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martes, 10 de noviembre de 2009

Venciendo las depresiones

La depresión produce decaimiento de nuestro ánimo, y logra que nosotros no veamos nuestras buenas cualidades, aún más, logra que las neguemos, que nos rebajemos como personas y hasta que nos humillemos.

Es muy difícil salir de un estado de depresión, ya que este estado quita de nosotros el deseo de estar bien y elimina toda posibilidad de ver con claridad lo que nos rodea.  La depresión nos trae problemas estomacales, dolores de cabeza, dolor de espalda y enfermedades constantes.  En depresión sentimos temor, cansancio y un deseo grande de dormir para eliminar nuestros pensamientos negativos, aún cuando puede ser difícil conciliar el sueño en algunas ocasiones.

El enemigo nos ataca con la depresión porque al quitar todo interés de nuestra vida logrará que nos alejemos de Dios.  Sin embargo, debemos tener fuerzas y pensar que Dios está con nosotros, por lo que solamente Jesús nos hará vencer la depresión.  Leamos Romanos 8:31-32 en la versión Dios Habla Hoy: "¿Qué más podremos decir?  ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros!  Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas?".

¿Cómo nos ataca la depresión?

La depresión trabaja sobre nuestra mente, impidiéndonos ver claramente, por lo que empezamos a vivir una situación que no es real.  Pero debemos entender que el hecho de que no veamos con claridad, no significa que esta claridad no exista.

Después de una situación que nos lleva a depresión, el temor en nosotros hace que nos derrumbemos, que sintamos que lo cotidiano se ha vuelto una carga, que tengamos insatisfacción y fatiga, y que no podamos tomar decisiones.  Es por estas razones que seguimos haciendo cosas que no son correctas, una y otra vez.

De ahora en adelante vamos a entender, que el temor es un espíritu enviado por el demonio para atacarnos.  Recordemos lo que nos dice 2 Timoteo 1:7: "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio".

¿Cuándo viene la depresión?

La depresión es común que aparezca después de dos circunstancias específicas.

1. Después de una gran victoria.
2. Después que alguien ha hablado sobre nosotros.

Leemos, I Reyes 19:1-7.
"Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas.  Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.  Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come.  Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse. Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta".

Elías acaba de vencer a 450 profetas de Baal (I Reyes 18) y después de esta gran victoria se dirige a su destino (el destino que Dios tiene para él).  Camino a este destino, le llega un gran rumor y escuchando la voz del diablo se deprime, se pone a dormir y desea morir (I Reyes 19:1-4).  Elías se estanca por la depresión.

¿Se ha estancado usted alguna vez por la depresión?  ¿Ya no produce nada nuevo?  ¿Ha perdido el deseo y el gozo por sus hijos, matrimonio, familia, trabajo,…?  Si es así, usted está deprimido.  Es en este momento que debemos actuar:

1. Debemos reprender las palabras que nos han dicho y que hacen que estemos deprimidos.

Jezabel solamente habló sobre Elías y lo presionó de tal forma que lo atemorizó hasta querer morir.  Unas palabras como las de Jezabel a Elías, no pueden hacernos tirar por la borda toda nuestra vida y nuestro futuro.

2. Que veamos las cosas mal, no significa que todo esté mal.

Debemos ver todo lo bueno que el Señor a hecho por nosotros y superar este momento, entregando nuestras depresiones y rompiendo esa cadena de tristeza prolongada de día a día. Jesucristo apareció para deshacer toda obra de maldad, 1 Juan 3:8b "Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo".

3. Debemos levantarnos porque largo es el camino que nos resta y diferente la realidad que vivimos.

Independientemente de la batalla que estemos librando o de lo cansado que estemos, debemos tener una clara visión de que Dios tiene cosas grandes para nosotros al final del camino.  No podemos vivir una situación que realmente no estamos viviendo.  Elías debía vivir su gran victoria, no estancarse o deprimirse, por las amenazas de una mujer.  Dios le había dado la victoria a Elías, ¿qué más quería?, ¿por qué no vivía su verdadera realidad?

Nosotros tenemos nuestra verdadera realidad, es por esto que tenemos que levantarnos y proseguir, sabiendo que DIOS está con nosotros.  Hoy nos levantamos del enebro y caminamos hacia la victoria, porque los hijos de Dios somos como la luz de la aurora que crece hasta que el día está perfecto (Proverbios 4:18).

ORACION:
Perdóname Señor, por haberme dejado vencer por lo que otros han dicho de mí y no sustentarme en mi fe, sabedor de que soy hijo del Rey de reyes, y como tal, heredero de sus bendiciones. Perdóname porque he visto más la situación negativa, que a la victoria por la cual me has llevado durante todos estos años. Quita Señor de mi vida, todo temor y levántame para seguir adelante en tu camino, y así poder llegar al destino que tienes para mí.
Gracias, porque tú eres un Dios de oportunidades sin límite, y porque tú me tienes de gloria en gloria y de victoria en victoria, AMÉN.

La meta en la vida del cristiano

Después de nuestra conversión y aceptación de nuestro Señor Jesucristo, seguimos un proceso espiritual de crecimiento, por los medios de Gracia que Dios nos ha provisto.

Haber recibido a Jesús como nuestro Señor y Salvador, no es el fin o la meta de nuestra vida, por el contrario es el principio de una rica y hermosa experiencia de avance y desarrollo cristiano.

