El
Evangelio según Juan nos muestra, más que ningún otro Evangelio, el ministerio
de nuestro Señor Jesús, y de forma general, podemos decir que solamente abarca
los últimos 21 días de este ministerio.
En total 9 capítulos de este evangelio, desde el 13 hasta el 22 se
dedican a la última semana en la vida de Jesús y la tercera parte se dedican al
día de Su muerte.
Los
primeros 11 capítulos definen el ministerio del Señor por medio del uso
selectivo que hace Juan de siete milagros, siete "YO SOY" y siete discursos. En el estudio de hoy, miraremos los siete "YO
SOY" para entender qué es lo que cada uno de ellos nos dicen.
1.- El
Pan de Vida
"Jesús
les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí
viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás."
Juan
6:35 – RVA
Cualquiera
que come de Él nunca más sentirá hambre espiritual. Como el maná de Éxodo 16, cada persona que lo
busca lo encontrará: "Pedid, y se os
dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que
busca, halla; y al que llama, se le abrirá." (Mateo 7:7-8 – RVA). Nuestro encuentro con el Señor es personal, cada uno de nosotros
tiene que encontrarlo por sí mismo, nadie lo puede recibir por nosotros y
tampoco lo podemos recibir por alguien más.
Todos
recibimos la cantidad necesaria de Él para nuestra salvación, a nadie le hace
falta y a nadie le sobra.
En
cuanto a nuestra sed, recordemos que Jesús le dijo a la mujer samaritana en el
pozo que el agua que Él le ofrecía aplacaría su sed para siempre. Señalando el Pozo de Jacob, frente al que se
encontraban, Jesús dijo: "Cualquiera
que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que
yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una
fuente de agua que salte para vida eterna." (Juan 4:13-14 – RVA)
"Si alguno tiene sed, venga a mí y
beba. El que cree en mí, como dice la
Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir
los que creyesen en él." (Juan
7:37b-39 - RVA).
En Jesús
se satisfacen nuestra hambre y sed espirituales. Una vez que tenemos el Espíritu Santo, nuestra
búsqueda por la plenitud espiritual termina y nunca más necesitaremos de algún
otro sostenimiento. El agujero en nuestro corazón finalmente es llenado.
2.- La
Luz Del Mundo
"Jesús se dirigió otra
vez a la gente, diciendo: Yo soy la luz del mundo;
el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y nunca andará en la oscuridad."
Juan
8:12 – DHH
Aquellas
personas que nos unimos a Jesús como uno de Sus discípulos, no seremos
ignorantes de los asuntos espirituales, sino que tendremos el poder para
entender de forma específica, la verdad espiritual que lleva a la vida eterna. Cuando tomamos el tiempo para aprender y
aplicar estas verdades en fe, descubrimos que cualquiera que sea la pregunta
espiritual, Jesús es la respuesta.
Veamos algunos ejemplos:
¿Nos sentimos lastimados o
desanimados? ¿Estamos sobrecogidos por
las preocupaciones de la vida?
"Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; más bien, en toda
ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle
gracias… Así
que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas
riquezas que tiene en Cristo Jesús." (Filipenses 4:4-7,19 – NVI)
"Dios
es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda segura en momentos de
angustia." (Salmo 46:1 – NVI)
¿Nos encontramos atravesando
problemas económicos?
"Así
tendrán ustedes toda clase de riquezas y podrán dar generosamente. Y la colecta que ustedes envíen por medio de
nosotros, será motivo de que los hermanos den gracias a Dios." (2 Corintios 9:11 – DHH)
"Den
a otros, y Dios les dará a ustedes. Les
dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Con la misma medida con que ustedes den a
otros, Dios les devolverá a ustedes." (Lucas 6:38 – DHH)
¿Estamos atravesando problemas de
salud?
"¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para
que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe sanará al enfermo y el Señor
lo levantará. Y si ha pecado, su pecado
se le perdonará. Por eso, confiésense
unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración el justo es poderosa y eficaz." (Santiago 5:14-16 – NVI)
¿Nos encontramos cargados de culpa
por nuestros pecados?
"Pero
si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos
perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad." (1 Juan 1:9 – DHH)
"Así pues, ahora ya no hay ninguna
condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, porque la ley del
Espíritu que da vida en Cristo Jesús, te liberó de la ley del pecado y de la
muerte." (Romanos 8:1-2 – DHH)
¡Cualquiera
que sea la pregunta espiritual, Jesús es la respuesta!
3.- La
Puerta
"Yo soy la puerta; el que entre por
esta puerta, que soy yo, será salvo. Se
moverá con entera libertad, y hallará pastos."
Juan
10:9 – NVI
Estas
palabras nos recuerdan el Salmo 23:2a – NVI: "En verdes pastos me hace descansar."
La
salvación se encuentra solamente por medio de Jesús, Él es la única puerta al
Reino de Dios. Habiendo entrado a través
de Él tendremos la libertad de entrar y salir cuando nos plazca, morando en un
estado de paz en medio de la abundancia, y así ciertamente la bondad y el amor
nos seguirán todos los días de nuestra vida, y moraremos en la casa del Señor
para siempre.
4.- El
Buen Pastor
"Yo soy
el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas."
