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martes, 30 de marzo de 2010

Lectura Bíblica - Febrero 10

*** Lecturas de Hoy ***
  • Éxodo 30:11-31:18
  • Mateo 26:36-68
  • Salmos 32:1-11
  • Proverbios 8:22-31

Éxodo 30:11-31:18
El dinero del rescate
30:11 Habló también Jehová a Moisés, diciendo: 30:12 Cuando tomes el número de los hijos de Israel conforme a la cuenta de ellos, cada uno dará a Jehová el rescate de su persona, cuando los cuentes, para que no haya en ellos mortandad cuando los hayas contado. 30:13 Esto dará todo aquel que sea contado; medio siclo, conforme al siclo del santuario. El siclo es de veinte geras. La mitad de un siclo será la ofrenda a Jehová. 30:14 Todo el que sea contado, de veinte años arriba, dará la ofrenda a Jehová. 30:15 Ni el rico aumentará, ni el pobre disminuirá del medio siclo, cuando dieren la ofrenda a Jehová para hacer expiación por vuestras personas. 30:16 Y tomarás de los hijos de Israel el dinero de las expiaciones, y lo darás para el servicio del tabernáculo de reunión; y será por memorial a los hijos de Israel delante de Jehová, para hacer expiación por vuestras personas. 30:17 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 30:18 Harás también una fuente de bronce, con su base de bronce, para lavar; y la colocarás entre el tabernáculo de reunión y el altar, y pondrás en ella agua. 30:19 Y de ella se lavarán Aarón y sus hijos las manos y los pies. 30:20 Cuando entren en el tabernáculo de reunión, se lavarán con agua, para que no mueran; y cuando se acerquen al altar para ministrar, para quemar la ofrenda encendida para Jehová, 30:21 se lavarán las manos y los pies, para que no mueran. Y lo tendrán por estatuto perpetuo él y su descendencia por sus generaciones.

El aceite de la unción, y el incienso
30:22 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 30:23 Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta, 30:24 de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin. 30:25 Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa. 30:26 Con él ungirás el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio, 30:27 la mesa con todos sus utensilios, el candelero con todos sus utensilios, el altar del incienso, 30:28 el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente y su base. 30:29 Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado. 30:30 Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. 30:31 Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción por vuestras generaciones. 30:32 Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis otro semejante, conforme a su composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros. 30:33 Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que pusiere de él sobre extraño, será cortado de entre su pueblo. 30:34 Dijo además Jehová a Moisés: Toma especias aromáticas, estacte y uña aromática y gálbano aromático e incienso puro; de todo en igual peso, 30:35 y harás de ello el incienso, un perfume según el arte del perfumador, bien mezclado, puro y santo. 30:36 Y molerás parte de él en polvo fino, y lo pondrás delante del testimonio en el tabernáculo de reunión, donde yo me mostraré a ti. Os será cosa santísima. 30:37 Como este incienso que harás, no os haréis otro según su composición; te será cosa sagrada para Jehová. 30:38 Cualquiera que hiciere otro como este para olerlo, será cortado de entre su pueblo.

Capítulo 31
Llamamiento de Bezaleel y de Aholiab
(Ex. 35.30—36.1)
31:1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 31:2 Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; 31:3 y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte, 31:4 para inventar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, 31:5 y en artificio de piedras para engastarlas, y en artificio de madera; para trabajar en toda clase de labor. 31:6 Y he aquí que yo he puesto con él a Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he mandado; 31:7 el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio, el propiciatorio que está sobre ella, y todos los utensilios del tabernáculo, 31:8 la mesa y sus utensilios, el candelero limpio y todos sus utensilios, el altar del incienso, 31:9 el altar del holocausto y todos sus utensilios, la fuente y su base, 31:10 los vestidos del servicio, las vestiduras santas para Aarón el sacerdote, las vestiduras de sus hijos para que ejerzan el sacerdocio, 31:11 el aceite de la unción, y el incienso aromático para el santuario; harán conforme a todo lo que te he mandado.

El día de reposo como señal
31:12 Habló además Jehová a Moisés, diciendo: 31:13 Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. 31:14 Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo. 31:15 Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá. 31:16 Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. 31:17 Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.

El becerro de oro
(Dt. 9.6-29)
31:18 Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.

Mateo 26:36-68
Jesús ora en Getsemaní
(Mr. 14. 32-42; Lc. 22. 39-46)
26:36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. 26:37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. 26:38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. 26:39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. 26:40 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? 26:41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 26:42 Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. 26:43 Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. 26:44 Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras. 26:45 Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. 26:46 Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega.

Arresto de Jesús
(Mr. 14. 43-50; Lc. 22. 47-53; Jn. 18. 2-11)
26:47 Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 26:48 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. 26:49 Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. 26:50 Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron. 26:51 Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja. 26:52 Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. 26:53 ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? 26:54 ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga? 26:55 En aquella hora dijo Jesús a la gente:¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis. 26:56 Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas.Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.

Jesús ante el concilio
(Mr. 14. 53-65; Lc. 22. 54, 63-71; Jn. 18. 12-14, 19-24)
26:57 Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos. 26:58 Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los alguaciles, para ver el fin. 26:59 Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte, 26:60 y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos, 26:61 que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo. 26:62 Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti? 26:63 Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. 26:64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. 26:65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. 26:66 ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte! 26:67 Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban, 26:68 diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó.

Salmos 32:1-11
Capítulo 32
La dicha del perdón
Salmo de David. Masquil.
32:1 Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.
32:2 Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad,
Y en cuyo espíritu no hay engaño.

32:3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos
En mi gemir todo el día.
32:4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;
Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah

32:5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.Selah

32:6 Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado;
Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.
32:7 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia;
Con cánticos de liberación me rodearás. Selah

32:8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
32:9 No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti.

32:10 Muchos dolores habrá para el impío;
Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
32:11 Alegraos en Jehová y gozaos, justos;
Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.


Proverbios 8:22-31
8:22 Jehová me poseía en el principio,
Ya de antiguo, antes de sus obras.
8:23 Eternamente tuve el principado, desde el principio,
Antes de la tierra.
8:24 Antes de los abismos fui engendrada;
Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.
8:25 Antes que los montes fuesen formados,
Antes de los collados, ya había sido yo engendrada;
8:26 No había aún hecho la tierra, ni los campos,
Ni el principio del polvo del mundo.
8:27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo;
Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo;
8:28 Cuando afirmaba los cielos arriba,
Cuando afirmaba las fuentes del abismo;
8:29 Cuando ponía al mar su estatuto,
Para que las aguas no traspasasen su mandamiento;
Cuando establecía los fundamentos de la tierra,
8:30 Con él estaba yo ordenándolo todo,
Y era su delicia de día en día,
Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.
8:31 Me regocijo en la parte habitable de su tierra;
Y mis delicias son con los hijos de los hombres.