Dios nos rescató del reino de las tinieblas, cuando nos convertimos a Cristo, para crecer, madurar en la fe y tener vida eterna; por esto nuestra vida cristiana debe caracterizarse por el crecimiento y desarrollo espiritual. Leamos Efesios 4:13-14 en la Biblia Dios Habla Hoy: "Hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, y alcancemos la edad adulta, que corresponde a la plena madurez de Cristo. Ya no seremos como niños, que cambian fácilmente de parecer y que son arrastrados por el viento de cualquier nueva enseñanza hasta dejarse engañar por gente astuta que anda por caminos equivocados".

¿Cuáles son las etapas de la vida espiritual?

Nuestra vida cristiana tiene tres etapas y cada una de ellas necesita ser vivida para luego avanzar a la siguiente.

Niñez

1 Corintios 3:1
"De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo".

La niñez espiritual es definida en la Biblia como "carnalidad" y ha sido diseñada por Dios para que sólo sea un escalón hacia la madurez y el crecimiento espiritual.

Si nos quedamos mucho tiempo en la niñez, sin corregir todas aquellas cosas que al Señor no le agradan, nos perderemos la bendición del crecimiento.  Si no dejamos la etapa de la niñez espiritual seremos presa fácil de la manipulación en el terreno de la fe, ya que no contamos con criterios o valores acertados para discernir con claridad el bien y el mal.

Juventud

2 Corintios 3:18
"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor".

La vida cristiana es una carrera de perseverancia más que de velocidad.  Es una carrera ascendente donde el crecimiento cristiano debe ser continuo, paso a paso y no a la ligera.  Debemos tener la meta de crecer, avanzar un paso a la vez y perseverar a ritmo sostenido hasta el final.

Dios nos ha llamado a madurar, a que dejemos el lenguaje de niños espirituales contaminado con el chisme, la queja, la mentira, la calumnia, iras y peleas, y lo cambiemos por un lenguaje lleno del Espíritu Santo.  Él nos llama a que dejemos las actitudes de niños de guardar rencor y no perdonar, sustituyéndolas por un corazón perdonador que bendice aún a sus enemigos.

Madurez

Colosenses 1:28b
"…enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre".

Para el apóstol Pablo el objetivo de su ministerio era la perfección, no la perfección de quien llega al nivel en el cual es inmejorable o nunca falla, sino la perfección que conlleva la idea de plenitud, de estado de madurez, de firmeza y de estabilidad.

En esta etapa Dios hará grandes cambios en nuestras vidas por medio del poder del Espíritu Santo, y estos cambios que nos sucederán siempre serán para nuestro bien y para la gloria del Señor. ¡Vale la pena ser transformado en una mejor persona por el poder de Dios!

¿Cómo sabemos que estamos alcanzando y desarrollando madurez cristiana?

Las siguientes, son algunas señales que indican que vamos por buen camino.

1. Un mayor deseo de estudiar las Escrituras, con la motivación de conocer y obedecer la voluntad del Padre Celestial.

"y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra".
1 Juan 5:14

2. Una actitud constante en la oración que refleje una dependencia permanente del Padre Eterno.

"Orad sin cesar".
1 Tesalonicenses 5:17

3. Un interés en la salvación de los demás, que necesitan oír, ver, creer y recibir la buena noticia de la salvación en Jesucristo.

"…y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra".
Hechos 1:8b

4. Un deseo de vivir cada instante de nuestra existencia mostrando en nuestra forma de ser, hablar y actuar, el anhelo de darle la gloria a Dios y de nutrirnos con las cosas espirituales.

"Que el mensaje de Cristo permanezca siempre en ustedes con todas sus riquezas. Instrúyanse y amonéstense unos a otros con toda sabiduría. Con corazón agradecido canten a Dios salmos, himnos y cantos espirituales.  Y todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él".
Colosenses 3:16-17 – versión Dios Habla Hoy

Dios no hace nada sin sentido.  Todo lo que Él hace tiene un propósito: Hacernos crecer y madurar en nuestra vida cristiana.

Quizás pensábamos que éramos gigantes espirituales y ahora nos damos cuenta que en realidad somos niños espirituales; pensábamos que éramos más maduros que los demás, pero ahora nos damos cuenta de nuestra pequeña realidad espiritual.

Si hasta la fecha no nos conocíamos tal cual somos, debemos prestar atención a las reacciones que estamos teniendo en medio de este tiempo.  Dios nos está mostrando quien realmente somos para que entreguemos cada área de nuestra vida desarreglada en sus manos.  ¡El desarrollará en nuestra vida un nuevo carácter, semejante al de Cristo!

Nosotros siendo cristianos que caminamos tomados de la mano del Señor, debemos estar dispuestos a esforzarnos y actuar para alcanzar la victoria, aún cuando estemos agotados.  Recordemos que nuestro Dios es el único que provee, por el poder de su Santo Espíritu, esfuerzo al cansado.

ORACION:
Perdóname Señor, por haberme quedado estacionado más de la cuenta en la niñez espiritual.  Ayúdame a crecer en tu camino para que pueda alcanzar nuevos niveles de fe y madurez. Haz en mi vida Señor, el milagro de Isaías 40:29, donde tú dices que das esfuerzo al cansado, para que así no desmaye en mi vida cristiana y persevere en la oración y la lectura de tu palabra.
¡Qué maravilloso es experimentar los cambios que has hecho en mi vida Señor!, aunque sé que me falta mucho por cambiar.  Por esto te pido que sigas trabajando en mí para ser transformado de gloria en gloria a tu preciosa imagen.
Gracias, por todo lo que me has cambiado, y porque sé que seguirás trabajando en mí para transformarme en una persona espiritualmente plena, madura, firme y estable, AMÉN.

