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viernes, 10 de diciembre de 2010

¿Por qué no me oyes? – Parte 2

En la primera parte de este estudio hemos visto a la luz de la Palabra de Dios, seis causas del por qué nuestras oraciones no son oídas.  Repasemos.

1. Falta de comunión.

Dios quiere que tengamos un trato cercano, donde exista una relación y comunicación íntimas con Él.  Si nuestra respuesta a esta invitación consiste en buscarle cuando lo necesitamos solamente, entonces no habrá comunión con Él.

2. No pedir en el nombre de Jesús.

El Señor Jesús, nos dice en Juan 15:16, que todo lo que pidamos al Padre en su nombre, Dios nos lo dará.  Si no pedimos en el nombre de Jesús, en el mundo espiritual las cosas no funcionarán.

3. No pedir concretamente o pedir mal.

Cuando hacemos peticiones para nuestro deleite, o bien, pedimos según nuestra prioridad estamos pidiendo mal.  No podemos pedir por un sentir que se origina en nuestra carnalidad.

4. Pedir algo en contra de la voluntad de Dios.

La voluntad de Dios es que nosotros pidamos claro, bien y correcto, pero sobretodo subordinando nuestra voluntad a la voluntad de Él, solamente así abrimos las puertas para recibir la plenitud de sus bendiciones en nuestras vidas.

5. Orar sin conocimiento de la Palabra de Dios.

El Señor Jesús nos manda a escudriñar las Escrituras, porque en ellas tendremos vida eterna y testimonio de Él mismo (Juan 5:39).  Nuestra oración entonces, debe ser "soportada" bajo la Palabra de Dios, por lo que si no leemos Su Palabra, nuestra oración no tiene base que la soporte.

6. Orar sin fe.

Nuestra incredulidad, nuestra falta de fe, nos hace inconstantes en nuestra vida cristiana y en todos nuestros caminos.  La falta de consistencia en el ejercicio de nuestra fe, pone al descubierto nuestra verdadera manera de ser. Dios no nos escuchará mientras sigamos siendo hombres y mujeres de doble ánimo.

Hoy terminaremos con este tema, determinando las últimas seis causas, más profundas aún que las anteriores, que impiden la respuesta de Dios a nuestras oraciones.  Comenzamos.

7. Abandono de la oración.

"También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar."
Lucas 18:1

Muchas oraciones no son respondidas porque quien las hace, de pronto se desanima o simplemente abandona la pelea.  Debemos saber que orar es una batalla en el ámbito espiritual.  KOPOS es la palabra que se utiliza en este texto y tiene una connotación de "arduo trabajo", "perseverancia", "no desmayar".

Ese "no desmayar" quiere decir, no desanimarse, no abandonar.  Si seguimos leyendo este capítulo 18 de Lucas, vamos a ver que al final la viuda recibe lo que esperaba, simplemente por causa de su perseverancia e insistencia ante un juez injusto.  Con mucha más razón nosotros recibiremos respuesta de un Juez Justo.

Aquí, entonces, la conclusión es sencilla. La séptima causa de la no respuesta a una oración es: Abandonar la oración sólo por desánimo o desaliento.

8. No estar de acuerdo en los motivos de la oración.

"Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos."
Mateo 18:19

La promesa que hace Jesús puede aplicarse a la oración en general, pero tiene que ver más específicamente con la guía divina que debe buscarse y recibirse en cuestiones de disciplina.

¿Qué significa "ponerse de acuerdo"?

La palabra utilizada en este verso es SUMPHONEO (SUM, que quiere decir JUNTO, y PHONEO, que se traduce como SONAR).  Sumphoneo entonces es, "sonar juntos", o "sonar simultáneamente"; es decir, estar en armonía.

Ponerse de acuerdo es la fuerza más poderosa que hay.  Pelea y contienda es lo contrario a estar de acuerdo y esto frena cualquier oración.

Si yo, creyente, hijo de Dios, estoy orando por sanidad de un hermano en la fe; y usted, creyente e hijo de Dios también, está orando para que esa persona descanse, Dios va a escuchar ambas oraciones, pero como no estamos de acuerdo, y ambos somos sus hijos, lo más lógico de su parte será "no hacer nada".

La octava causa de oraciones no contestadas es entonces: No ponernos de acuerdo, no estar unánimes en los motivos de oración.

9. Falta de perdón.

"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas."
Mateo 6:14

Es tremendo, pero esta es una gran causa de falta de respuesta a la oración. Generalmente perdonamos de la boca para afuera, pero ¿nuestro corazón realmente perdonó?