Lectura Bíblica - Febrero 09

*** Lecturas de Hoy ***
  • Éxodo 29:1-30:10
  • Mateo 26:17-35
  • Salmos 31:19-24
  • Proverbios 8:15-21

Éxodo 29:1-30:10
Capítulo 29
Consagración de Aarón y de sus hijos
(Lv. 8.1-36)
29:1 Esto es lo que les harás para consagrarlos, para que sean mis sacerdotes: Toma un becerro de la vacada, y dos carneros sin defecto; 29:2 y panes sin levadura, y tortas sin levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite; las harás de flor de harina de trigo. 29:3 Y las pondrás en un canastillo, y en el canastillo las ofrecerás, con el becerro y los dos carneros. 29:4 Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua. 29:5 Y tomarás las vestiduras, y vestirás a Aarón la túnica, el manto del efod, el efod y el pectoral, y le ceñirás con el cinto del efod; 29:6 y pondrás la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra pondrás la diadema santa. 29:7 Luego tomarás el aceite de la unción, y lo derramarás sobre su cabeza, y le ungirás. 29:8 Y harás que se acerquen sus hijos, y les vestirás las túnicas. 29:9 Les ceñirás el cinto a Aarón y a sus hijos, y les atarás las tiaras, y tendrán el sacerdocio por derecho perpetuo. Así consagrarás a Aarón y a sus hijos. 29:10 Después llevarás el becerro delante del tabernáculo de reunión, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del becerro. 29:11 Y matarás el becerro delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión. 29:12 Y de la sangre del becerro tomarás y pondrás sobre los cuernos del altar con tu dedo, y derramarás toda la demás sangre al pie del altar. 29:13 Tomarás también toda la grosura que cubre los intestinos, la grosura de sobre el hígado, los dos riñones, y la grosura que está sobre ellos, y lo quemarás sobre el altar. 29:14 Pero la carne del becerro, y su piel y su estiércol, los quemarás a fuego fuera del campamento; es ofrenda por el pecado. 29:15 Asimismo tomarás uno de los carneros, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero. 29:16 Y matarás el carnero, y con su sangre rociarás sobre el altar alrededor. 29:17 Cortarás el carnero en pedazos, y lavarás sus intestinos y sus piernas, y las pondrás sobre sus trozos y sobre su cabeza. 29:18 Y quemarás todo el carnero sobre el altar; es holocausto de olor grato para Jehová, es ofrenda quemada a Jehová. 29:19 Tomarás luego el otro carnero, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero. 29:20 Y matarás el carnero, y tomarás de su sangre y la pondrás sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el lóbulo de la oreja de sus hijos, sobre el dedo pulgar de las manos derechas de ellos, y sobre el dedo pulgar de los pies derechos de ellos, y rociarás la sangre sobre el altar alrededor. 29:21 Y con la sangre que estará sobre el altar, y el aceite de la unción, rociarás sobre Aarón, sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de éstos; y él será santificado, y sus vestiduras, y sus hijos, y las vestiduras de sus hijos con él. 29:22 Luego tomarás del carnero la grosura, y la cola, y la grosura que cubre los intestinos, y la grosura del hígado, y los dos riñones, y la grosura que está sobre ellos, y la espaldilla derecha; porque es carnero de consagración. 29:23 También una torta grande de pan, y una torta de pan de aceite, y una hojaldre del canastillo de los panes sin levadura presentado a Jehová, 29:24 y lo pondrás todo en las manos de Aarón, y en las manos de sus hijos; y lo mecerás como ofrenda mecida delante de Jehová. 29:25 Después lo tomarás de sus manos y lo harás arder en el altar, sobre el holocausto, por olor grato delante de Jehová. Es ofrenda encendida a Jehová. 29:26 Y tomarás el pecho del carnero de las consagraciones, que es de Aarón, y lo mecerás por ofrenda mecida delante de Jehová; y será porción tuya. 29:27 Y apartarás el pecho de la ofrenda mecida, y la espaldilla de la ofrenda elevada, lo que fue mecido y lo que fue elevado del carnero de las consagraciones de Aarón y de sus hijos, 29:28 y será para Aarón y para sus hijos como estatuto perpetuo para los hijos de Israel, porque es ofrenda elevada; y será una ofrenda elevada de los hijos de Israel, de sus sacrificios de paz, porción de ellos elevada en ofrenda a Jehová. 29:29 Y las vestiduras santas, que son de Aarón, serán de sus hijos después de él, para ser ungidos en ellas, y para ser en ellas consagrados. 29:30 Por siete días las vestirá el que de sus hijos tome su lugar como sacerdote, cuando venga al tabernáculo de reunión para servir en el santuario. 29:31 Y tomarás el carnero de las consagraciones, y cocerás su carne en lugar santo. 29:32 Y Aarón y sus hijos comerán la carne del carnero, y el pan que estará en el canastillo, a la puerta del tabernáculo de reunión. 29:33 Y comerán aquellas cosas con las cuales se hizo expiación, para llenar sus manos para consagrarlos; mas el extraño no las comerá, porque son santas. 29:34 Y si sobrare hasta la mañana algo de la carne de las consagraciones y del pan, quemarás al fuego lo que hubiere sobrado; no se comerá, porque es cosa santa. 29:35 Así, pues, harás a Aarón y a sus hijos, conforme a todo lo que yo te he mandado; por siete días los consagrarás. 29:36 Cada día ofrecerás el becerro del sacrificio por el pecado, para las expiaciones; y purificarás el altar cuando hagas expiación por él, y lo ungirás para santificarlo. 29:37 Por siete días harás expiación por el altar, y lo santificarás, y será un altar santísimo: cualquiera cosa que tocare el altar, será santificada.

Las ofrendas diarias
(Nm. 28.1-8)
29:38 Esto es lo que ofrecerás sobre el altar: dos corderos de un año cada día, continuamente. 29:39 Ofrecerás uno de los corderos por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde. 29:40 Además, con cada cordero una décima parte de un efa de flor de harina amasada con la cuarta parte de un hin de aceite de olivas machacadas; y para la libación, la cuarta parte de un hin de vino. 29:41 Y ofrecerás el otro cordero a la caída de la tarde, haciendo conforme a la ofrenda de la mañana, y conforme a su libación, en olor grato; ofrenda encendida a Jehová. 29:42 Esto será el holocausto continuo por vuestras generaciones, a la puerta del tabernáculo de reunión, delante de Jehová, en el cual me reuniré con vosotros, para hablaros allí. 29:43 Allí me reuniré con los hijos de Israel; y el lugar será santificado con mi gloria. 29:44 Y santificaré el tabernáculo de reunión y el altar; santificaré asimismo a Aarón y a sus hijos, para que sean mis sacerdotes. 29:45 Y habitaré entre los hijos de Israel, y seré su Dios. 29:46 Y conocerán que yo soy Jehová su Dios, que los saqué de la tierra de Egipto, para habitar en medio de ellos. Yo Jehová su Dios.

Capítulo 30
El altar del incienso
(Ex. 37.25-28)
30:1 Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo harás. 30:2 Su longitud será de un codo, y su anchura de un codo; será cuadrado, y su altura de dos codos; y sus cuernos serán parte del mismo. 30:3 Y lo cubrirás de oro puro, su cubierta, sus paredes en derredor y sus cuernos; y le harás en derredor una cornisa de oro. 30:4 Le harás también dos anillos de oro debajo de su cornisa, a sus dos esquinas a ambos lados suyos, para meter las varas con que será llevado. 30:5 Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro. 30:6 Y lo pondrás delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el testimonio, donde me encontraré contigo. 30:7 Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará. 30:8 Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso; rito perpetuo delante de Jehová por vuestras generaciones. 30:9 No ofreceréis sobre él incienso extraño, ni holocausto, ni ofrenda; ni tampoco derramaréis sobre él libación. 30:10 Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una vez en el año con la sangre del sacrificio por el pecado para expiación; una vez en el año hará expiación sobre él por vuestras generaciones; será muy santo a Jehová.