Andando en una vida nueva como hijos de Dios

Hoy, somos nuevas criaturas en Cristo Jesús.  El Señor nos reconcilió con él, pero su misericordia es mayor que eso, él nos ha hecho parte de su familia.

Sabemos bien que Dios tiene el poder sobre todas las cosas y todas por él fueron creadas: "Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho" (Juan 1:3).  Dios es soberano, Él hace lo que quiere, cuando él quiera y dónde él quiera "Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos" (Salmo 135:6).

Entonces, Dios podría vernos a nosotros simplemente como criaturas o bien como esclavos, pero Él ha escogido que nuestra relación con Él, sea de hijos, Él nos ha adoptado como sus hijos por medio de Jesucristo: "Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo" (Gálatas 4:4-7).

¿Qué efecto tiene esta adopción en nosotros?

La adopción nos da una posición en la familia de Dios y nos confiere, por lo tanto, derechos familiares y nos hace partícipes de su herencia, pero no solamente esto, sino que también, como con todo lo que nos da Dios, tendremos beneficios adicionales.

1. La hermandad con Cristo.

Según nos dice la Biblia, Jesús es nuestro hermano mayor e intercede por nosotros, ya que él vive con nuestro Padre.  Él no se avergüenza de llamarnos hermanos. Hebreos 2:11b "…por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos".

2. La cobertura de la familia.

Esta cobertura nos ayuda a entender que no estamos luchando solos, que nosotros enfrentamos realidades que otros también están experimentando, o han experimentado y vencido.  De esta forma podemos entonces comprendernos mejor, y estimularnos, entre nosotros, al amor y a hacer buenas obras (Hebreos 10:24).

3. El acceso confiado y seguro al Padre.

Como hijo, ya no tenemos temor de acercarnos y entrar a la presencia de Dios, de pedirle lo que necesitamos, sabiendo que Él tiene cuidado de nosotros.  Ahora podemos hablar con Él por medio de la oración, le podemos expresar nuestra gratitud por medio de las alabanzas y conocer mejor su voluntad, y el Señor se complacerá en darnos todas las cosas que necesitemos.

Este acceso es una relación íntima y constante con Dios que crece día con día, por medio de su amor, Él se encargará de que nada, ni nadie nos separe de su amor.  Romanos 8:32,37-39 dice: "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?".  "...Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro".

¿Cuáles son nuestras obligaciones en esta nueva vida?

Nosotros entregamos nuestra vida a Jesucristo y ahora vivimos una vida totalmente distinta. Sabemos que lo vivido anteriormente quedó atrás y que el presente y el futuro lo podemos enfrentar con certeza y confianza.  "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17).

Recordemos sí, que como hijos de Dios disfrutamos de estos y otros beneficios, pero que también debemos cumplir con ciertas obligaciones. Pero Él ha prometido ayudarnos para cumplir con estas obligaciones.

1. Debemos mantenernos alejados de todo aquello que no nos conduzca a los ideales de una vida de consagración o santidad. Romanos 6:22 "Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna".

2. Debemos diariamente tener espacios de tiempo valioso, destinados a la oración y la lectura de la Biblia, para que podamos crecer en fe, conocimiento y gracia.  1 Tesalonicenses 5:17 "Orad sin cesar".

3. Debemos asistir y participar de manera activa en la vida de nuestra congregación, ya que es dentro del cuerpo de Cristo donde somos edificados. Hebreos 10:25a "no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre".

4. Debemos compartir con nuestros familiares, amigos, compañeros y con todas las personas que interactuamos, la maravillosa noticia de salvación, contando nuestra propia experiencia como referencia.  El Señor nos guiará y nos ayudará para hacerlo adecuada y oportunamente.  2 Corintios 5:20 "Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios".

ORACIÓN
Señor Jesús alabo tu nombre y me regocijo en tu amor.  Te doy gracias por tu fidelidad y tu misericordia, gracias Señor porque por tu amor me has adoptado como tu hijo y por esto gozo de tu cobertura especial, gracias porque sé que puedo venir a ti confiadamente y exponerte mis necesidades y mi gratitud. Danos fuerzas Señor para mantenernos alejados de todo aquello que nos separe de ti, danos deseos de escudriñar tu palabra, deseos de congregarnos para nuestro crecimiento espiritual y la sabiduría para compartir la maravillosa noticia de salvación, AMÉN.

lunes, 9 de noviembre de 2009

El nuevo nacimiento y la justificación

Hemos tomado la decisión más importante de nuestra vida, aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador.  Para tomar esta decisión nos arrepentimos sin excusas de todos nuestros pecados y rebeliones contra Dios, confiamos en Dios, porque entendemos que solamente Él puede limpiarnos, purificarnos y renovarnos de nuestra situación de pecado, y por último hemos dispuesto y anhelado en nuestro corazón agradarle a Dios.

¿Qué ha sucedido ahora en nuestras vidas?

Por el amor de nuestro Señor Jesús, por su gracia y favor hemos nacido de nuevo, obteniendo el perdón de nuestros pecados.  Hemos sido declarados justos delante de Dios y hemos recibido de nuestro Padre una nueva vida espiritual, tal y como lo dice Juan 3:3 "Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios".

