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jueves, 31 de diciembre de 2009

Una nueva oportunidad

Muy seguramente todos nosotros hagamos un balance de los sucesos ocurridos este año que termina y sus efectos sobre nuestra vida.  En algunas ocasiones estos sucesos llegaron con tristezas, en otras con alegrías pasajeras, o bien con dicha que perdura en el corazón.

Todos estos sucesos, son parte de nuestra biografía, que no es más que un depósito donde almacenamos nuestros recuerdos, como resultado de lo que hemos hecho y de lo que nos han hecho, sean estos buenos o malos, agradables o dolorosos.

Para algunos de nosotros este año que termina, es la culminación de éxito en nuestras vidas, a nivel personal, profesional, familiar y espiritual, ya que hemos crecido sobre las experiencias vividas.  Pero para muchas personas, el final de un año más, no representa aprender de lo vivido.  Por el contrario, es una acumulación de malas experiencias, que han venido afectando su vida desde que tienen memoria.  Esta acumulación de experiencias negativas es motivo de frustración, por lo que el mayor deseo de estas personas es borrar de golpe todo lo que pertenece al pasado (consciente o inconsciente), teniendo el anhelo de ser completamente otra persona y así deshacerse de ese pasado que le persigue y le marca. 

Es posible que el llanto, el dolor, el tormento, las tribulaciones y el sufrimiento, nos hayan marcado tanto en años anteriores y en este mismo año que termina, que lo único que deseamos es olvidar.

¿Cuántos de nosotros hemos cambiado de área geográfica para olvidar? Recuerdo de niño, que hoy vivíamos en un lugar y mañana, sin previo aviso, vivíamos en otro muy distante.  Mi madre, que había sufrido mucho por el alcoholismo de mi abuelo, quería escapar de esa realidad con cambios repentinos de área geográfica, ella sufría del "síndrome de Marco Polo" y nos envolvía a toda la familia en este deseo de olvidar.

¿Cuántos hemos intentado cambiarnos el nombre para olvidar? Uno de mis hermanos, a quien yo sigo de edad, se sentía tan decepcionado de ser quien era y de sus raíces, que en cuanto tuvo oportunidad cambió su nombre, por uno que el creía reflejaba mejor su carisma y personalidad, convirtiéndolo así en una persona triunfadora (eso pensaba), lástima que no cambió su actitud hacia la vida…

¿Cuántos van de trabajo en trabajo, buscando el empleo ideal, o bien se refugian en el alcoholismo, las drogas y el sexo, para escapar de su pasado?

¿Es posible cambiar nuestra vida y tener un futuro prometedor?

¡Claro que es posible cambiar nuestra vida! Entendiendo que cada año nuevo puede ser todo lo maravilloso que nosotros queramos; que el inicio de un nuevo año es “un regalo de Dios para nuestras vidas” con el objetivo, no de destruir nuestro pasado, sino de construir nuestro futuro.

1. Jesús nos da una Vida Nueva.

Es muy cierto lo que el apóstol Pablo nos dice en 2 Corintios 5:17: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas".

El corazón del que no está regenerado está lleno de enemistad contra Dios, y Dios está justamente ofendido con él.  Pero puede haber reconciliación por medio de Jesucristo.

Al aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador somos creados de nuevo y nuestro corazón no es sólo enderezado, sino que nos es dado un corazón nuevo.  Cuando somos renovados actuamos sobre la base de principios nuevos, por reglas nuevas, con finalidades nuevas y con compañía nueva.

Ahora somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras.  Aunque somos lo mismo como hombres o mujeres, hemos cambiado el carácter y la conducta, nuestra actitudes son diferentes, nuestra perspectiva ante la vida y ante nuestro pasado, es diferente.  Ahora tenemos una dignidad nueva, un sólido sentido de identidad y la esperanza de un futuro diferente, por mencionar algunas "cosas que han sido hechas nuevas".

Estas palabras deben significar más que una reforma superficial.  Si antes no veíamos belleza en el Salvador para desearlo, ahora le amamos por sobre todas las cosas.

2. Jesús nos da nuevos recursos y salidas.

Por medio de nuestro Señor Jesucristo nos serán dados nuevos recursos y salidas para sobrellevar las situaciones de nuestra vida que más nos pesan: "No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla" (1 Corintios 10:13 – versión RV95).

La Palabra de Dios es enfática. Tendremos pruebas sí, pero en Cristo Jesús tendremos también la salida para poder soportarlas y vencerlas.

3. Nosotros como Milagro de Dios.

Nuestra vida no es un accidente, aún cuando hayamos venido sobrellevando largos años de escasez y derrota, que han creado en nuestros pensamientos, la sensación de que viviremos de igual forma por el resto de nuestras vidas.  Dios nos utiliza no solo a pesar de nuestro pasado, sino a través de él, por lo que debemos aceptar nuestra condición actual y reconocer que nuestro pasado, nuestro origen, nuestro comienzo, ha sido así porque Dios nos ha plantado bajo estas condiciones como parte de su grandioso plan para con nosotros.

Cuando logramos entender que nuestra vida cumple el propósito de Dios, comprendemos también, que Dios es un Dios de cambios, dispuesto a cambiar nuestro estado seco y árido, sustituyendo la escasez por abundancia, la enfermedad por salud, la soledad por compañía y la maldición en bendición, por tanto en vez de luchar con nuestro pasado, confiemos en que Dios lo usará para bien: "Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien" (Romanos 8:28a).

Después de un tiempo entenderemos que era necesario pasar por las situaciones que hemos vivido y entonces alabaremos a Dios por sus estrategias.

4. Dios sembró la Buena Semilla.

A pesar de todo lo vivido Dios nos ha cuidado y hemos crecido, aún cuando no hemos sido la mejor tierra, crecemos porque tenemos la mejor semilla – Jesucristo.  Dios por su amor, ha sembrado la semilla perfecta en nuestra vida.  Leamos Lucas 13:6-9: "Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después".

Dios ha invertido tiempo en plantar la higuera que hoy somos, y lo ha hecho en un tiempo específico, en un lugar específico, en un momento específico y con condiciones específicas.

Hemos crecido porque Dios ha sembrado su semilla de forma correcta e igualmente ha cuidado de nosotros.

5. Una nueva oportunidad.

Es claro que Dios ha sembrado buena semilla en nosotros, y también es claro que no hemos sido la mejor tierra.  ¿Cuántos de nosotros al día de hoy no hemos dado fruto alguno?  Aún así no debemos preocuparnos; si hemos hecho malo o si hemos pecado, Dios nos ama como somos. Romanos 5:8 nos dice: "mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nuestros pecados".