Mateo 26:17-35
Institución de la Cena del Señor
(Mr. 14. 12-25; Lc. 22. 7-23; Jn. 13. 21-30; 1 Co. 11. 23-26)
26:17 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? 26:18 Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos. 26:19 Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la pascua. 26:20 Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce. 26:21 Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. 26:22 Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor? 26:23 Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me va a entregar. 26:24 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. 26:25 Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho. 26:26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 26:27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; 26:28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. 26:29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.

Jesús anuncia la negación de Pedro
(Mr. 14. 26-31; Lc. 22. 31-34; Jn. 13. 36-38)
26:30 Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. 26:31 Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas. 26:32 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. 26:33 Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré. 26:34 Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. 26:35 Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.

Salmos 31:19-24
31:19 ¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen,
Que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!
31:20 En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre;
Los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas.

31:21 Bendito sea Jehová,
Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada.
31:22 Decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos;
Pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamaba.

31:23 Amad a Jehová, todos vosotros sus santos;
A los fieles guarda Jehová,
Y paga abundantemente al que procede con soberbia.
31:24 Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová,
Y tome aliento vuestro corazón.


Proverbios 8:15-21
8:15 Por mí reinan los reyes,
Y los príncipes determinan justicia.
8:16 Por mí dominan los príncipes,
Y todos los gobernadores juzgan la tierra.
8:17 Yo amo a los que me aman,
Y me hallan los que temprano me buscan.
8:18 Las riquezas y la honra están conmigo;
Riquezas duraderas, y justicia.
8:19 Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado;
Y mi rédito mejor que la plata escogida.
8:20 Por vereda de justicia guiaré,
Por en medio de sendas de juicio,
8:21 Para hacer que los que me aman tengan su heredad,
Y que yo llene sus tesoros.

La Adversidad - Parte 2

En la primera parte de este estudio mencionábamos que todos nosotros nos hemos visto expuestos frente a situaciones adversas, e incluso tan difíciles que hemos llegado a pensar que no lograremos superarlas, y aún superándolas nos resulta difícil recuperarnos de ellas.  Hasta es posible que aún hoy después de mucho tiempo, las secuelas de estas situaciones estén conmocionando nuestra vida.

Las tribulaciones que experimentamos y nos afectan en muchos casos son muy similares a las de nuestros vecinos, parientes y demás, pero es la actitud que tomemos ante ellas la que marcará la diferencia ante la adversidad.

Indicábamos anteriormente que Santiago nos explica cuatro (4) aspectos para sacar el mayor provecho ante la adversidad, de los cuales analizamos los dos primeros.

1. Comprender el propósito de Dios frente a las pruebas.

2. Pedir a Dios sabiduría cuando estamos en la prueba.

Entendiendo estos dos puntos, trataremos comprender los dos siguientes.

3. No confundir "confortabilidad temporal" con "bonanza espiritual".

"El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; pero el que es rico, en su humillación, porque él pasará como la flor de la hierba.  Cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae y perece su hermosa apariencia.  Así también se marchitará el rico en todas sus empresas.  Bienaventurado el hombre que soporta la tentación, porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman".
Santiago 1:9-12

Una de las pruebas que estos cristianos estaban sufriendo era la pobreza financiera y la privación.  El capítulo 5 de esta misma carta, indica que los ricos no cristianos no estaban solamente no ayudando a los cristianos, sino que estaban explotándolos: "El jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros, clama, y los clamores de los que habían segado han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en deleites sobre la tierra y sido libertinos.  Habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. Habéis condenado y dado muerte al justo, sin que él os haga resistencia." (Santiago 5:4-6).  Debido a esto, la audiencia de Santiago estaba mirando a sus vecinos ricos como aquellos que realmente "les iba mejor"Santiago ve esto como una actitud peligrosa y la corrige.

La Biblia no justifica la acumulación de riquezas sin compasión, por el contrario, rechaza la explotación de las demás personas para poder enriquecerse, incluyendo a nosotros los cristianos.  Tampoco la Biblia glorifica la incomodidad temporal, no dice que debiéramos buscarla, como lo hacen, por ejemplo, los monjes ascetas.

El punto de Santiago aquí tiene que ver con la perspectiva que debemos tomar con respecto a la comodidad temporal cuando nos falta.

No debemos confundir la comodidad temporal con nuestro propio bienestar espiritual; no son la misma cosa.

Dado que la madurez espiritual es más importante que la comodidad temporal, debiéramos valorarla lo suficiente como para dar la bienvenida a la incomodidad temporal, si Dios lo permite en nuestras vidas y sabiendo que es prueba de que somos amados por Él y que redundará en nuestro crecimiento espiritual.

Existen dos aplicaciones obvias a esta verdad.

a. No envidiar a aquellos que tienen mucha comodidad temporal.
Quienes tienen mucha comodidad temporal, en el mejor de los casos, tienen la solemne responsabilidad de administrar lo que poseen apropiadamente, y en el peor de los casos, están en peligro de perder sus vidas al ser adictos a esta comodidad y permitir que los seduzca e impida conocer a Dios, perdiendo así sus vidas: "Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?" (Marcos 8:36).

Es importante entender también que envidiar a quienes tienen mucha comodidad temporal, es decirle sutilmente a Dios: "Tú los amas más a ellos que a mí, por eso los tratas mejor que a mí".

b. Darse cuenta que nuestra incomodidad temporal puede ser una bendición disfrazada.
C. S. Lewis, apologeta cristiano, escritor creador de las "Crónicas de Narnia", nombró el sufrimiento el "megáfono de Dios", indicando que es la forma efectiva utilizada por Dios para hacer un "llamado a despertarnos".

Veamos lo que algunos de los síntomas de la adversidad hacen en nuestras vidas.

 El dolor físico y la debilidad provocan que sintamos nuestra propia fragilidad.

 El desconcierto revela nuestra falta de sabiduría.

 Los reveces financieros señalan cuan limitada es nuestra seguridad hecha por nosotros mismos.

 Los errores y los fracasos humillan nuestro orgullo.

Si nos damos cuenta de lo anterior y dejamos entonces que nuestra adversidad nos conduzca a Dios, para que Él transforme nuestro carácter, miraremos el pasado y entenderemos que fuimos privilegiados por ser tratados por Dios de esta manera.

Muchas veces las respuestas de Dios a nuestras oraciones podrían ser algo así como esto:

 Pedimos fuerzas para poder lograrlo, somos hechos débiles para que aprendamos a obedecer.

 Pedimos salud para que podamos hacer grandes cosas, se nos da enfermedad para que hagamos mejor las cosas.

 Pedimos poder para que podamos ganar el reconocimiento del hombre y se nos da debilidad para que podamos sentir nuestra necesidad de Dios.

 Pedimos por todas las cosas para que podamos disfrutar la vida y se nos da la vida (a menudo a través del sufrimiento) para que podamos disfrutar todas las cosas.

4. Cuidado con echarle la culpa a los demás.

"Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.  Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.  Amados hermanos míos, no erréis.  Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.  El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas".
Santiago 1:13-18

¿Qué sucedería si llegáramos a nuestra casa y encontráramos a uno de nuestros hijos pegándole a su hermano y cuándo lo cuestionemos nos responda: "Es su culpa porque se estaba burlando de mí"?

Lo más probable es que todos nosotros le indiquemos que lo que su hermano hizo estuvo mal, pero que esto no es excusa para que le pegue a su hermano, nada es excusa para una errada conducta.  Si nuestro hijo no comprende esto y asume su propia responsabilidad por sus respuestas ante la adversidad, su vida se verá afectada.

