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sábado, 24 de julio de 2010

Lectura Bíblica - Julio 11

*** Lecturas de Hoy ***
  • 1 Crónicas 11:1-12:18
  • Hechos 28:1-31
  • Salmos 9:1-12
  • Proverbios 19:1-3

1 Crónicas 11:1-12:18
Capítulo 11
David es proclamado rey de Israel
(2 S. 5.1-5)
11:1 Entonces todo Israel se juntó a David en Hebrón, diciendo: He aquí nosotros somos tu hueso y tu carne. 11:2 También antes de ahora, mientras Saúl reinaba, tú eras quien sacaba a la guerra a Israel, y lo volvía a traer. También Jehová tu Dios te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel mi pueblo. 11:3 Y vinieron todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y David hizo con ellos pacto delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová por medio de Samuel.

David toma la fortaleza de Sion
(2 S. 5.6-10)
11:4 Entonces se fue David con todo Israel a Jerusalén, la cual es Jebús; y los jebuseos habitaban en aquella tierra. 11:5 Y los moradores de Jebús dijeron a David: No entrarás acá. Mas David tomó la fortaleza de Sion, que es la ciudad de David. 11:6 Y David había dicho: El que primero derrote a los jebuseos será cabeza y jefe. Entonces Joab hijo de Sarvia subió el primero, y fue hecho jefe. 11:7 Y David habitó en la fortaleza, y por esto la llamaron la Ciudad de David. 11:8 Y edificó la ciudad alrededor, desde Milo hasta el muro; y Joab reparó el resto de la ciudad. 11:9 Y David iba adelantando y creciendo, y Jehová de los ejércitos estaba con él.

Los valientes de David
(2 S. 23.8-39)
11:10 Estos son los principales de los valientes que David tuvo, y los que le ayudaron en su reino, con todo Israel, para hacerle rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová. 11:11 Y este es el número de los valientes que David tuvo: Jasobeam hijo de Hacmoni, caudillo de los treinta, el cual blandió su lanza una vez contra trescientos, a los cuales mató. 11:12 Tras de éste estaba Eleazar hijo de Dodo, ahohíta, el cual era de los tres valientes. 11:13 Este estuvo con David en Pasdamim, estando allí juntos en batalla los filisteos; y había allí una parcela de tierra llena de cebada, y huyendo el pueblo delante de los filisteos, 11:14 se pusieron ellos en medio de la parcela y la defendieron, y vencieron a los filisteos, porque Jehová los favoreció con una gran victoria. 11:15 Y tres de los treinta principales descendieron a la peña a David, a la cueva de Adulam, estando el campamento de los filisteos en el valle de Refaim. 11:16 David estaba entonces en la fortaleza, y había entonces guarnición de los filisteos en Belén. 11:17 David deseó entonces, y dijo: ¡Quién me diera de beber de las aguas del pozo de Belén, que está a la puerta! 11:18 Y aquellos tres rompieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén, que está a la puerta, y la tomaron y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó para Jehová, y dijo: 11:19 Guárdeme mi Dios de hacer esto. ¿Había yo de beber la sangre y la vida de estos varones, que con peligro de sus vidas la han traído? Y no la quiso beber. Esto hicieron aquellos tres valientes. 11:20 Y Abisai, hermano de Joab, era jefe de los treinta, el cual blandió su lanza contra trescientos y los mató, y ganó renombre con los tres. 11:21 Fue el más ilustre de los treinta, y fue el jefe de ellos, pero no igualó a los tres primeros. 11:22 Benaía hijo de Joiada, hijo de un varón valiente de Cabseel, de grandes hechos; él venció a los dos leones de Moab; también descendió y mató a un león en medio de un foso, en tiempo de nieve. 11:23 El mismo venció a un egipcio, hombre de cinco codos de estatura; y el egipcio traía una lanza como un rodillo de tejedor, mas él descendió con un báculo, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su misma lanza. 11:24 Esto hizo Benaía hijo de Joiada, y fue nombrado con los tres valientes. 11:25 Y fue el más distinguido de los treinta, pero no igualó a los tres primeros. A éste puso David en su guardia personal. 11:26 Y los valientes de los ejércitos: Asael hermano de Joab, Elhanan hijo de Dodo de Belén, 11:27 Samot harodita, Heles pelonita; 11:28 Ira hijo de Iques tecoíta, Abiezer anatotita, 11:29 Sibecai husatita, Ilai ahohíta, 11:30 Maharai netofatita, Heled hijo de Baana netofatita, 11:31 Itai hijo de Ribai, de Gabaa de los hijos de Benjamín, Benaía piratonita, 11:32 Hurai del río Gaas, Abiel arbatita, 11:33 Azmavet barhumita, Eliaba saalbonita, 11:34 los hijos de Hasem gizonita, Jonatán hijo de Sage ararita, 11:35 Ahíam hijo de Sacar ararita, Elifal hijo de Ur, 11:36 Hefer mequeratita, Ahías pelonita, 11:37 Hezro carmelita, Naarai hijo de Ezbai, 11:38 Joel hermano de Natán, Mibhar hijo de Hagrai, 11:39 Selec amonita, Naharai beerotita, escudero de Joab hijo de Sarvia, 11:40 Ira itrita, Gareb itrita, 11:41 Urías heteo, Zabad hijo de Ahlai, 11:42 Adina hijo de Siza rubenita, príncipe de los rubenitas, y con él treinta, 11:43 Hanán hijo de Maaca, Josafat mitnita, 11:44 Uzías astarotita, Sama y Jehiel hijos de Hotam aroerita; 11:45 Jediael hijo de Simri, y Joha su hermano, tizita, 11:46 Eliel mahavita, Jerebai y Josavía hijos de Elnaam, Itma moabita, 11:47 Eliel, Obed, y Jaasiel mesobaíta.

