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sábado, 31 de agosto de 2013

Las tres principales razones que contristan el Espíritu Santo – Parte 1

"Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención."
Efesios 4:30 - RV60

Lamentablemente en el Cuerpo de Cristo hay una triste realidad: continuamente, estamos ofendiendo y contristando al Espíritu Santo.  

¿Qué significa contristar?

Contristar viene de la palabra griega "lupeo", que significa tristeza; también se refiere a causar dolor, afligir, entristecer.  

El apóstol en la Carta a los Efesios nos dice entonces que con nuestros actos podemos hacer que el Espíritu Santo se aflija, se entristezca, y además, podemos causarle dolor. Cuando Él está contristado en nosotros, automáticamente afecta todo nuestro ser y toda nuestra vida.

La diferencia entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es que el Espíritu Santo es más sensible, por esto, no debemos apagar al Espíritu Santo cuando Él nos está encendiendo del poder y la unción.

"No apaguéis al Espíritu."
1Tesalonisenses 5:19 - RV60

Entristecer y causarle dolor al Espíritu Santo, es apagar sus operaciones.

¿Por qué contristamos al Espíritu Santo?

Hoy, existen muchos corazones están endurecidos y han perdido la sensibilidad de la presencia del Espíritu Santo, lo que no permite que Su voz sea oída.  Además, muchos no están conscientes que existen tres condiciones básicas que enojan y contristan sobremanera al Espíritu Santo de Dios.  Sin esta conciencia es imposible hacer algo para no contristar el Espíritu Santo.  Entonces, el endurecimiento de nuestro corazón y el desconocimiento hacen que con muchas obras contristemos el Espíritu Santo.

Por esto, hoy nos vamos a enfocar en tres aspectos básicos causantes del entristecimiento y el dolor del Espíritu Santo.  Conocerlos y hacer los cambios pertinentes, hará de nuestra vida espiritual, una vida mejor, con la seguridad de un crecimiento espiritual y de un derramamiento de la voluntad de Dios en nuestras vidas, buena, agradable y perfecta.

  LA REBELDÍA
 Se manifiesta en contra de Dios y de las autoridades establecidas.  El origen de la rebeldía está en Satanás: "Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos."  (Isaías 63:10 - RV60)

Existen tres formas principales a través de las cuales se manifiesta la rebeldía:

• Las palabras: La rebeldía se manifiesta a través de las palabras por medio de la murmuración y la crítica.

• Los razonamientos: Son los cuestionamientos acerca de la autoridad.  Muchas veces creemos que lo que nuestros padres nos dicen, o bien las decisiones de nuestros jefes, nos son adecuadas.  Peor aún muchísimas veces cuestionamos lo que Dios está haciendo en nuestras vidas, pensamos que porque nosotros lo haríamos diferente, nuestra forma es la correcta y no la de Dios.

• Los pensamientos: cuando hay comentarios de murmuración estos provienen de un corazón rebelde.

Estos tres puntos dejan claro que la rebeldía viene de Satanás, quien la produce en nosotros por medio del engaño.  No obstante, muchas veces la rebeldía nace de nosotros mismos, por nuestra propia naturaleza pecaminosa, que produce en nosotros soberbia, orgullo y amargura entre otras cosas. 

Sin embargo, la principal causa del rechazo a la autoridad son la heridas que aún tenemos en nosotros. 

Todos nosotros hemos sido heridos en algún momento, sin embargo, todos nosotros también hemos herido en algún momento.  Que fácil nos ha resultado olvidar las heridas causadas a otros incluso a Dios, pero que tan difícil nos ha sido perdonar las heridas que nos han hecho.  Hoy mismo no hemos perdonado situaciones que han pasado ya hace varios años, y en algunos casos hace muchos años, tantos como 10, 20 o más.  Estas heridas abiertas han causado en nosotros resentimiento, amargura, odio y rebeldía.

Esto ha de ayudarnos:
• No se deben ver los errores que comete el hombre que está en autoridad, sino la autoridad de la cual está revestido.
• A Dios le corresponde poner y quitar las autoridades.
• Si el hombre en autoridad falla, se equivoca o peca, es a Dios a quien le corresponde actuar.

"Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado."
1 Samuel 15:24-25 - RV60

"Y no sean como sus padres, generación contumaz y rebelde; generación que no dispuso su corazón, ni fue fiel para con Dios su espíritu."
Salmos 78:8 - RV60

"¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros."
Hechos 7:51 - RV60


ORACIÓN

Padre Santo, ante tu presencia me presento, humillando mi corazón para que pueda ser tomado y tratado por ti, de forma que hagas de él un corazón limpio y me des un espíritu renovado.

Entiendo Señor, que por mi rebeldía he contristado tu Espíritu Santo, pero hoy decido dejar esta rebeldía atrás.  Te entrego mis palabras, mis razonamientos y mis pensamientos rebeldes.  También te entrego mis viejas heridas, ya que no quiero sentir más dolor recordando el pasado.

Hoy decido caminar y mirar hacia adelante, solamente procurando alcanzar la meta, sin ver los errores de los demás, sino más bien entregándote los míos propios, de forma que sea completamente libre, en el nombre de Jesús, Amén.