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martes, 26 de abril de 2011

Criando hijos que aman a Dios

Nuestros hijos van a la escuela y colegio a recibir una educación que les prepara para enfrentar los retos profesionales e intelectuales que tendrán en este mundo.  Las profesoras, profesores y demás personal en la escuela se esfuerzan porque ellos además, sean formados bajo el perfil de hombre como ser social, agente de cambio y centro de la creación, que merece desarrollar lo mejor de sí mismo para alcanzar la plenitud de sus capacidades innatas, atendiendo a las diferencias individuales y en pos del bien común.

Ahora, nuestro papel como padres hoy más que nunca es importantísimo en todo este proceso, ya que la actualidad de hoy exige que los docentes consensúen con los padres y alumnos.  El alumno de hoy ya no es el mismo, tiene otras inquietudes, otras formas de aprender y acceder a la información.  La influencia de las nuevas tecnologías de la información, han dado origen a un nuevo tipo de lector, de alumno y ser humano en general.  Esto muchas veces nos trae problemas con nuestros hijos, mismos que podemos enfrentar por medio de la Palabra de Dios, que nos da buenos consejos sobre la crianza de nuestros niños, preparándolos para que amen a Dios.  Este es nuestro gran reto como padres…

Veamos qué podemos hacer para criar hijos que amen a Dios.

1. Orar

"Orad sin cesar."
1 Tesalonicenses 5:17

Todos sabemos que debemos orar por nuestros hijos, sin embargo muchas veces esa misma boca que ora por nuestros hijos, ante un momento determinado, puede ser utilizada para ofenderlos, lastimarlos, insultarlos e irrespetarlos.  Veamos un ejemplo: El niño derrama la leche sobre unos documentos importantes del trabajo de su padre, y este lo reprende, le dice tonto, sabes cuánto me cuesta trabajar tan duro como trabajo, sabes cuánto cuesta la leche.  Es posible que hasta le pegue para enseñarle a tener más cuidado.

¿Cuál creen ustedes que sea la reacción del niño?  "Soy un inútil, papá no me quiere, estoy enojado porque papá no entiende que fue un accidente, papá me castiga injustamente."

Si esto pasó a la hora del desayuno antes de ir a la escuela, ¿Cómo se portará el niño en la escuela? "Es posible que se porte mal, que no se esfuerce en los estudios porque se siente mal o por miedo a cometer un error y ser castigado."

La oración es muy importante, y la oración que más nos ayudará con nuestros hijos sería algo así como esta: "Señor, cámbiame, haz de mi el padre (la madre), que quieres que sea. Dame paciencia, amor y sabiduría para criar a mis hijos en la manera que tú quieras."
 
2. Predicar con el ejemplo

"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.  Grábate en la mente todas las cosas que hoy te he dicho, y enséñaselas continuamente a tus hijos."
Deuteronomio 6:5-7a

En el ejemplo anterior, vemos un padre que no sabe dar un buen ejemplo a su hijo.  No muestra mucha paciencia y no puede controlar su enojo.

Si en este ejemplo que mencionamos, después de que el niño derrama la leche, el padre se levanta con calma y actúa diferente, le exhorta a prestar más atención y a colocar el vaso en un lugar más seguro, y ambos limpian juntos el derrame.

¿Cómo será la reacción del niño?  "Sentirá que puede enfrentar problemas con la ayuda de su papá, que él lo respeta y entiende, aprende a tener más cuidado y toma responsabilidad por sus acciones."

¿Con qué actitud irá a la escuela?  "Se va tranquilo, se esfuerza en los estudios porque se siente capaz de hacer las cosas bien."

Los niños obtienen sus ideas de Dios por el ejemplo de sus padres, así el niño en esta situación verá que Dios le ama, que es compasivo y justo.

3. Enseñar a nuestros hijos a amar a Dios

"El que me ama, hace caso de mi palabra; y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él."
Juan 14:23

Una madre puede mandar a su hijo ir a la floristería y comprarle una flor.  El niño bien disciplinado lo hace por obediencia.  Pero, ¡qué lindo es cuando el niño lo hace por su propia voluntad, por amor!

La solución al problema de los hijos rebeldes es enseñarlos a amar a Dios.  Si podemos enseñar a nuestros hijos a amar a Dios con todo su ser, entonces querrán obedecerlo y agradarlo en todo.

¿Cómo criar a nuestros hijos para que amen a Dios de corazón?

"… y enséñaselas continuamente a tus hijos; háblales de ellas, tanto en tu casa como en el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes."
Deuteronomio 6:7

a. Aprovechar las actividades diarias.

Es un gran privilegio como mamá o papá poder ayudar a nuestros hijos a amar a Dios, y esto es muy importante, porque solamente si Dios cambia sus corazones, pueden realmente desear obedecer a Dios por amor y no solamente por obligación.

Debemos aprovechar todo momento para enseñar al niño a amar a Dios e incluir a Dios en todo: agradecer por todo, decirle nuestras preocupaciones, pedirle por nuestras necesidades grandes o pequeñas, buscar consejo en la Biblia y pedir sabiduría a Dios en nuestras decisiones.

Cuando crecen nuestros hijos, hay que ayudarles a pensar bíblicamente y tomar buenas decisiones – no solamente darles órdenes.

b. Tiempo devocional familiar.

