La oración es la fuerza, el poder y el secreto que mueve al cielo. Por medio de la oración se nos ha dado el privilegio de cambiar vidas y naciones.
La oración es un acto de máxima prioridad y la disciplina más importante en la vida del cristiano.
Como cristianos estamos seguros que Dios escucha nuestras oraciones. Leamos I Reyes 8:38 "toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa, tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres)".
También sabemos que si estamos en el camino del Señor nuestra oración es gozo para él: "Mas la oración de los rectos es su gozo". (Proverbios 15:8b).
Por último, si estamos en el camino de Dios, nuestra oración es respondida y tiene poder: "Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados" (Santiago 5:15), "…La oración eficaz del justo puede mucho". (Santiago 5:16b)
Sabiendo lo anterior, ¿Cómo debemos usar la oración?
Para responder a esta pregunta analizaremos cómo utilizó Nehemías la oración. Nehemías se enfrentó a siete (7) situaciones muy difíciles, sin embargo él no se dejó atribular ni vencer; al utilizar la oración convirtió las situaciones adversas en poderosos triunfos.
1. Nehemías 1:4-11 - Ante una mala noticia.
Nehemías recibe malas noticias acerca del estado de los muros de Jerusalén y se aflige grandemente, pero no se queda con su aflicción solamente, sino que después de su pena inicial, él vuelca su corazón a Dios y en su oración reconoce su santidad, confiesa su pecado y pide ayuda para cuando se acerque al rey.
Es importante ver cómo Nehemías incluye a Dios en sus planes y preocupaciones, él no actúa por cuenta propia, por el contrario prepara su corazón y le da espacio a Dios para obrar.
La oración sincera como la de Nehemías nos permite:
a. Ver mejor cualquier problema que estemos enfrentando.
La oración es un acto de máxima prioridad y la disciplina más importante en la vida del cristiano.
Como cristianos estamos seguros que Dios escucha nuestras oraciones. Leamos I Reyes 8:38 "toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa, tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres)".
También sabemos que si estamos en el camino del Señor nuestra oración es gozo para él: "Mas la oración de los rectos es su gozo". (Proverbios 15:8b).
Por último, si estamos en el camino de Dios, nuestra oración es respondida y tiene poder: "Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados" (Santiago 5:15), "…La oración eficaz del justo puede mucho". (Santiago 5:16b)
Sabiendo lo anterior, ¿Cómo debemos usar la oración?
Para responder a esta pregunta analizaremos cómo utilizó Nehemías la oración. Nehemías se enfrentó a siete (7) situaciones muy difíciles, sin embargo él no se dejó atribular ni vencer; al utilizar la oración convirtió las situaciones adversas en poderosos triunfos.
1. Nehemías 1:4-11 - Ante una mala noticia.
Nehemías recibe malas noticias acerca del estado de los muros de Jerusalén y se aflige grandemente, pero no se queda con su aflicción solamente, sino que después de su pena inicial, él vuelca su corazón a Dios y en su oración reconoce su santidad, confiesa su pecado y pide ayuda para cuando se acerque al rey.
Es importante ver cómo Nehemías incluye a Dios en sus planes y preocupaciones, él no actúa por cuenta propia, por el contrario prepara su corazón y le da espacio a Dios para obrar.
La oración sincera como la de Nehemías nos permite:
a. Ver mejor cualquier problema que estemos enfrentando.
b. Ver el gran poder de Dios para ayudarnos.
c. Ver el trabajo que nos corresponde hacer.
Así en nuestras oraciones nosotros debemos:
a. Volcar nuestro corazón a Dios.
En alabanza.
Así en nuestras oraciones nosotros debemos:
a. Volcar nuestro corazón a Dios.
En alabanza.
En acción de gracias.
En arrepentimiento.
En petición.
En compromiso.
b. Hacer una petición específica a Dios para que él la conteste.
2. Nehemías 2:4 – En un momento de temor
Al estar hablando ante el rey Atajerjes, Nehemías ora y le dice al Señor que ese es el momento en que le puede ayudar. El no tiene vergüenza de confesar su temor y no permite que este temor le impida realizar las cosas que Dios tiene para él. Este hombre coloca los resultados que espera en las manos de Dios.
En nuestras oraciones debemos:
b. Hacer una petición específica a Dios para que él la conteste.
2. Nehemías 2:4 – En un momento de temor
Al estar hablando ante el rey Atajerjes, Nehemías ora y le dice al Señor que ese es el momento en que le puede ayudar. El no tiene vergüenza de confesar su temor y no permite que este temor le impida realizar las cosas que Dios tiene para él. Este hombre coloca los resultados que espera en las manos de Dios.
En nuestras oraciones debemos:
- Reconocer la razón de nuestros temores.
- Entregar nuestros temores a Dios para que no gobiernen nuestras vidas. Dios es mayor que todos nuestros temores.
- Dar crédito a Dios por lo que sucederá, antes de que suceda, estando seguros que él actuará según las peticiones de nuestro corazón.
