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viernes, 18 de abril de 2014

¿Debemos los cristianos cumplir la ley?

La Ley es una serie de instrucciones, estatutos o mandatos dados por Dios para expresar Su voluntad; esto quiere decir que la Ley es la revelación de Dios y además, el pacto de Jehová con su pueblo se basa en la Ley.  Ella revela lo que le desagrada a Dios y lo que debemos evitar; y afecta a toda la sociedad, particularmente la relación entre cada uno de nosotros y Dios.  Prohíbe y restringe el pecado, y hace posible que se conserve cierta disciplina dentro de la sociedad rebelde: "¿Qué diremos, pues?  ¿La ley es pecado?  En ninguna manera.  Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás."  (Romanos 7:7)
La Ley entonces, condena el pecado cometido, y sirve como guía al pecador, descubriéndonos como transgresores: "…porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado."  (Romanos 3:20b)
Así pues, si los cristianos no conocemos y hacemos la Ley, estamos expuestos a pecar; la Biblia es clara cuando dice que pecamos aún en ignorancia.  (Levítico 5:18; Hebreos 9:7)
Establecido lo anterior es importante conocer y hacer la Ley.  Además el cumplir la Ley nos traerá prosperidad y bendición.  

Sustento con estas citas -de muchas- a manera de ejemplo:
v Deuteronomio 11:13-15: "Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy,  amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.  Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás."
v  Josué 1:7-9: "Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.  Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.  Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas."

Por último, cumplir con la Ley hará que hallemos gracia ante los ojos de Dios.
v  Génesis 7:5: "E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová."
v  Génesis 6:8: "Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová."
Ahora, ¿es necesario cumplir la Ley para ser salvo?  Definitivamente NO.  La Biblia nos enseña:
v  Gálatas 3:10-14: "Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.  Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.  Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu."
v  Romanos 3:28: "Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley."
v  Romanos 4:5: "mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia."
v  Efesios 2:8-9: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."
Sin embargo, estudiamos la Ley como nuestra guía moral para conducirnos.  Jesús mismo mencionó en Mateo 22:36-39 las dos leyes que debemos guardar: "Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?  Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.  Este es el primero y grande mandamiento.  Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo."
Por lo tanto, aunque no estamos bajo las leyes del Antiguo Testamento: "Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra."  (Romanos 7:6), estamos bajo la ley de un nuevo pacto, la del amar a Dios y a nuestro prójimo.  Cuando cumplimos esta ley, vamos a cumplir la Ley en su totalidad.  En otras palabras, amar a Dios significa que debemos en forma apropiada mostrar respeto, adoración honrándolo a Él.  De igual manera si amamos a nuestro prójimo como Jesús nos ordena, entonces, no mentiremos o robaremos o codiciaremos lo que es de él.
Por último Jesús no vino a abrogar la Ley (Mateo 5:17), por el contrario Él mismo la observó (Lucas 2:22-24; 27; 39) y reconoció su validez.  Él insistió en que la Ley de Dios era la única norma para la vida (Lucas 10:26-28).

Siguiendo entonces la actitud de Cristo, debemos observar la Ley y vivir principalmente de acuerdo con ella, quedando claros que ninguno puede justificarse por la Ley pues solo en Jesucristo está la unidad, la justificación y la salvación.