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lunes, 18 de octubre de 2010

Lectura Bíblica - Diciembre 05

*** Lecturas de Hoy ***
  • Oseas 1:1-3:5
  • 1 Juan 5:1-21
  • Salmos 124:1-8
  • Proverbios 29:5-8

Oseas 1:1-3:5
La esposa infiel de Oseas, y sus hijos
1:1 Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acazy Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel. 1:2 El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová. 1:3 Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo. 1:4 Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel. 1:5 Y en aquel día quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jezreel. 1:6 Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo. 1:7 Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes. 1:8 Después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo. 1:9 Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios. 1:10 Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente. 1:11 Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande.

Capítulo 2
El amor de Jehová hacia su pueblo infiel
2:1 Decid a vuestros hermanos: Ammi; y a vuestras hermanas: Ruhama. 2:2 Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos; 2:3 no sea que yo la despoje y desnude, la ponga como el día en que nació, la haga como un desierto, la deje como tierra seca, y la mate de sed. 2:4 Ni tendré misericordia de sus hijos, porque son hijos de prostitución. 2:5 Porque su madre se prostituyó; la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida. 2:6 Por tanto, he aquí yo rodearé de espinos su camino, y la cercaré con seto, y no hallará sus caminos. 2:7 Seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará. Entonces dirá: Iré y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que ahora. 2:8 Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que le multipliqué la plata y el oro que ofrecían a Baal. 2:9 Por tanto, yo volveré y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino que había dado para cubrir su desnudez. 2:10 Y ahora descubriré yo su locura delante de los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano. 2:11 Haré cesar todo su gozo, sus fiestas, sus nuevas lunas y sus días de reposo, y todas sus festividades. 2:12 Y haré talar sus vides y sus higueras, de las cuales dijo: Mi salario son, salario que me han dado mis amantes. Y las reduciré a un matorral, y las comerán las bestias del campo. 2:13 Y la castigaré por los días en que incensaba a los baales, y se adornaba de sus zarcillos y de sus joyeles, y se iba tras sus amantes y se olvidaba de mí, dice Jehová. 2:14 Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. 2:15 Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto. 2:16 En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali. 2:17 Porque quitaré de su boca los nombres de los baales, y nunca más se mencionarán sus nombres. 2:18 En aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura. 2:19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. 2:20 Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová. 2:21 En aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra. 2:22 Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel. 2:23 Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.

Capítulo 3
Oseas y la adúltera
3:1 Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas. 3:2 La compré entonces para mí por quince siclos de plata y un homer y medio de cebada. 3:3 Y le dije: Tú serás mía durante muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón; lo mismo haré yo contigo. 3:4 Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. 3:5 Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días.

1 Juan 5:1-21
Capítulo 5
La fe que vence al mundo
5:1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. 5:2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. 5:3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. 5:4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5:5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

El testimonio del Espíritu
5:6 Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. 5:7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. 5:8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. 5:9 Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo. 5:10 El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. 5:11 Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. 5:12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

El conocimiento de la vida eterna
5:13 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. 5:14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 5:15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. 5:16 Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida. 5:17 Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte. 5:18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. 5:19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. 5:20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. 5:21 Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.

Salmos 124:1-8
Alabanza por haber sido librado de los enemigos
Cántico gradual; de David.
124:1 A no haber estado Jehová por nosotros,
Diga ahora Israel;
124:2 A no haber estado Jehová por nosotros,
Cuando se levantaron contra nosotros los hombres,
124:3 Vivos nos habrían tragado entonces,
Cuando se encendió su furor contra nosotros.
124:4 Entonces nos habrían inundado las aguas;
Sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente;
124:5 Hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas impetuosas.

124:6 Bendito sea Jehová,
Que no nos dio por presa a los dientes de ellos.
124:7 Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores;
Se rompió el lazo, y escapamos nosotros.

124:8 Nuestro socorro está en el nombre de Jehová,
Que hizo el cielo y la tierra.


Proverbios 29:5-8
29:5 El hombre que lisonjea a su prójimo,
Red tiende delante de sus pasos.
29:6 En la transgresión del hombre malo hay lazo;
Mas el justo cantará y se alegrará.
29:7 Conoce el justo la causa de los pobres;
Mas el impío no entiende sabiduría.
29:8 Los hombres escarnecedores ponen la ciudad en llamas;
Mas los sabios apartan la ira.

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