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jueves, 27 de septiembre de 2012

La guerra espiritual por nuestra propia alma - Parte 2

Estoy convencido de que nuestra guerra espiritual, comienza dentro de nuestra propia alma.  Por esto he traído este tema a desarrollo. 

En nuestra primera parte hemos visto los 10 primeros puntos que debemos considerar para tener una vida espiritual de victoria.  Hoy veremos los últimos 10 puntos que reorientarán nuestro andar, haciéndonos avanzar en la dirección apropiada.

11.   Decidimos ser Santos, Guerreros, Conquistadores, Valientes, Victoriosos, Más que Vencedores.
"Pero ustedes son una familia escogida, un sacerdocio al servicio del rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios.  Y esto es así para que anuncien las obras maravillosas de Dios, el cual los llamó a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa."
1 Pedro 2:9 - DHH

"Pero en todo esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó."
Romanos 8:37 - RVA

12.   Renunciamos a todo aquello que nos desvía de los mandamientos bíblicos.
"Y Noé hizo todo tal como el Señor se lo había ordenado."
Génesis 7:5 - DHH

"Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová."
Génesis 6:8 - RVA
Debemos renunciar a todo aquello que nos agrada pero que no agrada a Dios; renunciemos a agradar a los hombres antes que a Dios.  Debemos agradar a Dios siendo obedientes a Su palabra, solamente así hallaremos gracia delante de Él.

13.   No expongamos nuestros problemas a quienes estén a la misma altura o problema que nosotros, porque ellos pueden equivocarse y aconsejarnos mal.
Cuando compartamos nuestras cargas, debemos compartirlas con aquellos que tienen una posición de madurez y responsabilidad espiritual mayor que la nuestra, para que oren juntos. Busquemos siempre la consejería de nuestros líderes y pastores.

14.   Las falsas doctrinas surgen de los falsos maestros.
"Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error."
Efesios 4:14 - RVA

Los falsos maestros y las personas inexpertas en el evangelio que sacan sus propias conclusiones, tienen poca experiencia, no conocen toda la Biblia, o tienen su "Dios a su manera", pueden confundirnos y engañarnos.  

Cuando queramos preguntar algo sobre la Biblia, debemos buscar maestros de la iglesia, líderes y pastores; ellos nos responderán correctamente, nos dirán la verdad y nos ayudarán en nuestro crecimiento espiritual.

La palabra de verdad es el agua de vida que refresca las almas que la reciben, 
pero los engañadores diseminan y promueven el error, y quedan vacíos porque no hay verdad en ellos.  Como las nubes impiden el paso de la luz del sol, así los engañadores oscurecen el consejo con palabras en que no hay verdad.  En medio de su hablar de libertad, estos hombres son los esclavos más viles; sus propias lujurias ganan la victoria absoluta sobre ellos, y en realidad están esclavizados. Cuando los hombres están enredados, los vencen con facilidad; por tanto, los cristianos deben mantenerse cerca de la palabra de Dios y velar contra todos los que procuren confundirlos.

15.   No descarriarnos. 
"No te creas demasiado sabio; honra al Señor y apártate del mal."
Proverbios 3:7 - DHH

No hay mayor enemigo del temor del Señor en el corazón que la soberbia propia de nuestra sabiduría.  Por nuestra soberbia es muy fácil volverse perezoso, glotón, chismoso, agresivo, sensual, dudoso; en fin, darle gustos a la carne.  Cuidémonos de no volver a practicar aquellas cosas de las cuales Cristo ya nos ha limpiado y nos hizo libre.  

Si tenemos tentaciones y vemos que la lucha está muy fuerte, busquemos apoyo de oración y consejería URGENTE!

16.   Comprometernos a orar diariamente.
"Y para asistir cada mañana todos los días a dar gracias y tributar alabanzas a Jehová, y asimismo por la tarde."
1 Crónicas 23:30 - RVA

Una vida verdaderamente religiosa es una vida de gozo constante.  Podemos regocijarnos más si oramos más.  La oración ayudará a llevar adelante todo asunto lícito y toda buena obra.  Si oramos sin cesar no nos faltará tema para dar gracias en todo.  Veremos razones para dar gracias por perdonar y prevenir, por las misericordias comunes y las excepcionales, las pasadas y las presentes, las espirituales y las temporales.  No sólo por las cosas prósperas y agradables, sino también por las providencias aflictivas y las correcciones, porque Dios designa todo para nuestro bien, aunque en la actualidad no veamos de qué forma nos ayuda.

Debemos imponernos un horario y un tiempo de oración para mantener la llama del Espíritu.

17.   Una pasamos por la puerta de la Salvación, debemos cuidar de ella con esmero. 
"Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos."
Juan 10:9-10 - RVA

"Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.  Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno."
2 Pedro 2:21-22 - RVA

"Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.  Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?  La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron."
Hebreos 2:1-3 - RVA

La Salvación es algo que debemos cuidar, mantener y luchar por ella.  La mente y la memoria son como vasos quebrados que no retienen lo que en ellos se vierte, si no se pone mucho cuidado.  Esto procede de la corrupción de nuestra naturaleza, las tentaciones, los afanes y los placeres del mundo.  Pecar contra el evangelio es rechazar la salvación grandiosa que nuestro Señor nos dio; es despreciar la gracia salvadora de Dios en Cristo, tomándola con liviandad, sin interesarse por ella ni considerar el valor de la gracia del evangelio o su necesidad, ni a nuestro estado de condenación sin ella.