Esta nueva vida espiritual nos capacita para amar y obedecer a Dios, nos permite enfrentar, avanzar y superar los desafíos, tentaciones y obstáculos que anteriormente no podíamos vencer.  Filipenses 4:13 dice: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".

Ahora, somos una nueva criatura "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17) y debemos crecer, desarrollarnos y madurar espiritualmente.

¿Qué beneficios trae este nuevo nacimiento para nuestras vidas?

Dios nos confiere cuatro asombrosos beneficios que nos capacitan y fortalecen en este andar de nuestra nueva vida cristiana.

1. Disfrutar de una relación de paz con Dios.

Ahora somos libres de la culpa del pecado. Somos justificados por Cristo Jesús.

Romanos 4:24b-25: "…esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación".

2. Disfrutar del amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones.

Este amor nos permite expresar este amor en la vida diaria, en nuestra relación con los demás y con nosotros mismos "porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado" (Romanos 5:5b).

3. Disfrutar permanentemente de la guía y ayuda de Cristo Jesús.

Así nuestra vida como creyentes será victoriosa.  1 Corintios 15:57 es claro en este aspecto: "Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo".

4. Disfrutar permanentemente de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas.

El Espíritu Santo nos vivificará: "Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros" (Romanos 8:11).

¿Qué es la justificación por Cristo Jesús?

La justificación es una acción de Dios en nuestras vidas que implica al menos tres (3) realidades con las cuales nosotros como creyentes actuamos.

LA REALIDAD DEL PERDÓN

Dios en su misericordia ha perdonado todos nuestros pecados pasados y jamás los volverá a tomar en cuenta contra nosotros.  Leamos Colosenses 2:13-14: "Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz".

Jesús, nuestro sumo sacerdote, que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos ha decidido hacer un nuevo pacto con nosotros, un pacto de misericordia, un pacto de amor.  En este pacto Él será benevolente con nosotros y no se acordará más de nuestros pecados… "Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades" (Hebreos 8:12).

LA REALIDAD DE LA PAZ

Al ser justificados somos declarados justos por medio de la fe, produciendo en nosotros libertad de culpa. Ya no hay temor por el castigo, ahora tenemos una buena relación con Dios por medio de nuestro Señor Jesús. Leamos Romanos 5:1, "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo".

LA REALIDAD DEL CAMBIO RADICAL EN NUESTRO ESTILO DE VIDA

Por la justificación de Jesucristo dejamos de ser esclavos del pecado y entonces podemos entregarnos plenamente al servicio de una vida de rectitud "y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia" (Romanos 6:18).

ORACIÓN
Te alabo Señor Jesús, porque tu sangre me limpia de todo pecado, y por tu amor me has dado tu perdón.  Ahora sé Señor, que soy una nueva criatura en tu nombre, y que tú te has olvidado de todas mis iniquidades, maldades, faltas y errores; sé que tú me has libertado y esto trae paz a mi corazón, ya no temo Señor, si no me gozo en ti, porque tu Espíritu estará conmigo todos los días de mi vida.  Permíteme Señor ser siervo de tu amor y tu justicia, entregándome al servicio de una vida de rectitud en amor a ti, AMÉN.

El poder de la oración – Parte 3

Bien sabemos que la oración es un arma poderosa que mueve al cielo, que es respondida y que tiene poder (Santiago 5:15, 16b).  Sin embargo, ser exitosos y perseverantes en la oración es una de las cosas más difíciles de alcanzar para nosotros los cristianos.  Una y otra vez empezamos a intentar ser regulares y fervientes en la oración, pero poco a poco el ímpetu y la perseverancia se esfuman.

No obstante, sí podemos tener éxito en la oración, reconociendo que estamos mal en esta área.  Cuando nos humillemos ante el Señor y reconozcamos nuestra necesidad de Su ayuda para orar sin cesar, su poderosa presencia se derramará sobre nosotros y seremos transformados en poderosos guerreros de oración.

Los discípulos le pedían a Jesús que les enseñara a orar: "Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar y, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: --Señor, enséñanos a orar" (Lucas 11:1a), y esto porque Jesús entendía el poder de la oración, manifiesto en sus milagros y prodigios; él vivía una vida de oración. Marcos 1:35 nos dice: "Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba".

Si aprendemos a orar nos llenaremos de gozo en la oración.  En la presencia de Dios, en su santo monte, no hay aburrimiento, si no recreación.  Isaías 56:7a dice: "yo los llevaré a mi santo monte y los recrearé en mi casa de oración".  Dios quiere que nos divirtamos y nos recreemos en nuestro tiempo de oración.

Ahora podemos ver la oración aún más allá de lo que la conocemos.  Vemos la oración como el actuar de Dios en nuestras vidas.

¿Cuál debe ser nuestra actitud y qué debemos entender en la oración?

1. Cuando nos acercamos a Dios en oración debemos creer que Él nos escucha.

"Esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye".
1 Juan 5:14

No debe haber duda en el Señor.  La Biblia nos dice qué el cumple sus promesas: "porque todas las promesas de Dios son en él 'sí', y en él 'Amén'" (2 Corintios 1:20).

2. Que oremos no garantiza la respuesta inmediata de Dios.

Dios siempre responderá la oración de aquellos que tienen una relación con Él, de quienes han recibido perdón de Dios por sus pecados, de aquellos que permanecen en él.

"Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho".
Juan 15:7

Claro está, que el Señor nos responde en el momento en que lo considere oportuno.  Es posible que su respuesta no sea inmediata; es posible que esté preparando algo grande para nuestras vidas.

