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sábado, 28 de abril de 2012

Cuatro cosas que Dios ha hecho por nosotros

Todos nosotros en algún momento de nuestras vidas, hemos recibido de alguien un regalo; sin embargo, por nuestra condición humana, al pasar el tiempo nuestra mente, que pasa muy ocupada en las situaciones del diario vivir, se permite olvidarse de este regalo.

Así también, en nuestra vida cristiana, y sobre todo, si no tenemos una relación personal y diaria con Dios, nos olvidamos de lo que Dios ha hecho por nosotros. Aún así, sé que muchos de nuestros lectores viven una vida cristiana plena, y un acercamiento diario y personal con Dios, lo que les permite siempre recordar ese sacrificio en la cruz para perdón de nuestros pecados y vivir agradecidos por ello, y por todo aquello que Dios ha hecho posible en nuestras vidas. ¡Gloria a Dios por eso!

Hoy, sin embargo, quiero tratar un tema que va más allá de esta verdad expuesta en el párrafo anterior, y es que Dios no se ha quedado de brazos cruzados, después de entregar a Su hijo por nuestra salvación. Él ha seguido trabajando en nuestras vidas y lo seguirá haciendo, así lo dice en Su Palabra: "Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo." (Filipenses 1:6)

En este mensaje me enfocaré en cuatro cosas que Dios ha hecho por nosotros, y que es posible que no hayamos visto aún, o bien que al pasar del tiempo en nuestra vida cristiana, hayamos dejado olvidadas. Ellas tienen el propósito de darnos el fin que Dios espera para nosotros.

1. Dios nos ha entregado el Espíritu Santo.
"Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz."
Romanos 8:4-6

● Cristo vive en nosotros por medio del Espíritu Santo: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí, y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí." (Gálatas 2:20)

● El Espíritu Santo mora en nosotros para:
Օ Estar con nosotros por y para siempre. No debe existir, por lo tanto tristeza, angustia o depresión en nosotros, y mucho menos por causa del pasado. Si existen estos sentimientos y otros temores afines, debemos clamar al Espíritu que mora en nosotros. "Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros." (Juan 14:15-17)

Օ Dar paz a nuestro corazón, sin importar lo que estemos pasando: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros." (Filipenses 4:6-9)

Օ Guiarnos a Su verdad: "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará, porque tomará de lo mío, y os lo hará saber." (Juan 16:13-14)

Օ Bendecirnos: "Y el arca de Dios estuvo con la familia de Obed-edom, en su casa, tres meses; y bendijo Jehová la casa de Obed-edom, y todo lo que tenía." (1 Crónicas 13:14)

Օ Librarnos de todo yugo, carga y esclavitud: "Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción." (Isaías 10:27)

Օ Interceder por nosotros ante el Padre: "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles." (Romanos 8:26)

2. Dios nos ha hecho Sus hijos.
"Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse."
Romanos 8:14-18

● Al recibir a Jesús como nuestro Señor y Salvador, Dios nos adoptó: "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios." (Juan 1:12)

● Como hijos de Dios, entonces:

Օ No debemos pensar en que por tener conflictos, no veremos nuestra Tierra Prometida.
"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo." (Juan 16:33)

"Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios." (Hechos 14:22)

"Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande." (Génesis 15:1)

Օ Dios quiere que hagamos nuestras, las posesiones que ya son nuestras.
● Paz:
"Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús." (2 Pedro 1:2)

"Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo, y sed agradecidos." (Colosenses 3:15)

"Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús." (Filipenses 4:7)

● Esperanza:
"Tendrás confianza, porque hay esperanza; mirarás alrededor, y dormirás seguro." (Job 11:18)

"Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti." (Salmo 39:7)

"Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza." (Salmo 62:5)

"Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, seguridad mía desde mi juventud." (Salmo 71:5)

● Gozo:
"Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría, y gozo perpetuo será sobre sus cabezas, y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido." (Isaías 35:10)

"Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos, volvieron para regresar a Jerusalén gozosos, porque Jehová les había dado gozo librándolos de sus enemigos." (2 Crónicas 20:27)

"Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre." (Salmo 16:11)

"Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo." (Salmo 92:4)

● Amor de Dios:
"Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado." (Romanos 5:5b)

"Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro." (Romanos 8:38-39)

3. Dios nos ha justificado, por lo que no hay condenación en nosotros.
"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu."
Romanos 8:1

● Si Dios no considera nuestro pasado, ¿por qué nosotros sí?: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas." (2 Corintios 5:17). Debemos limpiarnos de todo lo malo que han dicho de nosotros todos estos años. También debemos eliminar nuestra culpa por todo aquello que hicimos que no estaba bien hecho.

● Nuestros pensamientos negativos sobre nosotros mismos, no vienen de Dios: "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis." (Jeremías 29:11)

● Dios quiere que dejemos nuestro pasado atrás y veamos Su Gloria futura: "Y Moisés dijo al pueblo: No temáis, estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros, porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis." (Éxodo 14:13)

4. Dios nos ha dado seguridad de Su amor.
"Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro."
Romanos 8:37-39

● Por Su amor, el desea que estemos seguros que Él:
Օ Nos llena de Su plenitud.
"Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios." (Efesios 3:19)

Օ Recupera lo que hemos perdido.
"Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta." (Joel 2:25a)

Օ Nos hace conforme a Su imagen.
"Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos." (Romanos 8:29-30)

Օ Nos muestra Su gloria y Su grandeza.
"Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas?" (Deuteronomio 3:24)

"Y dijisteis: He aquí Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego; hoy hemos visto que Jehová habla al hombre, y éste aún vive." (Deuteronomio 5:24)

"Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo." (Éxodo 34:10)

Sabiendo estas cuatro cosas que Dios ha hecho por nosotros, debemos corresponder ahora a nuestro Dios, poniendo de nuestra parte y así cambiar nuestra vida.

Ahora nosotros debemos:

Օ Circuncidar nuevamente nuestra carne para ser libres de toda esclavitud y sanados en nuestro espíritu.
"En aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar la segunda vez a los hijos de Israel. Y Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó a los hijos de Israel en el collado de Aralot. Esta es la causa por la cual Josué los circuncidó: Todo el pueblo que había salido de Egipto, los varones, todos los hombres de guerra, habían muerto en el desierto, por el camino, después que salieron de Egipto. Pues todos los del pueblo que habían salido, estaban circuncidados; mas todo el pueblo que había nacido en el desierto, por el camino, después que hubieron salido de Egipto, no estaba circuncidado. Porque los hijos de Israel anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta que todos los hombres de guerra que habían salido de Egipto fueron consumidos, por cuanto no obedecieron a la voz de Jehová; por lo cual Jehová les juró que no les dejaría ver la tierra de la cual Jehová había jurado a sus padres que nos la daría, tierra que fluye leche y miel. A los hijos de ellos, que él había hecho suceder en su lugar, Josué los circuncidó; pues eran incircuncisos, porque no habían sido circuncidados por el camino. Y cuando acabaron de circuncidar a toda la gente, se quedaron en el mismo lugar en el campamento, hasta que sanaron. Y Jehová dijo a Josué: Hoy he quitado de vosotros el oprobio de Egipto; por lo cual el nombre de aquel lugar fue llamado Gilgal, hasta hoy." (Josué 5:2-9)

Օ Tomar lo que ya Dios nos ha dado y empezar a disfrutar Sus bendiciones.
"Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente." (Génesis 13:14)

"Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Habéis estado bastante tiempo en este monte. Volveos e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el Arabá, en el monte, en los valles, en el Neguev, y junto a la costa del mar, a la tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates. Mirad, yo os he entregado la tierra; entrad y poseed la tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia después de ellos." (Deuteronomio 1:6-8)

"Y los hijos de Israel acamparon en Gilgal, y celebraron la pascua a los catorce días del mes, por la tarde, en los llanos de Jericó. Al otro día de la pascua comieron del fruto de la tierra, los panes sin levadura, y en el mismo día espigas nuevas tostadas." (Josué 5:10-11)


ORACIÓN
Padre, vengo delante de Tu presencia, en el nombre de Cristo Jesús, para darte gracias Señor por Tus bondades y misericordias, porque Tus pensamientos sobre mí, son pensamientos de paz y bien y no pensamientos de mal. Hoy quiero exaltar y glorificar Tu nombre.