Realmente Dios conoce la semilla que plantó en nosotros, por esto también conoce cuál será nuestro fruto.  Ahora ya entendemos porque somos valiosos para Dios y por qué, por su amor, nos dará una nueva oportunidad.

Este nuevo año, es esta nueva oportunidad.  Una oportunidad para responder a Dios como Él lo espera, una oportunidad para alejarnos del pecado y buscar nuestra pertenencia en Cristo Jesús, una oportunidad para dar fruto de acuerdo a lo que Dios espera de nosotros.

Para este nuevo año, nos armaremos de un nuevo pensamiento vencedor y nos postraremos a los pies del Señor, agradeciendo todo lo que ha sido nuestra vida, dejando atrás nuestro pasado y levantándonos bajo la dirección de Dios.

Deuteronomio 1:11 dice: "¡Jehová Dios de vuestros padres os haga mil veces más de lo que ahora sois, y os bendiga, como os ha prometido!".  Por la fe nos vemos mil veces más y mejor de lo que somos ahora, dando fruto ciento por uno, para la Gloria y Honra de nuestro Señor Jesucristo.

Hoy le invito para que antes de que termine este año, tome un papel y un lápiz y escriba por un lado una columna que diga "lo que soy ahora" y por otro una columna que diga "lo que seré mil veces más y mejor de lo que soy ahora con la bendición de Dios".  Escriba en ambas columnas y tómese el tiempo necesario para hacerlo. Luego léalo, reclámelo y tómelo por fe.

Dios es un Dios multiplicador y así como existen tiempos de otoño e invierno (que representan los tiempos difíciles y estériles), en un momento determinado Él soplará para que vengan sobre nuestras vidas vientos primaverales y de verano (que representan los tiempos de multiplicación y bendición).

Hoy puede ser el amanecer de algo grande en Dios para su vida.  ¿Lo cree o se quedará afuera por la incredulidad? 

ORACION
Padre Santísimo, ayúdame a partir de hoy a ver mi pasado como un aliado y no como mi enemigo, a entender Señor, que este pasado doloroso tu lo utilizas para cumplir tus propósitos en nuestra vida.  Hoy sé que mi pasado fue limpiado cuando mi Señor Jesús, perdonó mis pecados con su sangre y me aferro Señor a tus palabras en Isaías 43:18, que son como un bálsamo sanador para las cicatrices de mi pasado.

Entiendo Señor, que nada de lo que he vivido es un desperdicio, que todo lo utilizarás como abono para tu semilla sembrada en mí; te pido que me ayudes a aprovechar esta nueva oportunidad que me das, por lo que decido alejarme del pecado y entregar mi vida completa a ti para así poder dar el fruto que tú esperas de mí.  Llena mi vida con tu presencia…

¡Gracias Señor!, porque en este año que comienza, seguiré viendo tu Gloria y seré mil veces más y mejor de lo que soy ahora.  ¡Gracias mi Dios! porque sé que tus bendiciones vendrán sobre mí, mi familia, mi trabajo y mi vida en general, según tu promesa. AMÉN.

jueves, 24 de diciembre de 2009

El verdadero sentido de la Navidad

La Navidad es una celebración en la cual la mayoría de nosotros nos damos permiso de ser felices.  En esta época nos animamos a soñar, a reír y hasta nos permitirnos olvidar por un instante nuestros problemas.  Esta época es la época de las reconciliaciones, de la solidaridad y la perfecta oportunidad para experimentar un poco de paz.

En esta época donde nos permitimos tantísimas cosas, debemos permitirnos también la oportunidad para reflexionar en el verdadero sentido de la Navidad.

¿Cuál es el verdadero sentido de la Navidad?

La celebración de Navidad tiene que ver con un maravilloso regalo que se nos ha dado y que es imposible describirlo con palabras.  La Navidad es este tiempo de gozo y de paz donde debemos celebrar el hecho de que Jesús vino a este mundo como un niño para cumplir un propósito.

El nacimiento del Salvador es un evento absolutamente decisivo en la historia de la salvación, lo podemos leer en las profecías: "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz." (Isaías 9:6).

El nacimiento del hijo de Dios es un suceso que todo el cielo celebró: "Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.  Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.  Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.  Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.  Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!  Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.  Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.  Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño.  Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían." Lucas 2:8-18.

¿Qué propósito vino a cumplir el Hijo de Dios?

Jesús nació, para luego morir por nuestros pecados, así nos lo dice 1 Corintios 15:3: "Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras".

El propósito del nacimiento del Hijo de Dios, entonces era morir por nosotros para darnos vida eterna: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16).

Este propósito lo resume el apóstol Pedro así: "Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu." (1 Pedro 3:18).

Este versículo revela tres cosas que Dios ha hecho por nosotros y que deben motivarnos a celebrar con gozo en Navidad.

1. El Maravilloso sacrificio de Dios
    "Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados"

Es difícil entender cómo este inocente niño que nació en Belén, tendría que morir por los pecados de todos nosotros, máxime que él nunca pecó: "sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado." (Hebreos 4:15b).  Sin embargo, esto es precisamente lo que Cristo vino a hacer.

Dios sacrificó a su hijo Jesús para que en nosotros fuesen perdonados nuestros pecados y pudiésemos ser salvos por su Gracia.  Pedro enfatiza el hecho de que Cristo murió una vez.  El está diciendo que la muerte de Jesús fue definitiva, por lo que incluye todos nuestros pecados pasados, presentes y futuros.

Algunas veces, según cuentan los beduinos (moradores de los desiertos), se despiertan y se dan cuenta que durante la noche una oveja acaba de parir a un cordero muerto.  En otra parte del rebaño, se encuentra otro cordero que ha nacido y ha perdido a su madre durante el nacimiento.  Los dos están solos ahora y ambos se necesitan.  Para unir a la mamá que ha perdido a su cría y al pequeño cordero huérfano, el pastor necesita realiza un ritual de la siguiente forma.  El pastor rocía la sangre del cordero que nació muerto sobre el cordero huérfano y lo presenta a la madre que quedó sola establecer una conexión entre ambos, es así como se inicia la relación entre los dos.

De la misma manera, la sangre de Cristo sella nuestra relación con Dios.  El Padre Celestial sacrificó a su Hijo para que pudiéramos ser perdonados, dio a Jesús para que pudiéramos tener vida eterna.  Él pagó la deuda que nosotros no podíamos pagar.

