Algunos se preguntarán:
¿Por qué nosotros los hijos de Dios, vemos el año
nuevo con tanta anticipación y fe?
¿Por qué es que podemos ver el futuro tan brillante
y positivo?
Mi respuesta es, porque servimos al
Dios fiel que nos ha dejado grandes y maravillosas promesas para nuestro
futuro. Podemos vivir confiando
diariamente que Él tiene cuidado de nosotros y que nunca nos dejará o abandonará
en medio de las circunstancias que nos encontremos, por el contrario, el Señor
promete estar con nosotros cada día de nuestras vidas: "Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve
con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé." (Josué 1:5 – RV60)
¡Qué bendición tan grande!
Por esto para nosotros los cristianos,
el cierre de un año en nuestras vidas y la apertura de uno nuevo, son un tiempo
especial para la reflexión, que sin duda incluye un recordatorio mental de nuestras
experiencias personales y el grado de nuestro progreso y crecimiento espiritual
que ocurrió durante el año que pasó.
Nosotros, los hijos de Dios, hemos
aprendido a confiar en nuestro Padre Celestial y su Hijo, nuestro Señor
Jesucristo, mirando el año que termina y reflexionando sobre los caminos en los
cuales Él nos ha conducido en la verdad, la paz, la honradez y el amor. Esta reflexión incluye las muchas bendiciones
espirituales que podemos recordar con alegría y en compañerismo con los
hermanos de nuestra fe.
Es cierto que algunas de nuestras
experiencias pueden haber sido dolorosas y difíciles de soportar, aun así las
consideramos con todo gozo, ya que hemos logrado sobrellevar estas situaciones
debido al maravilloso amor de nuestro Señor Jesucristo, quien ha cumplido su promesa,
estando con nosotros y haciéndonos superar estas adversidades: "y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado a todos
tus enemigos de delante de ti, y te haré gran nombre, como el nombre de los grandes en la tierra." (1 Crónicas 17:8 – RV60)
Es entonces, por lo recibido en este
año, que podemos ver con fe un futuro brillante y prometedor.
En unas pocas horas estaremos
despidiendo y dejando ir el año viejo y recibiremos con gran anticipación un
año totalmente nuevo. Tendremos la
oportunidad de entrar a un año más lleno de cosas nuevas que el Señor traerá a
nuestras vidas. Será imposible quedarnos
en el pasado y avanzaremos hacia nuestro futuro en Dios. Un futuro donde anticipamos ver las promesas y
bendiciones de Dios sombre nuestras vidas, creyendo juntos que ¡lo mejor no ha llegado, lo mejor está por venir!
El Señor ha dejado una maravillosa
promesa Salmo 65. Es una promesa para que
nosotros entremos seguros y confiados a este año 2015: "Tú
inicias el año nuevo con una cosecha fabulosa; tus nubes derraman abundancia." (Salmos
65:11 - PDT)
El Salmista nos recuerda que ¡Dios iniciará
con bendiciones este nuevo año! Que hay
una cosecha fabulosa de bendiciones preparada para nosotros, una cosecha próspera
y llena de bienes para cada una de nuestras vidas. Dios ya ha regado el año 2015 con su lluvia, y
el resultado es una cosecha de fruto abundante preparada para nosotros. ¡Yo lo creo!
Debemos tomar esta promesa y caminar
hacia la cosecha de bendición que Dios ha preparado. La Biblia me enseña que dondequiera que pasa
el Señor fluyen y sobreabundan sus bendiciones.
Tal vez pensemos que este año que termina ha sido tan difícil que no es
posible que veamos bendición para el año que viene, pero el Señor Jesús dijo: "¿No decís
vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad
los campos, porque ya están blancos para la siega." (Juan 4:35 – RV60)
El Señor ya ha caminado y trazado
nuestro futuro. Él va dejando nuestra
provisión y alimento diario a nuestra disposición. El 2015 ya ha sido provisto por Dios. Tengamos paz y seguridad que Él tiene todo
bajo control. Caminemos juntos con esta
promesa frente a nosotros.
Declaro la abundancia de Dios para este año 2015:
Salmos
104:28 (PDT)
Tú les das y ellos recogen; abres tus manos y
comen hasta quedar satisfechos.
Deuteronomio
28:12 (PDT)
El
Señor te abrirá sus riquezas y el cielo para enviarle lluvia a tu tierra en el
momento preciso, y bendecirá todo lo que hagas. Tendrás dinero para prestarles
a muchas naciones pero tú no pedirás prestado.
Hageo 2:19
(PDT)
Ya no
hay más semillas en el granero, porque están ya sembradas. Las vides, las
higueras, los granados y los olivos ya no darán malas cosechas. De ahora en
adelante, los bendeciré con buenas cosechas.
Job 36:28
(RVR60)
La cual destilan las nubes, Goteando en abundancia sobre los hombres.
Salmos
147:14 (DHH)
Él trae la paz a tu territorio y te satisface con
lo mejor del trigo.
Salmos
36:8 (DHH)
Quedan completamente satisfechos con la abundante
comida de tu casa;
tú les das a beber de un río delicioso,
ORACIÓN
Gracias Dios por este año que termina, y por el
nuevo año de cosecha fabulosa y de abundancia que tienes para mí y mi familia.