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martes, 31 de diciembre de 2013

Ponernos de acuerdo con Dios

"¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?"
Amós 3:3 - RV60

Uno no puede vivir con otra persona si ambas no están de acuerdo.  Eso es lo que dice Amós 3:3, es decir, es necesario establecer un compromiso en el cual hay deberes y derechos para ambas partes.  Eso es como el matrimonio.  Una relación matrimonial se establece por medio de un acuerdo entre ambas partes.  En ese acuerdo hay deberes que uno contrae como el hecho de comprometerse a cuidar a la otra persona en tiempos de prosperidad o en tiempos de escasez.  Igualmente el acuerdo significa el derecho a que uno sea cuidado por la otra persona.

En la Biblia, a ese "acuerdo" se le puede conocer también como "pacto".  Se entiende por "pacto" el convenio que expresa una relación especial entre el Señor y su pueblo.  Es una especie de lazo que encadena a dos partes.

En el relato de Génesis 9, Dios estableció un pacto con Noé, y por medio de Noé con todos nosotros.  Lo impresionante de este pacto es que Dios, siendo el fuerte, adquiere compromisos preciosos con nosotros, siendo nosotros débiles.  Dios se pone a nuestra altura.  El pacto se funda en el amor de Dios.  No es un pacto entre iguales, pero Dios nos trata como hijos.  El pacto es obra de Dios y regalo de Dios, y como todos los pactos bíblicos se demanda una señal del mismo.  Fue así como Dios puso el arco iris como señal de ese pacto con Noé y con nosotros.

Veamos en detalle lo establecido por Dios.

Nunca más serán exterminados

Después de que la lluvia terminó, y cuando el caudal de los ríos volvió a su normalidad, Noé levantó un altar de adoración a Dios.  Dice la Biblia que Noé ofreció holocausto en el altar: "Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar."   (Génesis 8:20 - RV60).  Significa que ofreció una ofrenda de adoración.  Luego el Señor percibió con aquella ofrenda un olor grato, con lo cual decidió no volver a maldecir la tierra por causa del hombre: "Cuando el Señor percibió el grato aroma, se dijo a sí mismo: "Aunque las intenciones del ser humano son perversas desde su juventud, nunca más volveré a maldecir la tierra por culpa suya..."  (Génesis 8:21 - NVI)

En ese encuentro de adoración, Dios establece un acuerdo, un pacto con Noé y sus hijos.  Dios dijo: "Miren, yo voy a establecer mi alianza con ustedes y con sus descendientes,... Mi alianza con ustedes no cambiará: no volveré a destruir a los hombres y animales con un diluvio.  Ya no volverá a haber otro diluvio que destruya la tierra."  (Génesis 9:9-11 - DHH)

Un pacto para la descendencia

Luego Dios explicó a Noé y su familia que este pacto que Él hacía era un pacto perpetuo; es decir, un pacto para siempre.  

Como parte del pacto, Dios bendijo a Noé y sus hijos: "Dios bendijo a Noé y a sus hijos, con estas palabras: "Tengan muchos hijos y llenen la tierra."  (Génesis 9:1 - DHH).  Esta es una bendición de multiplicación.  

Dios quiere bendecirnos con una descendencia de hijos e hijas santos, prometiendo también que esa descendencia sería cubierta con su provisión: "Todo lo que se mueve y tiene vida, al igual que las verduras, les servirá de alimento.   Yo les doy todo esto."  (Génesis 9:3 - NVI).   

Todos los pactos que Dios hizo con el pueblo de Israel, prometen de parte de Dios que Él dará una gran descendencia, porque a Dios le agrada tener muchos hijos e hijas.  Dios ama las familias.  Dios te ama a ti.

Nuestra parte en el acuerdo de Dios

• Orar más: Orar debe ser siempre nuestra primera elección, no solamente cuando estamos luchando.  No debería ser nuestro último recurso cuando nos hemos dado cuenta de que las cosas se están complicando, que están empeorando o no están mejorando.  Nuestra primera parte en este acuerdo con Dios será buscarle primeramente a Él: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,  y todas estas cosas os serán añadidas."  (Mateo 6:33 - RV60)

• Leer y estudiar la Biblia: Desde la primera página y hasta la última de ellas, la Biblia habla a nuestros corazones.  En ella encontraremos la historia de todo, comenzando con la Creación y terminando con la Eternidad.