2. La Maravillosa misericordia de Dios.
    "el justo por los injustos"

Uno de los misterios más grandes del evangelio es que un Dios Santo decidiera cuidar a personas pecadoras.  No lo podemos explicar; pero sí nos podemos aferrar a ello.

La palabra "justo" describe a alguien cuyas acciones están perfectamente de acuerdo con lo que cree, una persona de absoluta integridad.  Por otra parte, la palabra "injusto" describe a alguien cuyas acciones no van de acuerdo con lo que cree: alguien corrupto.

La Biblia dice que no hay ningún justo, que todos somos corruptos: "Como está escrito: No hay justo, ni aun uno." (Romanos 3:10).  Nadie, excepto Dios, tiene absoluta integridad.

Aunque todos nosotros conocemos la diferencia entre lo bueno y lo malo, cada uno de nosotros, en algunos momentos de nuestra vida, hemos escogido hacer cosas que no están de acuerdo con lo que sabemos que está bien.  A pesar de eso, Dios que es absolutamente justo, ha decidido mostrar su misericordia hacia nosotros.  Si no hubiera sido por Jesús, si no hubiera sido por el regalo de su nacimiento, habríamos recibido la justicia y no la misericordia de Dios.  Gracias a la misericordia de Dios, podemos tener paz en Navidad.

3. El maravilloso diseño de Dios.
    "para llevarnos a Dios"

Durante la época de Cristo, sólo el sacerdote tenía acceso al trono de Dios.  Había en el Templo una serie de divisiones que impedían el acceso a todos excepto unos cuantos.  Tanto afuera como adentro había cortinas que separaban a la gente.  Más adentro se encontraba el Lugar Santo donde sólo los sacerdotes podían entrar.  Aún más adentro se encontraba el Lugar Santísimo, al cual sólo el sumo sacerdote podía entrar una sola vez al año en el Día de la Expiación, para realizar un sacrificio por los pecados de todo el pueblo de Israel.

Antes que Jesús muriera, había una cortina muy pesada en el templo, un velo de 18 metros de largo por 9 metros de ancho, el cual marcaba la separación del Lugar Santísimo.  El evangelio de Mateo nos dice que el día que Jesús murió ese velo se rompió de arriba abajo (Mateo 27:51).  Esto significa que la barrera del pecado que separaba a los hombres de Dios finalmente se había destruido y que ahora nosotros podemos llegar hasta el Lugar Santísimo en el momento que así lo queramos, por medio del Espíritu Santo de Dios que vive en nosotros.

Así es como Pedro describe lo que Jesús ha hecho por nosotros.  El murió por nuestros pecados para presentarnos, o llevarnos a la presencia de Dios.  Por esto Jesús mismo se describe en Juan 14:6 de esta manera: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre si no es por mí."

Este es el plan de Dios.  No tiene otro.  No lo necesita.  Él nos dio a su Hijo como paga por nuestros pecados, para que pudiésemos tener una relación personal con Él.

Dios nos ha dado un maravilloso regalo: su misericordia.  Nos ha dado un regalo que no merecemos, un regalo que no podemos pagarle, sólo aceptarlo. El regalo para nosotros en esta Navidad es Jesús.  Compartamos este regalo en estos días, diciendo a todo aquel que conozcamos que en esta Navidad Dios nos ofrece el mejor regalo, su hijo Jesús.

ORACION
Dios Grande y Maravilloso, Todo Poderoso Señor.  Ha de haber sido muy doloroso para ti, entregar a tu único hijo como sacrificio por nuestros pecados, sabiendo que en ninguno de nosotros hay justicia. Pero realmente Señor, entiendo por este gesto de amor, que tu Misericordia, Amor y Fidelidad, son únicas.  Quién soy yo Señor para que tú tengas Misericordia de mí…
Padre santísimo, hoy te doy gracias, por que por medio del sacrificio de tu Hijo Jesús nos has traído a salvación delante de tu presencia.  Gracias Dios, por el regalo de la salvación, el propósito del nacimiento de tu Hijo. Señor, hoy sé, que tengo un propósito en mi vida, y este es llevar la Nueva de Salvación, a todos aquellos que no te conocen.  Hoy decido Señor, vivir mi propósito y entregar mi vida completa a tu servicio, como tú me has pedido, haciendo de cada día de mi vida una Feliz Navidad, AMÉN.


El Regalo Celestial

domingo, 13 de diciembre de 2009

Nuevo Testamento para Colorear

Antiguo Testamento para Colorear

Cuando Dios Hizo Todo
El Comienzo de la Tristeza del Hombre
Noé y el Gran Diluvio
La Promesa de Dios para con Abraham
Dios Prueba el Amor de Abraham
Jacob el Engañador
Un Hijo Favorito se hace Esclavo
Dios honra a José el Esclavo
El Príncipe del Río
Un Príncipe llega a ser Pastor
¡Adiós Faraón!
Cuarenta Años
Josué Toma el Mando
Sansón, el Hombre Fuerte de Dios
El Pequeño Ejército de Gedeón
Rut: Una Historia de Amor
Samuel, el Siervo - Niño de Dios
El Rey Buen Mozo y Necio
David el Pastor
David el Rey (Parte 1)
David el Rey (Parte 2)
El Rey Sabio, Salomón
Reyes Buenos, Reyes Malos
El Hombre de Fuego
Eliseo, Hombre de Milagros
Jonás y el Gran Pez
Isaías ve el Futuro
Jeremías, Hombre de Lágrimas
Ezequiel: Hombre de Visiones
La Hermosa Reina de Ester
Daniel el Cautivo
Daniel y el Sueño Misterioso
Los Hombres que no se Doblarían
Daniel y el Foso de los Leones
El Gran Muro de Nehemías

Derechos Reservados - Bible for Children, Inc - http://www.bibleforchildren.org/

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Una abundante Bendición

Ya hemos mencionado, en ocasiones anteriores lo poderosa que es la oración.  La oración es la fuerza, el poder y el secreto que mueve al cielo y hace que el mundo se mueva a su compás.  Todo el secreto del poder reside en la santidad que da energía al alma, y a todo el ser lleno de amor ardiente que se derrama en oración a Dios.

También hemos dicho que la oración es un acto de máxima prioridad y que sin duda alguna, es la disciplina más importante en la vida del cristiano. Jesús nos muestra como la oración era en él una forma de vivir.  Entonces cuanto más debe ser prioritaria en nuestras propias vidas…

Hoy nos enfocaremos en como la oración nos permitirá la conquista de nuestra "Tierra Prometida" y el reclamo de nuestra herencia que nos ha sido dada en Cristo, por lo que veremos el ejemplo de Jabes.