Señor, te pido perdón porque hasta este día, no había valorado que Tú me amas tanto que me has entregado Tu Espíritu Santo, me has justificado, me has hecho Tu hijo y me has dado la seguridad necesaria para llegar a cumplir Tu propósito en mí.

Yo sé, que Tu voluntad, buena, agradable y perfecta, es que disfrute de lo que ya Tú me has entregado; por eso hoy decido, dejar atrás mis pensamientos de dolor, angustia, tribulación y derrota, empezando a caminar por tu sendero para entrar y poseer aquello que ya me has dado con tu sacrificio en la cruz, y tomando la maldición de mis pecados, AMÉN.

jueves, 19 de abril de 2012

Confianza en medio de la angustia – Parte 2

En el primer mensaje de esta serie, comprendimos por qué nuestro Señor Jesús tuvo tan gran angustia antes de ser entregado.  ¿Qué estaba en juego en Getsemaní?  O moría el Señor allí mismo, dejando de salvar a la humanidad, o moría en el Calvario como estaba previsto, salvando así a todos nosotros pecadores y asumiendo en Sí mismo la maldición del pecado.

Sabiendo esto, seguiremos el ejemplo de nuestro Señor para poder vencer nuestras angustias.

Sabiendo esto, debemos seguir el ejemplo de nuestro Señor Jesús, para poder vencer nuestras angustias en las diferentes situaciones adversas de nuestra vida.  Al igual que Jesús, debemos poner nuestra confianza en Dios Todopoderoso.  Si hoy nos vemos afectados por estar sucumbidos en el alcoholismo o en la drogadicción, o estamos pasando por un proceso de separación o divorcio, o bien estamos sin trabajo, o nuestras finanzas están caídas, o nuestros padres no nos escuchan; entonces, buscamos a nuestro Padre en los cielos y confiando en Él depositamos nuestras angustias en sus manos: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar."  (Mateo 11:28 – RVA)

En Getsemaní cuando Jesús estaba en Su angustia desbordante, depositó Su confianza en el Dios Todopoderoso, a quien invocó en oración.  En ese lugar Cristo nos dejó un gran ejemplo de cómo confiar en Dios cuando atravesamos angustias.  En Hebreos 5:7 – RVA leemos este texto maravilloso: "Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente."

En nuestra angustia, debemos reflexionar en estas palabras consoladoras que encontramos en Hebreos 2:18 – DHH: "Y como él mismo sufrió y fue puesto a prueba, ahora puede ayudar a los que también son puestos a prueba."  Es decir, nuestro Señor Jesús habiendo sufrido y triunfado en Getsemaní, puede ayudarnos también a vencer nuestros propios miedos y angustias.  El Señor quiere enseñarnos a orar con perseverancia en esos momentos difíciles.  Él mismo no vio otra manera de salir de su angustia, que por medio de peticiones y súplicas.  Con mucha más razón deberíamos nosotros hacer lo mismo, para así vencer la angustia y dejar atrás los malos momentos que a diario nos tocan vivir.  Santiago destaca este aspecto: "¿Está alguno entre vosotros afligido?  Haga oración.  ¿Está alguno alegre?  Cante alabanzas."  (Santiago 5:13 – RVA)  ¿No sería interesante que comenzáramos a observar esta verdad de una manera nueva en nuestras vidas, confiando de manera incondicional en Dios, bajo cualquier circunstancia?