3. Debemos creer y aceptar como cierta la palabra de Dios.

La Biblia nos enseña que la oración activa el Reino de los Cielos en nuestras vidas, por lo que cosas grandes y únicas vendrán por medio de la oración, es por esto que el apóstol Pablo nos insta a que oremos sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17).

Si así lo dice la palabra de Dios debemos creerlo.  Jesús dijo que "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mateo 24:35).

También nos dice la Biblia en Números 23:19a: "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta".

4. Cuando oramos y permitimos a Dios que actúe, nosotros debemos cambiar.

Si nos entregamos en oración, nuestra vida no puede seguir siendo la misma, Dios nos responderá y cambiará nuestra vida: "cambiaré su llanto en gozo, los consolaré y los alegraré de su dolor" (Jeremías 31:13b).

Dios nos cambia, pero nosotros debemos cambiar también, y ese cambio debe verse reflejado en nuestra forma de sentir, hablar, pensar y actuar.

5. Orar hace que Dios actúe.

La oración es peligrosa porque Dios actuará en nuestras vidas y al actuar hará lo que Él quiera (Salmo 135:6).  Debemos estar preparados y recibir las cosas que Dios tiene en su accionar en nuestras vidas.

En Hebreos 1:14 la Biblia dice que los ángeles de Dios están al servicio de los herederos de la salvación: "¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?".

Para entender más sobre el accionar de Dios en nuestras vidas, leamos Hechos 12:4-16.

"Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua.
Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.
Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel.
Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.
Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias.  Y lo hizo así.  Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme.
Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión.
Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él.
Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba.
Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.
Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rode, la cual, cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta.
Y ellos le dijeron: Estás loca.  Pero ella aseguraba que así era. Entonces ellos decían: ¡Es su ángel!
Mas Pedro persistía en llamar; y cuando abrieron y le vieron, se quedaron atónitos".

Hoy, es posible que nosotros estemos durmiendo, pero otros están orando por nosotros.  Hoy, es posible que nuestro matrimonio duerma en el dolor, la amargura, el rencor y la falta de comunicación, pero nosotros estamos orando.

Hoy es posible que nuestras finanzas estén durmiendo, que nuestros hijos estén durmiendo en las drogas, los vicios y la pereza; que nuestros pensamientos estén durmiendo en la pornografía, el adulterio, la fornicación y el pecado en general, es posible que todo en nosotros esté durmiendo, pero estaremos orando, y el Señor enviará ángeles que nos liberten, no importa cuántas trabas, cuántos escollos, cuántos temores, cuántos guardianes y cuántas cadenas estén sujetando nuestra vidas, Dios nos dará la libertad.

ORACION:
Señor Dios, hoy sé que la oración es una cita divina, que al orar tú actuarás en nuestras vidas. Sé Señor que cuando busco tu presencia tú escuchas mi oración y mi clamor y sé también que tú me respondes.
Enséñame Señor a orar, a buscar tu santo monte, a gozarme en la oración, a sentir tu presencia, a tocar tu mano, a llenarme de tu Santo Espíritu, a permitir que tú actúes en mi vida y recibir los ángeles que tú envías a mi favor, para darme la libertad en todas aquellas áreas en que estoy fallando. En el nombre de Cristo Jesús, AMÉN.

domingo, 8 de noviembre de 2009

El poder de la oración – Parte 2

La oración es la fuerza, el poder y el secreto que mueve al cielo.  Por medio de la oración se nos ha dado el privilegio de cambiar vidas y naciones.

La oración es un acto de máxima prioridad y la disciplina más importante en la vida del cristiano.

Como cristianos estamos seguros que Dios escucha nuestras oraciones. Leamos I Reyes 8:38 "toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa, tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres)".

También sabemos que si estamos en el camino del Señor nuestra oración es gozo para él: "Mas la oración de los rectos es su gozo". (Proverbios 15:8b).

Por último, si estamos en el camino de Dios, nuestra oración es respondida y tiene poder: "Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados" (Santiago 5:15), "…La oración eficaz del justo puede mucho". (Santiago 5:16b)

Sabiendo lo anterior, ¿Cómo debemos usar la oración?

Para responder a esta pregunta analizaremos cómo utilizó Nehemías la oración. Nehemías se enfrentó a siete (7) situaciones muy difíciles, sin embargo él no se dejó atribular ni vencer; al utilizar la oración convirtió las situaciones adversas en poderosos triunfos.

1. Nehemías 1:4-11 - Ante una mala noticia.

Nehemías recibe malas noticias acerca del estado de los muros de Jerusalén y se aflige grandemente, pero no se queda con su aflicción solamente, sino que después de su pena inicial, él vuelca su corazón a Dios y en su oración reconoce su santidad, confiesa su pecado y pide ayuda para cuando se acerque al rey.

Es importante ver cómo Nehemías incluye a Dios en sus planes y preocupaciones, él no actúa por cuenta propia, por el contrario prepara su corazón y le da espacio a Dios para obrar.

La oración sincera como la de Nehemías nos permite:

a. Ver mejor cualquier problema que estemos enfrentando.
b. Ver el gran poder de Dios para ayudarnos.
c. Ver el trabajo que nos corresponde hacer.

Así en nuestras oraciones nosotros debemos:

a. Volcar nuestro corazón a Dios.
      En alabanza.
      En acción de gracias.
      En arrepentimiento.
      En petición.
      En compromiso.

b. Hacer una petición específica a Dios para que él la conteste.