En la Biblia, específicamente en 1 Crónicas 4, encontramos la oración de Jabes, quien por medio de ella eleva alabanzas a su nuevo Dios, un Dios que recientemente había encontrado uniéndose a la nación de Israel.  Un Dios en quien había hallado refugio, tal y como anteriormente lo había hecho Rut: "Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios." (Rut 1:16).

Jabes comprendió que nuestra seguridad la da, la protección de Dios, vivo y verdadero, por lo que se deposita en sus manos, encomendándose completamente a Él. Es por esto que la oración de este hombre es un testimonio de su gran fe.

El sufrimiento y la Gloria de Dios.

La historia de Jabes comienza con dolor y tristeza, tanto así que su madre le puso por nombre Jabes (dolor), ya que ella había dado a luz un hijo con mucho sufrimiento. 1 Crónicas 4:9b "al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor."

Sin embargo, aún cuando Jabes fue un hijo nacido del dolor, él se destacó y fue prominente entre sus hermanos: "Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos" (1 Crónicas 4:9a).  Es muy probable que incluso Jabes destacara dentro de su pueblo, por algunas obras públicas y patrióticas que hizo, e incluso como algunos escritores judíos lo mencionan, destacó como eminente doctor de la ley, con tal fama que atrajo a muchos escribas a su lado; por esto una ciudad lleva su nombre: "Y las familias de los escribas que moraban en Jabes fueron los tirateos, los simeateos y los sucateos, los cuales son los ceneos que vinieron de Hamat padre de la casa de Recab." (1 Crónicas 2:55).

El nacimiento de Jabes, nos recuerda al del hijo menor de Jacob, quien fue llamado por su madre, antes de morir "hijo de mi aflicción", pero a quien Jacob llamó "hijo de mi diestra", indicando que Benjamín sería el heredero de su fuerza (Génesis 35:18).

No podemos evitar sufrir, ni tener problemas, ni tribulaciones; pero sí podemos entender con claridad, como nos dijo el apóstol Pablo, que el sufrimiento y la tribulación, son momentáneas y que a ellos les sigue la Gloria de Dios que se revela en nosotros, y es eterna.  2 Corintios 4:17 "Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas."  La Biblia nos enseña que esta Gloria fue real para Benjamín, al igual que para Jabes, pero sobre todo, aplicable a nuestro Señor Jesús, por lo que siendo nosotros herederos en él, es aplicable a nosotros también.

Los sufrimientos de Jesucristo en la cruz, fueron seguidos por su exaltación a la diestra de Dios Padre en los cielos.  La Palabra de Dios nos dice que nosotros somos herederos de la promesa de Dios y coherederos en Cristo, por lo que somos llamados a participar de los sufrimientos de Cristo, y por supuesto, debido a que el Espíritu de Gloria reposa sobre nosotros, sabemos que seremos glorificados juntamente con Cristo: "Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados." (Romanos 8:17).

La oración de Jabes.

1 Crónicas 4:10b
"¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe!"

Aún cuando esta oración es sencilla y de pocas palabras, nos deja grandes enseñanzas sobre la forma de orar.  Analizando la oración de Jabes, podemos dividirla en cinco (5) partes.

1. ¡Oh, si me dieras bendición…!

Jabes reconocía que el Dios de Israel, a quien él estaba invocando, era la fuente de toda bendición.  Del mismo modo, nos lo enseña Santiago: "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación." (Santiago 1:17).

Consciente de las bendiciones de Dios, Jabes muestra su fe pidiendo en oración por una bendición abundante, sabiendo que su fe no será despreciada.

En nuestras vidas podemos aplicar esto a nosotros mismos.  Nuestro Señor, por su amor y gracia, nos ha dado vida, y vida en abundancia, como nos dice Juan 10:10b "yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia".

2. ¡… y ensancharas mi territorio…!

Jabes oraba para que su territorio fuera ensanchado.  En Josué 1:3, hallamos un hermoso ejemplo en este sentido, en el momento en que Josué recibe la promesa de parte de Dios: "Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie".  Así, nosotros también debemos conquistar paso a paso nuestra "Tierra Prometida" y reclamar la herencia que nos ha sido dada en Cristo, una herencia que nos dará la victoria, que nos dará bendiciones eternas en lugares celestiales, y bendiciones en nuestra vida actual, con las que podremos cantar como Isaac lo hizo en Génesis 26:22c "Porque ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra".  De igual forma el salmista nos dice en el Salmo 27:13 "Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes".  El deseo de Dios, por su amor a nosotros, es que nosotros estemos bendecidos.

3. ¡… y si tu mano estuviera conmigo...!

Jabes le  ruega a Dios, y descansa en su ayuda y en su guía, él sabe que no es con sus propias fuerzas, o con su conocimiento, que el puede salir adelante y vencer.  El quería ser llevado por la mano de Dios, de manera que pone su vida completa en las manos de Él.  Cuando ponemos nuestras vidas en las manos de Dios, estamos reconociendo los milagros que esas manos poderosas son capaces de hacer.  Con "mano poderosa" Israel fue librada de Egipto y traída a la tierra de Canaán: "Y endureció Jehová el corazón de Faraón rey de Egipto, y él siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa." (Éxodo 14:8).

¿Hemos puesto nuestra vida en la mano de Dios?  ¿Hemos reconocido que Dios está a nuestro favor y que por lo tanto, todo aquello que nos hostiga debe retroceder?  Recordemos que, "La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan." (Esdras 8:22b).

4. ¡… y me libraras del mal...!

La cuarta parte de la oración de Jabes, puede interpretarse de dos formas:

a. El mal como algo que nos daña: Nosotros como cristianos sabemos que nuestras bendiciones tienen un carácter espiritual y celestial; sin embargo, como discípulos de Cristo sabemos que estamos por él cubiertos y que nuestra herencia en Dios es su protección. "Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová." (Isaías 54:17).

b. El mal como pecado: El Señor Jesús, nos enseña que es necesario que nosotros pidamos en oración ser guardados de la tentación y librados del mal (Mateo 6:13a) "Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal".  Pero también es nuestra responsabilidad y obligación huir de tales males: "Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal." (Job 1:1).

5. ¡… para que no me dañe!

El Señor desea protegernos de todos los males, sin embargo no estamos exentos a encontrar en nuestro camino dolor y tristeza, pero con la mano poderosa de Dios, podremos salir victoriosos ante cualquier situación adversa; por esto, debemos caminar con él, así el daño nunca más nos provocará dolor.