Sin embargo, esto que vemos claramente en nuestros hijos, muy pocas veces logramos verlo en nosotros mismos.  Cuando estamos experimentando una adversidad divinamente permitida muy a menudo nos rehusamos tomar la responsabilidad de nuestra respuesta ante ella.

 "Estoy tan solo que tuve que buscar una compañía a través de la inmoralidad sexual."

 "Fui tan maltratada que tengo razón para estar amargada."

 "Me dolió tanto el fracaso tratando de servir a Dios que nunca más lo intentaré de nuevo."

Si no somos responsables de nuestra respuesta ante la adversidad, entonces ¿quién lo es?  Lo que realmente estamos haciendo es culpar a Dios por nuestros pecados: "Él dejó que las cosas se pusieran tan mal que no tuvimos otra elección, sino hacer lo que hicimos".

Esta actitud para nosotros es muy cómoda, ya que por medio de ella llegamos a experimentar un alivio a corto plazo: "de verdad no fue mi culpa", pero lo que realmente sucede es que estamos pavimentando el camino para la miseria a largo plazo, porque llegaremos a convencernos más y más que somos víctimas de las circunstancias y de cómo otros nos tratan, prácticamente lo que Stephen Covey en su libro "Los siete hábitos de las personas altamente efectivas" llama "una persona reactiva".

Santiago tiene una mejor solución.

a. Recordar la soberanía amorosa de Dios.
Dios nunca influye sobre nadie, ni activa ni pasivamente, para que viole su voluntad (Santiago 1:13), por el contrario 1 Corintios 10:13 dice: "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar".

b. Recordar que solo las buenas cosas y nuestra actitud para hacer buenas cosas provienen de Dios.
Dios trabaja sobre nosotros para que hagamos su voluntad (Santiago 1:17).

c. Entender que Dios nos hizo sus hijos.
El más grande regalo que Dios nos dio, fue hacernos hijos suyos cuando venimos a Cristo (Santiago 1:18).

Todos nosotros tendremos aflicciones, no lo podemos evitar; sin embargo la pregunta es si queremos tomar este sufrimiento para que traiga salvación a nuestras vidas o no.

Aunque sea doloroso a corto plazo, debemos tomar la responsabilidad por nuestra respuesta a la adversidad, así se nos abrirá la experiencia del perdón de Dios y obtendremos a largo plazo nuestra libertad y salvación.


ORACION
Señor Jesús, reconozco mi Gran Señor, mi propia tendencia a querer comodidad más que madurez y como resultado me he olvidado de ti.
Por favor Señor, haz lo que sea necesario para llamar mi atención, aún exponerme al fuego, para como el orfebre con la plata, así me formes.  Llama mi atención de tal forma que permanezca siempre en mi camino contigo, entendiendo que en cualquier adversidad mi dolor es tu dolor, que tu mano poderosa me sostiene y que tú permites mis adversidades para hacerme crecer en tu amor.

Ayúdame a reconocer tu amorosa soberanía sobre todas las cosas, a entender que todas las cosas buenas y solo ellas vienen de ti; pero sobre todo debo entender que por tu amor, misericordia y gracia, tú me has hecho tu hijo y que mi Padre Celestial, cuida de mí en todo momento, AMÉN.

La Adversidad - Parte 1

Nadie en este mundo está eximido de las adversidades, unos más propensos que otros, pero todos las sufrimos.  Sin embargo, Dios derrama su amor a sus hijos y por medio de su Palabra nos da los medios necesarios para que saquemos el mayor provecho cuando sufrimos una adversidad.

¿Cómo nos orienta Dios para enfrentar la adversidad?

La carta de Santiago, al igual que la carta de Pablo a los Gálatas, son probablemente las dos cartas más antiguas del Nuevo Testamento, datadas de la mitad de los 40 D.C.  La carta de Santiago es una carta muy práctica y por esto inmediatamente inicia, Santiago escribe uno de los temas más habituales que todos nosotros debemos enfrentar, y este es el tema que nos ocupa en esta ocasión: la adversidad.

En el capítulo 1 Santiago nos explica cuatro (4) perspectivas que nos permiten sacar el mayor provecho de nuestra adversidad.

1. Comprender el propósito de Dios frente a las pruebas.

"Hermanos míos, gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Pero tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna".
Santiago 1:2-4

Debemos entender, en primera instancias, que tal como nos lo dice Santiago, tendremos "pruebas" y "diversas".  Es decir, nuestra vida de cristiano, no es una vida sin problemas, por el contrario es una vida llena de pruebas, muchas veces una tras otra, enfatizándose en nosotros, de esta forma, la amplitud integral de la adversidad.

Sin importar que tipo de dolorosa adversidad experimentemos, debemos considerarlo una ocasión para regocijarnos.

¿Por qué debemos considerar la adversidad como una ocasión para regocijarnos?

Realmente es muy difícil que logremos considerar una ocasión de regocijo cuando una persona amada muere, o cuando contraemos una enfermedad seria o mortal, o cuando experimentamos una desilusión por un anhelado objetivo frustrado, cuando somos odiados y tratados injustamente por otros, cuando nuestros hijos están tomando malas decisiones.  Igualmente difícil es regocijarnos cuando estamos experimentando serios contratiempos financieros, o cuando las dolorosas consecuencias de nuestras propias malas elecciones caen sobre nosotros aplastándonos, y muchísimas cosas más que se podrían mencionar.

Bajo una mente humana, regocijarse ante estas situaciones pareciera ridículo, masoquista, e incluso cruel, pero si nos apoyamos en Santiago 1:3-4 entenderemos este regocijo.

La clave para regocijarnos en la adversidad, está iniciando el versículo 3: "sabiendo".  Esta es la razón por la que debemos regocijarnos, porque sabemos que en medio de todo tipo de pruebas Dios está soberanamente trabajando, a través de ellas, para un buen propósito.

Debemos estar muy claros y entender que Dios no es el causante de todas las cosas que nos ocurren, tampoco Dios nos dice que todas las cosas en nuestras vidas son buenas; pero sí es cierto, que debido a la soberanía y el amor de nuestro Dios, él trabajará en cada situación que se nos presente para nuestro bien.

"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados".
Romanos 8:28

¿Cuál es el propósito por el que Dios nos ha llamado?

El apóstol Pablo en Romanos 8:29 nos dice que este propósito es formar en nosotros el carácter de Cristo: "Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos".

Santiago nos dice en el versículo 4b de este primer capítulo, que Dios nos hará perfectos y cabales, por medio de su carácter santificado, el cual derrama sobre nosotros por medio de la adversidad por dos razones.

a. Él nos ama.
Por medio de su amor Él nos prepara o entrena permitiendo las adversidades, y lo hace para nuestro bien y nunca como una venganza hacia nosotros.

b. Él es soberano.
Por su soberanía Dios conoce cómo trabajar a través de cada adversidad para lograr su objetivo.

A pesar que no siempre podemos ver cómo funciona de forma inmediata, debemos ser pacientes y confiar en el amor y la soberanía de Dios.

Es muy importante no desconcertarnos entonces, cuando algo inesperado, frustrante y desalentador nos ocurra, si no entender que Dios en su sabiduría intenta hacer algo en nosotros para que alcancemos aquello que aún no hemos alcanzado.  Tal vez Él tiene la intención de fortalecernos en paciencia, compasión, humildad,… y por esto nos da cierta práctica extra para ejercitar estos dones bajo condiciones especialmente difíciles.  Tal vez Dios nos tiene nuevas lecciones para que tratemos con la negación de nosotros mismos, o bien para que tratemos nuestro orgullo o vanidad.  Tal vez a Él le gustaría romper nuestra complacencia, por lo que desea atraernos más cerca de Él en una comunión constante y consciente con Él.  Recordemos que muy a menudo ocurre, que la comunión con Dios es más cálida, vívida y dulce, cuando nuestra cruz se vuelve más pesada.

