"¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?"
Amós 3:3 - RV60
Uno no puede vivir con otra persona si ambas
no están de acuerdo. Eso es lo que dice
Amós 3:3, es decir, es necesario establecer un compromiso en el cual hay deberes
y derechos para ambas partes. Eso es
como el matrimonio. Una relación
matrimonial se establece por medio de un acuerdo entre ambas partes. En ese acuerdo hay deberes que uno contrae
como el hecho de comprometerse a cuidar a la otra persona en tiempos de prosperidad
o en tiempos de escasez. Igualmente el
acuerdo significa el derecho a que uno sea cuidado por la otra persona.
En la Biblia, a ese "acuerdo" se le puede
conocer también como "pacto". Se
entiende por "pacto" el convenio que expresa una relación especial entre el
Señor y su pueblo. Es una especie de
lazo que encadena a dos partes.
En el relato de Génesis 9, Dios estableció
un pacto con Noé, y por medio de Noé con todos nosotros. Lo impresionante de este pacto es que Dios,
siendo el fuerte, adquiere compromisos preciosos con nosotros, siendo nosotros
débiles. Dios se pone a nuestra altura. El pacto se funda en el amor de Dios. No es un pacto entre iguales, pero Dios nos trata
como hijos. El pacto es obra de Dios y
regalo de Dios, y como todos los pactos bíblicos se demanda una señal del mismo.
Fue así como Dios puso el arco iris como
señal de ese pacto con Noé y con nosotros.
Veamos en detalle lo establecido por Dios.
Nunca más serán exterminados
Después de que la lluvia terminó, y cuando
el caudal de los ríos volvió a su normalidad, Noé levantó un altar de adoración
a Dios. Dice la Biblia que Noé ofreció
holocausto en el altar: "Y edificó Noé un
altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció
holocausto en el altar." (Génesis 8:20 -
RV60). Significa que ofreció una ofrenda
de adoración. Luego el Señor percibió
con aquella ofrenda un olor grato, con lo cual decidió no volver a maldecir la
tierra por causa del hombre: "Cuando el Señor
percibió el grato aroma, se dijo a sí mismo: "Aunque las intenciones del ser
humano son perversas desde su juventud, nunca más volveré a maldecir la tierra
por culpa suya..." (Génesis 8:21 - NVI)
En ese encuentro de adoración, Dios
establece un acuerdo, un pacto con Noé y sus hijos. Dios dijo: "Miren, yo voy a establecer mi alianza con ustedes y con sus
descendientes,... Mi alianza con ustedes no cambiará: no volveré a destruir a
los hombres y animales con un diluvio. Ya
no volverá a haber otro diluvio que destruya la tierra." (Génesis
9:9-11 - DHH)
Un pacto para la descendencia
Luego Dios explicó a Noé y su familia que
este pacto que Él hacía era un pacto perpetuo; es decir, un pacto para siempre.
Como parte del pacto, Dios bendijo a Noé y
sus hijos: "Dios bendijo a Noé
y a sus hijos, con estas palabras: "Tengan muchos hijos y llenen la
tierra."
(Génesis 9:1 - DHH). Esta es una bendición de multiplicación.
Dios quiere bendecirnos con una descendencia
de hijos e hijas santos, prometiendo también que esa descendencia sería
cubierta con su provisión: "Todo lo que se
mueve y tiene vida, al igual que las verduras, les servirá de alimento. Yo les
doy todo esto." (Génesis 9:3 -
NVI).
Todos los pactos que Dios hizo
con el pueblo de Israel, prometen de parte de Dios que Él dará una gran
descendencia, porque a Dios le agrada tener muchos hijos e hijas. Dios ama las familias. Dios te ama a ti.
Nuestra parte en el acuerdo de Dios
• Orar más: Orar debe ser siempre nuestra
primera elección, no solamente cuando estamos luchando. No debería ser nuestro último recurso cuando
nos hemos dado cuenta de que las cosas se están complicando, que están
empeorando o no están mejorando. Nuestra
primera parte en este acuerdo con Dios será buscarle primeramente a Él: "Mas buscad primeramente el reino de
Dios y su justicia, y todas estas cosas
os serán añadidas." (Mateo 6:33
- RV60)
• Leer y estudiar la Biblia: Desde la primera página y hasta la última de ellas, la
Biblia habla a nuestros corazones. En ella encontraremos la historia de todo, comenzando
con la Creación y terminando con la Eternidad.
