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martes, 1 de diciembre de 2009

Por nada estéis afanosos… – Parte 2

Es imposible, ya lo sabemos, evitar tener problemas de todo tipo (físicos, mentales y emocionales) dentro de nuestra propia vida, nuestra familia y en lo que nos rodea en general; pero claramente sabemos cómo debemos actuar ante estas situaciones, como dice el Apóstol Pablo en su Carta a los Filipenses: no debemos estar afanados por nada, sino que en lugar de esto debemos traer nuestras peticiones delante de Dios.  Aún más, Pablo nos exhorta a que oremos con acción de gracias, esto es agradeciendo a Dios por su obra desde el mismo momento en que elevamos nuestra petición a Él.  Esto es confiar en el Señor.

La oración es el mejor sustituto de los afanes.

1. Las peticiones deben ser conocidas y no los afanes.

En lugar de preocuparnos ¡debemos orar!  La oración es el antídoto contra los afanes, y así la paz de Dios nos guardará: "Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" dice Filipenses 4:7.

La mejor ayuda en nuestra vida de oración, es el hábito de traer todo a Dios en todo momento, sin dejar nada sin entregarle a Él.  Cuando dejamos algo sin entregar a nuestro Señor Jesús, es cuando vienen los afanes a nuestra vida, la angustia toca a la puerta de nuestro corazón y nos hace perder la tranquilidad y la paz.

¿Cómo sería nuestra vida si en el momento en que más afanados y abrumados nos sentimos, buscamos la presencia de Dios por medio de la oración?

Nuestra relación con Dios por medio de la oración debe ser un estilo de vida, debemos buscarle en todo momento y en su presencia entregarle todo a nuestro Señor.  Si llevamos nuestras peticiones delante de Dios, estarán en las mejores manos y Él trabajará con ellas y con nosotros, como nos lo ha prometido en Jeremías 18:6b "He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel".

Bien sé, que muchas veces la angustia llega a nuestras vidas y nos sentimos invadidos por el afán, dejándonos débiles y propensos a buscar personas con quien compartir, esperanzados en encontrar respuestas en ellas.  Esto no es malo en sí, pero si reconocemos que antes de buscar una persona a quien contarle nuestras luchas y conflictos, necesitamos llevar nuestras situaciones delante de Dios con toda oración y ruego, y aún más acompañado esto con acción de gracias, estamos reconociendo que el Señor Jesús es el único que tiene las respuestas apropiadas a todas nuestras situaciones.

Pablo no nos está diciendo que seamos irresponsables frente a nuestros compromisos, lógicamente debemos atenderlos; lo que él plantea es la necesidad de que pongamos un sustituto al afán, es así como llegará la Paz de Dios, que sobrepasa todo nuestro entendimiento y guardará nuestros corazones en Cristo Jesús.

2. Nuestras peticiones deben ser hechas con toda oración y ruego.

La palabra ruego tiene que ver con la idea de alcanzar algo específico, la Real Academia Española define esta palabra como: "La súplica o petición hecha a alguien con el fin de alcanzar lo que específicamente se le pide".  La oración de ruego entonces es, una oración específica por una necesidad específica.

Es cierto que el Señor ya conoce nuestras necesidades, pero Él espera el ruego por nuestra parte, es así como demostramos nuestra confianza en Dios y le damos a Él el lugar que merece.  Para Dios todas nuestras necesidades son importantes, el pastor Carlos Erdman alguna vez dijo: "Nada es demasiado grande para el poder de Dios, y nada es tan pequeño que esté por encima de su interés".

La oración y ruego unidos tienen la idea de la intensidad al hacer la petición. En la Palabra de Dios, encontramos un buen ejemplo en Génesis 32:24-29, cuando Jacob lucha con el ángel del Señor.  Antes del encuentro con su hermano Esaú, Jacob, que significa "el que suplanta", estaba preocupado porque durante años había engañado a su hermano, él sabía que Esaú traía un ejército que podía destruirlo, por lo que la preocupación, la angustia y la ansiedad se apoderaron de él la noche anterior al encuentro con Esaú. Esa misma noche Jacob luchó con un ángel en una lucha tal que Jacob le dijo al ángel: "No te dejaré si no me bendices".  Fue así como el ángel lo bendijo y cambió su nombre por Israel "el que lucha con Dios".

El ruego intenso como el de Jacob, resiste los afanes y abre la puerta de la Bendición de Dios.

3. … con acción de gracias.

"Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús" 1 Tesalonicenses 5:18,

La palabra para acción de gracias es "eucharistía" y tiene que ver con la idea de dar gracias de una manera libre. Pablo nos dice que en lugar de dar cabida a las preocupaciones debemos de dar gracias a Dios en todo lo que nos sucede.