Debemos entonces tener claro el propósito de Dios durante nuestra adversidad.  Sin embargo esto no asegura que la intencionalidad de la voluntad de Dios se lleve a cabo.

¿Cómo debemos responder a la adversidad?

Nuestra respuesta ante las adversidades es lo que determina si el buen propósito de Dios para nuestras vidas se cumplirá o se frustrará.  Santiago consciente de esto nos explica cómo debemos responder adecuadamente a la adversidad en contraste con las respuestas inapropiadas.

2. Pedir a Dios sabiduría.

"Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.  Pero pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.  No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor, ya que es persona de doble ánimo e inconstante en todos sus caminos".
Santiago 1:5-8

La primera cosa que debemos hacer cuando somos golpeados por la adversidad es pedirle a Dios por sabiduría.

"Sabiduría" aquí significa un mejor entendimiento del propósito de Dios y cómo debemos responder ante la adversidad que atravesamos.  Debemos pedirle a Dios que nos indique:

a. ¿Qué está trabajando específicamente en nuestro carácter a través de esta adversidad?

b. ¿Cómo específicamente debemos responder ante esta situación?

Incluso podemos incluir en nuestras peticiones que el Señor nos dé consuelo y ánimo para poder continuar.

Dios responderá estas peticiones de la mejor manera y en el mejor momento…

Ahora, estas peticiones no son fórmulas mágicas que obtienen una respuesta automática de Dios, si no que ellas deben estar acompañadas de la correcta actitud de nuestro corazón hacia Dios, por lo que Santiago nos dice que debemos "pedir con fe", sin que exista "la duda".

El "pedir con fe" significa acercarse a Dios eligiendo confiar que Él es soberano y está amorosamente involucrado en nuestra adversidad para nuestro bien, por lo que nos depositamos en la "mano poderosa" de Dios sabedores de que así él nos mostrará lo que desea enseñarnos y la respuesta ante nuestra situación adversa.

Por el contrario, "dudar" es rehusarnos a creer que Dios está involucrado en nuestra adversidad, poniendo nuestros sentimientos por sobre la Palabra de Dios, concluyendo que a Dios no le importa nuestra situación.  Negamos la soberanía amorosa de Dios porque queremos una salida inmediata de nuestra situación, o bien porque Dios permitió lo que nos está pasando.

Esta actitud de duda puede ser incluso involuntaria, es decir, llegamos en oración delante de Dios y hacemos las preguntas correctas, incluso utilizamos nuestro conocimiento en su Palabra, para declarar que Él está con nosotros, pero muy dentro de nosotros creemos las cosas equivocadas y hasta buscamos planes alternos, haciendo de nosotros personas de "doble ánimo".

¿Qué ocurre cuando tenemos una actitud de duda ante la adversidad?

La respuesta es muy simple, y muy claramente Santiago nos la muestra:

a. Impedimos que Dios nos dé sabiduría.
Santiago 1:7

b. Permanecemos inestables, sujetos a nuestras circunstancias y sentimientos.
Santiago 1:6b-8


ORACION
Señor Jesús, delante de ti vengo a darte gracias por las pruebas que he tenido que pasar, por las pruebas que estoy pasando y por las pruebas que han de venir. Gracias mi Dios, porque he entendido que la adversidad es la manera en que tu vas formando el carácter de tu Hijo Jesús en mi.

Perdona Señor, si en algún momento he creído que no te importa mi sufrimiento, o que tú estás afuera de las circunstancias que me agobian. Hoy entiendo que tú estás amorosamente involucrado en mis problemas y me deposito en tu mano poderosa, sabiendo que tú me darás la sabiduría necesaria para entender el por qué de mi adversidad y cómo debo responder ante ella.  Quita toda duda de mi vida y deposita tu fe en mí; te lo pido en el nombre de Cristo Jesús, AMÉN.

lunes, 29 de marzo de 2010

Lectura Bíblica - Febrero 08

*** Lecturas de Hoy ***
  • Éxodo 28:1-43
  • Mateo 25:31-26:16
  • Salmos 31:9-18
  • Proverbios 8:12-14

Éxodo 28:1-43
Capítulo 28
Las vestiduras de los sacerdotes
(Ex. 39.1-31)
28:1 Harás llegar delante de ti a Aarón tu hermano, y a sus hijos consigo, de entre los hijos de Israel, para que sean mis sacerdotes; a Aarón y a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar hijos de Aarón. 28:2 Y harás vestiduras sagradas a Aarón tu hermano, para honra y hermosura. 28:3 Y tú hablarás a todos los sabios de corazón, a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría, para que hagan las vestiduras de Aarón, para consagrarle para que sea mi sacerdote. 28:4 Las vestiduras que harán son estas: el pectoral, el efod, el manto, la túnica bordada, la mitra y el cinturón. Hagan, pues, las vestiduras sagradas para Aarón tu hermano, y para sus hijos, para que sean mis sacerdotes. 28:5 Tomarán oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, 28:6 y harán el efod de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, de obra primorosa. 28:7 Tendrá dos hombreras que se junten a sus dos extremos, y así se juntará. 28:8 Y su cinto de obra primorosa que estará sobre él, será de la misma obra, parte del mismo; de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. 28:9 Y tomarás dos piedras de ónice, y grabarás en ellas los nombres de los hijos de Israel; 28:10 seis de sus nombres en una piedra, y los otros seis nombres en la otra piedra, conforme al orden de nacimiento de ellos. 28:11 De obra de grabador en piedra, como grabaduras de sello, harás grabar las dos piedras con los nombres de los hijos de Israel; les harás alrededor engastes de oro. 28:12 Y pondrás las dos piedras sobre las hombreras del efod, para piedras memoriales a los hijos de Israel; y Aarón llevará los nombres de ellos delante de Jehová sobre sus dos hombros por memorial. 28:13 Harás, pues, los engastes de oro, 28:14 y dos cordones de oro fino, los cuales harás en forma de trenza; y fijarás los cordones de forma de trenza en los engastes. 28:15 Harás asimismo el pectoral del juicio de obra primorosa, lo harás conforme a la obra del efod, de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. 28:16 Será cuadrado y doble, de un palmo de largo y un palmo de ancho; 28:17 y lo llenarás de pedrería en cuatro hileras de piedras; una hilera de una piedra sárdica, un topacio y un carbunclo; 28:18 la segunda hilera, una esmeralda, un zafiro y un diamante; 28:19 la tercera hilera, un jacinto, una ágata y una amatista; 28:20 la cuarta hilera, un berilo, un ónice y un jaspe. Todas estarán montadas en engastes de oro. 28:21 Y las piedras serán según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabaduras de sello cada una con su nombre, serán según las doce tribus. 28:22 Harás también en el pectoral cordones de hechura de trenzas de oro fino. 28:23 Y harás en el pectoral dos anillos de oro, los cuales pondrás a los dos extremos del pectoral. 28:24 Y fijarás los dos cordones de oro en los dos anillos a los dos extremos del pectoral; 28:25 y pondrás los dos extremos de los dos cordones sobre los dos engastes, y los fijarás a las hombreras del efod en su parte delantera. 28:26 Harás también dos anillos de oro, los cuales pondrás a los dos extremos del pectoral, en su orilla que está al lado del efod hacia adentro. 28:27 Harás asimismo los dos anillos de oro, los cuales fijarás en la parte delantera de las dos hombreras del efod, hacia abajo, delante de su juntura sobre el cinto del efod. 28:28 Y juntarán el pectoral por sus anillos a los dos anillos del efod con un cordón de azul, para que esté sobre el cinto del efod, y no se separe el pectoral del efod. 28:29 Y llevará Aarón los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón, cuando entre en el santuario, por memorial delante de Jehová continuamente. 28:30 Y pondrás en el pectoral del juicio Urim y Tumim, para que estén sobre el corazón de Aarón cuando entre delante de Jehová; y llevará siempre Aarón el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón delante de Jehová. 28:31 Harás el manto del efod todo de azul; 28:32 y en medio de él por arriba habrá una abertura, la cual tendrá un borde alrededor de obra tejida, como el cuello de un coselete, para que no se rompa. 28:33 Y en sus orlas harás granadas de azul, púrpura y carmesí alrededor, y entre ellas campanillas de oro alrededor. 28:34 Una campanilla de oro y una granada, otra campanilla de oro y otra granada, en toda la orla del manto alrededor. 28:35 Y estará sobre Aarón cuando ministre; y se oirá su sonido cuando él entre en el santuario delante de Jehová y cuando salga, para que no muera. 28:36 Harás además una lámina de oro fino, y grabarás en ella como grabadura de sello, SANTIDAD A JEHOVÁ. 28:37 Y la pondrás con un cordón de azul, y estará sobre la mitra; por la parte delantera de la mitra estará. 28:38 Y estará sobre la frente de Aarón, y llevará Aarón las faltas cometidas en todas las cosas santas, que los hijos de Israel hubieren consagrado en todas sus santas ofrendas; y sobre su frente estará continuamente, para que obtengan gracia delante de Jehová. 28:39 Y bordarás una túnica de lino, y harás una mitra de lino; harás también un cinto de obra de recamador. 28:40 Y para los hijos de Aarón harás túnicas; también les harás cintos, y les harás tiaras para honra y hermosura. 28:41 Y con ellos vestirás a Aarón tu hermano, y a sus hijos con él; y los ungirás, y los consagrarás y santificarás, para que sean mis sacerdotes. 28:42 Y les harás calzoncillos de lino para cubrir su desnudez; serán desde los lomos hasta los muslos. 28:43 Y estarán sobre Aarón y sobre sus hijos cuando entren en el tabernáculo de reunión, o cuando se acerquen al altar para servir en el santuario, para que no lleven pecado y mueran. Es estatuto perpetuo para él, y para su descendencia después de él.