Es cierto que hay partes difíciles de entender, pero el Espíritu Santo se encargará de hacernos ver como todo encaja y nos ayudará a conocer mejor a Dios, Sus planes para nuestras vidas, Sus propósitos por el cual nos creó y nos capacitará y educará en una vida de rectitud.

"Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud, para que el hombre de Dios esté capacitado y completamente preparado para hacer toda clase de bien."  (2 Timoteo 3:16 - DHH)

Vale la pena cada segundo que invirtamos en la lectura y el estudio de la Palabra de Dios, porque solamente así lograremos conocer a Dios y agradarle.

• Amar más a mi familia:  Muchísimas veces, ya sea por el ajetreo, el bullicio o las múltiples obligaciones, nos quedamos con poco tiempo para estar y compartir con nuestros seres queridos.  Nos envuelve el trabajo, nuestra carrera, el estudio, las aficiones, nuestros propios problemas y hasta la iglesia.

Nuestras familia son dones de Dios y no debemos descuidar estos maravillosos regalos.  Además, son nuestros hijos y especialmente nuestros cónyuges nuestro apoyo emocional.

Mucha veces se nos ha olvidado, que pueden estar mal las circunstancias en el trabajo, pero si mi relación con mis hijos y esposa(o) marcha bien, todo se lleva; pero por el contrario aunque las cosas estén bien en el trabajo, no funcionamos bien cuando no están bien en nuestra casa.

Dios instituyó la familia, lo que muestra que Él mismo concede una gran importancia a la familia, por esto, nosotros también debemos hacerlo.

Cuidar mi cuerpo.  Conforme pasan los años nos damos cuenta que nuestros cuerpos no son tan resistentes como antes, aparecen los dolores que no conocíamos y nos cansamos con mucha más facilidad.

Debo ocuparme más de mí mismo y no deshonrar a Dios descuidando mi cuerpo: "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?"  (1 Corintios 6:19 - RV60)

Honrar a Dios en nuestro trabajo.  Que bendecidos somos de tener un trabajo.  Es por esto que debemos esforzarnos por vivir nuestra fe en el lugar de nuestro trabajo y así honrar a Dios.

Ahí en el trabajo, donde muchos ´nos están mirando, algunos esperando que siga siendo fiel, otros esperando que caiga, debemos siempre representar a nuestro Salvador lo mejor que podamos: "para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada.  En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento, manteniendo en alto la palabra de vida.   Así en el día de Cristo me sentiré satisfecho de no haber corrido ni trabajado en vano."  (Filipenses 2:15 - NVI)

Evangelizar más.  Nuestra obligación es llevar la Palabra de Dios, las Nuevas del Evangelio a las naciones; esta misión debe apasionarnos de forma que presentemos a muchos al Dios y Salvador del Mundo.  "Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y  ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!"  (1 Corintios 9:16 - RV60)

Oremos para que Dios guíe nuestros pensamientos y motivaciones a la hora de llevar el evangelio de la gracia de nuestro Señor.

"Pero de ninguna cosa hago caso,  ni estimo preciosa mi vida para mí mismo,  con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios."  (Hechos 20:24 - RV60)

"Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados."  (Romanos 3:23 - RV60)

"Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo  (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.  Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras,  para que nadie se gloríe."  (Efesios 2:4-9 - RV60)

"Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros." (Romanos 5:8)

"…cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa." (Hechos 16:31).

Es de esta manera que cumplimos nuestra parte en el Pacto de Dios con nosotros. 

Comienza un nuevo año, por el cual oro a Dios para que sea un año de victoria, donde Dios bendiga y multiplique la obra de nuestras manos y donde podamos ver la Gloria y el Poder de Dios operando en nuestras vidas y nuestras familias de una forma sobrenatural.

Espero en Nuestro Señor, que lo expuesto en este documento no sea solamente un buen propósito para este nuevo año, sino que sea una firme decisión que cambiará nuestras vidas de una forma maravillosa e inimaginable, no solamente en el presente sino también para la eternidad.

Estoy seguro, que al final de este nuevo año que comienza podremos decir "¡Qué bueno es servir a Nuestro Dios!"