Es muy triste que las personas cedan al mal, y por esto sean traspasadas con muchos dolores (1 Timoteo 6:10) "porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores".

La oración de Jabes, que tendrá muchísimas más enseñanzas que estas, fue contestada.  El versículo 10 de 1 Corintios 4, concluye diciendo: "Y le otorgó Dios lo que pidió."

Estoy completa y absolutamente seguro, que Dios escucha nuestras oraciones, y este es el feliz mensaje que resuena en las palabras finales de este versículo.  Este mensaje nos alienta a seguir el ejemplo de Jabes: Confiar plenamente en nuestro Señor y entregar nuestra vida en sus manos poderosas.

ORACION
Señor Jesús, cuánta duda, durante tanto tiempo ha llegado a mi corazón y no me ha permitido ver tus maravillas en mi vida.  Hoy te pido como Jabes, que me des tus bendiciones, que ellas me alcancen, y sobrepasen y abunden en mi vida.  Te pido Dios que ensanches mi territorio, me entrego completamente a ti, para que tu poderosa mano esté conmigo siempre librándome del mal, evitando que llegue a mí y me dañe.  Hoy me propongo firmemente, alejarme de todo lo malo, de todo aquello que no permite que tus bendiciones lleguen a mi vida.  Tómame con tu mano poderosa y derrama en mi tu fortaleza, amor y tu paz.  Gracias Señor, AMÉN.

Me Sanaste, Me Liberaste

domingo, 6 de diciembre de 2009

Todo tiene su tiempo

Alguna vez nos hemos puesto a pensar ¿por qué todo deseo y sueño, lo que más anhelamos en la vida se toma tiempo para adquirir?  ¿Por qué si Dios que todo lo puede, y teniendo todo en control, no usa su poder sobrenatural para que todo lo que sus hijos quieran, lo tengan?

Yo estoy convencido de que "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora." (Eclesiastés 3:1).

Vivimos en una generación de Micro Ondas, donde todo lo queremos instantáneamente, al ya...!  Pensamos que la vida es una bolsa de palomitas y que en cinco minutos estará listo lo que queramos, pero no es así.

Muchos de nosotros tenemos sueños y metas personales que quisiéramos que se cumplieran ya, y cada día que pasa trabajamos para que esto se lleve a cabo. Incluso hay días que nos preguntamos si  ¿Dios se olvidó de nosotros y de lo que nos prometió?

Pero, si entendemos que todo tiene su tiempo, nos animaremos y no caeremos en desesperación, así la paz de Dios llegará a nuestras vidas.  No podemos desesperarnos aunque tarde la promesa, porque ella no dejará de cumplirse según la ha hecho nuestro Señor.  Esto es lo que dice Habacuc 2:3. "Aún no ha llegado el momento de que esta visión se cumpla; pero no dejará de cumplirse. Tú espera, aunque parezca tardar, pues llegará en el momento preciso".

Dios es fiel y no es hombre para arrepentirse de lo que Él dijo que hará: "Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta." (Números 23:19a).  Por alguna razón existe el tiempo y Dios, es el Dios del tiempo.

Veamos algunas de las cosas que podemos aprender en la Biblia, en las que se involucra tiempo, paciencia y espera.

1. Después del tiempo, viene el resultado y la promesa.

 Dios siendo el Todopoderoso, se tomó 6 días para llevar a cabo la creación.  No me cabe duda de que él pudo haber dicho el primer día que se hiciera todo y ya, todo habría sido hecho.  Pero Él en su orden perfecto hizo cada una de sus creaciones en su momento. "Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón del hombre, sin que éste alcance a comprender la obra hecha por Dios desde el principio hasta el fin." Eclesiastés 3:11.

 A Abraham le tomó 100 años para tener el hijo de la promesa, Isaac.

 Jacob sirvió a Labán 14 años para obtener a su esposa, la que más deseaba, llamada Raquel, y él mismo tuvo que pelear con un Ángel antes de recibir su bendición.  Para tener la bendición y llegar a nuestra meta tenemos que aprender a pelear y esperar.

 José tenía 16 años cuando tuvo el sueño de que sus hermanos se postrarían delante de él y que sería gobernador.  Después de esto pasaron 14 años para que su sueño se convirtiera en una realidad y durante este tiempo tuvo que pasar por hambre, cárcel, esclavitud, juicio y martirio.

 Moisés estuvo en Egipto, como hijo de Faraón durante 40 años. Luego de esto estuvo 40 años más en el desierto como pastor, hasta que el Señor le llamó a guiar a su pueblo a la tierra prometida, una tierra donde fluiría leche y miel; sin embargo el pueblo de Israel duró 40 años en el proceso de llegar a su meta.  Muchos murieron durante estos 40 años y también sufrieron, sin embargo Dios siempre fue fiel y les proveyó todo lo que ellos necesitaron.  También su presencia los acompañó y los guió durante este tiempo, dándoles una columna de fuego en la noche y una nube durante el día, apostando sus ángeles para que les protegieran.  Moisés guió a este pueblo durante esos 40 años y no entró en la tierra prometida por Dios, pero el Señor le permitió verla.

 Josué oyó de la promesa de Dios por labios de Moisés y él fue el que llegó a la tierra prometida y cruzó el Jordán.  El tuvo que cumplir el sueño de otro y adquirió la promesa de Moisés.  Fueron muchos años después, que él pudo cumplir con el sueño de Moisés.  Su preparación para cruzar el río Jordán fue de tres días.

 David era un niño cuando se le profetizó por Samuel que sería un Rey.  Tuvo que pasar mucho tiempo y muchas cosas en su vida antes de tomar el trono.  Tuvo que aprender a pelear con osos y leones antes de pelear con el gigante.  Tuvo que vivir hambres, frío, guerra y humillaciones, antes de tomar el trono.

 Salomón siendo el hombre más sabio y rico que la Biblia nos relata, tuvo que esperar a ser de edad para tomar su trono.

Así es como muchos hombres de Dios aprendieron que todo tiene su tiempo…

 Jesús siendo Dios en carne, se tomó 30 años para comenzar su ministerio. Él tuvo que esperar y aprender muchas cosas antes de cumplir su propósito en la tierra.

2. ¿Por qué un tiempo y no ya?

Porque Dios quiere enseñarnos muchas cosas de su carácter y moldearnos más a Él durante éste tiempo de espera.  Cada uno de nosotros sabe que tiene que cambiar, qué cosas quitar de nuestra vida que no nos ayudarán a vivir en plenitud dentro de su promesa.  Preguntémonos: ¿cuánto debemos estudiar para llegar a la meta que Dios nos dio?