Mateo 25:31-26:16
El juicio de las naciones
25:31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 25:32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartarálos unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 25:33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 25:34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 25:35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 25:36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 25:37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 25:38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 25:39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 25:40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. 25:41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 25:42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 25:43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. 25:44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? 25:45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 25:46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

Capítulo 26
El complot para prender a Jesús
(Mr. 14. 1-2; Lc. 22. 1-2; Jn. 11. 45-53)
26:1 Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras, dijo a sus discípulos: 26:2 Sabéis que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado. 26:3 Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás, 26:4 y tuvieron consejo para prender con engaño a Jesús, y matarle. 26:5 Pero decían: No durante la fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo.

Jesús es ungido en Betania
(Mr. 14. 3-9; Jn. 12. 1-8)
26:6 Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, 26:7 vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa. 26:8 Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? 26:9 Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres. 26:10 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. 26:11 Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. 26:12 Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. 26:13 De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.

Judas ofrece entregar a Jesús
(Mr. 14. 10-11; Lc. 22. 3-6)
26:14 Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, 26:15 y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. 26:16 Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle.

Salmos 31:9-18
31:9 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia;
Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo.
31:10 Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar;
Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.

31:11 De todos mis enemigos soy objeto de oprobio,
Y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos;
Los que me ven fuera huyen de mí.
31:12 He sido olvidado de su corazón como un muerto;
He venido a ser como un vaso quebrado.
31:13 Porque oigo la calumnia de muchos;
El miedo me asalta por todas partes,
Mientras consultan juntos contra mí
E idean quitarme la vida.

31:14 Mas yo en ti confío, oh Jehová;
Digo: Tú eres mi Dios.
31:15 En tu mano están mis tiempos;
Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.
31:16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
Sálvame por tu misericordia.
31:17 No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado;
Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol.
31:18 Enmudezcan los labios mentirosos,
Que hablan contra el justo cosas duras
Con soberbia y menosprecio.


Proverbios 8:12-14
8:12 Yo, la sabiduría, habito con la cordura,
Y hallo la ciencia de los consejos.
8:13 El temor de Jehová es aborrecer el mal;
La soberbia y la arrogancia, el mal camino,
Y la boca perversa, aborrezco.
8:14 Conmigo está el consejo y el buen juicio;
Yo soy la inteligencia; mío es el poder.