2. Nehemías 2:4 – En un momento de temor

Al estar hablando ante el rey Atajerjes, Nehemías ora y le dice al Señor que ese es el momento en que le puede ayudar. El no tiene vergüenza de confesar su temor y no permite que este temor le impida realizar las cosas que Dios tiene para él. Este hombre coloca los resultados que espera en las manos de Dios.

En nuestras oraciones debemos:

  1. Reconocer la razón de nuestros temores.
  2. Entregar nuestros temores a Dios para que no gobiernen nuestras vidas. Dios es mayor que todos nuestros temores.
  3. Dar crédito a Dios por lo que sucederá, antes de que suceda, estando seguros que él actuará según las peticiones de nuestro corazón.
3. Nehemías 4:4-5 – Después de ser humillado, ofendido o burlado.

El ridículo puede herir profundamente y causar desaliento y desesperación. En vez de intercambiar insultos, Nehemías ora y continúa con su obra; no clama por venganza, sino que le pide a Dios que su justicia se imponga. Nehemías le dice al Señor: “se están burlando de ti, tú decides qué hacemos con ellos.” La oración de Nehemías en este momento de burla expresa su ira a Dios, en vez de tomar el asunto en sus propias manos.

Nuestra oración debe ser dirigida a Dios, para que el tome control de la situación y para que nos aleje de la tentación de tomar el asunto en nuestras manos. Debemos decirle a Dios como nos sentimos, él es un Padre amoroso que nos entenderá y nos reconfortará. Él prometió estar con nosotros para animarnos y darnos las fuerzas necesarias para continuar

4. Nehemías 4:9 – Después de amenazas por parte de nuestros enemigos.

Nehemías se pone en las manos del Señor y se prepara para enfrentar al enemigo en caso de que esta sea la decisión de Dios, es decir Nehemías confía en Dios y a su vez toma las precauciones necesarias.

En nuestras oraciones, debemos poner en las manos de Dios nuestras “tormentas” y a su vez debemos actuar para eliminar estas tormentas de nuestras vidas. Si estamos pecando, debemos entregar nuestros pecados a Dios, pero también debemos proponernos firmemente y hacer todo lo que está a nuestro alcance, para no pecar más. Nuestra oración debe ser una combinación con preparación y planeamiento. Confiar en Dios no significa que no hagamos nada. Actuar, no significa que no confiamos.

5. Nehemías 6:9 – Bajo presión.

Ante las amenazas que recibe, Nehemías le pide a Dios que le fortalezca. Él acepta que depende de Dios totalmente, no solo de forma física, sino también en su estabilidad emocional y mental. Cuando la oposición se levanta en contra nuestra o en contra de la obra de Dios, es tentador orar: “Señor, líbrame de esta situación”. Pero Nehemías oró: “Oh Dios, fortalece tú mis manos”. De esta forma Nehemías mostró gran determinación y carácter al permanecer firme en su responsabilidad.

Cuando nos encontremos bajo presión, debemos orar pidiendo la fortaleza de Dios. Cuando nosotros oramos por fortaleza, Dios siempre responde.

6. Nehemías 13:29 – Para eliminar todo deseo de venganza.

Nehemías reflexiona acerca de la acciones de sus enemigos y le pide a Dios que se haga cargo de ellos y de sus malvados planes. De esta forma Nehemías logra quitar la compulsión de venganza y confía plenamente en la justicia de Dios.

Debemos recordar que nosotros no somos llamados a juzgar. Posiblemente hayamos pasado muchas situaciones en que nos han herido, pero debemos reflexionar sobre las acciones de estas personas y pedir en oración a Dios que se haga cargo de ellos y que elimine de nosotros toda falta de perdón y toda raíz de amargura.

7. Nehemías 5:19, 13:14, 22, 31 – En reflexión sobre nuestros esfuerzos para servir a Dios.

Nehemías le pide a Dios en oración que se acuerde de él, esto le permite mantener la claridad en su mente respecto a sus propios motivos para actuar.

Nuestra oración debe enfocarse en pedir a Dios que nuestras acciones se hagan con el propósito de agradarle a él. Todo lo que hagamos debemos de hacerlo para él.

La historia de Nehemías proporciona grandes principios para un liderazgo eficaz, que debemos utilizar en nuestras vidas:

1. Tener un propósito claro y evaluarlo continuamente a la luz de la voluntad de Dios.
Nada evitó que Nehemías se mantuviera en el camino.

2. Ser directo y sincero.
Todos sabían exactamente lo que Nehemías necesitaba y hablaba la verdad aun cuando esto hiciera más difícil alcanzar la meta.

3. Vivir por encima del reproche.
Las acusaciones en contra de Nehemías eran vacías y falsas.

4. Ser una persona de oración constante.
El poder y la sabiduría los obtuvo del contacto con Dios. Todo lo que Nehemías hizo glorificó a Dios.

ORACION:
Señor, vengo delante de ti con un corazón agradecido, para alabarte y glorificarte. Reconozco Señor que he pecado contra ti, reconozco que hay temores en vida que no permiten que cumplas tu propósito en mí. Yo entrego esos temores en tus manos y desde ya te gradezco Señor, porque sé que tú actuarás para eliminar esos temores de mi vida y que tú me darás las fuerzas para luchar y seguir adelante en mi propósito. Yo entrego a ti hoy, toda falta de perdón y toda raíz de amargura, que esté afectando mi vida y te pido Señor que sanes mi corazón, que sanes mis pensamientos y que sanes mi alma, para que así todo lo que haga, lo haga para agradarte a ti, AMÉN.

sábado, 7 de noviembre de 2009

El poder de la oración – Parte 1

Como bien sabemos, la decisión es uno de los más grandes dones que Dios nos ha dado y el Señor espera que tomemos decisiones eternas.  Es por esta razón que hemos decidido tomar el camino de salvación, por lo que reconocimos que hemos andado por camino de maldad y nos hemos arrepentido de nuestras faltas y pecados; además hemos anhelado en nuestro corazón agradarle a Dios, por lo que deseamos apartarnos de la maldad y renovarnos de nuestra situación de pecado.

