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sábado, 30 de enero de 2010

Los deseos de los ojos -- Enfrentando al Mundo - Parte 2

Anteriormente habíamos indicado que todo lo que es de este mundo, del mismo mundo proviene, según dice 1 Juan 2:16  "Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo".

Con relación en este versículo, alertamos, como primera parte, sobre el peligro de satisfacer los deseos de la carne.  El egoísmo y la complacencia del cuerpo han destruido la base de la sociedad, trayendo a las familias separaciones y divorcios, perdiéndose la santidad del matrimonio, trayendo pobreza a millones de madres solas que tienen que velar por sus hijos que se sienten desvalidos, perdidos y abandonados, por no tener imagen paterna.  Todo esto dentro de nuestras propias familias.

Hoy, hablaremos sobre la segunda parte de este versículo bíblico.

El peligro de satisfacer los deseos de los ojos

En nuestra sociedad actual, las nuevas tecnologías avivan la presentación llamativa y diferenciadora de los productos.  La imagen es el centro de reflexión de las estrategias de la publicidad, enfocada a expandir el conocimiento y la propagación de un producto, enlazando el concepto de imagen del producto y la conciencia del consumidor; de esta forma cada uno de nosotros crea su propio estilo.

En una sociedad consumista como la nuestra, es fundamental esta idea de estilo, que nos hace atractivos, en unión con aquello que deseamos "nuestro complemento perfecto".

Para que nosotros deseemos cualquier cosa, es necesario entonces, que hayamos visto primero aquello que ahora deseamos y entonces, alimentemos el apetito de nuestra alma con pecados que nos apartan de la presencia de Dios.  Los ojos son los que influyen sobre nuestra alma y nuestro cuerpo, por esto La Biblia nos dice que en conjunto con los oídos, los ojos son la parte más activa de nuestros cuerpos: "nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír." (Eclesiastés 1:8b).

Satanás conoce muy bien que el mundo actual vive bajo el deseo de querer ver, por esto es que domina el mundo bajo el poder de lo visual, de lo aparente, de lo externo, de la imagen y de lo codiciable.

¿Qué está entrando en nuestras vidas cada día por medio de nuestros ojos?

¿Por qué en nuestras casas cristianas, es más fácil encontrar un cuarto llamado "sala de televisión", que otro que se llame "cuarto de oración"?

Recordemos tres ejemplos bíblicos de personas que fracasaron ante el deseo de sus ojos:

1. Génesis 3:6
"y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos."

Cuando Adán y Eva vieron la necedad de comer la fruta prohibida.  Vieron la felicidad de la cual cayeron y la miseria en que se hundieron.  Vieron a un Dios amante irritado, y la pérdida de su gracia y su favor.  Esta es la deshonra y trastorno que produce el pecado; hace maldad dondequiera que se introduce y destruye todo consuelo.  Tarde o temprano acarrea la vergüenza; sea la vergüenza del arrepentimiento verdadero, que termina en gloria, o la vergüenza y confusión perpetua, en la cual despertarán los malos en el gran día.

Antes de pecar ellos acogían con gozo humilde las bondadosas visitas de Dios; ahora Él se convertía en un terror para ellos, llenándolos de confusión.  Esto muestra la falsedad del tentador y el fraude de sus tentaciones.  Satanás prometió que estarían a salvo, pero ¡ellos no pueden ni pensar que sea así! Adán y Eva eran, después de su pecado, ¡consoladores desdichados el uno para el otro!

2. Josué 7:21a
"y pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé…"

Esta es la confesión del pecado de Acán, pecado que empezó por los ojos. Acán vio todas esas cosas hermosas, como Eva vio el fruto prohibido.  Es doloroso lo que resulta de tolerar que el corazón ande en la vista de los ojos, y la necesidad que tenemos de hacer pacto con nuestros ojos, que si vagan, ciertamente llorarán por ello.

Aquellos que queramos evitar las acciones pecaminosas, debemos mortificar y controlar dentro de nosotros mismos los deseos pecaminosos, particularmente la codicia de riquezas mundanales.  Pero la consecuencia del pecado trasciende, Acán no pereció solo en su pecado, sus hijos e hijas murieron con él, lo que nos enseña que aquellos que abarcan más de lo que es suyo, pierden incluso a los suyos.

