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miércoles, 27 de octubre de 2010

Lectura Bíblica - Diciembre 17

*** Lecturas de Hoy ***
  • Nahum 1:1-3:19
  • Apocalipsis 8:1-13
  • Salmos 136:1-26
  • Proverbios 30:7-9

Nahum 1:1-3:19
Capítulo 1
La ira vengadora de Dios
1:1 Profecía sobre Nínive. Libro de la visión de Nahum de Elcos. 1:2 Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. 1:3 Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies. 1:4 El amenaza al mar, y lo hace secar, y angosta todos los ríos; Basán fue destruido, y el Carmelo, y la flor del Líbano fue destruida. 1:5 Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan. 1:6 ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en el ardor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por él se hienden las peñas. 1:7 Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían. 1:8 Mas con inundación impetuosa consumirá a sus adversarios, y tinieblas perseguirán a sus enemigos. 1:9 ¿Qué pensáis contra Jehová? El hará consumación; no tomará venganza dos veces de sus enemigos. 1:10 Aunque sean como espinos entretejidos, y estén empapados en su embriaguez, serán consumidos como hojarasca completamente seca. 1:11 De ti salió el que imaginó mal contra Jehová, un consejero perverso. 1:12 Así ha dicho Jehová: Aunque reposo tengan, y sean tantos, aun así serán talados, y él pasará. Bastante te he afligido; no te afligiré ya más. 1:13 Porque ahora quebraré su yugo de sobre ti, y romperé tus coyundas. 1:14 Mas acerca de ti mandará Jehová, que no quede ni memoria de tu nombre; de la casa de tu dios destruiré escultura y estatua de fundición; allí pondré tu sepulcro, porque fuiste vil.

Anuncio de la caída de Nínive
1:15 He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado; pereció del todo.

Capítulo 2
2:1 Subió destruidor contra ti; guarda la fortaleza, vigila el camino, cíñete los lomos, refuerza mucho tu poder. 2:2 Porque Jehová restaurará la gloria de Jacob como la gloria de Israel; porque saqueadores los saquearon, y estropearon sus mugrones. 2:3 El escudo de sus valientes estará enrojecido, los varones de su ejército vestidos de grana; el carro como fuego de antorchas; el día que se prepare, temblarán las hayas. 2:4 Los carros se precipitarán a las plazas, con estruendo rodarán por las calles; su aspecto será como antorchas encendidas, correrán como relámpagos. 2:5 Se acordará él de sus valientes; se atropellarán en su marcha; se apresurarán a su muro, y la defensa se preparará. 2:6 Las puertas de los ríos se abrirán, y el palacio será destruido. 2:7 Y la reina será cautiva; mandarán que suba, y sus criadas la llevarán gimiendo como palomas, golpeándose sus pechos. 2:8 Fue Nínive de tiempo antiguo como estanque de aguas; pero ellos huyen. Dicen: ¡Deteneos, deteneos!; pero ninguno mira. 2:9 Saquead plata, saquead oro; no hay fin de las riquezas y suntuosidad de toda clase de efectos codiciables. 2:10 Vacía, agotada y desolada está, y el corazón desfallecido; temblor de rodillas, dolor en las entrañas, rostros demudados. 2:11 ¿Qué es de la guarida de los leones, y de la majada de los cachorros de los leones, donde se recogía el león y la leona, y los cachorros del león, y no había quien los espantase? 2:12 El león arrebataba en abundancia para sus cachorros, y ahogaba para sus leonas, y llenaba de presa sus cavernas, y de robo sus guaridas.

Destrucción total de Nínive
2:13 Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos. Encenderé y reduciré a humo tus carros, y espada devorará tus leoncillos; y cortaré de la tierra tu robo, y nunca más se oirá la voz de tus mensajeros.