¿Qué debemos preparar en nosotros antes de ver la promesa de Dios?

Dios quiere que eliminemos de nosotros todo aquello que aleja la bendición, es su deseo que estemos preparados completamente y que nuestra vida esté llena del carácter de Dios, por lo que entonces seremos buenos administradores de las cosas de Dios.

Veamos que quiere eliminar Dios de nuestras vidas, para que sus bendiciones lleguen a nosotros abundantemente:

1. Proverbios 4:24
"Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios."

El habla está ligada al corazón en cuanto la boca es el instrumento de las decisiones que salen del corazón. Una palabra es como un pájaro, que una vez puesta en libertad nadie puede recobrarla, es por esto que debemos distanciarnos de la palabra distorsionada y torcida. La instrucción de la boca es más ardua que la instrucción para la guerra. Jesús nos enseña que las cosas que contaminan al hombre salen del corazón a través de la boca "Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre." (Mateo 15:18).

2. Proverbios 4:27
"No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal."

La pureza del corazón, de los labios, de los ojos y de los pies depende de nuestro propio compromiso.  Al formarnos bien, nuestro aspecto de la información-enseñanza-formación, avanzará a nuestro bienestar y a la vez, eliminaría nuestra necesidad dolorosa de la reformación.  "El hombre prevenido vale por dos" reza un refrán.  Es mucho más fácil guardarse contra comenzar algún vicio que intentar quitarlo más tarde.  Conversemos con algún adicto a las drogas, o algún alcohólico o alguien que fuma.  Los vicios son caros de mantener, en el sentido económico, emocional y de salud, y son difíciles de quitar.  Sin embargo, vale la pena despojar y eliminar la impureza o la mala costumbre.  Nuestro ser ha de ser rectísimo, sin apartarnos ni a la izquierda ni a la derecha.  Jesús lo expresa de esta manera: "Pero sea vuestro hablar, 'sí', 'sí', y 'no', 'no'.  Porque lo que va más allá de esto, procede del mal." (Mateo 5:37).  Un modismo popular entrega el mismo desafío: "Al pan, pan, y al vino, vino".  Siempre es mejor decir la verdad aunque sea difícil y dolorosa en el momento.  Hay un costo para formarse bien, pero el costo de reformarse es muchísimo más alto, y las heridas del pecado son profundas y dolorosas.

El corazón, la boca, los ojos y los pies son grandes dones de Dios, todos buenos en sí.  Es nuestro deber el dedicarnos, incluyendo en nuestros dones físicos, al señorío de Cristo.  Sólo de esta manera todo nuestro cuerpo puede glorificar al Creador cumpliendo su propósito original.  Y Pablo hace recordar a los creyentes en Corinto: "Pues habéis sido comprados por precio. Por tanto glorificad a Dios en vuestro cuerpo." (1 Corintios 6:20).

ORACION
Señor Jesús, hoy vengo delante de ti, para pedirte paz al comprender que todo tiene su tiempo y que tú mi Señor, eres el Señor de ese tiempo. Señor sé que hay tiempo para gozar y tiempo para sufrir, tiempo para triunfos y tiempo para fracasos; por lo que Señor te pido me ayudes a estar en sintonía contigo para saber qué hacer en cada uno de estos tiempos. Yo sé Señor que tú tienes promesas para mí que van a cumplirse en el tiempo en que tú lo decidas, en el tiempo en que yo esté preparado para recibir tu promesa. Es por esto Dios, que hoy tengo el firme propósito de apartar de mi boca la perversidad y la iniquidad, y de no desviarme de tu camino; de ser obediente a ti y de despojarme de la impureza y la mala costumbre.

Ayúdame Dios a no afanarme en ver las cosas hechas de un momento a otro y a no forzar las situaciones, si no a esperar confiado en ti, permitiendo que las cosas discurran de acuerdo a tu voluntad, ya que no siempre entenderé por qué las cosas son como son, pero sí siempre confiaré en ti, AMÉN.

El Señor es mi Pastor

martes, 1 de diciembre de 2009

Por nada estéis afanosos… – Parte 2

Es imposible, ya lo sabemos, evitar tener problemas de todo tipo (físicos, mentales y emocionales) dentro de nuestra propia vida, nuestra familia y en lo que nos rodea en general; pero claramente sabemos cómo debemos actuar ante estas situaciones, como dice el Apóstol Pablo en su Carta a los Filipenses: no debemos estar afanados por nada, sino que en lugar de esto debemos traer nuestras peticiones delante de Dios.  Aún más, Pablo nos exhorta a que oremos con acción de gracias, esto es agradeciendo a Dios por su obra desde el mismo momento en que elevamos nuestra petición a Él.  Esto es confiar en el Señor.

La oración es el mejor sustituto de los afanes.

1. Las peticiones deben ser conocidas y no los afanes.

En lugar de preocuparnos ¡debemos orar!  La oración es el antídoto contra los afanes, y así la paz de Dios nos guardará: "Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" dice Filipenses 4:7.

La mejor ayuda en nuestra vida de oración, es el hábito de traer todo a Dios en todo momento, sin dejar nada sin entregarle a Él.  Cuando dejamos algo sin entregar a nuestro Señor Jesús, es cuando vienen los afanes a nuestra vida, la angustia toca a la puerta de nuestro corazón y nos hace perder la tranquilidad y la paz.

¿Cómo sería nuestra vida si en el momento en que más afanados y abrumados nos sentimos, buscamos la presencia de Dios por medio de la oración?

Nuestra relación con Dios por medio de la oración debe ser un estilo de vida, debemos buscarle en todo momento y en su presencia entregarle todo a nuestro Señor.  Si llevamos nuestras peticiones delante de Dios, estarán en las mejores manos y Él trabajará con ellas y con nosotros, como nos lo ha prometido en Jeremías 18:6b "He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel".

Bien sé, que muchas veces la angustia llega a nuestras vidas y nos sentimos invadidos por el afán, dejándonos débiles y propensos a buscar personas con quien compartir, esperanzados en encontrar respuestas en ellas.  Esto no es malo en sí, pero si reconocemos que antes de buscar una persona a quien contarle nuestras luchas y conflictos, necesitamos llevar nuestras situaciones delante de Dios con toda oración y ruego, y aún más acompañado esto con acción de gracias, estamos reconociendo que el Señor Jesús es el único que tiene las respuestas apropiadas a todas nuestras situaciones.