Es cierto que hay partes difíciles de entender,
pero el Espíritu Santo se encargará de hacernos ver como todo encaja y nos
ayudará a conocer mejor a Dios, Sus planes para nuestras vidas, Sus propósitos
por el cual nos creó y nos capacitará y educará en una vida de rectitud.
"Toda
Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, para
corregir y educar en una vida de rectitud, para que el hombre de Dios esté
capacitado y completamente preparado para hacer toda clase de bien." (2 Timoteo 3:16 - DHH)
Vale la pena cada segundo que
invirtamos en la lectura y el estudio de la Palabra de Dios, porque solamente así
lograremos conocer a Dios y agradarle.
• Amar más a mi familia: Muchísimas veces, ya sea por el ajetreo, el bullicio o
las múltiples obligaciones, nos quedamos con poco tiempo para estar y compartir
con nuestros seres queridos. Nos
envuelve el trabajo, nuestra carrera, el estudio, las aficiones, nuestros
propios problemas y hasta la iglesia.
Nuestras familia son dones de Dios y no
debemos descuidar estos maravillosos regalos.
Además, son nuestros hijos y especialmente nuestros cónyuges nuestro
apoyo emocional.
Mucha veces se nos ha olvidado, que pueden
estar mal las circunstancias en el trabajo, pero si mi relación con mis hijos y
esposa(o) marcha bien, todo se lleva; pero por el contrario aunque las cosas
estén bien en el trabajo, no funcionamos bien cuando no están bien en nuestra
casa.
Dios instituyó la familia, lo
que muestra que Él mismo concede una gran importancia a la familia, por esto,
nosotros también debemos hacerlo.
• Cuidar mi cuerpo. Conforme pasan los años nos damos cuenta que nuestros
cuerpos no son tan resistentes como antes, aparecen los dolores que no
conocíamos y nos cansamos con mucha más facilidad.
Debo ocuparme más de mí mismo y no deshonrar a Dios
descuidando mi cuerpo: "¿O ignoráis que
vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros?" (1 Corintios 6:19 - RV60)
• Honrar a Dios en nuestro trabajo. Que bendecidos somos de tener un trabajo. Es por esto que debemos esforzarnos por vivir
nuestra fe en el lugar de nuestro trabajo y así honrar a Dios.
Ahí en el trabajo, donde muchos ´nos están
mirando, algunos esperando que siga siendo fiel, otros esperando que caiga,
debemos siempre representar a nuestro Salvador lo mejor que podamos: "para que sean intachables y
puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y
depravada. En ella ustedes brillan como
estrellas en el firmamento, manteniendo en alto la palabra de vida. Así en
el día de Cristo me sentiré satisfecho de no haber corrido ni trabajado en
vano."
(Filipenses 2:15 - NVI)
• Evangelizar más. Nuestra obligación es llevar la Palabra de Dios, las
Nuevas del Evangelio a las naciones; esta misión debe apasionarnos de forma que
presentemos a muchos al Dios y Salvador del Mundo. "Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta
necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare
el evangelio!" (1 Corintios 9:16 - RV60)
Oremos para que Dios guíe nuestros
pensamientos y motivaciones a la hora de llevar el evangelio de la gracia de
nuestro Señor.
"Pero
de ninguna cosa hago caso, ni estimo
preciosa mi vida para mí mismo, con tal
que acabe mi carrera con gozo, y el
ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios." (Hechos 20:24 - RV60)
"Por
cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo
justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en
Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su
sangre, para manifestar su
justicia, a causa de haber pasado por
alto, en su paciencia, los pecados pasados." (Romanos 3:23 - RV60)
"Pero
Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio
vida juntamente con Cristo (por gracia
sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para
mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su
bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." (Efesios 2:4-9 - RV60)
"Mas
Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo
murió por nosotros." (Romanos 5:8)
"…cree
en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa." (Hechos 16:31).
Es de esta manera que cumplimos nuestra
parte en el Pacto de Dios con nosotros.
Comienza un nuevo año, por el cual oro a
Dios para que sea un año de victoria, donde Dios bendiga y multiplique la obra
de nuestras manos y donde podamos ver la Gloria y el Poder de Dios operando en
nuestras vidas y nuestras familias de una forma sobrenatural.
Espero en Nuestro Señor, que lo expuesto en
este documento no sea solamente un buen propósito para este nuevo año, sino que
sea una firme decisión que cambiará nuestras vidas de una forma maravillosa e
inimaginable, no solamente en el presente sino también para la eternidad.
Estoy seguro, que al final de este nuevo año
que comienza podremos decir "¡Qué bueno es servir a Nuestro Dios!"