¡Confiar significa orar, y orar significa confiar!

David creía en esta realidad, así lo demuestran los muchos ejemplos que vemos en su vida.

"Dios y defensor mío, ¡contéstame cuando te llame!  Tú, que en mi angustia me diste alivio, ¡ten compasión de mí y escucha mi oración!"
Salmos 4:1 – DHH

"En mi angustia invoqué al Señor; clamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos!"
Salmos 18:6 – NVI

"Por eso, en momentos de angustia los fieles te invocarán, y aunque las aguas caudalosas se desborden, no llegarán hasta ellos."
Salmos 32:6 – DHH

"Desde los confines de la tierra te invoco, pues mi corazón desfallece; llévame a una roca donde esté yo a salvo."
Salmos 61:2 – NVI

"No escondas de tu siervo tu rostro, porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme."
Salmos 69:17 – RVA

"En mi angustia llamé al Señor; él me escuchó y me dio libertad."
Salmos 118:5 – DHH

David creía y sabía que para librarse de la angustia sólo existe una vía de escape: "Invocar al Señor con total confianza."

¿Qué significa invocar al Señor cuando estamos en angustia, por medio de la oración?

Una de las llaves para ser libres de la angustia es pedir socorro a Dios.  No es cuestión de hacer una sencilla oración, debemos clamar y suplicar si es necesario, como lo hacía David.  Para comprender mejor este concepto, nos detendremos y observaremos con más detalles las oraciones del Señor Jesús al Padre cuando se encontraba angustiado.  En ellas se muestra Su confianza en el Dios Todopoderoso.

Retomando Hebreos 5:7 – RVA: "Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.", y valorando la afirmación de la última oración de este texto de manera literal, concluimos que el Señor, verdaderamente, gritó, clamó y llegó al llanto de tal forma que se le podía escuchar.  Lo que allí padeció nuestro Señor no podemos explicarlo ni tampoco entenderlo, pero ciertamente fue una situación extrema.  En Lucas 22:44 – RVA está escrito: "Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra."

¿Qué gran misterio hay escondido en las oraciones de nuestro Señor en Getsemaní?

Veamos 3 detalles de estas oraciones:

Þ Con excepción de Hebreos 5:7, no se dice en ninguno de los Evangelios que el Señor comenzara a clamar o a gritar en la oración; solamente Lucas hace alusión a esto utilizando la expresión: "oraba más intensamente."

Þ En Mateo 26:39, 42 y 44 – RVA, se nos relata la situación de la siguiente manera: "Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú…  Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad…  Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras."

Þ En Marcos 14:35-36, 39 y 41 – RVA dice así: "Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora.  Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú…  Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras…  Vino la tercera vez…"

En estas oraciones de nuestro Señor, resaltan dos puntos importantes:

● Jesús pronunció esta oración en tres ocasiones, no solamente en una.

Queda claro para nosotros que el Señor oró tres veces.  Por lo tanto, cuando Hebreos 5:7 dice que el Señor "… en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas…" no se trata de la forma de la oración, sino más bien que ¡Jesús hizo esta oración tres veces!, es decir, tuvo perseverancia en la oración.

Él se encontraba en la mayor angustia de Su vida, y la misma le llevó a orar.  Su oración no se limitó a una corta y aislada súplica al Padre.  No, el Señor oró tres veces, de manera consciente y lúcida, usando siempre las mismas palabras.  ¡Cuán bueno sería si aplicáramos esto a nuestra vida personal de oración!

Son muchas las oportunidades en que nos enfrentamos a todo tipo de angustias y tensiones, en nuestro matrimonio, con nuestros hijos, en el trabajo…  Cuando esto sucede, enviamos un fervoroso pedido de ayuda al cielo.  Sin embargo, apenas logramos reponernos un poco, continuamos con nuestra rutina diaria.  No debería sorprendernos, entonces, que al poco tiempo seamos atacados, otra vez por el mismo mal.  La oración pronunciada por el Señor, de manera consciente y en tres oportunidades, nos muestra muy claramente que nosotros, si realmente queremos tener victoria sobre la angustia y cualquier situación adversa, incluyendo sentimientos afines que se repiten, no debemos orar solamente de vez en cuando.