Si Acán hubiera mirado esas cosas con el ojo de la fe, las hubiera visto como anatema (maldición) y las hubiera desechado con temor; pero al mirarlas con el ojo de los sentidos únicamente, las vio como cosas valiosas y las codició. Cuando hubo cometido el pecado, trató de ocultarlo.  Tan pronto como obtuvo su botín, este se convirtió en carga, y no se atrevió a usar su tesoro mal habido.

Qué diferentes se ven de lejos los objetos de tentación de cuando ya se han conseguido.  Esto es lo engañoso del pecado: "lo que es agradable al cometerlo, es amargo en su consecuencia".

3. 2 Samuel 11:2
"Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa."

Por medio de los ojos se corrompió el alma de David, que no solo pecaría en adulterio, sino que posteriormente se convertiría en un criminal al enviar a matar a Urías, esposo de Betsabé con quien había adulterado.

Una tentación es una elaborada artimaña de Satanás para hacernos caer y en el caso de David podemos ver claramente esta ocasión de pecado.

a. David descuida su ocupación.
2 Samuel 11:1 nos dice que David se quedó en Jerusalén, cuando como rey debió estar en la guerra de su pueblo.  Cuando nos salimos del camino de nuestro deber, somos fácil presa de la tentación.

b. El amor al ocio.
David se levanta de su cama al caer la tarde (2 Samuel 11:2).  La comodidad corporal es la triste ocasión de muchas enfermedades espirituales.  Las omisiones del deber y en el deber son fatales para el alma, "la pereza da mucha ventaja al tentador".

c. No valorar lo dado por Dios.
Nuestros ojos están hechos por Dios, para que apreciemos sus maravillas: "El oído que oye, y el ojo que ve, ambas cosas igualmente ha hecho Jehová." (Proverbios 20:12), y no como ocasión para pecar (2 Samuel 11:2).  Debemos apartar nuestros ojos de todo aquello que no nos conduzca a fortalecernos espiritualmente.

El camino del pecado es cuesta abajo; pero cuando comenzamos a hacer el mal, no podemos detenernos.  Ante el pecado podemos decidir detenernos, y devolvernos del mal en cualquier etapa de nuestro camino.  Pero una vez que se inicia la progresión de pecados es difícil detenerse "sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte." (Santiago 1:14, 15).  Mientras más grande es el desastre menos admitimos que nosotros lo causamos.  Es mucho más fácil dejar de deslizarse por una colina cuando se está cerca de la cima que a mitad del camino.

La mejor solución es detener el pecado antes de que comience.

Lo que Dios quiere de nosotros:

◊ Que reconozcamos el señorío de Jesucristo sobre toda área de nuestra vida (2 Pedro 1:11).

◊ Que amemos al Señor Jesucristo con toda nuestra mente (Marcos 12:30).

◊ Que seamos radicales en nuestra santidad (1 Pedro 1:14-15).

◊ Que no amemos a este mundo (1 Juan 2:15).

◊ Que arranquemos de nuestras vidas lo que estorba a la presencia de Dios (Marcos 9:47).

◊ Que eliminemos toda fuente de inmundicia que contamina nuestra vida para que no nos condenemos en el infierno (Marcos 9:48).

ORACION
Dios grande, poderoso y maravilloso, reconozco que he estado sirviendo para los deseos de los ojos y hoy te entrego todo deseo carnal y todo dominio de la carne sobre mi alma; te entrego mis ojos, hechos por ti para poder apreciar tus maravillas.  Ya no quiero más corromper mi alma con mis ojos.  Hoy entiendo que debo salir de mi situación actual, para no hundirme cada día más en el pecado y hundir conmigo a mi familia.  Ayúdame Señor a arrancar todo aquello de mis ojos que estorban tu presencia en mi vida; te lo pido en el nombre que es sobre todo nombre, el de tu hijo Jesús, AMÉN.

Yo te Entrego

9 comentarios:

  1. muy buen mensage gracias por esta ensenanza que nuestro Dios continue bendiciendo tu vida

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  2. De mucha utilidad y bendición.La exposición de la palabra alumbra,hace sabio al sencillo, amén.

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  3. Muy bien esté mensaje muchas gracias que Dios les bendiga siempre y les dé mucha sabiduría

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  4. Muy buen mensaje, muchas gracias por compartirlo. que Dios bendiga su hogar y siempre le mantenga con fe.

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  5. Gracias muy buen mensaje de gran edificación espiritual.

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  6. Gloria a Dios aleluya bendiciones hermano

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  7. Gloria a Dios me ayudo de mucho gracias y Dios les bendiga grandemente

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