18.   No salgas desnudo de casa.
"Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.  Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.  Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.  Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.  Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.  Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.  Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos."
Efesios 6:10-18 - RVA

Cada mañana debemos orar y declarar puesta la Armadura de Dios en nosotros.  De hecho, la armadura debemos tenerla puesta siempre, aún para dormir.  ¡No podemos estar sin ella!

Los que de nosotros deseamos demostrar que tenemos la gracia verdadera, debemos apuntar a toda gracia; y ponernos toda la armadura de Dios, que Él prepara y da.  Esta armadura la hizo Dios para que la usáramos y no es posible dejarla a través de ningún tramo de toda nuestra carrera.  

El demonio nos asalta en las cosas que corresponden a nuestra alma y se esfuerza por borrar la imagen celestial de nuestros corazones.  Debemos resolver, por la gracia de Dios, no rendirnos a Satanás y solamente con la armadura que Dios nos da podemos resistirlo y hacerlo huir (Santiago 4:7).   Si cedemos, él se apoderará del terreno, si desconfiamos de nuestra causa o de nuestro Líder o de nuestra armadura, le damos ventaja.

La verdad o la sinceridad es el cinto. Esto rodea todas las otras partes de la armadura y se menciona en primer lugar. No puede haber religión sin sinceridad.

La justicia de Cristo, imputada a nosotros, es una coraza contra los dardos de la ira divina. La justicia de Cristo, implantada en nosotros, fortifica el corazón contra los ataques de Satanás.

La resolución debe ser como las piezas de la armadura para resguardar las partes delanteras de las piernas, y para afirmarse en el terreno o caminar por sendas escarpadas, los pies deben estar protegidos con el apresto del evangelio de la paz. Los motivos para obedecer en medio de las pruebas deben extraerse del claro conocimiento del evangelio.

La fe es todo en todo en la hora de la tentación. La fe, tener la certeza de lo que no se ve, como recibir a Cristo y los beneficios de la redención, y de ese modo, derivar gracia de Él, es como un escudo, una defensa en toda forma. El diablo es el malo. Las tentaciones violentas, por las cuales el alma se enciende con fuego del infierno, son dardos que Satanás nos arroja. Además, los malos pensamientos de Dios y de nosotros mismos. La fe que aplica la palabra de Dios y a la gracia de Cristo, es la que apaga los dardos de la tentación.

La salvación debe ser nuestro yelmo. La buena esperanza de salvación, la expectativa bíblica de la victoria, purifican el alma e impiden que sea contaminada por Satanás.

El apóstol recomienda al cristiano armado para la defensa en la batalla, una sola arma de ataque, la cual es suficiente, la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Somete y mortifica los malos deseos y los pensamientos blasfemos a medida que surgen adentro; y responde a la incredulidad y al error a medida que asaltan desde afuera.

19.   Acostúmbrate a dar gracias por todo.
"Dando siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre."
Efesios 5:20 - RVA

"Y todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él."
Colosenses 3:17 - DHH

"Diciendo: "Señor, Dios Todopoderoso, que eres y que eras, te damos gracias porque has asumido tu gran poder y has comenzado a reinar."
Apocalipsis 11:17 - RVA

Desde lo más importante hasta lo más insignificante, TODO viene de la mano de Dios.  Ser agradecidos ayuda a derribar todo mal pensamiento de la mente, y toda mala intención del corazón.  Ser agradecidos nos ayuda a meditar en cada cosa que sucede, y valorar la vida abundante que Dios nos da.

A quienes hacen todo en el nombre de Cristo, nunca les faltará tema para dar gracias a Dios, al Padre.

20.   Afirma tu identidad en Cristo.
  •      Hijo de Dios (Romanos 8:16 - RVA),
  •      Hermano de Jesucristo (Hebreros 2:11 - RVA),
  •      Escogido, Real sacerdocio, Santo, Adquirido por Dios (1 Pedro 2:9 - RVA),
  •      Justificado (Gálatas 2:16 - RVA),
  •      Santificado (Deuteronomio 14:2 - RVA),
  •      Ungido (Lucas 4:18 - RVA),
  •      Siervo de la Justicia (Romanos 6:18 - RVA),
  •      Atalaya de la Verdad (Ezequiel 3:17 - RVA),
  •      Soldado de Jesucristo (2 Timoteo 2:3 - RVA),
  •      Embajador del Reino de Dios (2 Corintios 5:20 - RVA),
  •      Instrumento del Poder de Dios (2 Timoteo 2:21 - RVA),
  •      Creación de Dios para Alabanza de su Gloria (Isaías 43:21 - RVA),
  •      Más que Vencedor...! (Romanos 8:37 - RVA)



ORACIÓN

En el nombre de Cristo Jesús, vengo delante del Dios altísimo, agradecido por el día que él ha hecho para mí; por todo lo bueno y lo que no ha sido tan bueno, te doy gracias.  Gracias por Tu palabra, verdad y libertad.

En este momento quiero renunciar a todo aquello que me desvía  de Tu Palabra y de Tus Mandamientos.  Te pido Señor, discernimiento para identificar las falsas doctrinas y fuerza para no desviarme del camino.  Entiendo que la oración diaria me acerca a Ti y permite que te conozca mejor, a acercarme más a Ti y a cuidar con esmero mi salvación.

A partir de hoy me visto todos los días con Tu armadura, confiado en que ella es mi salvación.  Hoy me declaro Hijo de Dios, Escogido, Adquirido por Dios, Santo, Ungido y Creación tuya para Alabanza de Tu Gloria, AMÉN.