3. Nehemías 4:4-5 – Después de ser humillado, ofendido o burlado.
El ridículo puede herir profundamente y causar desaliento y desesperación. En vez de intercambiar insultos, Nehemías ora y continúa con su obra; no clama por venganza, sino que le pide a Dios que su justicia se imponga. Nehemías le dice al Señor: “se están burlando de ti, tú decides qué hacemos con ellos.” La oración de Nehemías en este momento de burla expresa su ira a Dios, en vez de tomar el asunto en sus propias manos.
Nuestra oración debe ser dirigida a Dios, para que el tome control de la situación y para que nos aleje de la tentación de tomar el asunto en nuestras manos. Debemos decirle a Dios como nos sentimos, él es un Padre amoroso que nos entenderá y nos reconfortará. Él prometió estar con nosotros para animarnos y darnos las fuerzas necesarias para continuar
4. Nehemías 4:9 – Después de amenazas por parte de nuestros enemigos.
Nehemías se pone en las manos del Señor y se prepara para enfrentar al enemigo en caso de que esta sea la decisión de Dios, es decir Nehemías confía en Dios y a su vez toma las precauciones necesarias.
En nuestras oraciones, debemos poner en las manos de Dios nuestras “tormentas” y a su vez debemos actuar para eliminar estas tormentas de nuestras vidas. Si estamos pecando, debemos entregar nuestros pecados a Dios, pero también debemos proponernos firmemente y hacer todo lo que está a nuestro alcance, para no pecar más. Nuestra oración debe ser una combinación con preparación y planeamiento. Confiar en Dios no significa que no hagamos nada. Actuar, no significa que no confiamos.
5. Nehemías 6:9 – Bajo presión.
Ante las amenazas que recibe, Nehemías le pide a Dios que le fortalezca. Él acepta que depende de Dios totalmente, no solo de forma física, sino también en su estabilidad emocional y mental. Cuando la oposición se levanta en contra nuestra o en contra de la obra de Dios, es tentador orar: “Señor, líbrame de esta situación”. Pero Nehemías oró: “Oh Dios, fortalece tú mis manos”. De esta forma Nehemías mostró gran determinación y carácter al permanecer firme en su responsabilidad.
Cuando nos encontremos bajo presión, debemos orar pidiendo la fortaleza de Dios. Cuando nosotros oramos por fortaleza, Dios siempre responde.
6. Nehemías 13:29 – Para eliminar todo deseo de venganza.
Nehemías reflexiona acerca de la acciones de sus enemigos y le pide a Dios que se haga cargo de ellos y de sus malvados planes. De esta forma Nehemías logra quitar la compulsión de venganza y confía plenamente en la justicia de Dios.
Debemos recordar que nosotros no somos llamados a juzgar. Posiblemente hayamos pasado muchas situaciones en que nos han herido, pero debemos reflexionar sobre las acciones de estas personas y pedir en oración a Dios que se haga cargo de ellos y que elimine de nosotros toda falta de perdón y toda raíz de amargura.
7. Nehemías 5:19, 13:14, 22, 31 – En reflexión sobre nuestros esfuerzos para servir a Dios.
Nehemías le pide a Dios en oración que se acuerde de él, esto le permite mantener la claridad en su mente respecto a sus propios motivos para actuar.
Nuestra oración debe enfocarse en pedir a Dios que nuestras acciones se hagan con el propósito de agradarle a él. Todo lo que hagamos debemos de hacerlo para él.
La historia de Nehemías proporciona grandes principios para un liderazgo eficaz, que debemos utilizar en nuestras vidas:
1. Tener un propósito claro y evaluarlo continuamente a la luz de la voluntad de Dios.
Nada evitó que Nehemías se mantuviera en el camino.
2. Ser directo y sincero.
2. Ser directo y sincero.
Todos sabían exactamente lo que Nehemías necesitaba y hablaba la verdad aun cuando esto hiciera más difícil alcanzar la meta.
3. Vivir por encima del reproche.
3. Vivir por encima del reproche.
Las acusaciones en contra de Nehemías eran vacías y falsas.
4. Ser una persona de oración constante.
4. Ser una persona de oración constante.
El poder y la sabiduría los obtuvo del contacto con Dios. Todo lo que Nehemías hizo glorificó a Dios.
ORACION:
ORACION:
Señor, vengo delante de ti con un corazón agradecido, para alabarte y glorificarte. Reconozco Señor que he pecado contra ti, reconozco que hay temores en vida que no permiten que cumplas tu propósito en mí. Yo entrego esos temores en tus manos y desde ya te gradezco Señor, porque sé que tú actuarás para eliminar esos temores de mi vida y que tú me darás las fuerzas para luchar y seguir adelante en mi propósito. Yo entrego a ti hoy, toda falta de perdón y toda raíz de amargura, que esté afectando mi vida y te pido Señor que sanes mi corazón, que sanes mis pensamientos y que sanes mi alma, para que así todo lo que haga, lo haga para agradarte a ti, AMÉN.
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