio de la cárcel, y lo entregaron a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, para que lo sacase a casa; y vivió entre el pueblo.

Dios promete librar a Ebed-melec
39:15 Y había venido palabra de Jehová a Jeremías, estando preso en el patio de la cárcel, diciendo; 39:16 Ve y habla a Ebed-melec etíope, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo traigo mis palabras sobre esta ciudad para mal, y no para bien; y sucederá esto en aquel día en presencia tuya. 39:17 Pero en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes. 39:18 Porque ciertamente te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste confianza en mí, dice Jehová.

Capítulo 40
Jeremías y el remanente con Gedalías
40:1 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, después que Nabuzaradán capitán de la guardia le envió desde Ramá, cuando le tomó estando atado con cadenas entre todos los cautivos de Jerusalén y de Judá que iban deportados a Babilonia. 40:2 Tomó, pues, el capitán de la guardia a Jeremías y le dijo: Jehová tu Dios habló este mal contra este lugar; 40:3 y lo ha traído y hecho Jehová según lo había dicho; porque pecasteis contra Jehová, y no oísteis su voz, por eso os ha venido esto. 40:4 Y ahora yo te he soltado hoy de las cadenas que tenías en tus manos. Si te parece bien venir conmigo a Babilonia, ven, y yo velaré por ti; pero si no te parece bien venir conmigo a Babilonia, déjalo. Mira, toda la tierra está delante de ti; vé a donde mejor y más cómodo te parezca ir. 40:5 Si prefieres quedarte, vuélvete a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, al cual el rey de Babilonia ha puesto sobre todas las ciudades de Judá, y vive con él en medio del pueblo; o ve a donde te parezca más cómodo ir. Y le dio el capitán de la guardia provisiones y un presente, y le despidió. 40:6 Se fue entonces Jeremías a Gedalías hijo de Ahicam, a Mizpa, y habitó con él en medio del pueblo que había quedado en la tierra. 40:7 Cuando todos los jefes del ejército que estaban por el campo, ellos y sus hombres, oyeron que el rey de Babilonia había puesto a Gedalías hijo de Ahicam para gobernar la tierra, y que le había encomendado los hombres y las mujeres y los niños, y los pobres de la tierra que no fueron transportados a Babilonia, 40:8 vinieron luego a Gedalías en Mizpa; esto es, Ismael hijo de Netanías, Johanán y Jonatán hijos de Carea, Seraías hijo de Tanhumet, los hijos de Efai netofatita, y Jezanías hijo de un maacateo, ellos y sus hombres. 40:9 Y les juró Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, a ellos y a sus hombres, diciendo: No tengáis temor de servir a los caldeos; habitad en la tierra, y servid al rey de Babilonia, y os irá bien. 40:10 Y he aquí que yo habito en Mizpa, para estar delante de los caldeos que vendrán a nosotros; mas vosotros tomad el vino, los frutos del verano y el aceite, y ponedlos en vuestros almacenes, y quedaos en vuestras ciudades que habéis tomado. 40:11 Asimismo todos los judíos que estaban en Moab, y entre los hijos de Amón, y en Edom, y los que estaban en todas las tierras, cuando oyeron decir que el rey de Babilonia había dejado a algunos en Judá, y que había puesto sobre ellos a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, 40:12 todos estos judíos regresaron entonces de todos los lugares adonde habían sido echados, y vinieron a tierra de Judá, a Gedalías en Mizpa; y recogieron vino y abundantes frutos.

Conspiración de Ismael contra Gedalías
40:13 Y Johanán hijo de Carea y todos los príncipes de la gente de guerra que estaban en el campo, vinieron a Gedalías en Mizpa, 40:14 Y le dijeron: ¿No sabes que Baalis rey de los hijos de Amón ha enviado a Ismael hijo de Netanías para matarte? Mas Gedalías hijo de Ahicam no les creyó. 40:15 Entonces Johanán hijo de Carea habló a Gedalías en secreto en Mizpa, diciendo: Yo iré ahora y mataré a Ismael hijo de Netanías, y ningún hombre lo sabrá. ¿Por qué te ha de matar, y todos los judíos que se han reunido a ti se dispersarán, y perecerá el resto de Judá? 40:16 Pero Gedalías hijo de Ahicam dijo a Johanán hijo de Carea: No hagas esto, porque es falso lo que tú dices de Ismael.