Lectura Bíblica - Febrero 07

*** Lecturas de Hoy ***
  • Éxodo 26:1-27:21
  • Mateo 25:1-30
  • Salmos 31:1-8
  • Proverbios 8:1-11

Éxodo 26:1-27:21
Capítulo 26
El tabernáculo
(Ex. 36.8-38)
26:1 Harás el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; y lo harás con querubines de obra primorosa. 26:2 La longitud de una cortina de veintiocho codos, y la anchura de la misma cortina de cuatro codos; todas las cortinas tendrán una misma medida. 26:3 Cinco cortinas estarán unidas una con la otra, y las otras cinco cortinas unidas una con la otra. 26:4 Y harás lazadas de azul en la orilla de la última cortina de la primera unión; lo mismo harás en la orilla de la cortina de la segunda unión. 26:5 Cincuenta lazadas harás en la primera cortina, y cincuenta lazadas harás en la orilla de la cortina que está en la segunda unión; las lazadas estarán contrapuestas la una a la otra. 26:6 Harás también cincuenta corchetes de oro, con los cuales enlazarás las cortinas la una con la otra, y se formará un tabernáculo. 26:7 Harás asimismo cortinas de pelo de cabra para una cubierta sobre el tabernáculo; once cortinas harás. 26:8 La longitud de cada cortina será de treinta codos, y la anchura de cada cortina de cuatro codos; una misma medida tendrán las once cortinas. 26:9 Y unirás cinco cortinas aparte y las otras seis cortinas aparte; y doblarás la sexta cortina en el frente del tabernáculo. 26:10 Y harás cincuenta lazadas en la orilla de la cortina, al borde en la unión, y cincuenta lazadas en la orilla de la cortina de la segunda unión. 26:11 Harás asimismo cincuenta corchetes de bronce, los cuales meterás por las lazadas; y enlazarás las uniones para que se haga una sola cubierta. 26:12 Y la parte que sobra en las cortinas de la tienda, la mitad de la cortina que sobra, colgará a espaldas del tabernáculo. 26:13 Y un codo de un lado, y otro codo del otro lado, que sobra a lo largo de las cortinas de la tienda, colgará sobre los lados del tabernáculo a un lado y al otro, para cubrirlo. 26:14 Harás también a la tienda una cubierta de pieles de carneros teñidas de rojo, y una cubierta de pieles de tejones encima. 26:15 Y harás para el tabernáculo tablas de madera de acacia, que estén derechas. 26:16 La longitud de cada tabla será de diez codos, y de codo y medio la anchura. 26:17 Dos espigas tendrá cada tabla, para unirlas una con otra; así harás todas las tablas del tabernáculo. 26:18 Harás, pues, las tablas del tabernáculo; veinte tablas al lado del mediodía, al sur. 26:19 Y harás cuarenta basas de plata debajo de las veinte tablas; dos basas debajo de una tabla para sus dos espigas, y dos basas debajo de otra tabla para sus dos espigas. 26:20 Y al otro lado del tabernáculo, al lado del norte, veinte tablas; 26:21 y sus cuarenta basas de plata; dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo de otra tabla. 26:22 Y para el lado posterior del tabernáculo, al occidente, harás seis tablas. 26:23 Harás además dos tablas para las esquinas del tabernáculo en los dos ángulos posteriores; 26:24 las cuales se unirán desde abajo, y asimismo se juntarán por su alto con un gozne; así será con las otras dos; serán para las dos esquinas. 26:25 De suerte que serán ocho tablas, con sus basas de plata, dieciséis basas; dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo de otra tabla. 26:26 Harás también cinco barras de madera de acacia, para las tablas de un lado del tabernáculo, 26:27 y cinco barras para las tablas del otro lado del tabernáculo, y cinco barras para las tablas del lado posterior del tabernáculo, al occidente. 26:28 Y la barra de en medio pasará por en medio de las tablas, de un extremo al otro. 26:29 Y cubrirás de oro las tablas, y harás sus anillos de oro para meter por ellos las barras; también cubrirás de oro las barras. 26:30 Y alzarás el tabernáculo conforme al modelo que te fue mostrado en el monte. 26:31 También harás un velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; será hecho de obra primorosa, con querubines; 26:32 y lo pondrás sobre cuatro columnas de madera de acacia cubiertas de oro; sus capiteles de oro, sobre basas de plata. 26:33 Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, del velo adentro, el arca del testimonio; y aquel velo os hará separación entre el lugar santo y el santísimo. 26:34 Pondrás el propiciatorio sobre el arca del testimonio en el lugar santísimo. 26:35 Y pondrás la mesa fuera del velo, y el candelero enfrente de la mesa al lado sur del tabernáculo; y pondrás la mesa al lado del norte. 26:36 Harás para la puerta del tabernáculo una cortina de azul, púrpura, carmesí y lino torcido, obra de recamador. 26:37 Y harás para la cortina cinco columnas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro, con sus capiteles de oro; y fundirás cinco basas de bronce para ellas.

Capítulo 27
El altar de bronce
(Ex. 38.1-7)
27:1 Harás también un altar de madera de acacia de cinco codos de longitud, y de cinco codos de anchura; será cuadrado el altar, y su altura de tres codos. 27:2 Y le harás cuernos en sus cuatro esquinas; los cuernos serán parte del mismo; y lo cubrirás de bronce. 27:3 Harás también sus calderos para recoger la ceniza, y sus paletas, sus tazones, sus garfios y sus braseros; harás todos sus utensilios de bronce. 27:4 Y le harás un enrejado de bronce de obra de rejilla, y sobre la rejilla harás cuatro anillos de bronce a sus cuatro esquinas. 27:5 Y la pondrás dentro del cerco del altar abajo; y llegará la rejilla hasta la mitad del altar. 27:6 Harás también varas para el altar, varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de bronce. 27:7 Y las varas se meterán por los anillos, y estarán aquellas varas a ambos lados del altar cuando sea llevado. 27:8 Lo harás hueco, de tablas; de la manera que te fue mostrado en el monte, así lo harás.

El atrio del tabernáculo
(Ex. 38.9-20)
27:9 Asimismo harás el atrio del tabernáculo. Al lado meridional, al sur, tendrá el atrio cortinas de lino torcido, de cien codos de longitud para un lado. 27:10 Sus veinte columnas y sus veinte basas serán de bronce; los capiteles de las columnas y sus molduras, de plata. 27:11 De la misma manera al lado del norte habrá a lo largo cortinas de cien codos de longitud, y sus veinte columnas con sus veinte basas de bronce; los capiteles de sus columnas y sus molduras, de plata. 27:12 El ancho del atrio, del lado occidental, tendrá cortinas de cincuenta codos; sus columnas diez, con sus diez basas. 27:13 Y en el ancho del atrio por el lado del oriente, al este, habrá cincuenta codos. 27:14 Las cortinas a un lado de la entrada serán de quince codos; sus columnas tres, con sus tres basas. 27:15 Y al otro lado, quince codos de cortinas; sus columnas tres, con sus tres basas. 27:16 Y para la puerta del atrio habrá una cortina de veinte codos, de azul, púrpura y carmesí, y lino torcido, de obra de recamador; sus columnas cuatro, con sus cuatro basas. 27:17 Todas las columnas alrededor del atrio estarán ceñidas de plata; sus capiteles de plata, y sus basas de bronce. 27:18 La longitud del atrio será de cien codos, y la anchura cincuenta por un lado y cincuenta por el otro, y la altura de cinco codos; sus cortinas de lino torcido, y sus basas de bronce. 27:19 Todos los utensilios del tabernáculo en todo su servicio, y todas sus estacas, y todas las estacas del atrio, serán de bronce.

Aceite para las lámparas
(Lv. 24.1-4)
27:20 Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas. 27:21 En el tabernáculo de reunión, afuera del velo que está delante del testimonio, las pondrá en orden Aarón y sus hijos para que ardan delante de Jehová desde la tarde hasta la mañana, como estatuto perpetuo de los hijos de Israel por sus generaciones.

Mateo 25:1-30
Capítulo 25
Parábola de las diez vírgenes
25:1 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 25:2 Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 25:3 Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 25:4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 25:5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. 25:6 Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 25:7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 25:8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 25:9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 25:10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 25:11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 25:12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 25:13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

Parábola de los talentos
25:14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. 25:15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. 25:16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos 25:17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. 25:18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. 25:19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. 25:20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. 25:21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 25:22 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. 25:23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 25:24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25:25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. 25:26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 25:27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 25:28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 25:29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 25:30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Salmos 31:1-8
Capítulo 31
Declaración de confianza
Al músico principal. Salmo de David.
31:1 En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás;
Líbrame en tu justicia.
31:2 Inclina a mí tu oído, líbrame pronto;
Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.

31:3 Porque tú eres mi roca y mi castillo;
Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
31:4 Sácame de la red que han escondido para mí,
Pues tú eres mi refugio.
31:5 En tu mano encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.

31:6 Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias;
Mas yo en Jehová he esperado.
31:7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia,
Porque has visto mi aflicción;
Has conocido mi alma en las angustias.
31:8 No me entregaste en mano del enemigo;
Pusiste mis pies en lugar espacioso.


Proverbios 8:1-11
Capítulo 8
Excelencia y eternidad de la Sabiduría
8:1 ¿No clama la sabiduría,
Y da su voz la inteligencia?
8:2 En las alturas junto al camino,
A las encrucijadas de las veredas se para;
8:3 En el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad,
A la entrada de las puertas da voces:
8:4 Oh hombres, a vosotros clamo;
Dirijo mi voz a los hijos de los hombres.
8:5 Entended, oh simples, discreción;
Y vosotros, necios, entrad en cordura.
8:6 Oíd, porque hablaré cosas excelentes,
Y abriré mis labios para cosas rectas.
8:7 Porque mi boca hablará verdad,
Y la impiedad abominan mis labios.
8:8 Justas son todas las razones de mi boca;
No hay en ellas cosa perversa ni torcida.
8:9 Todas ellas son rectas al que entiende,
Y razonables a los que han hallado sabiduría.
8:10 Recibid mi enseñanza, y no plata;
Y ciencia antes que el oro escogido.
8:11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas;
Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.