Capítulo 12
El ejército de David
12:1 Estos son los que vinieron a David en Siclag, estando él aún encerrado por causa de Saúl hijo de Cis, y eran de los valientes que le ayudaron en la guerra. 12:2 Estaban armados de arcos, y usaban de ambas manos para tirar piedras con honda y saetas con arco. De los hermanos de Saúl de Benjamín: 12:3 El principal Ahiezer, después Joás, hijos de Semaa gabaatita; Jeziel y Pelet hijos de Azmavet, Beraca, Jehú anatotita, 12:4 Ismaías gabaonita, valiente entre los treinta, y más que los treinta; Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad gederatita, 12:5 Eluzai, Jerimot, Bealías, Semarías, Sefatías harufita, 12:6 Elcana, Isías, Azareel, Joezer y Jasobeam, coreítas, 12:7 y Joela y Zebadías hijos de Jeroham de Gedor. 12:8 También de los de Gad huyeron y fueron a David, al lugar fuerte en el desierto, hombres de guerra muy valientes para pelear, diestros con escudo y pavés; sus rostros eran como rostros de leones, y eran ligeros como las gacelas sobre las montañas. 12:9 Ezer el primero, Obadías el segundo, Eliab el tercero, 12:10 Mismana el cuarto, Jeremías el quinto, 12:11 Atai el sexto, Eliel el séptimo, 12:12 Johanán el octavo, Elzabad el noveno, 12:13 Jeremías el décimo y Macbanai el undécimo. 12:14 Estos fueron capitanes del ejército de los hijos de Gad. El menor tenía cargo de cien hombres, y el mayor de mil. 12:15 Estos pasaron el Jordán en el mes primero, cuando se había desbordado por todas sus riberas; e hicieron huir a todos los de los valles al oriente y al poniente. 12:16 Asimismo algunos de los hijos de Benjamín y de Judá vinieron a David al lugar fuerte. 12:17 Y David salió a ellos, y les habló diciendo: Si habéis venido a mí para paz y para ayudarme, mi corazón será unido con vosotros; mas si es para entregarme a mis enemigos, sin haber iniquidad en mis manos, véalo el Dios de nuestros padres, y lo demande. 12:18 Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, jefe de los treinta, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isaí. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores, pues también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la tropa.