Capítulo 41
41:1 Aconteció en el mes séptimo que vino Ismael hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la descendencia real, y algunos príncipes del rey y diez hombres con él, a Gedalías hijo de Ahicam en Mizpa; y comieron pan juntos allí en Mizpa. 41:2 Y se levantó Ismael hijo de Netanías y los diez hombres que con él estaban, e hirieron a espada a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, matando así a aquel a quien el rey de Babilonia había puesto para gobernar la tierra. 41:3 Asimismo mató Ismael a todos los judíos que estaban con Gedalías en Mizpa, y a los soldados caldeos que allí estaban. 41:4 Sucedió además, un día después que mató a Gedalías, cuando nadie lo sabía aún, 41:5 que venían unos hombres de Siquem, de Silo y de Samaria, ochenta hombres, raída la barba y rotas las ropas, y rasguñados, y traían en sus manos ofrenda e incienso para llevar a la casa de Jehová. 41:6 Y de Mizpa les salió al encuentro, llorando, Ismael el hijo de Netanías. Y aconteció que cuando los encontró, les dijo: Venid a Gedalías hijo de Ahicam. 41:7 Y cuando llegaron dentro de la ciudad, Ismael hijo de Netanías los degolló, y los echó dentro de una cisterna, él y los hombres que con él estaban. 41:8 Mas entre aquéllos fueron hallados diez hombres que dijeron a Ismael: No nos mates; porque tenemos en el campo tesoros de trigos y cebadas y aceites y miel. Y los dejó, y no los mató entre sus hermanos. 41:9 Y la cisterna en que echó Ismael todos los cuerpos de los hombres que mató a causa de Gedalías, era la misma que había hecho el rey Asa a causa de Baasa rey de Israel; Ismael hijo de Netanías la llenó de muertos. 41:10 Después llevó Ismael cautivo a todo el resto del pueblo que estaba en Mizpa, a las hijas del rey y a todo el pueblo que en Mizpa había quedado, el cual había encargado Nabuzaradán capitán de la guardia a Gedalías hijo de Ahicam. Los llevó, pues, cautivos Ismael hijo de Netanías, y se fue para pasarse a los hijos de Amón. 41:11 Y oyeron Johanán hijo de Carea y todos los príncipes de la gente de guerra que estaban con él, todo el mal que había hecho Ismael hijo de Netanías. 41:12 Entonces tomaron a todos los hombres y fueron a pelear contra Ismael hijo de Netanías, y lo hallaron junto al gran estanque que está en Gabaón. 41:13 Y aconteció que cuando todo el pueblo que estaba con Ismael vio a Johanán hijo de Carea y a todos los capitanes de la gente de guerra que estaban con él, se alegraron. 41:14 Y todo el pueblo que Ismael había traído cautivo de Mizpa se volvió y fue con Johanán hijo de Carea. 41:15 Pero Ismael hijo de Netanías escapó delante de Johanán con ocho hombres, y se fue a los hijos de Amón. 41:16 Y Johanán hijo de Carea y todos los capitanes de la gente de guerra que con él estaban tomaron a todo el resto del pueblo que había recobrado de Ismael hijo de Netanías, a quienes llevó de Mizpa después que mató a Gedalías hijo de Ahicam; hombres de guerra, mujeres, niños y eunucos, que Johanán había traído de Gabaón; 41:17 y fueron y habitaron en Gerutquimam, que está cerca de Belén, a fin de ir y meterse en Egipto, 41:18 a causa de los caldeos; porque los temían, por haber dado muerte Ismael hijo de Netanías a Gedalías hijo de Ahicam, al cual el rey de Babilonia había puesto para gobernar la tierra.

2 Timoteo 1:1-18
Capítulo 1
Salutación
1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, 1:2 a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor.

Testificando de Cristo
1:3 Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; 1:4 deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; 1:5 trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. 1:6 Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 1:8 Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, 1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 1:10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, 1:11 del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles. 1:12 Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. 1:13 Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. 1:14 Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros. 1:15 Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que están en Asia, de los cuales son Figelo y Hermógenes. 1:16 Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas veces me confortó, y no se avergonzó de mis cadenas, 1:17 sino que cuando estuvo en Roma, me buscó solícitamente y me halló. 1:18 Concédale el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto nos ayudó en Efeso, tú lo sabes mejor.

Salmos 92:1-15
Alabanza por la bondad de Dios
Salmo. Cántico para el día de reposo.
92:1 Bueno es alabarte, oh Jehová,
Y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo;
92:2 Anunciar por la mañana tu misericordia,
Y tu fidelidad cada noche,
92:3 En el decacordio y en el salterio,
En tono suave con el arpa.
92:4 Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras;
En las obras de tus manos me gozo.

92:5 ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová!
Muy profundos son tus pensamientos.
92:6 El hombre necio no sabe,
Y el insensato no entiende esto.
92:7 Cuando brotan los impíos como la hierba,
Y florecen todos los que hacen iniquidad,
Es para ser destruidos eternamente.
92:8 Mas tú, Jehová, para siempre eres Altísimo.
92:9 Porque he aquí tus enemigos, oh Jehová,
Porque he aquí, perecerán tus enemigos;
Serán esparcidos todos los que hacen maldad.

92:10 Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo;
Seré ungido con aceite fresco.
92:11 Y mirarán mis ojos sobre mis enemigos;
Oirán mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos.

92:12 El justo florecerá como la palmera;
Crecerá como cedro en el Líbano.
92:13 Plantados en la casa de Jehová,
En los atrios de nuestro Dios florecerán.
92:14 Aun en la vejez fructificarán;
Estarán vigorosos y verdes,
92:15 Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto,
Y que en él no hay injusticia.


Proverbios 26:1-2
Capítulo 26
26:1 Como no conviene la nieve en el verano, ni la lluvia en la siega,
Así no conviene al necio la honra.
26:2 Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo,
Así la maldición nunca vendrá sin causa.

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