Al tomar esta decisión que cambiará nuestra forma de ser para siempre, lo hemos hecho por medio de una oración de fe, pero ¿es esta oración efectiva?

Para responder a esta pregunta, debemos entender en primera instancia...

¿Qué es la oración y cuál es su poder?

La oración es la fuerza, el poder y el secreto que mueve al cielo y hace que el mundo se mueva a su compás.  Ni el dinero, ni el genio, ni la cultura pueden hacer algo para mover a Dios.  Ni la posición, ni la dignidad, ni las grandes obras, moverán el carro de Dios.  Es una apasionada fuerza la única que puede moverlo, la oración de fe que es la fuerza creadora.

Todo el secreto del poder reside en la santidad que da energía al alma, y a todo el ser lleno de amor ardiente que se derrama en oración a Dios.

¿Alguna vez hemos pensado, que por medio de la oración se nos ha dado el privilegio de cambiar vidas, naciones y aun el curso de la Historia, tan solo por estar dispuesto a confiar en Dios?  El dijo a Jeremías: "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces". (Jeremías 33:3)

La oración es un acto de máxima prioridad.  Sin duda alguna, es la disciplina más importante en la vida del cristiano, Jesús nos muestra como la oración era su máxima prioridad, entonces cuanto más debe ser prioritaria en nuestras propias vidas…

¿Responde Dios nuestras oraciones?

Dios sabe de nuestras necesidades y escucha nuestras oraciones, pero Él no a todos responde, ¿por qué?

Quizás es porque algunos no tienen una relación verdadera con Dios.  Pueden saber que Dios existe, e incluso pueden adorarlo de vez en cuando.  Pero aquellos que no parecen recibir respuesta a sus oraciones probablemente no tienen una relación con Él, porque ellos nunca han recibido el perdón de Dios por sus pecados. En Isaías 59:1-2 hay una explicación: "He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír".

Pero, ¿qué hay con aquellos que tenemos una verdadera relación con nuestro Señor?  El Señor nos ha dicho y prometido, que si pedimos algo conforme a su voluntad Él nos oirá, y si nos oye, Él contestará. 1 de Juan 5:14-15 nos dice claramente: "Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.  Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho".

Leamos Juan 15:7 "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho".

El "permanecer" en él y tener sus palabras permaneciendo en nosotros significa que conducimos nuestras vidas estando conscientes de él, confiando en él, escuchando lo que él dice.  Entonces podremos pedirle a Dios lo que queramos y Él nos responderá. En Juan 14:14 el Señor Jesús nos dice: "Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré".

Dios contesta nuestras oraciones de acuerdo a su voluntad, y de acuerdo a su sabiduría, a su amor por nosotros, a su santidad, y mucho más que nosotros no logramos entender.  Como seres humanos que somos vivimos dentro de los límites del tiempo y los límites del conocimiento.  La información que tenemos acerca de una situación es limitada, como también lo son las implicaciones de cualquier acción que tomemos con respecto a esa situación.  El entendimiento de Dios, por el contrario, es ilimitado.  El papel que juega un evento en nuestra vida o historia es algo que sólo él conoce.  El puede tener propósitos que van más allá de lo que nosotros podemos imaginar.  Por lo tanto, Dios no va a hacer algo simplemente porque nosotros decidimos que esa es su voluntad.

Dios ha ofrecido contestar las oraciones de sus hijos (aquellos que lo hemos recibido en nuestras vidas y quienes lo buscamos y lo seguimos).  Él nos pide que llevemos nuestras preocupaciones a Él en oración y Él actuará en ellas de acuerdo a su voluntad.  Al enfrentarnos con dificultades debemos entregar todas nuestras preocupaciones a Él y recibir su paz que sobrepasa a todas las circunstancias.  La base de nuestra esperanza y de nuestra fe es el carácter mismo de Dios; mientras más lo conocemos, más aptos somos para confiar en Él.

¿Cómo y cuándo debemos usar la oración?

Nosotros debemos utilizar la oración en todo momento, tal y como lo hizo Nehemías quien desde el principio y hasta el final, oró a Dios pidiendo ayuda. Nunca dudó en pedir que Dios lo recordara, y cerró su autobiografía con estas palabras: "Acuérdate de mí, Dios mío, para bien". (Nehemías 13:31b).  A lo largo de la tarea “imposible”, Nehemías mostró una capacidad de liderazgo poco común.  El muro alrededor de Jerusalén fue reconstruido en un tiempo récord, a pesar de la oposición. Incluso los enemigos de Israel tuvieron que reconocer de mala gana y con temor, que Dios estaba con aquellos constructores y no sólo eso, sino que Dios obró por medio de Nehemías para llevar un despertar espiritual al pueblo de Judá.

