En muchos países de tradición cristiana se puede observar que
los preparativos de la Navidad comienzan muy temprano. Hay lugares donde desde
mediados de setiembre o principios de octubre pueden verse en vitrinas de
locales comerciales algunos productos que sugieren que la Navidad se acerca.
Varios países celebran el llamado "viernes
negro" a finales de noviembre, como
inicio oficial de la época navideña, y no pocas emisoras de radio comienzan a
programar música y programas radiales asociados a esta época tan especial. Sin embargo, tanto derroche de personajes de
chocolate y mazapán, o tal cantidad de adornos y productos típicos de esta
época no significan debidamente la Navidad, sino más bien el cumplimiento
de muchas tradiciones. En algunos otros
casos puede verse todo lo contrario, en otras latitudes del mundo personas con
un marcado desinterés festejan la
Navidad solo porque así lo indica el calendario.
Sea por exceso o por desidia, muchas personas se están perdiendo
de festejar y disfrutar el verdadero significado de la Navidad.
Si tomásemos un tiempo para preguntar a 100 personas ¿qué es la
Navidad para ustedes?, posiblemente tendríamos 100 respuestas diferentes. La Navidad en el mundo puede tener muchos significados…
es un tiempo de familia, de dulces, de regalos, de fiestas, de amigos, de
solidaridad, de descanso, de compras, de cenas, de nieve, etcétera...
Es muy posible que en el etcétera estén
incluidas las borracheras y muchas obras de la carne más. Es posible que esté Papá Noel, San
Nicolás, Colacho, Santa Claus... Pero ¿será que en
el etcétera alguien pueda pensar también en el nombre de JESÚS...?
El temor más grande que tengo es que en la Navidad, JESÚS no sea el invitado de honor
en los hogares de las familias que dicen profesar el Cristianismo, sino
que EMANUEL sea un etcétera más
en la celebración.
Sí, probablemente esta sociedad se
encuentre inmune al verdadero mensaje de Navidad, ya que después de
haber escuchado tantas veces las mismas frases, sin conocer de manera personal
su significado, estas se nos han hecho huecas.
Sin embargo, hay buenas noticias para todo aquel que quiera
volver a descubrir la importancia de la Navidad. Jesús, el Hijo de Dios, nació, vivió, murió y
resucitó para que toda la humanidad tenga vida y en abundancia: "…yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia." (Juan 10:10b - RVA). Ese
bienestar interior que todos anhelamos es la vida abundante que Jesús nos
ofrece; Él hace posible que todo alrededor nuestro vuelva a tener sentido, aún
aquello que creíamos perdido. Él puede
restaurarnos de ese estado de resistencia ,muchas veces infundado, que teníamos
a las cosas de Dios.
Entonces, ¿qué es la Navidad
para ti?
En la Navidad celebramos el
nacimiento de Jesús, que vino al mundo para morir por nuestros pecados en la
Cruz.
"Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy
nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la
ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor." (Lucas 2:10-11 - RVA)
¡Cuán confortantes son estas palabras!
En ellas podemos encontrar claramente el verdadero
sentido de la Navidad: El nacimiento de nuestro Señor
Jesucristo. Y no solo eso, sino que
también podemos ver todos los beneficios que trajo a la humanidad: buenas
noticias, alegría, salvación…
Cuando el ángel del Señor se le apareció en sueños a José para
anunciarle que María daría a luz un niño le dijo: "Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él
salvará a su pueblo de sus pecados."
(Mateo 1:21 - RVA)
El apóstol Pablo escribió: "Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús
vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero." (1 Timoteo 1:15 - RVA)
Creer en Jesús es la clave para que la Navidad vuelva a tener significado.
No existe otra razón válida para celebrar la Navidad sino que "Cristo vino al mundo a salvarte
a ti, a mí, tu familia, mi familia, la humanidad..." y esto es lo que debería significar la Navidad para todos
nosotros.
Veamos un ejemplo a la luz de la Palabra de Dios en la figura de
Simeón, un hombre recto y piadoso, a quien el Espíritu de Dios le reveló que no
moriría sin ver al Salvador: "Y he
aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y
piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre
él. Y le había sido revelado por el
Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. Y movido por el Espíritu, vino al
templo. Y cuando los padres del niño
Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, él
le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: Ahora, Señor, despides a tu
siervo en paz, conforme a tu palabra; porque han visto mis ojos tu salvación." (Lucas 2:25-30 - RVA)
Esta historia nos enseña tres verdades importantes:
Primera: No importa el tiempo que te lleve, si buscas al Señor, lo
encontrarás. O lo que es mejor, Él te
encontrará y se revelará a tu vida.
Segunda: Es Dios, y no tú, quien escoge el momento y la forma en
que se te va a aparecer. Simeón no llegó a presenciar el ministerio
maravilloso de Jesús durante sus últimos tres años de poder sobrenatural; no
vio más que al recién nacido en los brazos de María, pero había visto a Dios, y
eso le bastaba.
Tercera: Aunque era una persona muy "piadosa", Simeón se
dio cuenta de que no estaría listo para morir a menos que conociera al Señor y
lo tomara en sus brazos. Muchos no queremos morir hasta que no hayamos
visto el mundo. Simeón no quería morir hasta haber visto al Redentor del mundo.
Las preguntas que debes responder en
este día especial son:
¿He tenido un encuentro con el Señor?
¿Es Él mi Salvador personal?
Únicamente si puedes contestar afirmativamente a esas
dos preguntas, estarás listo para morir.
Si no, simplemente tenemos que acercarnos a Jesús con un corazón
sincero y decirle que reconocemos que hemos vivido sin Él y por lo tanto
estábamos alejados de Dios a causa del pecado. Los brazos del Hijo de Dios están abiertos
para recibir a todo aquel que se arrepiente de corazón y le entrega su vida. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3: 16 - RVA)
¡Que tengan una muy Feliz Navidad!
ORACIÓN
En el nombre de Tu Hijo Jesús, Padre te doy gracias por tu Palabra. Hoy Señor entiendo, que el verdadero sentido
de la Navidad está en el nacimiento de Tu Hijo Amado Jesús y en su sacrificio
en la cruz, con el fin de salvarnos de todos nuestros pecados. Reconozco Señor que Tu Hijo vino al mundo
para salvarme a mí, el primero de los pecadores y reconozco que mi pecado me
separa de ti.
Comprendo que no puedo hacer nada
para ganar mi entrada al cielo. Creo que
Jesús tomó el castigo por mis pecados al morir en la cruz y resucitar, por esto
te acepto como mi Señor y único Salvador.
Trataré de ahora
en adelante hacer lo mejor para agradarte todos los días de mi vida.
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