Hechos 28:1-31
Capítulo 28
Pablo en la isla de Malta
28:1 Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta. 28:2 Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que caía, y del frío. 28:3 Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las echó al fuego; y una víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano. 28:4 Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir. 28:5 Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció. 28:6 Ellos estaban esperando que él se hinchase, o cayese muerto de repente; mas habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios. 28:7 En aquellos lugares había propiedades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibió y hospedó solícitamente tres días. 28:8 Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó. 28:9 Hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades, venían, y eran sanados; 28:10 los cuales también nos honraron con muchas atenciones; y cuando zarpamos, nos cargaron de las cosas necesarias.

Pablo llega a Roma
28:11 Pasados tres meses, nos hicimos a la vela en una nave alejandrina que había invernado en la isla, la cual tenía por enseña a Cástor y Pólux. 28:12 Y llegados a Siracusa, estuvimos allí tres días. 28:13 De allí, costeando alrededor, llegamos a Regio; y otro día después, soplando el viento sur, llegamos al segundo día a Puteoli, 28:14 donde habiendo hallado hermanos, nos rogaron que nos quedásemos con ellos siete días; y luego fuimos a Roma, 28:15 de donde, oyendo de nosotros los hermanos, salieron a recibirnos hasta el Foro de Apio y las Tres Tabernas; y al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento. 28:16 Cuando llegamos a Roma, el centurión entregó los presos al prefecto militar, pero a Pablo se le permitió vivir aparte, con un soldado que le custodiase.

Pablo predica en Roma
28:17 Aconteció que tres días después, Pablo convocó a los principales de los judíos, a los cuales, luego que estuvieron reunidos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo, ni contra las costumbres de nuestros padres, he sido entregado preso desde Jerusalén en manos de los romanos; 28:18 los cuales, habiéndome examinado, me querían soltar, por no haber en mí ninguna causa de muerte. 28:19 Pero oponiéndose los judíos, me vi obligado a apelar a César; no porque tenga de qué acusar a mi nación. 28:20 Así que por esta causa os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel estoy sujeto con esta cadena. 28:21 Entonces ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido de Judea cartas acerca de ti, ni ha venido alguno de los hermanos que haya denunciado o hablado algún mal de ti. 28:22 Pero querríamos oír de ti lo que piensas; porque de esta secta nos es notorio que en todas partes se habla contra ella. 28:23 Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. 28:24 Y algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían. 28:25 Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo: 28:26 Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis; 28:27 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyeron pesadamente, Y sus ojos han cerrado, Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane. 28:28 Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán. 28:29 Y cuando hubo dicho esto, los judíos se fueron, teniendo gran discusión entre sí. 28:30 Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, 28:31 predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.

Salmos 9:1-12
Acción de gracias por la justicia de Dios
Al músico principal; sobre Mut-labén. Salmo de David.
9:1 Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón;
Contaré todas tus maravillas.
9:2 Me alegraré y me regocijaré en ti;
Cantaré a tu nombre, oh Altísimo.

9:3 Mis enemigos volvieron atrás;
Cayeron y perecieron delante de ti.
9:4 Porque has mantenido mi derecho y mi causa;
Te has sentado en el trono juzgando con justicia.

9:5 Reprendiste a las naciones, destruiste al malo,
Borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre.
9:6 Los enemigos han perecido; han quedado desolados para siempre;
Y las ciudades que derribaste,
Su memoria pereció con ellas.
9:7 Pero Jehová permanecerá para siempre;
Ha dispuesto su trono para juicio.
9:8 El juzgará al mundo con justicia,
Y a los pueblos con rectitud.
9:9 Jehová será refugio del pobre,
Refugio para el tiempo de angustia.
9:10 En ti confiarán los que conocen tu nombre,
Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.

9:11 Cantad a Jehová, que habita en Sion;
Publicad entre los pueblos sus obras.
9:12 Porque el que demanda la sangre se acordó de ellos;
No se olvidó del clamor de los afligidos.


Proverbios 19:1-3
Capítulo 19
19:1 Mejor es el pobre que camina en integridad,
Que el de perversos labios y fatuo.
19:2 El alma sin ciencia no es buena,
Y aquel que se apresura con los pies, peca.
19:3 La insensatez del hombre tuerce su camino,
Y luego contra Jehová se irrita su corazón.

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