Debemos entender que Dios no se va a dejar llevar por nuestro discurso.  Él ve con total claridad nuestro corazón.  Eso es precisamente, lo que una gran cantidad de creyentes no ha podido entender todavía.

Cuando vivimos en una constante actitud de perdón, nos es fácil perdonar en cualquier situación.  Entonces, cuando hayamos pedido perdón o perdonado todas las veces que sean necesarias, esto es lo que significa "setenta veces siete", Dios dejará de recordar nuestros propios pecados y la paz del perdón inundará nuestro corazón.

Novena causa de oraciones no respondidas: Falta de perdón, de pedir ser perdonados y de perdonar a otros.

10. Estar en desobediencia.

"Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová?  Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.  Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación.  Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey."
1 Samuel 15:22-23

Nuestro pasaje nos hace reflexionar de lo que ocurre en la iglesia de hoy en día, donde muchas personas creen que con participar en algunos ritos, que con dar los diezmos y ofrendas, que con asistir a reuniones religiosas con alguna regularidad y otros por el estilo, van agradar a Dios.  ¡Esto es un error!  La Biblia nos enseña que Dios espera primero la obediencia, después que vengan los ritos, los diezmos, las alabanzas; pero primero…  ¡La Obediencia!

"Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho."
Isaías 1:19-20

"Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia."
Hebreos 4:6

Yo soy padre de tres hijos y cuando alguno de ellos desobedece mis órdenes, me siento herido; mi corazón se angustia al pensar que si me desobedecen en cosas pequeñas, de esa manera están mostrando su capacidad para desobedecer en cosas grandes.  El Señor Jesucristo enseña que si somos infieles en las cosas pequeñas, también lo seremos en las cosas grandes.

La lección que salta a la vista de estos pasajes se fundamenta en que otra de las causas por las cuales nuestra oración puede no tener respuesta, es precisamente caminar en alguna desobediencia.  Así la décima causa de no recibir respuesta a la oración es: Estar en alguna clase de desobediencia a Dios.

11. Tener pecados sin confesar.

"¿Quién podrá entender sus propios errores?  Líbrame de los que me son ocultos.  Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión."

Salmos 19:12-13

Es notorio, dice aquí, que el acercarnos a la Palabra de Dios, es una forma adecuada de enfrentarse con el pecado, y es inteligente que cada uno de nosotros busque nuestro modo ideal de mantenernos alejado del pecado.

"Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado."
Salmos 66:18

Este verso también habla del pecado y lo que dice es que, para enfrentarse con él, lo primero que debe ocurrir es nuestro reconocimiento de que ese pecado tiene origen en nuestro propio corazón.  Evitemos pues, que nuestras oraciones se anulen al permitir que el pecado o las debilidades se alojen en nuestro corazón.

"He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír."
Isaías 59:1-2

Creo que no se necesita agregar mucho más a la Palabra para que se entienda que otra de las causas de oraciones no respondidas es: Tener en nuestro corazón, pecados sin confesar.

12. La idolatría.

"Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás plata ni oro de ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es abominación a Jehová tú Dios; y no traerás cosa abominable a tu casa, para que no seas anatema; del todo la aborrecerás y la abominarás, porque es anatema."

Deuteronomio 7:25-26

"Hijo de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón, y han establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro.  ¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por ellos?"

Ezequiel 14:3

Indudablemente estos versos aluden de un modo directo, a una de las trabas principales para que una oración sea escuchada y fundamentalmente respondida: "la idolatría".  No es necesario aquí tampoco agregar mucho a esto, solamente diré que idolatría es el acto de colocar cualquier cosa por delante de Dios en nuestras vidas, y que esa cualquier cosa, masivamente pueden ser imágenes, figuras emblemáticas, dinero, sexo; pero también, la idolatría está representada por el trabajo, la propia familia, la iglesia como organización, una doctrina denominacional y hasta un ministerio.

Duodécima y última causa de oraciones no respondidas: Incursionar en algún tipo de idolatrías, aunque parezcan "santas".

ORACION:
Señor Dios, gracias al mostrarme por medio de tu Palabra, los cambios que debo realizar en mi vida, para que mis oraciones sean respondidas por ti.  Hoy entiendo Señor que existen situaciones en mi vida que no permiten que mis oraciones tengan respuesta, y que debo empezar a cambiar y transformar todas ellas para que tú me respondas.

Hoy presento delante de ti, mi falta de perdón, mi desobediencia, la idolatría y mis pecados sin confesar y decido Señor, orar con fe y no abandonar mi oración aunque la respuesta tardare, porque si soy obediente a ti, tú responderás, como lo dice Habacuc 2:3.  Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús, AMÉN.

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