ORACION:
Señor Dios, guíame en este camino para que yo, tomado de tu mano, pueda aprender a tener una relación íntima contigo.  Enséñame a tocar tu corazón y con tu amor y misericordia toca el mío, para que cada día se estreche más mi relación contigo.  Gracias Señor, porque tú escuchas mi oración y porque en mi relación contigo respondes a mis necesidades, de acuerdo a tu voluntad para con nosotros tus hijos, AMÉN.

Lecciones Infantiles PDF - Nuevo Testamento

Música Infantil

Biblia Cantada para niños vol.1

Biblia Cantada para niños vol.2


Alabanza

Lilly Goodman

Adoración

Lilly Goodman

viernes, 6 de noviembre de 2009

Lecciones Infantiles PDF - Antiguo Testamento

La Creación
Dios hace a Adán y Eva
El Huerto del Edén
Adán y Eva son Tentados
Caín y Abel
Enoc
Noé construye el Arca
Dios envía el gran Diluvio
El pacto de Dios
La torre de Babel
Dios llama a Abram

Abram y Sarai visitan Egipto
Lot deja a Abram
El rescate de Lot
Dios le hace una promesa a Abram
Abraham hace un pacto con Dios
Sodoma y Gomorra
El nacimiento de Isaac
Abraham ofrece a Isaac
Una esposa para Isaac
Jacob y Esaú
Isaac bendice a Jacob
El sueño de Jacob
Lea y Raquel
Los hijos de Jacob
Tu nombre será Israel
José es vendido por sus hermanos
José y Potifar
José en Prisión
José prueba a sus hermanos
José se da a conocer a sus hermanos
Jacob se traslada a Egipto
El cautiverio de los israelitas
El nacimiento de Moisés
La zarza ardiente
Las diez plagas
La primera Pascua
El Éxodo
Cruzando el Mar Rojo
Pan del cielo
Agua de la roca
Los Diez Mandamientos
El becerro de oro
Moisés habla con Dios
El Tabernáculo
La nube y el fuego
El Señor envía codornices
Los doce espías
Ambulando en el desierto
Moisés desobedece a Dios
La serpiente de bronce
Balaam
La muerte de Moisés
Josué se convierte en el nuevo líder de Israel
Cruzando el Río Jordán
La Batalla de Jericó
Los gabaonitas engañan a Josué
La muerte de Josué
Débora
El llamamiento de Gedeón
Gedeón y su ejército de 300
El nacimiento de Sansón
Sansón y Dalila
Sansón destruye el templo
Rut selecciona permanecer con Noemí
Rut recoge espigas en el campo
Booz se casa con Rut
Ana
El nacimiento de Samuel
Elí y sus malvados hijos
El llamamiento de Samuel
La captura y regreso del Arca
Saúl hecho rey de Israel
La pelea de Jonatán y el juramento de Saúl
Saúl es rechazado por Dios
Samuel unge a David
David y Goliat
La amistad de David y Jonatán
David salva la vida de Saúl
Saúl y sus hijos mueren en la batalla
David rey de Israel
El Arca es llevada a Jerusalén
El pacto de Dios con David
David es bondadoso con Mefi-Baset
David censa el pueblo y compra la era
Salomón hecho rey
Salomón pide sabiduría a Dios
La sabiduría de Salomón
Salomón edifica el templo
La dedicación del templo
La reina de Saba
Salomón desobedece a Dios
El reino se divide
Jeroboam hace dos becerros de oro
Los cuervos le llevan alimento a Elías
Elías ayuda a una viuda
Elías desafía a los profetas de Baal
Una voz apacible
Elías escoge a Eliseo
Elías es llevado al cielo
Eliseo cruza el río
Eliseo ayuda a una viuda
Eliseo y la sunamita
Eliseo levanta al hijo de la sunamita
La lepra de Naamán es sanada
Eliseo y su sirviente codicioso
Eliseo hace flotar el hacha
Un sirviente ve un gran ejército
La tierra de la sunamita es devuelta
Joás repara el templo
Ezequías limpia el templo
Ezequías restablece el culto en el templo
Israel es llevado a Asiria
Josías
Hallazgos del libro de La Ley
Judá es llevado al cautiverio
Ciro ayuda a los exiliados
Restauración del altar y del templo
La oposición para la reconstrucción
Terminación y dedicación del templo
El pueblo confiesa su pecado
La oración de Nehemías
Reconstrucción y culminación de los muros
Esdras lee La Ley
Ester se convierte en reina
Mardoqueo y Amán
Ester intercede por su pueblo
La ira de Amán hacia Mardoqueo
Mardoqueo es honrado
Amán es ahorcado
Ester salva a su pueblo
Los judíos se regocijan y declaran una fiesta
El justo Job teme a Dios
La primera prueba de Job
La segunda prueba de Job
Job y sus tres amigos
Eliú contradice a los amigos de Job
El Señor habla
Job es Bendecido
El llamamiento de Isaías
Un niño nos ha nacido
Paz sobre la tierra
Una profecía sobre el sacrificio de Cristo
Cielos nuevos y tierra nueva
El llamamiento de Jeremías
El Dios vivo y verdadero
Barro en manos del alfarero
Jeremías y el rollo
El llamamiento de Ezequiel
Dios, el verdadero pastor
Un corazón renovado
La gloria regresa al templo
Daniel y sus amigos obedecen a Dios
El sueño de Nabucodonosor
El horno de fuego
Nabucodonosor es humillado
La escritura sobre la pared
Daniel en el foso de los leones
Jonás y el gran pez
Nínive se arrepiente
Jonás es humillado por Dios