- Génesis 1:1-2:25
- Mateo 1:1-2:12
- Salmos 1:1-6
- Proverbios 1:1-6
Génesis 1:1-2:25
Capítulo 1
La creación
1En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
3Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. 4Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. 5Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.
6Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. 7E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. 8Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.
9Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. 10Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. 11Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 12Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. 13Y fue la tarde y la mañana el día tercero.
14Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, 15y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. 16E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. 17Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, 18y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. 19Y fue la tarde y la mañana el día cuarto. 20Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. 21Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. 22Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. 23Y fue la tarde y la mañana el día quinto.
24Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. 25E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.
26Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
29Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. 30Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. 31Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.
Capítulo 2
1Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. 2Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. 3Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
El hombre en el huerto del Edén
4Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, 5y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, 6sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra. 7Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
8Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. 9Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. 10Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. 11El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; 12y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. 13El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. 14Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.
15Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. 16Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
18Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. 19Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. 20Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. 21Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. 22Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. 24Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 25Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
Mateo 1:1-2:12
Capítulo 1
Genealogía de Jesucristo
(Lc. 3.23-38)
1Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
2Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos. 3Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram. 4Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón. 5Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí. 6Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías. 7Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa. 8Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías. 9Uzías engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías. 10Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías. 11Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia.
12Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. 13Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor. 14Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud. 15Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; 16y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.
17De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce.
Nacimiento de Jesucristo
(Lc. 2.1-7)
18El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. 19José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. 20Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. 21Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. 22Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:
23He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarás su nombre Emanuel,
que traducido es: Dios con nosotros. 24Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. 25Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.
Capítulo 2
La visita de los magos
1Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, 2diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. 3Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. 4Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. 5Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
6Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará a mi pueblo Israel.
7Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; 8y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore. 9Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. 10Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. 11Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. 12Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Salmos 1:1-6
LIBRO I
El justo y los pecadores
1Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
3Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
4No así los malos,
4No así los malos,
Que son como el tamo que arrebata el viento.
5Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos.
6Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá.
Proverbios 1:1-6
Motivo de los proverbios
1Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel.
2Para entender sabiduría y doctrina,
Para conocer razones prudentes,3Para recibir el consejo de prudencia,
Justicia, juicio y equidad;
4Para dar sagacidad a los simples,
Y a los jóvenes inteligencia y cordura.
5Oirá el sabio, y aumentará el saber,
Y el entendido adquirirá consejo,
6Para entender proverbio y declaración,
Palabras de sabios, y sus dichos profundos.
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