Reunirse toda la familia para un tiempo con Dios, todos los días.  Disfrutando de un tiempo no muy largo, pero de un tiempo tranquilo, cuando no estemos apurados.  Este tiempo debe ser apropiado para la edad de nuestros hijos y en él vamos a orar, memorizar versículos y leer la Biblia, aprovechando incluir una lección sobre lo leído en situaciones prácticas en la escuela, con los amigos o con los vecinos, preparándolos para tomar buenas decisiones.

La meta del devocional familiar es que nuestros hijos tengan su propia relación con Dios y se sientan responsables a Él y no solamente a nosotros.

c. Las cosas en el hogar.

"Escríbelos también en los postes y en las puertas de tu casa."
Deuteronomio 6:7

¿Las cosas en nuestros hogares, ayudan o estorban a nuestros hijos a amar a Dios?

Dentro de nuestros libros debemos tener libros cristianos.

La programación de televisión en nuestra casa debe incluir programas que nos enseñen verdaderos valores.

La música que oímos, debe ser música que exalte y glorifique a Dios.  Para nuestros hijos, si están pequeños, CD con versículos e historias bíblicas cantadas.

Dentro de nuestros adornos y cuadros, ¿tenemos alguno que muestre nuestra fe en Dios?

d. No hacer enojar a nuestros hijos.

"Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino más bien críenlos con disciplina e instrúyanlos en el amor al Señor."
Efesios 6:4

Dios nos pide no hacer enojar a nuestros hijos para que no se desvíen: "Padres, no hagan enojar a sus hijos, para que no se desanimen."  (Colosenses 3:21)

Estos son algunos ejemplos de situaciones en las que hacemos enojar a nuestros hijos:

1. Gritos, insultos y mentiras: Hay palabras que hieren y quitan el ánimo.  Cuando estemos tentados a herir con insultos debemos recordar, lo que Dios nos dice en Efesios 4:29: "No digan malas palabras, sino sólo palabras buenas y oportunas que ayuden a crecer y traigan bendición a quienes las escuchen."

2. No cumplir con una promesa, no escuchar, no pasar tiempo con ellos: La Biblia dice que debemos tratar a otros de la manera que queremos ser tratados: "Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes..."  (Mateo 7:12)

3. No pedir perdón: Todos cometemos errores, a veces por nuestra naturaleza humana, a veces sin querer y tal vez hasta por olvidar.  Pero podemos minimizar el daño de estos errores si pedimos perdón: "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros."  (1 Juan 1:8)

4. Castigar injustamente o con enojo: Debemos criar a nuestros hijos con disciplina amorosa.

a. Premiamos la obediencia: No solamente debemos corregir y criticar, también debemos felicitar la buena conducta.  Dios lo hace así con nosotros: "Ahora me espera la corona merecida que el Señor el Juez justo, me dará en aquel día."  (2 Timoteo 4:8a)

b. Establecemos las reglas y las consecuencias: Si haces algo bueno tendrás consecuencias positivas, si haces algo malo tendrás consecuencias negativas (Deuteronomio 28).  Las consecuencias deben ser reales, de lo contrario no podremos cumplirlas, y no cumplir lo que decimos, aparte de mostrar una mala imagen de nosotros, creará en nuestros hijos inseguridad.

c. Que el castigo sea justo, sin enojo: Si estamos enojados hay que esperar a estar en calma, así no seremos injustos ni llegaremos al abuso: "La respuesta amable calma el enojo; la respuesta violenta lo excita más."  (Proverbios 15:1)

5. No practicar lo que enseñamos: Nuestra vida habla tan fuerte que nuestros hijos no pueden escuchar nuestras palabras (no debes pelear y peleo constantemente con mi esposo (a), no mientas y miento, no ofendas y ofendo).  El no practicar lo que enseñamos, crea no solo enojo, sino también rebelión en el corazón de nuestros hijos, y muchas veces es la causa por la cual él deja de seguir la fe de sus padres.

Si hacemos esto, vamos a crear unas buenas bases en nuestros hijos, y su educación en la escuela y colegio será más fácil y mejor, para los docentes y para ellos.  Actuando de acuerdo a lo que Dios nos pide, Él se encargará entonces de la educación de nuestros hijos: "Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos."  (Isaías 54:13)

ORACION
Señor Dios te doy gracias porque Tú eres fiel y misericordioso, gracias por tu Amor y tus Bendiciones.

Padre celestial, delante de ti vengo Señor, para pedirte sabiduría, amor, paciencia y tu paz, que sobrepasa todo entendimiento, para poder hacer frente a todas las situaciones que pueda pasar con mis hijos.  Te pido Señor, que me enseñes a amarlos y respetarlos, cambiando primeramente todo lo que hay dentro de mí, que no permite que yo sea el padre o la madre, que tú quieres que sea.  Ayúdame a predicarles con el ejemplo y así enseñarles a amarte, viendo en mí alguien que te ama y respeta, alguien que quiere agradarte y obedecerte, te lo pido en el nombre de Cristo Jesús, AMÉN.

 

1 comentario:

  1. Gracias por tus consejos nadie nos endens ha hacer padres solo la palabra de dios

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