Lectura Bíblica - Febrero 06

*** Lecturas de Hoy ***
  • Éxodo 23:14-25:40
  • Mateo 24:29-51
  • Salmos 30:1-12
  • Proverbios 7:24-27

Éxodo 23:14-25:40
Las tres fiestas anuales
(Ex. 34.18-26; Dt. 16.1-17)
23:14 Tres veces en el año me celebraréis fiesta. 23:15 La fiesta de los panes sin levadura guardarás. Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él saliste de Egipto; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías. 23:16 También la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores, que hubieres sembrado en el campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido los frutos de tus labores del campo. 23:17 Tres veces en el año se presentará todo varón delante de Jehová el Señor. 23:18 No ofrecerás con pan leudo la sangre de mi sacrificio, ni la grosura de mi víctima quedará de la noche hasta la mañana. 23:19 Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás a la casa de Jehová tu Dios. No guisarás el cabrito en la leche de su madre.

El Angel de Jehová enviado para guiar a Israel
23:20 He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. 23:21 Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él. 23:22 Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren. 23:23 Porque mi Angel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir. 23:24 No te inclinarás a sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos hacen; antes los destruirás del todo, y quebrarás totalmente sus estatuas. 23:25 Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. 23:26 No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo completaré el número de tus días. 23:27 Yo enviaré mi terror delante de ti, y consternaré a todo pueblo donde entres, y te daré la cerviz de todos tus enemigos. 23:28 Enviaré delante de ti la avispa, que eche fuera al heveo, al cananeo y al heteo, de delante de ti. 23:29 No los echaré de delante de ti en un año, para que no quede la tierra desierta, y se aumenten contra ti las fieras del campo. 23:30 Poco a poco los echaré de delante de ti, hasta que te multipliques y tomes posesión de la tierra. 23:31 Y fijaré tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Eufrates; porque pondré en tus manos a los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti. 23:32 No harás alianza con ellos, ni con sus dioses. 23:33 En tu tierra no habitarán, no sea que te hagan pecar contra mí sirviendo a sus dioses, porque te será tropiezo.

Capítulo 24
Moisés y los ancianos en el Monte Sinaí
24:1 Dijo Jehová a Moisés: Sube ante Jehová, tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos. 24:2 Pero Moisés solo se acercará a Jehová; y ellos no se acerquen, ni suba el pueblo con él. 24:3 Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho. 24:4 Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel. 24:5 Y envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová. 24:6 Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar. 24:7 Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. 24:8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas. 24:9 Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; 24:10 y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno. 24:11 Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron. 24:12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles. 24:13 Y se levantó Moisés con Josué su servidor, y Moisés subió al monte de Dios. 24:14 Y dijo a los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos a vosotros; y he aquí Aarón y Hur están con vosotros; el que tuviere asuntos, acuda a ellos. 24:15 Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte. 24:16 Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube. 24:17 Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel. 24:18 Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.

Capítulo 25
La ofrenda para el tabernáculo
(Ex. 35.4-9)
25:1 Jehová habló a Moisés, diciendo: 25:2 Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda. 25:3 Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre, 25:4 azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, 25:5 pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, 25:6 aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, 25:7 piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod y para el pectoral. 25:8 Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. 25:9 Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis.

El arca del testimonio
(Ex. 37.1-9)
25:10 Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio. 25:11 Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor. 25:12 Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en sus cuatro esquinas; dos anillos a un lado de ella, y dos anillos al otro lado. 25:13 Harás unas varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro. 25:14 Y meterás las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca con ellas. 25:15 Las varas quedarán en los anillos del arca; no se quitarán de ella. 25:16 Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré. 25:17 Y harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio. 25:18 Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio. 25:19 Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo; de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos. 25:20 Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines. 25:21 Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré. 25:22 Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel.

La mesa para el pan de la proposición
(Ex. 37.10-16)
25:23 Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de dos codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio. 25:24 Y la cubrirás de oro puro, y le harás una cornisa de oro alrededor. 25:25 Le harás también una moldura alrededor, de un palmo menor de anchura, y harás a la moldura una cornisa de oro alrededor. 25:26 Y le harás cuatro anillos de oro, los cuales pondrás en las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro patas. 25:27 Los anillos estarán debajo de la moldura, para lugares de las varas para llevar la mesa. 25:28 Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro, y con ellas será llevada la mesa. 25:29 Harás también sus platos, sus cucharas, sus cubiertas y sus tazones, con que se libará; de oro fino los harás. 25:30 Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí continuamente.

El candelero de oro
(Ex. 37.17-24)
25:31 Harás además un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo. 25:32 Y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y tres brazos al otro lado. 25:33 Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, una manzana y una flor; y tres copas en forma de flor de almendro en otro brazo, una manzana y una flor; así en los seis brazos que salen del candelero; 25:34 y en la caña central del candelero cuatro copas en forma de flor de almendro, sus manzanas y sus flores. 25:35 Habrá una manzana debajo de dos brazos del mismo, otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de los otros dos brazos del mismo, así para los seis brazos que salen del candelero. 25:36 Sus manzanas y sus brazos serán de una pieza, todo ello una pieza labrada a martillo, de oro puro. 25:37 Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren hacia adelante. 25:38 También sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro. 25:39 De un talento de oro fino lo harás, con todos estos utensilios. 25:40 Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.

Mateo 24:29-51
La venida del Hijo del Hombre
(Mr. 13. 24-37; Lc. 21. 25-36; 17. 25-36; 12. 41-48)
24:29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. 24:30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 24:31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. 24:32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 24:33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 24:34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 24:35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. 24:36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. 24:37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 24:38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 24:39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. 24:40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. 24:41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. 24:42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. 24:43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. 24:44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. 24:45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 24:46 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 24:47 De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. 24:48 Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; 24:49 y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, 24:50 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, 24:51 y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Salmos 30:1-12
Capítulo 30
Acción de gracias por haber sido librado de la muerte
Salmo cantado en la dedicación de la Casa.
Salmo de David.
30:1 Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado,
Y no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí.
30:2 Jehová Dios mío,
A ti clamé, y me sanaste.
30:3 Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol;
Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura.

30:4 Cantad a Jehová, vosotros sus santos,
Y celebrad la memoria de su santidad.
30:5 Porque un momento será su ira,
Pero su favor dura toda la vida.
Por la noche durará el lloro,
Y a la mañana vendrá la alegría.

30:6 En mi prosperidad dije yo:
No seré jamás conmovido,
30:7 Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte.
Escondiste tu rostro, fui turbado.

30:8 A ti, oh Jehová, clamaré,
Y al Señor suplicaré.
30:9 ¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura?
¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
30:10 Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí;
Jehová, sé tú mi ayudador.
30:11 Has cambiado mi lamento en baile;
Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
30:12 Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado.
Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.


Proverbios 7:24-27
7:24 Ahora pues, hijos, oídme,
Y estad atentos a las razones de mi boca.
7:25 No se aparte tu corazón a sus caminos;
No yerres en sus veredas.
7:26 Porque a muchos ha hecho caer heridos,
Y aun los más fuertes han sido muertos por ella.
7:27 Camino al Seol es su casa,
Que conduce a las cámaras de la muerte.