Hemos tomado la decisión más importante de nuestra vida, aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Para tomar esta decisión nos arrepentimos sin excusas de todos nuestros pecados y rebeliones contra Dios, confiamos en Dios, porque entendemos que solamente Él puede limpiarnos, purificarnos y renovarnos de nuestra situación de pecado, y por último hemos dispuesto y anhelado en nuestro corazón agradarle a Dios.
¿Qué ha sucedido ahora en nuestras vidas?
Por el amor de nuestro Señor Jesús, por su gracia y favor hemos nacido de nuevo, obteniendo el perdón de nuestros pecados. Hemos sido declarados justos delante de Dios y hemos recibido de nuestro Padre una nueva vida espiritual, tal y como lo dice Juan 3:3 "Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios".
Esta nueva vida espiritual nos capacita para amar y obedecer a Dios, nos permite enfrentar, avanzar y superar los desafíos, tentaciones y obstáculos que anteriormente no podíamos vencer. Filipenses 4:13 dice: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
Ahora, somos una nueva criatura "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17) y debemos crecer, desarrollarnos y madurar espiritualmente.
¿Qué beneficios trae este nuevo nacimiento para nuestras vidas?
Dios nos confiere cuatro asombrosos beneficios que nos capacitan y fortalecen en este andar de nuestra nueva vida cristiana.
1. Disfrutar de una relación de paz con Dios.
Ahora somos libres de la culpa del pecado. Somos justificados por Cristo Jesús.
Romanos 4:24b-25: "…esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación".
2. Disfrutar del amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones.
Este amor nos permite expresar este amor en la vida diaria, en nuestra relación con los demás y con nosotros mismos "porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado" (Romanos 5:5b).
3. Disfrutar permanentemente de la guía y ayuda de Cristo Jesús.
Así nuestra vida como creyentes será victoriosa. 1 Corintios 15:57 es claro en este aspecto: "Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo".
4. Disfrutar permanentemente de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas.
El Espíritu Santo nos vivificará: "Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros" (Romanos 8:11).
¿Qué es la justificación por Cristo Jesús?
La justificación es una acción de Dios en nuestras vidas que implica al menos tres (3) realidades con las cuales nosotros como creyentes actuamos.
LA REALIDAD DEL PERDÓN
Dios en su misericordia ha perdonado todos nuestros pecados pasados y jamás los volverá a tomar en cuenta contra nosotros. Leamos Colosenses 2:13-14: "Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz".
Jesús, nuestro sumo sacerdote, que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos ha decidido hacer un nuevo pacto con nosotros, un pacto de misericordia, un pacto de amor. En este pacto Él será benevolente con nosotros y no se acordará más de nuestros pecados… "Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades" (Hebreos 8:12).
LA REALIDAD DE LA PAZ
Al ser justificados somos declarados justos por medio de la fe, produciendo en nosotros libertad de culpa. Ya no hay temor por el castigo, ahora tenemos una buena relación con Dios por medio de nuestro Señor Jesús. Leamos Romanos 5:1, "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo".
LA REALIDAD DEL CAMBIO RADICAL EN NUESTRO ESTILO DE VIDA
Por la justificación de Jesucristo dejamos de ser esclavos del pecado y entonces podemos entregarnos plenamente al servicio de una vida de rectitud "y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia" (Romanos 6:18).
ORACIÓN
¿Qué ha sucedido ahora en nuestras vidas?
Por el amor de nuestro Señor Jesús, por su gracia y favor hemos nacido de nuevo, obteniendo el perdón de nuestros pecados. Hemos sido declarados justos delante de Dios y hemos recibido de nuestro Padre una nueva vida espiritual, tal y como lo dice Juan 3:3 "Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios".
Esta nueva vida espiritual nos capacita para amar y obedecer a Dios, nos permite enfrentar, avanzar y superar los desafíos, tentaciones y obstáculos que anteriormente no podíamos vencer. Filipenses 4:13 dice: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
Ahora, somos una nueva criatura "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17) y debemos crecer, desarrollarnos y madurar espiritualmente.
¿Qué beneficios trae este nuevo nacimiento para nuestras vidas?
Dios nos confiere cuatro asombrosos beneficios que nos capacitan y fortalecen en este andar de nuestra nueva vida cristiana.
1. Disfrutar de una relación de paz con Dios.
Ahora somos libres de la culpa del pecado. Somos justificados por Cristo Jesús.
Romanos 4:24b-25: "…esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación".
2. Disfrutar del amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones.
Este amor nos permite expresar este amor en la vida diaria, en nuestra relación con los demás y con nosotros mismos "porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado" (Romanos 5:5b).
3. Disfrutar permanentemente de la guía y ayuda de Cristo Jesús.
Así nuestra vida como creyentes será victoriosa. 1 Corintios 15:57 es claro en este aspecto: "Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo".
4. Disfrutar permanentemente de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas.
El Espíritu Santo nos vivificará: "Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros" (Romanos 8:11).
¿Qué es la justificación por Cristo Jesús?
La justificación es una acción de Dios en nuestras vidas que implica al menos tres (3) realidades con las cuales nosotros como creyentes actuamos.
LA REALIDAD DEL PERDÓN
Dios en su misericordia ha perdonado todos nuestros pecados pasados y jamás los volverá a tomar en cuenta contra nosotros. Leamos Colosenses 2:13-14: "Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz".
Jesús, nuestro sumo sacerdote, que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos ha decidido hacer un nuevo pacto con nosotros, un pacto de misericordia, un pacto de amor. En este pacto Él será benevolente con nosotros y no se acordará más de nuestros pecados… "Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades" (Hebreos 8:12).
LA REALIDAD DE LA PAZ
Al ser justificados somos declarados justos por medio de la fe, produciendo en nosotros libertad de culpa. Ya no hay temor por el castigo, ahora tenemos una buena relación con Dios por medio de nuestro Señor Jesús. Leamos Romanos 5:1, "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo".
LA REALIDAD DEL CAMBIO RADICAL EN NUESTRO ESTILO DE VIDA
Por la justificación de Jesucristo dejamos de ser esclavos del pecado y entonces podemos entregarnos plenamente al servicio de una vida de rectitud "y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia" (Romanos 6:18).
ORACIÓN
Te alabo Señor Jesús, porque tu sangre me limpia de todo pecado, y por tu amor me has dado tu perdón. Ahora sé Señor, que soy una nueva criatura en tu nombre, y que tú te has olvidado de todas mis iniquidades, maldades, faltas y errores; sé que tú me has libertado y esto trae paz a mi corazón, ya no temo Señor, si no me gozo en ti, porque tu Espíritu estará conmigo todos los días de mi vida. Permíteme Señor ser siervo de tu amor y tu justicia, entregándome al servicio de una vida de rectitud en amor a ti, AMÉN.
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