Se hace necesario que lleguemos a tener una vida de oración perseverante y regular.  Solamente de esta manera seremos hijos de Dios capaces de lidiar de manera correcta con nuestras angustias, solamente así venceremos nuestras tribulaciones.

En las Escrituras leemos tres claros testimonios que nos exhortan a orar de esta manera:

"Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración."
Romanos 12:12 – RVA

"Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias."
Colosenses 4:2 – RVA

"No dejen ustedes de orar: rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Manténganse alerta, sin desanimarse, y oren por todo el pueblo santo."
Efesios 6:18 – DHH

Cuando la Biblia nos dice que la oración del Señor fue oída y que, en consecuencia, Él recibió pronto socorro y liberación de la angustia, podemos estar seguros que esto sólo aconteció después de Su perseverante oración.

● En cada una de las ocasiones en que oró, el Señor Jesús no se olvidó de someterse a la perfecta voluntad del Padre.

Este es un punto de vital importancia, y en él podemos ver que nuestro Señor vivía en una permanente entrega a la voluntad de Su Padre.  Tal vez no alcanzamos a comprender la importancia de esta entrega, pero en Su angustia, se presentó tres veces ante el Padre con el fin de orar las mismas palabras, pero de igual forma se sometió sucesivamente a la voluntad de Dios.  ¡Esto es total confianza en Dios Todopoderoso!

Muchas veces vamos delante de Dios, clamando y llevando a Él nuestra angustia, y en última instancia, siempre esperamos que Él haga aquello que nosotros queremos.

Dios quiere que nosotros nos convirtamos en personas que sepan lidiar con sus propias angustias y que puedan vencerlas.  Es por esto que Él nos llama a que comencemos a llevar una vida de oración regular y perseverante, eso sí, sin nunca olvidar someternos en forma total a Su voluntad.  Esta entrega de nuestra parte, sea cual sea la situación que estemos atravesando, debemos dejarla siempre de manifiesto en cada una de nuestras oraciones.

Si seguimos por esta senda, nos convertiremos en creyentes que -a pesar de seguir sintiendo angustias y penas por estar inmerso en este mundo- seremos capaces de permanecer tranquilos ante toda circunstancia adversa.  Nos sentiremos seguros en las manos del Señor, pase lo que pase, recordando que ¡lo que hace el Señor, siempre es bueno!

En Juan 16:33b – RVA dice: "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.  En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo."  Yo creo en estas palabras de Cristo.  ¿Las cree usted?  Si es así, ¡viva de acuerdo a esa fe, confiando en Dios Todopoderoso e invocándole en oración!, aun cuando el miedo quiera apoderarse de sus emociones.

ORACIÓN
En el nombre de Tu Hijo Jesús, vengo delante de Ti Padre, agradecido porque nuevas son tus maravillas cada mañana, y agradecido por Tu Palabra, viva y eficaz.

Padre, te pido perdón porque hasta hoy, en muchas ocasiones y ante las diferentes situaciones adversas que han llegado a mi vida, no he confiado en Tu voluntad.  Es cierto que he clamado ante tu presencia, pero he venido pensando en la solución; de hecho, muchas veces he venido poniendo mí solución sobre la tuya, sin tan siquiera intentar oírte.

Señor, ahora decido, que ante cualquier circunstancia, aun cuando el miedo se apodere de mis emociones, voy a confiar en Tu voluntad, buena agradable y perfecta.  Tu Palabra dice, que Tus pensamientos sobre mí, son pensamientos de paz y de bien, y no de mal, por lo que estoy seguro que todas las cosas que Tú haces, siempre son buenas, AMÉN.