Capítulo 3
3:1 ¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapiña, sin apartarte del pillaje! 3:2 Chasquido de látigo, y fragor de ruedas, caballo atropellador, y carro que salta; 3:3 jinete enhiesto, y resplandor de espada, y resplandor de lanza; y multitud de muertos, y multitud de cadáveres; cadáveres sin fin, y en sus cadáveres tropezarán, 3:4 a causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos. 3:5 Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos, y descubriré tus faldas en tu rostro, y mostraré a las naciones tu desnudez, y a los reinos tu vergüenza. 3:6 Y echaré sobre ti inmundicias, y te afrentaré, y te pondré como estiércol. 3:7 Todos los que te vieren se apartarán de ti, y dirán: Nínive es asolada; ¿quién se compadecerá de ella? ¿Dónde te buscaré consoladores? 3:8 ¿Eres tú mejor que Tebas, que estaba asentada junto al Nilo, rodeada de aguas, cuyo baluarte era el mar, y aguas por muro? 3:9 Etiopía era su fortaleza, también Egipto, y eso sin límite; Fut y Libia fueron sus ayudadores. 3:10 Sin embargo ella fue llevada en cautiverio; también sus pequeños fueron estrellados en las encrucijadas de todas las calles, y sobre sus varones echaron suertes, y todos sus grandes fueron aprisionados con grillos. 3:11 Tú también serás embriagada, y serás encerrada; tú también buscarás refugio a causa del enemigo. 3:12 Todas tus fortalezas serán cual higueras con brevas, que si las sacuden, caen en la boca del que las ha de comer. 3:13 He aquí, tu pueblo será como mujeres en medio de ti; las puertas de tu tierra se abrirán de par en par a tus enemigos; fuego consumirá tus cerrojos. 3:14 Provéete de agua para el asedio, refuerza tus fortalezas; entra en el lodo, pisa el barro, refuerza el horno. 3:15 Allí te consumirá el fuego, te talará la espada, te devorará como pulgón; multiplícate como langosta, multiplícate como el langostón. 3:16 Multiplicaste tus mercaderes más que las estrellas del cielo; la langosta hizo presa, y voló. 3:17 Tus príncipes serán como langostas, y tus grandes como nubes de langostas que se sientan en vallados en día de frío; salido el sol se van, y no se conoce el lugar donde están. 3:18 Durmieron tus pastores, oh rey de Asiria, reposaron tus valientes; tu pueblo se derramó por los montes, y no hay quien lo junte. 3:19 No hay medicina para tu quebradura; tu herida es incurable; todos los que oigan tu fama batirán las manos sobre ti, porque ¿sobre quién no pasó continuamente tu maldad?

Apocalipsis 8:1-13
Capítulo 8
El séptimo sello
8:1 Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. 8:2 Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas. 8:3 Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. 8:4 Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. 8:5 Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto.

Las trompetas
8:6 Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas. 8:7 El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde. 8:8 El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. 8:9 Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida. 8:10 El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. 8:11 Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas. 8:12 El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche. 8:13 Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!

Salmos 136:1-26
Alabanza por la misericordia eterna de Jehová
136:1 Alabad a Jehová, porque él es bueno,
Porque para siempre es su misericordia.
136:2 Alabad al Dios de los dioses,
Porque para siempre es su misericordia.
136:3 Alabad al Señor de los señores,
Porque para siempre es su misericordia.

136:4 Al único que hace grandes maravillas,
Porque para siempre es su misericordia.
136:5 Al que hizo los cielos con entendimiento,
Porque para siempre es su misericordia.
136:6 Al que extendió la tierra sobre las aguas,
Porque para siempre es su misericordia.
136:7 Al que hizo las grandes lumbreras,
Porque para siempre es su misericordia.
136:8 El sol para que señorease en el día,
Porque para siempre es su misericordia.
136:9 La luna y las estrellas para que señoreasen en la noche,
Porque para siempre es su misericordia.

136:10 Al que hirió a Egipto en sus primogénitos,
Porque para siempre es su misericordia.
136:11 Al que sacó a Israel de en medio de ellos,
Porque para siempre es su misericordia.
136:12 Con mano fuerte, y brazo extendido,
Porque para siempre es su misericordia.
136:13 Al que dividió el Mar Rojo en partes,
Porque para siempre es su misericordia;
136:14 E hizo pasar a Israel por en medio de él,
Porque para siempre es su misericordia;
136:15 Y arrojó a Faraón y a su ejército en el Mar Rojo,
Porque para siempre es su misericordia.
136:16 Al que pastoreó a su pueblo por el desierto,
Porque para siempre es su misericordia.
136:17 Al que hirió a grandes reyes,
Porque para siempre es su misericordia;
136:18 Y mató a reyes poderosos,
Porque para siempre es su misericordia;
136:19 A Sehón rey amorreo,
Porque para siempre es su misericordia;
136:20 Y a Og rey de Basán,
Porque para siempre es su misericordia;
136:21 Y dio la tierra de ellos en heredad,
Porque para siempre es su misericordia;
136:22 En heredad a Israel su siervo,
Porque para siempre es su misericordia.

136:23 El es el que en nuestro abatimiento se acordó de nosotros,
Porque para siempre es su misericordia;
136:24 Y nos rescató de nuestros enemigos,
Porque para siempre es su misericordia.
136:25 El que da alimento a todo ser viviente,
Porque para siempre es su misericordia.
136:26 Alabad al Dios de los cielos,
Porque para siempre es su misericordia.


Proverbios 30:7-9
30:7 Dos cosas te he demandado;
No me las niegues antes que muera:
30:8 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí;
No me des pobreza ni riquezas;
Manténme del pan necesario;
30:9 No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová?
O que siendo pobre, hurte,
Y blasfeme el nombre de mi Dios.

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