Pablo no nos está diciendo que seamos irresponsables frente a nuestros compromisos, lógicamente debemos atenderlos; lo que él plantea es la necesidad de que pongamos un sustituto al afán, es así como llegará la Paz de Dios, que sobrepasa todo nuestro entendimiento y guardará nuestros corazones en Cristo Jesús.

2. Nuestras peticiones deben ser hechas con toda oración y ruego.

La palabra ruego tiene que ver con la idea de alcanzar algo específico, la Real Academia Española define esta palabra como: "La súplica o petición hecha a alguien con el fin de alcanzar lo que específicamente se le pide".  La oración de ruego entonces es, una oración específica por una necesidad específica.

Es cierto que el Señor ya conoce nuestras necesidades, pero Él espera el ruego por nuestra parte, es así como demostramos nuestra confianza en Dios y le damos a Él el lugar que merece.  Para Dios todas nuestras necesidades son importantes, el pastor Carlos Erdman alguna vez dijo: "Nada es demasiado grande para el poder de Dios, y nada es tan pequeño que esté por encima de su interés".

La oración y ruego unidos tienen la idea de la intensidad al hacer la petición. En la Palabra de Dios, encontramos un buen ejemplo en Génesis 32:24-29, cuando Jacob lucha con el ángel del Señor.  Antes del encuentro con su hermano Esaú, Jacob, que significa "el que suplanta", estaba preocupado porque durante años había engañado a su hermano, él sabía que Esaú traía un ejército que podía destruirlo, por lo que la preocupación, la angustia y la ansiedad se apoderaron de él la noche anterior al encuentro con Esaú. Esa misma noche Jacob luchó con un ángel en una lucha tal que Jacob le dijo al ángel: "No te dejaré si no me bendices".  Fue así como el ángel lo bendijo y cambió su nombre por Israel "el que lucha con Dios".

El ruego intenso como el de Jacob, resiste los afanes y abre la puerta de la Bendición de Dios.

3. … con acción de gracias.

"Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús" 1 Tesalonicenses 5:18,

La palabra para acción de gracias es "eucharistía" y tiene que ver con la idea de dar gracias de una manera libre. Pablo nos dice que en lugar de dar cabida a las preocupaciones debemos de dar gracias a Dios en todo lo que nos sucede.

Corrie ten Boom, escritora y activista holandesa conocedora de la Palabra de Dios, quien estuvo presa en el Campo de Concentración de Ravensbrück en Alemania, cuenta en un pasaje de su libro "El Refugio Secreto", que ella junto con otras muchas mujeres estaban metidas en unas barracas diminutas, dentro del peor edificio del campo, maloliente e inmundo; pero lo peor no era esto, si no la plaga de pulgas que las atacaba, particularmente en este edificio, de día y de noche. Una noche mientras hablaban de la Biblia, leyeron Filipenses 4:6 y Tesalonicenses 5:18 y no podían entender cómo debían dar gracias por la plaga de pulgas, que se sumaba a su ya crítica situación.  Aún así, dieron gracias a Dios de todos modos.  Más adelante se dieron cuenta que los guardias varones de este campo de concentración violaban a las mujeres de las otras barracas, pero se mantenían lejos del edificio donde ellas estaban, por causa de las pulgas.

¿Cuáles son las pulgas por las que debemos dar gracias hoy?

Dios realmente sabe lo que nosotros estamos pasando y viviendo, aún cuando nosotros no entendamos el por qué vivimos lo que estamos viviendo, o por qué las cosas no funcionan como debieran e incluso cuando hemos dado lo mejor de nosotros durante tanto tiempo y actualmente no vemos nada.

¿Qué es lo que el Espíritu Santo puede hacer por nosotros, en nuestra casa?

Leamos 2 Reyes 4:1-7, para entender lo que el Espíritu Santo de Dios puede hacer en nuestra vida.

"Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos.  Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo?  Declárame qué tienes en casa.  Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.  El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.  Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.  Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite.  Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas.  Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.  Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede".

En nuestras vidas existen lugares que cuando se abren solamente encontramos muerte en ellos, es por esto que en muchas personas hay más quejas que agradecimientos, el afán no les permite ver lo que tienen en su propia casa y buscan en otros lugares lo que creen que les hace falta.  Debemos creerle a Dios, aún cuando ya no tengamos esperanza.  Dios se encargará de enviar un Eliseo a nuestras vidas y hará que nuestra situación cambie.

Aún cuando pensemos que no tenemos nada en nuestra vida (2 Reyes 4:2b), Dios usará lo poco que hay en nosotros, sin importar si no lo consideramos importante o bueno, para bendecirnos.  El Señor fluirá en nuestras vidas por medio de algo que nos ha dado desde hace mucho tiempo.

No debemos preocuparnos por todas nuestra necesidades, porque entre más necesidad tengamos, mayor será la Gloria de Dios que veremos, porque Él suplirá todas nuestra necesidades: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" nos dice Filipenses 4:19.

Dios, que es más grande que cualquiera de nuestras necesidades traerá a nuestras vidas bendiciones más grandes de lo que esperamos.  Él hará los milagros que necesitamos en el momento en que cerremos la puerta y no escuchemos a nadie que venga a criticarnos o debilitarnos, haciendo que rechacemos nuestras bendiciones (2 Reyes 4:4).  Debemos pues, callar toda duda y toda boca, así nuestras vasijas empezarán a llenarse de la bendición de Dios, de acuerdo a nuestra capacidad (quien cree más, más recibe).

Este pasaje nos enseña que el mayor milagro está en la poca cantidad de aceite que tengamos en nuestra casa, de ahí, Dios partirá para llenar todas las demás vasijas.  Pero, si la vasija que tenemos, no la tenemos con aceite, si no que la tenemos llena de quejas, de murmuración, de pecados, de falta de fe, de crítica, de amargura y de dolor, ¿Dónde pues podrán caber las bendiciones de Dios?

Por último, nuestra posición ante las situaciones negativas de nuestra vida, no debe ser la de sustentar nuestros afanes, si no por el contrario, una posición de disposición a recibir, a creer y actuar, según las promesas de Dios.  No importa, si nos sentimos completamente estrujados, el aceite fluirá.  El aceite se obtiene de las aceitunas quebradas y aplastadas…

ORACION
Gracias Señor Jesús, por darme en este día la oportunidad de librarme de mis afanes y traer todas mis angustias delante de ti ante tu trono. Gracias, porque entiendo que de esta manera, tu paz guardará mi corazón y mi entendimiento en Cristo Jesús.  Ayúdame mi Dios a entender, que debo darte gracias, sea cual sea mi situación, sabiendo que tú tienes control de todas las cosas, y así eliminas de mi vida la amargura, la falta de fe y el dolor, de forma que puedas llenar mi vasija y muchas otras más de tus bendiciones.  Hoy entiendo mi Señor, que las bendiciones que tú tienes para mí, las has preparado desde hace muchísimo tiempo y que tú me las darás en el momento en que calle toda duda y falta de fe, AMÉN.