Juan 10:11 – RVA
Nadie
espera que las ovejas se cuiden a sí mismas, por eso sus dueños contratan
pastores para cuidarlas, quienes son responsables por la seguridad y cuido del
rebaño. Sin embargo, muchos pastores
solamente asumen esa responsabilidad hasta el punto en que ésta atenta contra
su propia seguridad, decidiendo que su vida vale más que la de las ovejas. Son muy pocos los que arriesgan sus vidas para
proteger sus ovejas, y eso es precisamente lo que hizo nuestro Pastor, a
sabiendas y conscientemente, murió por nosotros para nuestra redención: "Nadie me quita la vida, sino que yo
la doy por mi propia voluntad."
(Juan 10:18a – DHH)
Él murió
en el lugar y como sustituto de nosotros, para lograr que fuésemos librados del
castigo del pecado, para obtener el perdón de nuestros pecados, y para que su
muerte adquiriera ese perdón. Nuestro
Señor entregó su vida por nosotros, sus ovejas.
5.- La
Resurrección y La Vida
"Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí,
aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel
que vive y cree en mí, no morirá eternamente."
Juan
11:25-26 – RVA
Esta es
una declaración increíble. El Señor ya
había dicho que cualquiera que creyera en Él no moriría sino que tendría vida
eterna: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna." (Juan
3:16 – RVA). Pero aquí Él nos da más
detalles indicando que a pesar de que un creyente muera físicamente, aún tendrá
vida eterna; es decir la resurrección de todas aquellas personas que mueren en
fe.
Nuestro
Señor también nos dice que habrá algunas personas que nunca morirán, sino que
pasarán de esta vida directamente a la otra. Él nos habla sobre una generación que estará
viva cuando Él venga por Su Iglesia y que será cambiada de mortal a inmortal
sin tener que morir antes: "Porque el
Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá
del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que
hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para
recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor." (1 Tesalonicenses 4:16-17 – RVA)
6.- El
Camino, Y La Verdad, Y La Vida
"Jesús
le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la
vida; nadie viene al Padre, sino por mí."
Juan
14:6 – RVA
No
existe ninguna otra manera de llegar a la presencia de Dios que la de aceptar
la muerte del Señor como pago total por nuestros pecados. El apóstol Pedro lo dijo claramente: “Y en ningún otro hay salvación; porque no
hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos
4:12 – RVA).
Jesús es
el único remedio provisto por Dios para el problema del pecado del hombre. Él es el único camino para la vida eterna. Esta es la verdad de la Palabra de Dios.
7.- La
Vid
"Yo soy
la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva
mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer."
Juan
15:5
Es claro
que un incrédulo no produce frutos, y aun después que recibimos la salvación,
los creyentes automáticamente no producimos frutos, pero si le entregamos
nuestra vida a Él (Romanos 12:1-2) y
respondemos al llamado del Espíritu Santo que Él envió para guiarnos (Juan 14:26) sí podemos producir muchos
frutos. De lo contrario, nuestras vidas
no serán productivas porque sin Él no podemos hacer nada que tenga un valor
espiritual. Aún seremos salvos, pero no
seremos de más uso en la obra del Reino que las ramas, o pámpanos, que el
agricultor poda en tiempo de la siega. Pablo lo confirma en 1 Corintios
3:12-15 – DHH: "Sobre este fundamento, uno puede construir con
oro, plata y piedras preciosas, o con madera, paja y cañas; pero el trabajo de
cada cual se verá claramente en el día del juicio; porque ese día vendrá con
fuego, y el fuego probará la clase de trabajo que cada uno haya hecho. Si lo que uno construyó es resistente,
recibirá su pago; pero si lo que construyó llega a quemarse, perderá su
trabajo, aunque él mismo logrará salvarse como quien escapa del fuego."
El
creyente sin frutos será salvo, pero como uno que ha escapado del fuego.
Muchos
de nosotros veremos nuestros mejores logros ser quemados en el fuego porque los
obtuvimos con motivos equivocados, como la auto satisfacción, o para obtener el
reconocimiento de los demás, o aun por el deseo de “tener puntos” con Dios. Solamente aquellas cosas que son provocadas
por el Espíritu Santo en las que nuestro único motivo es la gratitud por todo
lo que se nos ha dado permanecerán: "Por lo tanto, no juzguen nada antes de tiempo; esperen
hasta que venga el Señor. Él sacará a la
luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones
de cada corazón. Entonces cada uno
recibirá de Dios la alabanza que le corresponda." (1 Corintios 4:5 – NVI)
ORACIÓN
Gracias te doy Padre porque me
has hecho entender que solamente Tú Hijo Jesús es mi sustentador, y que es por
medio de Él que obtengo entendimiento y sabiduría para poder vivir de forma
adecuada.
Hoy sé, que Él es el único que
puede dar vida eterna, y que al haber pagado el precio de mi entrada a Tu Reino
con Su vida, puedo ingresar libremente, teniendo la garantía de esa vida eterna
contigo.
Padre en el nombre de Tu hijo
amado Jesús, te pido que sea Tu Santo Espíritu el que actúe en mí, para que por
el resto de mis días en esta tierra, sea obediente y agradecido por tu actuar
en mi vida. Que mi accionar sea conforme
a Tu voluntad y mi corazón conforme al Tuyo, ya que solamente esto es lo que al
final importa, AMÉN.