Corrie ten Boom, escritora y activista holandesa conocedora de la Palabra de Dios, quien estuvo presa en el Campo de Concentración de Ravensbrück en Alemania, cuenta en un pasaje de su libro "El Refugio Secreto", que ella junto con otras muchas mujeres estaban metidas en unas barracas diminutas, dentro del peor edificio del campo, maloliente e inmundo; pero lo peor no era esto, si no la plaga de pulgas que las atacaba, particularmente en este edificio, de día y de noche. Una noche mientras hablaban de la Biblia, leyeron Filipenses 4:6 y Tesalonicenses 5:18 y no podían entender cómo debían dar gracias por la plaga de pulgas, que se sumaba a su ya crítica situación.  Aún así, dieron gracias a Dios de todos modos.  Más adelante se dieron cuenta que los guardias varones de este campo de concentración violaban a las mujeres de las otras barracas, pero se mantenían lejos del edificio donde ellas estaban, por causa de las pulgas.

¿Cuáles son las pulgas por las que debemos dar gracias hoy?

Dios realmente sabe lo que nosotros estamos pasando y viviendo, aún cuando nosotros no entendamos el por qué vivimos lo que estamos viviendo, o por qué las cosas no funcionan como debieran e incluso cuando hemos dado lo mejor de nosotros durante tanto tiempo y actualmente no vemos nada.

¿Qué es lo que el Espíritu Santo puede hacer por nosotros, en nuestra casa?

Leamos 2 Reyes 4:1-7, para entender lo que el Espíritu Santo de Dios puede hacer en nuestra vida.

"Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos.  Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo?  Declárame qué tienes en casa.  Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.  El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.  Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.  Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite.  Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas.  Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.  Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede".

En nuestras vidas existen lugares que cuando se abren solamente encontramos muerte en ellos, es por esto que en muchas personas hay más quejas que agradecimientos, el afán no les permite ver lo que tienen en su propia casa y buscan en otros lugares lo que creen que les hace falta.  Debemos creerle a Dios, aún cuando ya no tengamos esperanza.  Dios se encargará de enviar un Eliseo a nuestras vidas y hará que nuestra situación cambie.

Aún cuando pensemos que no tenemos nada en nuestra vida (2 Reyes 4:2b), Dios usará lo poco que hay en nosotros, sin importar si no lo consideramos importante o bueno, para bendecirnos.  El Señor fluirá en nuestras vidas por medio de algo que nos ha dado desde hace mucho tiempo.

No debemos preocuparnos por todas nuestra necesidades, porque entre más necesidad tengamos, mayor será la Gloria de Dios que veremos, porque Él suplirá todas nuestra necesidades: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" nos dice Filipenses 4:19.

Dios, que es más grande que cualquiera de nuestras necesidades traerá a nuestras vidas bendiciones más grandes de lo que esperamos.  Él hará los milagros que necesitamos en el momento en que cerremos la puerta y no escuchemos a nadie que venga a criticarnos o debilitarnos, haciendo que rechacemos nuestras bendiciones (2 Reyes 4:4).  Debemos pues, callar toda duda y toda boca, así nuestras vasijas empezarán a llenarse de la bendición de Dios, de acuerdo a nuestra capacidad (quien cree más, más recibe).

Este pasaje nos enseña que el mayor milagro está en la poca cantidad de aceite que tengamos en nuestra casa, de ahí, Dios partirá para llenar todas las demás vasijas.  Pero, si la vasija que tenemos, no la tenemos con aceite, si no que la tenemos llena de quejas, de murmuración, de pecados, de falta de fe, de crítica, de amargura y de dolor, ¿Dónde pues podrán caber las bendiciones de Dios?

Por último, nuestra posición ante las situaciones negativas de nuestra vida, no debe ser la de sustentar nuestros afanes, si no por el contrario, una posición de disposición a recibir, a creer y actuar, según las promesas de Dios.  No importa, si nos sentimos completamente estrujados, el aceite fluirá.  El aceite se obtiene de las aceitunas quebradas y aplastadas…

ORACION
Gracias Señor Jesús, por darme en este día la oportunidad de librarme de mis afanes y traer todas mis angustias delante de ti ante tu trono. Gracias, porque entiendo que de esta manera, tu paz guardará mi corazón y mi entendimiento en Cristo Jesús.  Ayúdame mi Dios a entender, que debo darte gracias, sea cual sea mi situación, sabiendo que tú tienes control de todas las cosas, y así eliminas de mi vida la amargura, la falta de fe y el dolor, de forma que puedas llenar mi vasija y muchas otras más de tus bendiciones.  Hoy entiendo mi Señor, que las bendiciones que tú tienes para mí, las has preparado desde hace muchísimo tiempo y que tú me las darás en el momento en que calle toda duda y falta de fe, AMÉN.

Paz en la Tormenta

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