Paz en la Tormenta

Por nada estéis afanosos… – Parte 1

Nuestra sociedad está diseñada para que vivamos preocupados todos los días e incluso para que vivamos llenos de ansiedad, en la mayoría de los casos. Sin embargo la Palabra de Dios, por medio del apóstol Pablo en su Carta a los Filipenses, nos pide que vivamos sin preocupaciones y afanes.  "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias" (Filipenses 4:6).

Podemos estar seguros, que el apóstol Pablo no ignoraba las realidades de la Iglesia de Filipo, es más, él sabía perfectamente que ellos formaban parte de las iglesias de Macedonia, que él mismo había dicho que vivían en extrema pobreza.

Sabiendo esto, ¿Qué nos quiere decir Pablo, cuando nos manda a no preocuparnos por nada?

¿Acaso no tenemos razones para preocuparnos?, ¿Qué hay de mi familia, el trabajo, las enfermedades, la casa y nuestra situación financiera?, aún más, ¿qué hay de la inseguridad de nuestro país, o la situación económica del mismo, o el hambre y la falta de agua a nivel mundial?

No podemos evitar tener problemas de todo tipo, no podemos evitar enfermarnos, no podemos evitar en algunas ocasiones perder nuestro trabajo, o sufrir crisis realmente grandes.  Pero es en estos momentos, donde Pablo nos exhorta a que entendamos, que para todo aquello, a lo que nosotros llamamos grandes problemas, contamos con un Dios que es más grande que cualquiera de esos problemas.  Deuteronomio 10:17a nos dice con respecto de Dios: "Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible", y el Salmo 86:10, nos dice: "Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; Sólo tú eres Dios".

No hace mucho leí un "cuadro de preocupaciones" elaborado por un afamado empresario, y en el que anotaba, lo siguiente: "Descubrí que el 40 por ciento de las preocupaciones eran de cosas y situaciones que probablemente no se llevarían a cabo; 30 por ciento tenían que ver con decisiones hechas en el pasado en las que ya no se podía hacer nada; el 12 por ciento tenía que ver con la crítica de la gente y el 10 por ciento eran preocupaciones en torno a la salud. Concluyo que solamente el 8 por ciento de las preocupaciones eran legítimas". Incluso el famoso escritor Mark Twain, hacia el final de su vida dijo: "Soy anciano, y he tenido muchos problemas… ¡La mayoría nunca sucedieron!".

Los afanes no deben ser parte de nuestra vida.

1. Por nada estéis afanosos.

Los afanes son inútiles y logran dividir nuestra mente y crear ansiedad, dañando nuestro cuerpo.  El significado original de la palabra afán (del griego merimna) es: "Ansiedad, preocupación, lo que divide, lo que distrae la mente o lo que hace girar la mente de la persona angustiada en diferentes direcciones".  La preocupación tiene como principal propósito crear en nuestro espíritu, un estado alterado, que ciega la razón y enferma al preocupado y el entorno que le rodea.  La preocupación nos aparta de Dios: "El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa" (Mateo 13:22).

2. Jesús dijo: "No os afanéis".

Leamos Mateo 6:25-34.

"Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?  Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal."

Pablo, nos dijo que no nos afanáramos por nada, Jesús identificó las áreas donde el afán es más común: vida, comida, vestido, bebida…

Cuando Jesús habló del afán por la comida, puso el ejemplo de las aves, que siendo más cantidad que los hombres, él las alimenta sin que tengan que trabajar para sostenerse.  ¿Cuál es el principio?  El que alimenta lo de poco valor, alimentará lo que más vale.

Cuando Jesús habló del afán por el vestido, puso el ejemplo de los lirios del campo, que siendo efímeros, él los viste con un traje incomparable.  ¿Cuál es el principio?  El que viste a la hierba, con mucha más razón vestirá a sus hijos que son corona de su creación.

Cuando el Señor Jesús hizo mención de todos estos afanes, preguntó (según la versión DHH): "En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora?".  Al contrario, las preocupaciones acortan nuestra vida.

Jesús concluye diciendo que en lugar de buscar los afanes de esta vida, busquemos primero el Reino de Dios y su Justicia.

3. Los afanes hacen que nos olvidemos del Señor de las Promesas.

Es un hecho que los afanes nos hacen perder el núcleo de lo divino. La historia de Marta y María, hermanas de Lázaro, es un buen ejemplo, leamos Lucas 10:38-41: "Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada".

De igual forma, cuando Lázaro murió, Marta estaba tan conturbada y afanada, que en ese momento se olvidó de lo que el Señor Jesús era capaz de hacer (Juan 11:-21)  "Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto".  Esto nos sucede también a nosotros, cuando somos confrontados por esas noticias que nos desploman, sin que podamos ver una salida victoriosa, por más que miremos hacia todos lados.

Sin embargo, Jesús le dijo a Marta que su hermano resucitaría, cosa que ella no entendió por su propio afán, pero Jesús le hizo saber que Él lo haría en ese momento y le habló sobre cómo la fe permite que veamos la Gloria de Dios en nuestras vidas: "Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?" (Juan 11:40).  Efectivamente, ese mismo día, Lázaro resucitó, y el duelo cambió por gozo, porque las promesas del Señor son fieles.

ORACION
Señor Jesús, vengo delante de ti a pedirte perdón porque no he tenido la fe suficiente para confiar en tu poder.  Señor Jesús, perdóname porque le he dado más importancia a mis problemas, que a ti Dios Todopoderoso, que eres más grande que cualquiera de estos problemas y aún más grande que todos ellos juntos.  Padre Celestial, hoy quiero ver tu presencia en mi vida y decido descansar de todos mis afanes.  Ya no quiero más dañar mi cuerpo ni distorsionar mi mente, hoy quiero descansar en ti, porque he entendido que lo que tú me has prometido, se va a cumplir en mi vida.  Deseo Señor, buscar tu Reino y tu Justicia, y decido creer en ti, sabedor de que veré tu Gloria en mi vida, en mi familia y en todo lo que emprenda, AMÉN.